Cuando Lupin llego al recibidor y vio al visitante,
no lo podía creer y de ahí su exclamación.
-
¿JASON?
-
¿Profesor? -
preguntó el chico, más incrédulo aún que Remus
Todos habían girado las cabezas con curiosidad,
especialmente los miembros de la familia Weasley. Ambos avanzaron en dirección
al otro hasta fundirse en un abrazo.
-
Sabía que
volvería a verte algún día - dijo Remus emocionado
-
Y yo siempre me
pregunté el por qué de sus palabras en la estación, y la única respuesta
posible era…
-
Disculpen - interrumpió
Fred -
sabemos que sería estúpido preguntar si se conocen…
-
… porque hay
uno que otro detalle, que así lo indica, pero…
- agregó George
-
… nos gustaría
saber de dónde - completó Fred
-
Es una larga
historia - dijo Remus
-
Y si no les
importa, podríamos escucharla mientras cenamos ¿no? - sugirió Ron cuyo estómago, como de costumbre
protestaba ruidosamente
-
¡Ron! - exclamó Molly - Ni
siquiera hemos presentado a Jason correctamente
-
Al parecer no
es necesario - protestó el chico
-
¡Hoooola! - exclamó
Hermione agitando una mano frente a su rostro
- él no es la única persona
presente - dijo señalando a Remus
-
Jason
cariño -
dijo Molly - Este es nuestro anfitrión Sirius Black
-
Un placer señor
Black, he oído mucho de usted
-
Cualquier cosa
que hayas escuchado es probablemente cierta
- bromeó él dándole la mano
-
Y ellos son
Hermione Granger y Harry Potter, compañeros de curso de Ron, y casi de la familia -
continuó Molly
-
Debo sentirme
afortunado de que esta familia cuente con tanta belleza - dijo
mientras tomaba la mano de Hermione y ésta enrojecía, luego se volvió a
Harry -
Por fin puedo conocerte, aparte de lo mucho que he oído hablar de
ti, lamento haberme perdido el alboroto
que causaste en tu primer año - al ver que Harry ponía cara de extrañeza -
Cuando tú entraste a la escuela,
yo acababa de salir.
-
Bien, ya los
conoces a todos, cielo - y volviéndose hacia ellos anunció -
Jason es mi sobrino.
Ahora fue el turno de Remus de poner cara de
asombro.
-
¿Sobrino?
-
Sí - dijo
Molly -
Pero vamos, la cena se enfría.
-
¡Gracias
madre! -
exclamó Ron
-
¡Un
momento! -- exclamó un vocecita airada y todos se
giraron -- ¿Yo estoy pintada en la pared?
-
Pues serías la
más hermosa de las pinturas -- dijo Jason, y un segundo después Ginny estaba
en sus brazos -- ¿Cómo estás, bonita?
-
Molesta contigo
-
¡Por todos los
cielos! -- exclamó él
-- ¿Qué pude haber hecho para
tener semejante desgracia?
-
Yo también leo
las revistas, sinvergüenza -- y compuso cara de enfado -- ¿El
sexy sanador?
-
¡Madre por
favor! -- se quejó Ron mientras Jason reía con el mayor
de los descaros
-
Déjalo
tranquilo Ginny, y vamos al comedor
Una vez acomodados en la mesa, Remus cuya mente
buscaba la posible relación de los Davenport con los Weasley, al pensar en los
padres de Jason recordó sus buenos modales.
-
¿Cómo están tus
padres? - le preguntó
-
Papá falleció
cuando estaba en quinto - dijo el chico con cara de pena - y…
vengo llegando del funeral de mamá
-
Lo siento
mucho -
dijo Remus verdaderamente apenado
-
¿Y bien
Remus? -
intervino Sirius tratando de cambiar la dirección del tema - ¿Nos
dirás de dónde se conocen?
-
¿Remus? -
preguntó Jason poniendo cara de asombro
- ¿”Ese” Remus? - dijo
mirando a Molly
-
¿Qué quieres
decir con “ese” Remus? - preguntó Fred
- Es el único que conocemos
-
Y aunque parece
que estábamos engañados, nos pareció que tú también -
agregó George
-
¡Diablos! -
exclamó Jason - Eso significa que yo tenía razón.
-
Esperen,
esperen - dijo Harry
- es evidente que nos estamos
perdiendo de algo importante
-
Verán -
comenzó Remus - después de la muerte de James y Lily, yo
decidí alejarme del mundo mágico. De modo que me fui a vivir a Rossendale,
una población rural habitada por muggles.
Allí fue dónde conocí a los Davenport, es decir, a los padres de Jason.
Solicitaron mis servicios como profesor, que era lo que hacía en ese lugar.
-
Y debo decir,
que sigue siendo el mejor profesor que he tenido -
aseguró el chico
Hermione estuvo a punto de decir que opinaban igual,
pero se mordió la lengua, sin embargo,
Ginny lo hizo por ella.
-
Nosotros
también - dijo la pequeña Weasley, mientras los demás
asentían
-
Gracias - les
dijo él y continuó - Y si Jason está sorprendido, es porque en
cuanto dejé el mundo mágico, dejé también de utilizar mi nombre, al menos el
que ustedes conocen, en ese entonces utilizaba mi segundo nombre John, y el
apellido de mi madre, Ryan.
-
¡Vaya! -
dijeron algunos
-
Bien, esa es mi
parte de la historia - dijo mirando a los chicos y luego a
Jason -
¿Cuál es la tuya? -- pero fue Molly la que contestó
-
Una tarde de
verano Arthur llegó a casa y me dijo que
había recibido una citación de la Oficina de Leyes Mágicas, en la que se nos
citaba a ambos. Naturalmente me sorprendí mucho
- y con una tierna sonrisa,
añadió -
el pobre Arthur intentaba convencerme de que no había transgredido
ninguna ley, y que no había hecho tonterías con ningún artefacto muggle
Su mirada tenía cierto brillo de nostalgia y amor
que empujó a los gemelos a hacer gestos de asco, y a las niñas a sonreír.
-
Madre, podrías
quitar la cara de tonta adolescente enamorada y continuar la historia, para
beneficio de todos en más de un sentido
- dijo Fred
-
¡Fred! -
exclamó ella
-
Ya ni sabe
quién es quién - dijo el otro gemelo con sumo descaro - Fred
soy yo madre.
-
A callar los
dos -
dijo ella sospechando del asunto, y luego continuó - El
día de la cita nos encontramos con Dumbledore que había sido citado también. El
encargado del caso nos hizo pasar a su cubículo y nos contó la historia más
asombrosa que nos hubiésemos podido imaginar
- hizo una pequeña pausa, y luego
continuó - Nos informó que uno de mis hermanos, Fabián,
había tenido descendencia, pero tanto él como mi otro hermano, Gideon,
pertenecían a la Orden y murieron un poco antes que tu padres Harry - dijo
mirando al chico - Fabián había dejado una carta para mí, donde
me explicaba que tenía un hijo que para el momento en el que escribió esa
carta, debía tener aproximadamente seis o siete años, y si no nos habíamos
enterado hasta entonces de su existencia era porque… - miró
a Jason, sin estar muy segura de si debía decir aquello o no.
-
La vedad
es -
dijo el chico viendo el apuro de su tía
- que mi madre no se tomó muy
bien la información de que mi padre era un mago. Según lo que ella misma me
contó, cuando se enteró de su embarazo y se lo comunicó a papá, él decidió
revelarle su origen y la existencia de nuestro mudo. Pero mamá no se lo tomó de
manera muy inteligente y en principio pensó que se burlaba de ella, pero
finalmente terminó expulsándolo de nuestras vidas. De más está decir que yo no
me enteré de nada de esto hasta que me llevaron al Callejón Diagon donde nos
encontramos con tía Molly y tío Arthur.
-
El encargado
nos informó que Fabián, a pesar de que no se le permitía oficialmente ver al
niño, él lo hacía cada vez que podía, pero cuando comenzaron a ponerse las
cosas difíciles para la Orden prefirió alejarse, ya que como todos sabemos, una
de las formas preferidas del-que-no-debe-ser-nombrado, para torturar a sus
enemigos es persiguiendo a sus seres queridos. Aún así, Fabián se aseguró de
que si le sucedía algo, el niño no quedase desamparado y algún día pudiese
enterarse de quién era en realidad
- pausó un momento para secarse
las lágrimas, y luego prosiguió - Cuando un niño mago nace, es automáticamente
registrado en los archivos de nacimiento mágicos. Por supuesto mi hermano no
tenía modo de saber si su hijo sería un mago o no, existía la posibilidad de
que fuese un Squib, dado que uno de
sus progenitores era muggle, pero en
cualquier caso, siempre pensó que tenía derecho a saber quién era su padre. Sin
embargo, en cuanto el bebe nació le llegó el acta de registro con el nombre que
su madre le había dado pero con nuestro apellido como correspondía, Jason Fabián
Prewet. Y bueno, al cumplir once le llegó su carta de Hogwarts y fuimos citados
como había dispuesto Fabián. No quiso que lo supiésemos antes porque igual no
habríamos podido verlo.
-
Pero cuando me
llegó la carta y el Profesor Dumbledore vino a vernos, mamá decidió mostrarse
más razonable - dijo Jason
- Aún así no me dijeron mucho
hasta que fuimos al Callejón, y entre todos me contaron la historia. Me costó
un poco asimilar todo aquello, pero poco a poco me fui acostumbrando. Mamá no
puso objeciones en que fuera en esa primera semana santa a La Madriguera para conocer al resto de mi familia, y luego comencé a pasar parte de mis
vacaciones allí.
-
¡Vaya! -
exclamó Harry - Para mí también fue una noticia sorpresiva,
pero al menos tú tuviste una familia que te recibió con alegría. Los únicos
parientes vivos que tengo, siempre han expresado claramente que me consideran
una desgracia, y a decir verdad,
estarían contentos si Voldemort terminase de matarme de una vez.
-
¡Harry! No
digas eso - exclamó Hermione
-
Y nosotros sí te queremos - dijo
Ginny, enrojeciendo luego violentamente
-
Vamos
compañero - dijo Ron palmeándole la espalda -
sabes que casi eres de la familia.
Le hicieron unas cuantas broma a Harry, y
continuaron.
-
¿Qué quisiste
decir con eso de que “tenías razón? -
preguntó Remus
-
Cuando estaba
en tercero, estudiamos en DCAO a los Licántropos, y en vacaciones le dije a
mamá que usted era uno - le contestó
- Por supuesto me dijo que yo
estaba loco, pero recordé perfectamente que usted desaparecía una vez al mes, y
que siempre parecía enfermo por esos días. Como una de esas desapariciones
coincidió con mi cumpleaños, busqué un mapa lunar y bueno, el resto fue sacar
unas cuantas cuentas.
-
Buen
trabajo - reconoció Remus - Me
recuerdas a cierta brujita que hizo algo parecido - y
sonrió con ternura hacia Hermione, pero ella había bajado la cabeza y rehuido
su mirada - ¿Qué hiciste al salir de la escuela? - le
preguntó a continuación
-
Ingresé a San
Mungo, y este año termino mi carrera como sanador.
-
Fantástico, te
felicito.
-
Gracias - dijo
y luego miró a Molly - Tía, quería saber si le habían hablado al
profesor Dumbledore, tío Arthur dijo que lo haría.
-
Sí cielo, pero
como estabas con lo de tu madre, decidimos esperar a que regresaras.
-
¿Hablarle de
qué? -
quiso saber Ron
-
Jason quiere
ingresar a la Orden - dijo ella
-
Pero eres
sanador hombre, y eso… - dijo George
-
… ¿Y eso
qué? -
lo interrumpió - Sí, soy sanador, pero no he olvidado que ese
sujeto mató a mi padre - dijo con voz helada - y
estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para vengar su muerte.
Se hizo un pesado silencio. En realidad George no
había querido molestarlo y probablemente aquello si lo hubiese dejado terminar,
habría concluido en una de sus habituales bromas. Era algo que los gemelos
hacían con frecuencia, conocían el carácter volátil de su primo y disfrutaban
fastidiándolo.
-
No dudo que
Dumbledore acepte Jason, necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir, pero
necesitarás entrenarte un poco - dijo Remus
-
No se preocupe
por eso profesor, pertenecí al Club de Duelo del colegio desde segundo hasta
sexto, en séptimo lo dejé porque necesitaba prepararme bien para los EXTASIS si
quería ingresar a San Mungo - le informó él
Los chicos se miraron recordando el nefasto Club de
Duelo que había intentado Lockhart, y dónde lo único que habían aprendido era
como desarmar al oponente. Si Jason contaba con lo aprendido en un Club de
Duelo, solo esperaban que hubiese tenido más suerte que ellos, y en cualquier
caso, pensaron que haría bien en aceptar lo que le proponía Remus.
-
En principio
deja de llamarme profesor, aquí todos me llaman por mi nombre, y segundo, nunca
está de más algo de práctica y aquí tienes a uno de los mejores duelistas del
mundo mágico - dijo señalando a Sirius
-
Me sentiré muy
honrado si usted se aviene a entrenar
conmigo señor Black - le dijo
-
No haré nada
contigo mientras me llames señor Black, niño
- dijo Sirius
En principio Jason no captó la broma por no
conocerlo lo bastante aún. Sirius había dicho aquello en el tono más serio pero
en sus ojos bailaba la burla, de modo que los demás que lo conocían mucho
mejor, soltaron la carcajada.
-
No le hagas
caso a este payaso Jason - le recomendó Remus
Poco antes de que finalizara la cena, llegaron Bill
y el señor Weasley. Ambos se alegraron mucho con la presencia de Jason,
especialmente Bill que era uno de los que siempre se había llevado mejor con su
primo, el otro era Charlie. Aquellos tres individuos habían puesto La Madriguera de cabeza en más de una
oportunidad, para desesperación de Molly. En tanto que al señor Weasley le
encantaba conversar con su sobrino, porque siempre le proporcionaba información
“interesante” acerca de su pasatiempo favorito, los artefactos muggles.
Todos se quedaron a acompañar a los recién llegados
mientras estos tomaban su cena e informaban de los últimos acontecimientos en
el Ministerio. Luego de esto pasaron al salón donde siguieron conversando hasta
bastante tarde, cuando la señora Weasley mandó a los chicos a dormir porque al
día siguiente tendrían mucho qué hacer.
En los días siguientes siguieron con su rutina de
“guerrear” contra aquella casa, la
variante fue que en las tardes, los chicos tuvieron oportunidad de
asistir, aún en contra de la opinión de Molly, a un verdadero Club de Duelo.
Esto había ocasionado otro de los muchos disgustos
entre Molly y Sirius, a quien la primera calificaba de “loco irresponsable”,
porque fue a él a quien se le ocurrió que los chicos bien podían asistir a las
sesiones de entrenamiento de Jason, porque como había dicho Remus, nunca estaba
de más algo de práctica.
-
Pero desde
luego Remus no se refería a los niños
- dijo ella airada
-
No somos
ningunos niños mamá - protestó George
-
¡Cállate
George!
-
Y ahí vamos de
nuevo -
dijo Fred - Hoooola, George aquí
Pero su madre no le prestó atención y siguió
discutiendo con Sirius.
-
Sirius, se
juicioso una vez en la vida, los chicos podrían salir lastimados
-
Sí, sobre todo
Harry -
dijo irónicamente Fred
-
¿Yo? -
preguntó el aludido al no percatarse de la ironía - ¿Y
yo por qué?
-
Ya sabes, como
no has podido librarte ya varias veces de Quien-tú-sabes, Sirius tiene igual
oportunidad de hacerte picadillo - dijo George
Molly no sabía si lanzarle algo a los gemelos, o
seguir discutiendo con aquel portento de inmadurez.
-
Vamos Molly, no
les hará ningún mal estar preparados, nunca se sabe cuando puede resultar de
utilidad saber unos cuantos hechizos defensivos.
Finalmente y no pudiendo hacer nada, los chicos
comenzaron a asistir a las sesiones y no tenían idea de lo proféticas que
resultarían las palabras de Sirius, porque ciertamente iban a necesitarlo y
mucho.
En la primera sesión se habían llevado una gran
sorpresa, o al menos Remus y Sirius.
-
Como ya tienes
cierta experiencia con el Club de Duelo
- comenzó Remus -
omitiremos las explicaciones en cuanto a la técnica en sí, y nos
concentraremos en los hechizos de ataque y defensa.
-
Bien - dijo
Jason
-
Y ustedes - dijo
Remus volviéndose a los chicos - observen.
-
Pero el algún
momento nos permitirás algo más que observar ¿no? - dijo
Ron
-
Ya veremos - le
contestó solo para fastidiarlo
El primer ejercicio lo llevaron a cabo Remus y
Jason. Fue evidente para todos que Jason no había estado alardeando, realmente
sabía cómo hacerlo. Sirius que había estado observando indolentemente recostado
de la pared, se enderezó cuando Jason desarmó a Remus. Los chicos aplaudieron
como locos y los gemelos miraron a Sirius.
-
Bueno señor
Black -
dijo Fred - parece que después de todo no la tendrás tan
fácil con este sujeto - completó George
-
Parece que
no -
dijo Sirius - Veamos qué podemos hacer contigo señor
Prewet.
Aunque fue una bonita exhibición y Jason demostró
una vez más que sabía lo que hacía, no había caso, por algo aquel individuo
tenía la bien ganada fama de ser uno de
los mejores duelistas del mundo mágico.
Sin embargo, lo que más había llamado la atención de
Harry, Ron y Ginny, había sido que ninguno de los dos había dicho una sola
palabra y aún así los rayos salían de sus varitas cada vez que las agitaban.
Pero Hermione diligentemente contestó a esa interrogante.
-
Están
utilizando hechizos no verbales, eso
no lo veremos hasta sexto - les dijo
- No son sencillos pero sí muy
útiles, ya que te proporcionan la ventaja de la sorpresa.
-
Muy bien
señorita Granger - dijo Sirius
- ¿Me hará el honor?
-
¡Sirius! -
protestó Remus
Pero Hermione sonrió y extrajo su varita, caminó
hacia el centro de la estancia y se puso en guardia.
-
Prometo ser
delicado - dijo Sirius mientras le hacía el saludo de
rigor
-
Espero que no,
por tu propio bien - dijo la chica
Efectivamente Hermione dio la pelea, pero finalmente
y con sonrisa maligna Sirius la desarmó, el asunto fue que lo hizo un poco más
fuerte de lo debido y ella perdió equilibrio cayendo hacia atrás y golpeándose
la cabeza. Todos corrieron hacia ella pero en realidad no había sido un golpe
fuerte.
-
¡Eres un
maldito infeliz! - le gritó Remus a Sirius
-
Déjalo -
ordenó Hermione mientras Jason la ayudaba a ponerse de pie - Estoy
perfectamente bien y no hizo nada malo. Te aseguro que un mortífago no será ni la mitad de delicado.
A los gemelos y a Ron no les fue mucho mejor y la
pobre Ginny tuvo que esforzarse mucho, pero no sabían en ese momento lo
poderosa que se volvería con el tiempo. Con Harry les costó un poco más, el
chico aparte de poderoso, ya tenía algo más de práctica que los demás. Harry
desarmó a Remus dos veces, pero con Sirius no pudo.
-
Bien - dijo
cuando habían finalizado - ya has demostrado ser uno de los mejores,
supongo que el otro es Dumbledore, de ahí en adelante dudo que haya alguien
mejor que tú, así que ya tu ego puede dormir en paz.
-
Sí, sí lo
había -
dijo Sirius
-
¿Había? -
preguntó Ron
-
¿Quién? -
preguntó Harry al mismo tiempo
-
Tu padre - dijo
él con profunda tristeza
Harry sintió la misma mezcla de orgullo, felicidad y
tristeza, que sentía cada vez que le hablaban de James. Para finalizar Sirius
les hizo una recomendación.
-
No importa que
tan hábiles lleguen a ser manejando sus varitas, ni que tan poderosos - les
dijo con seriedad - el más mínimo
descuido, un instante de distracción,
puede significar la diferencia entre vivir y morir.
En aquel momento quizá no les resultara muy
importante, pero mucho antes de lo que imaginaban, aquellas palabras
adquirirían un significado diferente y aprenderían a apreciarlas en su justo
valor.
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