Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

domingo, 29 de junio de 2014

CAP. 32 Y todavía no termina…



Harry sentía que estaba en una de sus pesadillas, Dumbledore muerto, Bill gravemente herido y ahora esto.

-             Jason pero aquí no podemos…  -- comenzó madame Pomfrey

-             No hay tiempo para llevarla a San Mungo  --  dijo él y se volvió hacia la cama

En ese momento se sitió aferrado por un brazo y al girar la cabeza se encontró con la mirada de Lupin.

-             ¿Estás seguro de que estás en condiciones de atenderla?

-             Por supuesto que estoy seguro  --  le dijo  --  y si no quieres que las cosas empeoren apártate de mi camino.

Molly apartó con suavidad a Remus mientras que la profesora McGonagall se dirigía a Jason.

-             Confiamos en ti  --  le dijo en voz baja  --  pero no olvides que él es el padre, no puedes impedirle estar aquí.

-             Y no lo haré, pero que no me estorbe  --  dijo en su habitual forma cortante

La profesora se dio por satisfecha y se volvió hacia Harry que seguía paralizado por el miedo y la culpa.

-             Vamos Harry, necesitamos hablar

Aquellas palabras lo hicieron reaccionar y lo hizo de forma muy parecida a Jason, ya que le parecía impensable que ella estuviese pidiéndole marcharse justo en ese momento.

-             No pienso moverme de aquí profesora

-             Potter  --  dijo ella adoptando su tono brusco  --  necesito aclarar ciertas cosas y…

-             ¡Al demonio con todo!  --  exclamó provocando que Ron, Ginny y Luna lo mirasen con los ojos muy abiertos, pero fue la voz de Hermione la que serenó los ánimos

-             Harry  --  llamó la chica y él se acercó a la cama tomándole la mano

-             Aquí  --  le dijo
-             Debes ir con la profesora  --  le dijo  --  yo estaré bien, pero regresa.

Harry sintió un nudo en la garganta que le impidió decir nada, de modo que se limitó a asentir y dándole un beso en la frente caminó hacia la puerta.

Unos minutos después todos abandonaron la enfermería a excepción de Fleur que estaba al lado de la cama de Bill, y Lupin al lado de la de Hermione.

Aunque Ron con su proverbial simpleza no entendía por qué razón debían abandonar la enfermería porque si era por cuestión de privacidad ya tenían un biombo que se las proporcionaba, pronto se alegró de no estar allí y en realidad hubiese querido estar mucho más lejos cuando comenzó a escuchar los gritos de Hermione. Su rostro había adquirido un color ceniciento y parecía a punto desmayarse. Luna se acercó a él y le sujetó la mano haciendo que se sentara en una de las sillas que el señor Weasley había hecho aparecer para todos.

-             Parece como si…

-             No te preocupes  --  lo tranquilizó Luna  --  ella va  estar bien, ya lo verás

Un rato después vieron aparecer a Harry a toda carrera, frenó ante Ron y Luna pero antes de poder preguntar cómo iba el asunto, un grito de Hermione hizo que se le encogiera el estómago. Ginny se situó a su lado e hizo que tomara asiento.

-             ¿Cuánto tiempo va a demorar esto?  --  preguntó

-             Eso es algo impredecible  --  dijo la señora Weasley  --   puede ser algo muy rápido pero puede durar horas.

-             ¿Horas?  --  preguntaron Harry Ron horrorizados

-             Según mi madre  --  intervino Tonks  --  mi nacimiento comenzó a la hora de la cena y terminó a la mañana siguiente

Los chicos sintieron que alma se les iba a los pies. No se veían capaces de soportar aquello toda una noche, aunque en realidad ya casi había amanecido y ni cuenta se habían dado.

Al cabo de una hora poco más o menos, salió Lupin y todos se abalanzaron hacia él. Por un momento Harry tuvo la horrorosa sensación de que había sucedido lo peor, porque el aspecto de su antiguo profesor era todo menos alegre.

-             ¿Y bien?  --  preguntó Molly con ansiedad

-             Las cosas no van bien, pierde sangre y se debilita  --  dijo intentando mantener la voz firme, respiró profundo y miró a Harry  --  Quiere verte


Entre tanto, Hermione había aprovechado la ausencia de Remus y había sujetado el brazo de Jason.

-             Jason  dime la verdad  --  le dijo mirándolo y con voz débil  --  ¿Mi bebé está bien?

-             Lo está  --  dijo él  --  pero debes tener paciencia linda, a veces estas cosas demoran  --  pero vio que ella aun dudaba  --  ¿Confías en mí?

-             Como en nadie

-             Entonces tranquilízate, necesitaras todas tus fuerzas para traer a este bebe al mundo. De modo que en los momentos que el dolor ceda, intenta relajarte. A medida que se acerque el alumbramiento las contracciones serán más seguidas ¿me comprendes?  --  concluyó con suavidad

-             Te dije que confío en ti, pero prométeme algo

-             Dime

-             Si en algún momento las cosas van mal, aunque no me lo digas, júrame que harás todo para salvar la vida de mi hijo.

Jason se sintió entre la espada y la pared, lo que ella le estaba pidiendo era quizá lo único que no podía prometerle, porque por encima de cualquier cosa él la protegería a ella, aunque para ello tuviese que sacrificar la vida del bebe.

-             Jason…

-             No pensemos en eso linda  --  dijo evadiendo el asunto, pero ella no estaba dispuesta a hacerlo

-             Júramelo Jason, por favor

El enorme conflicto en su interior lo estaba castigando de una forma brutal, pero no podía seguir ignorando la mirada de súplica en sus ojos.

-             Por favor  --  insistió y ya comenzaba a palidecer por efectos de otra contracción

-             De acuerdo  --  dijo finalmente derrotado  --  Te lo juro

 Hermione hizo una mueca triste imitación de su hermosa sonrisa, pero el dolor deformaba sus facciones. Jason sujetó su mano en un vano intento de absorber de algún modo su dolor, aunque sabía que aquello era imposible.

Si bien era cierto que todo el mundo sabía que el parto era un proceso doloroso, sólo él sabía a ciencia exacta lo que las maldiciones habían hecho en el cuerpo de la chica y el sufrimiento por el que estaba pasando. Este conocimiento hizo que su odio por los que le habían hecho aquello, creciera de manera exponencial.

Harry y Lupin entraron en el momento en que la contracción comenzaba a ceder. Jason se hizo a un lado y Lupin ocupó su lugar, mientras Harry se situaba al otro lado de la cama. Ambos sujetaron las manos de la chica que seguía con los ojos cerrados. Harry se asustó ante la palidez de Hermione y miró a Remus mientras él secaba el sudor de la frente de ella.

-             Harry…  --  susurró Hermione

-             Aquí estoy  --  dijo él

-             Harry… quiero que me prometas una cosa

-             Claro  --  aceptó él sin pensarlo siquiera al verla así

-             Si a mí me sucede…

-             ¡No digas estupideces Hermione!  --  la interrumpió él

Si había algo que no podía permitirse y menos en aquel momento, era pensar en que podía perder también a Hermione.

-             Escúchame por favor  --  dijo ella con voz suplicante

-             Si por alguna razón… ni Remus ni yo, podemos estar al lado de nuestro bebe… tú y Ginny… --  sus palabras se perdieron tras un gemido y Harry sintió que el corazón se le rompía en pedazos

-             Trata de descansar linda  --  dijo Remus pero ella parecía no haberlo escuchado

-             … prométeme que lo cuidaran como… si fuera suyo 

Harry hizo un gran esfuerzo para que su voz pudiese abrirse paso a través del nudo que cerraba su garganta, y uno mayor aún para que ésta sonara firme.

-             Por supuesto que sí, pero no tienes que preocuparte porque nada va a sucederte  --  dijo con tanta firmeza como le fue posible

-             Remus…  --  y Hermione volvió la vista hacia Lupin que al igual que Harry hacía enormes esfuerzos para conservar la serenidad  --  quiero que…

-             Lo sé linda, yo también  --  la interrumpió en un intento de ahorrarle fuerzas y miró a Harry  --  Queremos que Ginny y tú sean los padrinos de nuestro hijo

Aquello que en otras circunstancias debía significar una alegría, en aquel momento solo lo llenó de tristeza, porque recordó que ya tenía un ahijado al que no conocía y que nunca conocería a sus padres, y se negaba a aceptar que tendría otro en las mismas condiciones. Y por otro lado una idea un tanto absurda también se filtró en sus pensamientos al preguntarse cómo era posible que sus amigos le cedieran aquel importante papel a alguien que como él tenía tantas posibilidades de morir en un breve lapso de tiempo. Sin embargo, intentó ser positivo.

-             Ginny se va a poner muy contenta  -- les dijo

-             Ella ya… me prometió que…   --  pero Hermione no pudo concluir porque otra contracción la hizo gritar con las pocas fuerzas que le quedaban

Transcurrió otra larga hora y aunque la chica estaba cada vez más agotada, seguía luchando con todas sus fuerzas. Pero en mitad de la última contracción perdió el sentido. Jason apartó sin ceremonias a Harry e hizo alguna comprobación con su varita. Cerró por un instante los ojos y cuando los abrió miró fijamente a Remus.

-             Tenemos que hablar  --  le dijo y se alejó unos pasos de la cama

Lupin soltó la mano de Hermione y caminó hasta quedar frente al sanador. Harry había ocupado nuevamente su lugar al lado de Hermione y aunque ella estaba sin sentido, él volvía a sujetarle la mano, pero sin despegar la vista de los hombres que estaban a pocos pasos.

-             ¿Qué?  --  preguntó Remus al ver que Jason se limitaba a mirarlo

Lupin no tenía idea del grado de desesperación de Jason, pero algo en su mirada hizo que su instinto le pusiera en alerta.

-             Ya en otra ocasión te hablé de lo que las maldiciones habían hecho en su cuerpo  --  comenzó el chico, y lo que dijo a continuación podría haber sido considerado cruel de no estar todos al tanto del amor que sabían que sentía por ella  --  Está muriendo y no hay nada que pueda hacer si permito que el parto concluya. Ella me hizo jurarle que si me veía en la necesidad de decidir, salvase la vida del bebe pero tú eres el padre, y estando ella inconsciente tienes el derecho a decidir  --  y sin darle tiempo a digerir lo que le acababa de decir, agregó  --  Yo estoy dispuesto a romper mi juramento para salvar su vida si tú lo autorizas. Y te juro que nunca se lo diré y asumiré toda la responsabilidad.

Harry que no se había perdido ni un solo fragmento de la conversación, pensó que aquello tal vez fuese legalmente correcto, pero difícilmente lo sería moralmente. Sin embargo, e ignorando la moralidad del asunto, estaba rogando con todas sus fuerzas para que Remus dijera lo que esperaba oír.

Por su parte Lupin, y aunque aquello le producía el mayor dolor que había experimentado hasta el momento, y sabiendo que probablemente su decisión le costaría el amor de Hermione, no lo dudó.

-             Hazlo  --  dijo con la mayor firmeza  --  Sálvala a ella.

Harry cerró los ojos y soltó el aire, mientras agradecía en silencio esa decisión. Jason asintió y a continuación les pidió que abandonaran la enfermería y llamó a madame Pomfrey. Pero antes de abandonar el lugar, Remus le aferró el brazo a Jason y le dirigió una mirada de súplica.

-             Ella es mi vida Jason.

-             No tienes nada que temer  --  le aseguró el sanador  --  porque aunque ella te ame a ti, también es la mía.

Harry y Lupin salieron y los que estaban afuera se pusieron de pie al verlos. Pero lo que pudieron decirles, lejos de tranquilizarlos sólo les produjo dolor. Ginny se refugió en brazos de Harry, mientras que Molly haciendo acopio de valor, intentó transmitirle un poco de serenidad a Remus, porque apenas terminó de darles la información se vino abajo.

Apenas Remus y Harry salieron Jason se puso en movimiento, y aunque madame Pomfrey no tenía idea de para qué podía necesitarla estuvo a su lado como se lo pidió. Madame Pomfrey había pasado prácticamente toda su vida en la enfermería de Hogwarts, por tanto nunca había asistido ningún parto. No obstante, no tenía ninguna duda de que aquel chico era sumamente capaz. Recordaba que en su época de estudiante, pasaba muchas horas en la enfermería aún antes de tener que tomar una decisión acerca de qué carrera seguiría una vez que abandonase la escuela. Recordaba así mismo, que fue un alumno brillante en todas las materias, y en honor a la verdad debía ser algo más que brillante para haberle logrado un “Extraordinario” a Snape. Pero lo que ella recordaba con mayor claridad, era que ya en cuarto, Jason era perfectamente capaz de curar hasta las más complicadas heridas, lo que lo hizo responsable de que más de la mitad de los accidentes que sufrieron los alumnos en esa época, no llegasen a sus manos. De forma que no le cabía la menor duda de que si había alguien capacitado para hacerse cargo de aquella complicada situación, ese alguien era Jason.

-             Perdóname Hermione  -- lo escuchó decir y aunque ella no entendió el porqué de aquello, guardó silencio

Jason acarició la mejilla de Hermione y le dio un beso en la frente.  Madame Pomfrey al igual que todo el mundo, estaba perfectamente al tanto de los sentimientos de Jason por aquella chica, y ella personalmente había sido testigo de la abnegación con la que había cuidado de su embarazo, y aunque apreciaba sinceramente a Lupin, ya que había sido otro de sus visitantes asiduos durante su paso por el colegio, lamentaba sinceramente que el amor de Jason por Hermione no fuese correspondido.

Jason cerró los ojos y comenzó a recitar una serie de complicados hechizos, de los que la enfermera no tenía ni el menor conocimiento. Transcurridos algunos minutos, se dirigió a la enfermera y le pidió varias cosas, entre ellas algunas hierbas de las que ella tenía guardadas en el armario, ya que las usaba en la preparación de pociones curativas. Cuando regresó con lo solicitado, vio que Jason había dispuesto un mechero sobre la veladora y ya había un caldero sobre él. Comenzó a agregar los ingredientes a la poción y pasados unos minutos ésta estuvo lista. Jason llenó un frasco y se volvió hacia la enfermera.

-             Poppy  --  le dijo  --  yo mantendré su boca abierta, con cuidado tú irás vaciando el contenido de este frasco hasta la última gota ¿has comprendido?

La enfermera asintió y tomó el frasco en su mano. Jason inclinó la cabeza de Hermione en una posición que aún despierta habría sido algo forzada, y separó sus labios con delicadeza. Le hizo un gesto a madame Pomfrey y ella comenzó a vaciar el contenido en la boca de la chica. A intervalos regulares, él la hacía detenerse y comprobaba que el líquido estuviese pasando hacia donde debía y no hacia las vías respiratorias. Así estuvieron hasta que el frasco estuvo vacío. Jason esperó unos minutos y luego comenzó de nuevo a recitar sus complicados hechizos. Una vez que pareció finalizar, miró la hora y luego a la enfermera.

-             Trae mantas Poppy, voy a extraer el feto  --  le dijo

Cuando regresó, Jason comenzó a retirar la sábana que cubría el cuerpo de Hermione al igual que las ropas.

-             Poppy, debes sostenerle las piernas  --  y ella se dispuso a hacerlo

Con un último suspiro Jason aferró su varita y apunto hacia el vientre de Hermione. Acto seguido, Madame Pomfrey vio como comenzaba a moverse el vientre de la chica en forma espasmódica y parecía como si al mismo tiempo una mano invisible estuviese ejerciendo presión sobre él y empujando al bebe hacia abajo.

Mientras Jason se concentraba en llevar a cabo el procedimiento de la forma más eficiente posible, la voz de Hermione invadió su cerebro. “Confío en ti”  “Júrame que harás todo para salvar la vida de mi hijo”

Trató de ignorarlo  pero la vocecita seguía repitiéndole lo mismo una y otra vez de forma incansable. La cabeza del bebe asomó y Jason se preparó a recibirlo. Cuando emergió el cuello, Jason maldijo en forma audible. El bebe venía con el cordón umbilical enrollado en su cuello y a pesar de saber la inutilidad de aquello, maniobró lo mejor que pudo tratando de liberarlo. Unos segundos después lo había conseguido y terminó de extraer el resto del cuerpo.

-             Es una niña  --  dijo Madame Pomfrey al ver el muy pequeño cuerpo de la bebita en las manos de Jason

Pero él no estaba prestando atención a eso, sino al extraordinario hecho de que la bebe aún respiraba de forma muy débil, pero lo hacía. Sin embargo, Jason sabía que en unos pocos segundos dejaría de hacerlo. Ya su piel estaba tornándose azulada.

La voz de Hermione seguía martilleándole la consciencia. “… salvar la vida de mi hijo”…los segundos pasaban y el ritmo de la respiración disminuía… “Confío en ti”… seguía respirando… “Júramelo…”

Jason maldijo por lo bajo pero tomó una decisión. Levantó una mano mientras sostenía a la bebe en la otra y atrajo una manta limpia. Colocó a la bebita sobre la manta y caminó hacia la cama que estaba al lado de la Hermione.

-             Poppy, corre al despacho de Snape  --  le dijo con urgencia  --  En el armario que está detrás de su escritorio, en el segundo tramo del lado izquierdo, hay una poción llamada “In Extremis”. Tráemela.

Por muy extraño que pudiese resultarle, la enfermera no hizo preguntas sino que asintió y se encaminó a la puerta.

-             ¡Poppy!  --  le gritó Jason  --  Asegúrate de cerrar bien al salir y no digas nada a nadie.

Madame Pomfrey entendió perfectamente lo que aquello significaba. Jason no estaba seguro de poder salvar a la bebe y no quería crearles falsas expectativas a nadie. De modo que cuando salió y antes de que le preguntaran nada, le lanzó un hechizo a la puerta y corrió por el pasillo dejando a los presentes en estado de franca alarma.

Entre tanto, Jason miró a la hija de Hermione y decidió que si aquella bebe estaba luchando por vivir, merecía una oportunidad. Con cuidado le separó los minúsculos labios y se dispuso a darle respiración artificial. Estaba aterrado, debía ser en extremo cuidadoso para no pasar más oxígeno del que los pequeños pulmones necesitaban y podían resistir. Después de unos minutos, comprobó que la bebita volvía a respirar por sí misma y sonrió, pero estaba muy consciente de que el peligro aún no había pasado.

Mientras esperaba que regresara la enfermera, había hecho aparecer una cuna donde colocó a la bebe sin dejar de controlar cuidadosamente sus constantes vitales. A pesar de estar poniendo en práctica todos sus conocimientos y habilidades en salvar la vida de la niña, no dejaba de mirar hacia la cama donde se encontraba la madre, y en un par de ocasiones, dejó a la bebita y se acercó a Hermione. La primera, para comprobar que hubiese expulsado de manera correcta la placenta, y colocarla en una posición más cómoda. Y la segunda, para comprobar como había estado haciendo con la bebe, que las constantes vitales de Hermione marchasen como era debido.

Cuando madame Pomfrey regresó, la respiración de la niña seguía siendo muy irregular pero aún luchaba. Jason aplicó una gota de la poción, y le entregó el frasco a la enfermera.

-             Debes darle una gota cada hora durante veinticuatro horas  --  le indicó y ella asintió

-             ¿Y  Hermione?  --  preguntó la mujer

-             Estará bien, y también debe seguir tomando la poción que le dimos antes  --  dijo mientras cubría la cuna de la bebe con una especie de burbuja transparente, y luego agregó  --  Nadie debe cargarla ni intentar sacarla de aquí  --  dijo señalando la cuna cubierta

-             ¿Y cómo la alimentaremos?

-             Yo me encargaré de eso  --  dijo sin dar mayores explicaciones y ella tampoco las pidió, después de lo que lo había visto hacer, no tenía ninguna duda de que sabía lo que hacía

Jason se acercó a la cama de Hermione, arregló las mantas que ya la enfermera se había encargado de cambiar, y le acarició la frente.

-             Cumplí mi promesa linda  --  dijo mientras se inclinaba darle un beso en la frente

Se apartó y cerró los ojos esta vez con evidentes signos de cansancio. Le dio una última mirada a Hermione y se encaminó hacia la puerta. Tomó aire y la abrió.

Nadie se movió al verlo aparecer en la puerta, pero todos lo miraban con los ojos muy abiertos.

-             Tienes una hija  --  dijo mirando a Remus

Sin embargo, no hubo gritos de júbilo como habría cabido esperar, porque todos estaban al tanto de lo que aquello significaba. Y especialmente Harry no podía creerlo, no después de lo que había sucedido antes de que ellos abandonaran la enfermería.

-             Hermione  --  dijeron al mismo tiempo Remus y Harry

-             Está débil pero bien  --  les dijo

Ahora sí el suspiro general de alivio fue perfectamente audible. Remus se dejó caer en una silla y escondió el rostro entre sus manos dejando salir toda la tensión que se había acumulado en las últimas horas. Molly lloraba y reía al mismo tiempo, mientras abrazaba a su sobrino. Ron estaba riendo como un histérico, en tanto que Ginny tuvo que sacudir a Harry que se había quedado como paralizado. El señor Weasley se había acercado a Lupin y le palmeaba el hombro.

-             Vamos hombre, tranquilízate  --  le dijo  --  No puedes entrar a ver tu hija en esas condiciones.

Al cabo de unos minutos se tranquilizó un poco y se levantó caminando hacia Jason que aún intentaba deshacerse de los brazos de su tía, y se plantó frente a él.

-             No sé qué o cómo lo hiciste, pero gracias Jason  --  le dijo extendiéndole la mano, Jason la estrechó pero nada dijo

-             ¿Podemos verlas?  --  preguntó Molly

-             Sí, pero no todos al mismo tiempo  --  le contestó él

-             Entonces el padre primero  --  dijo Arthur

Una vez que Lupin entró, Jason comenzó a caminar hacia el pasillo, necesitaba desesperadamente salir y respirar.

-             ¿Dónde vas?  --  preguntó Molly, pero no recibió respuesta

Sin embargo, no se había alejado mucho cuando se detuvo y volvió sobre sus pasos, aun debía hacer algo más. Cuando llegó al grupo, tomó a Harry por un brazo y lo apartó de los demás.

-             ¿Qué sucede?  --  preguntó Harry con aprensión

-             Sé que quieres a Hermione como si fuese tu propia hermana  --  le dijo  --  Así que voy a pedirte que por favor nunca le digas lo que nos escuchaste hablar a Remus y a mí.

-             Dalo por hecho  --  dijo Harry de inmediato

-             Gracias


Harry lo observó alejarse y aunque su mayor lealtad estaba con Remus, no dejó de sentir una gran admiración por Jason, porque si Hermione se enteraba de lo sucedido, es cierto que eso no le habría reportado mayores beneficios, ya que ella perdería la confianza en ambos, pero también es cierto que de haber sido un egoísta, eso no le habría importado con tal de verla separada de Remus. No obstante, con su actitud demostraba que solo deseaba la felicidad de Hermione, aunque eso significase renunciar a la propia.

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