Harry sentía que estaba en una de sus
pesadillas, Dumbledore muerto, Bill gravemente herido y ahora esto.
-
Jason
pero aquí no podemos… -- comenzó madame
Pomfrey
-
No
hay tiempo para llevarla a San Mungo
-- dijo él y se volvió hacia la
cama
En ese momento se sitió aferrado por un
brazo y al girar la cabeza se encontró con la mirada de Lupin.
-
¿Estás
seguro de que estás en condiciones de atenderla?
-
Por
supuesto que estoy seguro -- le dijo
-- y si no quieres que las cosas
empeoren apártate de mi camino.
Molly apartó con suavidad a Remus
mientras que la profesora McGonagall se dirigía a Jason.
-
Confiamos
en ti --
le dijo en voz baja -- pero no olvides que él es el padre, no puedes
impedirle estar aquí.
-
Y
no lo haré, pero que no me estorbe
-- dijo en su habitual forma
cortante
La profesora se dio por satisfecha y se
volvió hacia Harry que seguía paralizado por el miedo y la culpa.
-
Vamos
Harry, necesitamos hablar
Aquellas palabras lo hicieron reaccionar
y lo hizo de forma muy parecida a Jason, ya que le parecía impensable que ella
estuviese pidiéndole marcharse justo en ese momento.
-
No
pienso moverme de aquí profesora
-
Potter --
dijo ella adoptando su tono brusco
-- necesito aclarar ciertas cosas
y…
-
¡Al
demonio con todo! -- exclamó provocando que Ron, Ginny y Luna lo
mirasen con los ojos muy abiertos, pero fue la voz de Hermione la que serenó
los ánimos
-
Harry --
llamó la chica y él se acercó a la cama tomándole la mano
-
Aquí -- le
dijo
-
Debes
ir con la profesora -- le dijo
-- yo estaré bien, pero regresa.
Harry sintió un nudo en la garganta que
le impidió decir nada, de modo que se limitó a asentir y dándole un beso en la
frente caminó hacia la puerta.
Unos minutos después todos abandonaron
la enfermería a excepción de Fleur que estaba al lado de la cama de Bill, y
Lupin al lado de la de Hermione.
Aunque Ron con su proverbial simpleza no
entendía por qué razón debían abandonar la enfermería porque si era por
cuestión de privacidad ya tenían un biombo que se las proporcionaba, pronto se
alegró de no estar allí y en realidad hubiese querido estar mucho más lejos
cuando comenzó a escuchar los gritos de Hermione. Su rostro había adquirido un
color ceniciento y parecía a punto desmayarse. Luna se acercó a él y le sujetó
la mano haciendo que se sentara en una de las sillas que el señor Weasley había
hecho aparecer para todos.
-
Parece
como si…
-
No
te preocupes -- lo tranquilizó Luna --
ella va estar bien, ya lo verás
Un rato después vieron aparecer a Harry
a toda carrera, frenó ante Ron y Luna pero antes de poder preguntar cómo iba el
asunto, un grito de Hermione hizo que se le encogiera el estómago. Ginny se
situó a su lado e hizo que tomara asiento.
-
¿Cuánto
tiempo va a demorar esto? -- preguntó
-
Eso
es algo impredecible -- dijo la señora Weasley --
puede ser algo muy rápido pero puede durar horas.
-
¿Horas? --
preguntaron Harry Ron horrorizados
-
Según
mi madre -- intervino Tonks -- mi
nacimiento comenzó a la hora de la cena y terminó a la mañana siguiente
Los chicos sintieron que alma se les iba
a los pies. No se veían capaces de soportar aquello toda una noche, aunque en
realidad ya casi había amanecido y ni cuenta se habían dado.
Al cabo de una hora poco más o menos,
salió Lupin y todos se abalanzaron hacia él. Por un momento Harry tuvo la
horrorosa sensación de que había sucedido lo peor, porque el aspecto de su
antiguo profesor era todo menos alegre.
-
¿Y
bien? --
preguntó Molly con ansiedad
-
Las
cosas no van bien, pierde sangre y se debilita
-- dijo intentando mantener la
voz firme, respiró profundo y miró a Harry
-- Quiere verte
Entre tanto, Hermione había aprovechado
la ausencia de Remus y había sujetado el brazo de Jason.
-
Jason dime la verdad -- le
dijo mirándolo y con voz débil -- ¿Mi bebé está bien?
-
Lo
está --
dijo él -- pero debes tener paciencia linda, a veces
estas cosas demoran -- pero vio que ella aun dudaba --
¿Confías en mí?
-
Como
en nadie
-
Entonces
tranquilízate, necesitaras todas tus fuerzas para traer a este bebe al mundo.
De modo que en los momentos que el dolor ceda, intenta relajarte. A medida que
se acerque el alumbramiento las contracciones serán más seguidas ¿me
comprendes? -- concluyó con suavidad
-
Te
dije que confío en ti, pero prométeme algo
-
Dime
-
Si
en algún momento las cosas van mal, aunque no me lo digas, júrame que harás
todo para salvar la vida de mi hijo.
Jason se sintió entre la espada y la
pared, lo que ella le estaba pidiendo era quizá lo único que no podía
prometerle, porque por encima de cualquier cosa él la protegería a ella, aunque
para ello tuviese que sacrificar la vida del bebe.
-
Jason…
-
No
pensemos en eso linda -- dijo evadiendo el asunto, pero ella no estaba
dispuesta a hacerlo
-
Júramelo
Jason, por favor
El enorme conflicto en su interior lo
estaba castigando de una forma brutal, pero no podía seguir ignorando la mirada
de súplica en sus ojos.
-
Por
favor --
insistió y ya comenzaba a palidecer por efectos de otra contracción
-
De
acuerdo -- dijo finalmente derrotado -- Te
lo juro
Hermione hizo una mueca triste imitación de su
hermosa sonrisa, pero el dolor deformaba sus facciones. Jason sujetó su mano en
un vano intento de absorber de algún modo su dolor, aunque sabía que aquello
era imposible.
Si bien era cierto que todo el mundo
sabía que el parto era un proceso doloroso, sólo él sabía a ciencia exacta lo
que las maldiciones habían hecho en el cuerpo de la chica y el sufrimiento por
el que estaba pasando. Este conocimiento hizo que su odio por los que le habían
hecho aquello, creciera de manera exponencial.
Harry y Lupin entraron en el momento en
que la contracción comenzaba a ceder. Jason se hizo a un lado y Lupin ocupó su
lugar, mientras Harry se situaba al otro lado de la cama. Ambos sujetaron las
manos de la chica que seguía con los ojos cerrados. Harry se asustó ante la
palidez de Hermione y miró a Remus mientras él secaba el sudor de la frente de
ella.
-
Harry… --
susurró Hermione
-
Aquí
estoy --
dijo él
-
Harry…
quiero que me prometas una cosa
-
Claro --
aceptó él sin pensarlo siquiera al verla así
-
Si
a mí me sucede…
-
¡No
digas estupideces Hermione! -- la interrumpió él
Si había algo que no podía permitirse y
menos en aquel momento, era pensar en que podía perder también a Hermione.
-
Escúchame
por favor -- dijo ella con voz suplicante
-
Si
por alguna razón… ni Remus ni yo, podemos estar al lado de nuestro bebe… tú y
Ginny… -- sus palabras se perdieron tras
un gemido y Harry sintió que el corazón se le rompía en pedazos
-
Trata
de descansar linda -- dijo Remus pero ella parecía no haberlo
escuchado
-
…
prométeme que lo cuidaran como… si fuera suyo
Harry hizo un gran esfuerzo para que su
voz pudiese abrirse paso a través del nudo que cerraba su garganta, y uno mayor
aún para que ésta sonara firme.
-
Por
supuesto que sí, pero no tienes que preocuparte porque nada va a sucederte --
dijo con tanta firmeza como le fue posible
-
Remus… -- y
Hermione volvió la vista hacia Lupin que al igual que Harry hacía enormes
esfuerzos para conservar la serenidad -- quiero que…
-
Lo
sé linda, yo también -- la interrumpió en un intento de ahorrarle
fuerzas y miró a Harry -- Queremos que Ginny y tú sean los padrinos de
nuestro hijo
Aquello que en otras circunstancias
debía significar una alegría, en aquel momento solo lo llenó de tristeza,
porque recordó que ya tenía un ahijado al que no conocía y que nunca conocería
a sus padres, y se negaba a aceptar que tendría otro en las mismas condiciones.
Y por otro lado una idea un tanto absurda también se filtró en sus pensamientos
al preguntarse cómo era posible que sus amigos le cedieran aquel importante
papel a alguien que como él tenía tantas posibilidades de morir en un breve
lapso de tiempo. Sin embargo, intentó ser positivo.
-
Ginny
se va a poner muy contenta -- les dijo
-
Ella
ya… me prometió que… -- pero Hermione no pudo concluir porque otra
contracción la hizo gritar con las pocas fuerzas que le quedaban
Transcurrió otra larga hora y aunque la
chica estaba cada vez más agotada, seguía luchando con todas sus fuerzas. Pero
en mitad de la última contracción perdió el sentido. Jason apartó sin
ceremonias a Harry e hizo alguna comprobación con su varita. Cerró por un
instante los ojos y cuando los abrió miró fijamente a Remus.
-
Tenemos
que hablar -- le dijo y se alejó unos pasos de la cama
Lupin soltó la mano de Hermione y caminó
hasta quedar frente al sanador. Harry había ocupado nuevamente su lugar al lado
de Hermione y aunque ella estaba sin sentido, él volvía a sujetarle la mano,
pero sin despegar la vista de los hombres que estaban a pocos pasos.
-
¿Qué? --
preguntó Remus al ver que Jason se limitaba a mirarlo
Lupin no tenía idea del grado de
desesperación de Jason, pero algo en su mirada hizo que su instinto le pusiera
en alerta.
-
Ya
en otra ocasión te hablé de lo que las maldiciones habían hecho en su
cuerpo -- comenzó el chico, y lo que dijo a
continuación podría haber sido considerado cruel de no estar todos al tanto del
amor que sabían que sentía por ella
-- Está muriendo y no hay nada
que pueda hacer si permito que el parto concluya. Ella me hizo jurarle que si
me veía en la necesidad de decidir, salvase la vida del bebe pero tú eres el
padre, y estando ella inconsciente tienes el derecho a decidir -- y
sin darle tiempo a digerir lo que le acababa de decir, agregó -- Yo
estoy dispuesto a romper mi juramento para salvar su vida si tú lo autorizas. Y
te juro que nunca se lo diré y asumiré toda la responsabilidad.
Harry que no se había perdido ni un solo
fragmento de la conversación, pensó que aquello tal vez fuese legalmente
correcto, pero difícilmente lo sería moralmente. Sin embargo, e ignorando la
moralidad del asunto, estaba rogando con todas sus fuerzas para que Remus
dijera lo que esperaba oír.
Por su parte Lupin, y aunque aquello le
producía el mayor dolor que había experimentado hasta el momento, y sabiendo
que probablemente su decisión le costaría el amor de Hermione, no lo dudó.
-
Hazlo --
dijo con la mayor firmeza -- Sálvala a ella.
Harry cerró los ojos y soltó el aire,
mientras agradecía en silencio esa decisión. Jason asintió y a continuación les
pidió que abandonaran la enfermería y llamó a madame Pomfrey. Pero antes de
abandonar el lugar, Remus le aferró el brazo a Jason y le dirigió una mirada de
súplica.
-
Ella
es mi vida Jason.
-
No
tienes nada que temer -- le aseguró el sanador --
porque aunque ella te ame a ti, también es la mía.
Harry y Lupin salieron y los que estaban
afuera se pusieron de pie al verlos. Pero lo que pudieron decirles, lejos de
tranquilizarlos sólo les produjo dolor. Ginny se refugió en brazos de Harry,
mientras que Molly haciendo acopio de valor, intentó transmitirle un poco de
serenidad a Remus, porque apenas terminó de darles la información se vino
abajo.
Apenas Remus y Harry salieron Jason se
puso en movimiento, y aunque madame Pomfrey no tenía idea de para qué podía
necesitarla estuvo a su lado como se lo pidió. Madame Pomfrey había pasado
prácticamente toda su vida en la enfermería de Hogwarts, por tanto nunca había
asistido ningún parto. No obstante, no tenía ninguna duda de que aquel chico
era sumamente capaz. Recordaba que en su época de estudiante, pasaba muchas
horas en la enfermería aún antes de tener que tomar una decisión acerca de qué
carrera seguiría una vez que abandonase la escuela. Recordaba así mismo, que fue
un alumno brillante en todas las materias, y en honor a la verdad debía ser
algo más que brillante para haberle logrado un “Extraordinario” a Snape. Pero
lo que ella recordaba con mayor claridad, era que ya en cuarto, Jason era
perfectamente capaz de curar hasta las más complicadas heridas, lo que lo hizo
responsable de que más de la mitad de los accidentes que sufrieron los alumnos
en esa época, no llegasen a sus manos. De forma que no le cabía la menor duda
de que si había alguien capacitado para hacerse cargo de aquella complicada
situación, ese alguien era Jason.
-
Perdóname
Hermione -- lo escuchó decir y aunque
ella no entendió el porqué de aquello, guardó silencio
Jason acarició la mejilla de Hermione y
le dio un beso en la frente. Madame
Pomfrey al igual que todo el mundo, estaba perfectamente al tanto de los
sentimientos de Jason por aquella chica, y ella personalmente había sido
testigo de la abnegación con la que había cuidado de su embarazo, y aunque
apreciaba sinceramente a Lupin, ya que había sido otro de sus visitantes
asiduos durante su paso por el colegio, lamentaba sinceramente que el amor de
Jason por Hermione no fuese correspondido.
Jason cerró los ojos y comenzó a recitar
una serie de complicados hechizos, de los que la enfermera no tenía ni el menor
conocimiento. Transcurridos algunos minutos, se dirigió a la enfermera y le
pidió varias cosas, entre ellas algunas hierbas de las que ella tenía guardadas
en el armario, ya que las usaba en la preparación de pociones curativas. Cuando
regresó con lo solicitado, vio que Jason había dispuesto un mechero sobre la
veladora y ya había un caldero sobre él. Comenzó a agregar los ingredientes a
la poción y pasados unos minutos ésta estuvo lista. Jason llenó un frasco y se
volvió hacia la enfermera.
-
Poppy -- le
dijo --
yo mantendré su boca abierta, con cuidado tú irás vaciando el contenido
de este frasco hasta la última gota ¿has comprendido?
La enfermera asintió y tomó el frasco en
su mano. Jason inclinó la cabeza de Hermione en una posición que aún despierta
habría sido algo forzada, y separó sus labios con delicadeza. Le hizo un gesto
a madame Pomfrey y ella comenzó a vaciar el contenido en la boca de la chica. A
intervalos regulares, él la hacía detenerse y comprobaba que el líquido
estuviese pasando hacia donde debía y no hacia las vías respiratorias. Así
estuvieron hasta que el frasco estuvo vacío. Jason esperó unos minutos y luego
comenzó de nuevo a recitar sus complicados hechizos. Una vez que pareció
finalizar, miró la hora y luego a la enfermera.
-
Trae
mantas Poppy, voy a extraer el feto
-- le dijo
Cuando regresó, Jason comenzó a retirar
la sábana que cubría el cuerpo de Hermione al igual que las ropas.
-
Poppy,
debes sostenerle las piernas -- y ella se dispuso a hacerlo
Con un último suspiro Jason aferró su
varita y apunto hacia el vientre de Hermione. Acto seguido, Madame Pomfrey vio
como comenzaba a moverse el vientre de la chica en forma espasmódica y parecía
como si al mismo tiempo una mano invisible estuviese ejerciendo presión sobre
él y empujando al bebe hacia abajo.
Mientras Jason se concentraba en llevar
a cabo el procedimiento de la forma más eficiente posible, la voz de Hermione
invadió su cerebro. “Confío en ti” “Júrame
que harás todo para salvar la vida de mi hijo”
Trató de ignorarlo pero la vocecita seguía repitiéndole lo mismo
una y otra vez de forma incansable. La cabeza del bebe asomó y Jason se preparó
a recibirlo. Cuando emergió el cuello, Jason maldijo en forma audible. El bebe
venía con el cordón umbilical enrollado en su cuello y a pesar de saber la
inutilidad de aquello, maniobró lo mejor que pudo tratando de liberarlo. Unos
segundos después lo había conseguido y terminó de extraer el resto del cuerpo.
-
Es
una niña -- dijo Madame Pomfrey al ver el muy pequeño cuerpo
de la bebita en las manos de Jason
Pero él no estaba prestando atención a
eso, sino al extraordinario hecho de que la bebe aún respiraba de forma muy
débil, pero lo hacía. Sin embargo, Jason sabía que en unos pocos segundos
dejaría de hacerlo. Ya su piel estaba tornándose azulada.
La voz de Hermione seguía martilleándole
la consciencia. “… salvar la vida de mi
hijo”…los segundos pasaban y el ritmo de la respiración disminuía… “Confío en ti”… seguía respirando… “Júramelo…”
Jason maldijo por lo bajo pero tomó una
decisión. Levantó una mano mientras sostenía a la bebe en la otra y atrajo una
manta limpia. Colocó a la bebita sobre la manta y caminó hacia la cama que
estaba al lado de la Hermione.
-
Poppy,
corre al despacho de Snape -- le dijo con urgencia -- En
el armario que está detrás de su escritorio, en el segundo tramo del lado
izquierdo, hay una poción llamada “In
Extremis”. Tráemela.
Por muy extraño que pudiese resultarle,
la enfermera no hizo preguntas sino que asintió y se encaminó a la puerta.
-
¡Poppy! -- le
gritó Jason -- Asegúrate de cerrar bien al salir y no digas
nada a nadie.
Madame Pomfrey entendió perfectamente lo
que aquello significaba. Jason no estaba seguro de poder salvar a la bebe y no
quería crearles falsas expectativas a nadie. De modo que cuando salió y antes
de que le preguntaran nada, le lanzó un hechizo a la puerta y corrió por el
pasillo dejando a los presentes en estado de franca alarma.
Entre tanto, Jason miró a la hija de
Hermione y decidió que si aquella bebe estaba luchando por vivir, merecía una
oportunidad. Con cuidado le separó los minúsculos labios y se dispuso a darle
respiración artificial. Estaba aterrado, debía ser en extremo cuidadoso para no
pasar más oxígeno del que los pequeños pulmones necesitaban y podían resistir.
Después de unos minutos, comprobó que la bebita volvía a respirar por sí misma
y sonrió, pero estaba muy consciente de que el peligro aún no había pasado.
Mientras esperaba que regresara la
enfermera, había hecho aparecer una cuna donde colocó a la bebe sin dejar de
controlar cuidadosamente sus constantes vitales. A pesar de estar poniendo en
práctica todos sus conocimientos y habilidades en salvar la vida de la niña, no
dejaba de mirar hacia la cama donde se encontraba la madre, y en un par de ocasiones,
dejó a la bebita y se acercó a Hermione. La primera, para comprobar que hubiese
expulsado de manera correcta la placenta, y colocarla en una posición más
cómoda. Y la segunda, para comprobar como había estado haciendo con la bebe,
que las constantes vitales de Hermione marchasen como era debido.
Cuando madame Pomfrey regresó, la
respiración de la niña seguía siendo muy irregular pero aún luchaba. Jason
aplicó una gota de la poción, y le entregó el frasco a la enfermera.
-
Debes
darle una gota cada hora durante veinticuatro horas -- le
indicó y ella asintió
-
¿Y Hermione?
-- preguntó la mujer
-
Estará
bien, y también debe seguir tomando la poción que le dimos antes --
dijo mientras cubría la cuna de la bebe con una especie de burbuja
transparente, y luego agregó -- Nadie debe cargarla ni intentar sacarla de
aquí --
dijo señalando la cuna cubierta
-
¿Y
cómo la alimentaremos?
-
Yo
me encargaré de eso -- dijo sin dar mayores explicaciones y ella
tampoco las pidió, después de lo que lo había visto hacer, no tenía ninguna
duda de que sabía lo que hacía
Jason se acercó a la cama de Hermione,
arregló las mantas que ya la enfermera se había encargado de cambiar, y le
acarició la frente.
-
Cumplí
mi promesa linda -- dijo mientras se inclinaba darle un beso en
la frente
Se apartó y cerró los ojos esta vez con
evidentes signos de cansancio. Le dio una última mirada a Hermione y se
encaminó hacia la puerta. Tomó aire y la abrió.
Nadie se movió al verlo aparecer en la
puerta, pero todos lo miraban con los ojos muy abiertos.
-
Tienes
una hija -- dijo mirando a Remus
Sin embargo, no hubo gritos de júbilo
como habría cabido esperar, porque todos estaban al tanto de lo que aquello
significaba. Y especialmente Harry no podía creerlo, no después de lo que había
sucedido antes de que ellos abandonaran la enfermería.
-
Hermione --
dijeron al mismo tiempo Remus y Harry
-
Está
débil pero bien -- les dijo
Ahora sí el suspiro general de alivio
fue perfectamente audible. Remus se dejó caer en una silla y escondió el rostro
entre sus manos dejando salir toda la tensión que se había acumulado en las
últimas horas. Molly lloraba y reía al mismo tiempo, mientras abrazaba a su
sobrino. Ron estaba riendo como un histérico, en tanto que Ginny tuvo que
sacudir a Harry que se había quedado como paralizado. El señor Weasley se había
acercado a Lupin y le palmeaba el hombro.
-
Vamos
hombre, tranquilízate -- le dijo
-- No puedes entrar a ver tu hija
en esas condiciones.
Al cabo de unos minutos se tranquilizó
un poco y se levantó caminando hacia Jason que aún intentaba deshacerse de los
brazos de su tía, y se plantó frente a él.
-
No
sé qué o cómo lo hiciste, pero gracias Jason
-- le dijo extendiéndole la mano,
Jason la estrechó pero nada dijo
-
¿Podemos
verlas? -- preguntó Molly
-
Sí,
pero no todos al mismo tiempo -- le contestó él
-
Entonces
el padre primero -- dijo Arthur
Una vez que Lupin entró, Jason comenzó a
caminar hacia el pasillo, necesitaba desesperadamente salir y respirar.
-
¿Dónde
vas? --
preguntó Molly, pero no recibió respuesta
Sin embargo, no se había alejado mucho
cuando se detuvo y volvió sobre sus pasos, aun debía hacer algo más. Cuando
llegó al grupo, tomó a Harry por un brazo y lo apartó de los demás.
-
¿Qué
sucede? -- preguntó Harry con aprensión
-
Sé
que quieres a Hermione como si fuese tu propia hermana -- le
dijo --
Así que voy a pedirte que por favor nunca le digas lo que nos escuchaste
hablar a Remus y a mí.
-
Dalo
por hecho -- dijo Harry de inmediato
-
Gracias
Harry lo observó alejarse y aunque su
mayor lealtad estaba con Remus, no dejó de sentir una gran admiración por
Jason, porque si Hermione se enteraba de lo sucedido, es cierto que eso no le
habría reportado mayores beneficios, ya que ella perdería la confianza en
ambos, pero también es cierto que de haber sido un egoísta, eso no le habría
importado con tal de verla separada de Remus. No obstante, con su actitud
demostraba que solo deseaba la felicidad de Hermione, aunque eso significase
renunciar a la propia.
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