Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

sábado, 28 de junio de 2014

Cap. 12 La historia de Jason



Cuando Lupin llego al recibidor y vio al visitante, no lo podía creer y de ahí su exclamación.

-             ¿JASON?

-             ¿Profesor?  -  preguntó el chico, más incrédulo aún que Remus

Todos habían girado las cabezas con curiosidad, especialmente los miembros de la familia Weasley. Ambos avanzaron en dirección al otro hasta fundirse en un abrazo.

-             Sabía que volvería a verte algún día  -  dijo Remus emocionado

-             Y yo siempre me pregunté el por qué de sus palabras en la estación, y la única respuesta posible era…

-             Disculpen  -  interrumpió Fred  -  sabemos que sería estúpido preguntar si se conocen…

-             … porque hay uno que otro detalle, que así lo indica, pero…  -  agregó George

-             … nos gustaría saber de dónde  -  completó Fred

-             Es una larga historia  -  dijo Remus

-             Y si no les importa, podríamos escucharla mientras cenamos ¿no? -  sugirió Ron cuyo estómago, como de costumbre protestaba ruidosamente

-             ¡Ron!  - exclamó Molly  -  Ni siquiera hemos presentado a Jason correctamente

-             Al parecer no es necesario  -  protestó el chico

-             ¡Hoooola!  -  exclamó Hermione agitando una mano frente a su rostro  -  él no es la única persona presente -  dijo señalando a Remus 

-             Jason cariño  -  dijo Molly  -  Este es nuestro anfitrión Sirius Black

-             Un placer señor Black, he oído mucho de usted

-             Cualquier cosa que hayas escuchado es probablemente cierta  -  bromeó él dándole la mano

-             Y ellos son Hermione Granger y Harry Potter, compañeros de curso de Ron,  y casi de la familia  -  continuó Molly

-             Debo sentirme afortunado de que esta familia cuente con tanta belleza  -  dijo mientras tomaba la mano de Hermione y ésta enrojecía, luego se volvió a Harry  -  Por fin puedo conocerte, aparte de lo mucho que he oído hablar de ti,  lamento haberme perdido el alboroto que causaste en tu primer año  -  al ver que Harry ponía cara de extrañeza  -  Cuando tú entraste a la escuela,  yo acababa de salir.

-             Bien, ya los conoces a todos, cielo  -  y volviéndose hacia ellos anunció  -  Jason es mi sobrino.

Ahora fue el turno de Remus de poner cara de asombro.

-             ¿Sobrino?

-             Sí  -  dijo Molly  -  Pero vamos, la cena se enfría.

-             ¡Gracias madre!  -  exclamó Ron

-             ¡Un momento!  --  exclamó un vocecita airada y todos se giraron  --  ¿Yo estoy pintada en la pared?

-             Pues serías la más hermosa de las pinturas  --  dijo Jason, y un segundo después Ginny estaba en sus brazos  --  ¿Cómo estás, bonita?

-             Molesta contigo

-             ¡Por todos los cielos!  --  exclamó él  --  ¿Qué pude haber hecho para tener semejante desgracia?

-             Yo también leo las revistas, sinvergüenza  --  y compuso cara de enfado  --  ¿El sexy sanador?

-             ¡Madre por favor!  --  se quejó Ron mientras Jason reía con el mayor de los descaros

-             Déjalo tranquilo Ginny, y vamos al comedor

Una vez acomodados en la mesa, Remus cuya mente buscaba la posible relación de los Davenport con los Weasley, al pensar en los padres de Jason recordó sus buenos modales.

-             ¿Cómo están tus padres?  -  le preguntó

-             Papá falleció cuando estaba en quinto  -  dijo el chico con cara de pena  -  y… vengo llegando del funeral de mamá

-             Lo siento mucho  -  dijo Remus verdaderamente apenado

-             ¿Y bien Remus?  -  intervino Sirius tratando de cambiar la dirección del tema  -  ¿Nos dirás de dónde se conocen?

-             ¿Remus?  -  preguntó Jason poniendo cara de asombro  -  ¿”Ese” Remus?  -  dijo mirando a Molly

-             ¿Qué quieres decir con “ese” Remus?  -  preguntó Fred  -  Es el único que conocemos

-             Y aunque parece que estábamos engañados, nos pareció que tú también  -  agregó George

-             ¡Diablos!  -  exclamó Jason  -  Eso significa que yo tenía razón.

-             Esperen, esperen  -  dijo Harry  -  es evidente que nos estamos perdiendo de algo importante

-             Verán  -  comenzó Remus  -  después de la muerte de James y Lily, yo decidí alejarme del mundo mágico. De modo que me fui  a vivir a Rossendale, una población rural habitada por muggles. Allí fue dónde conocí a los Davenport, es decir, a los padres de Jason. Solicitaron mis servicios como profesor, que era lo que hacía en ese lugar.

-             Y debo decir, que sigue siendo el mejor profesor que he tenido  -  aseguró el chico

Hermione estuvo a punto de decir que opinaban igual, pero se mordió la lengua, sin embargo,  Ginny lo hizo por ella.

-             Nosotros también  -  dijo la pequeña Weasley, mientras los demás asentían

-             Gracias  -  les dijo él y continuó  -  Y si Jason está sorprendido, es porque en cuanto dejé el mundo mágico, dejé también de utilizar mi nombre, al menos el que ustedes conocen, en ese entonces utilizaba mi segundo nombre John, y el apellido de mi madre, Ryan.

-             ¡Vaya!  -  dijeron algunos

-             Bien, esa es mi parte de la historia  -  dijo mirando a los chicos y luego a Jason  -  ¿Cuál es la tuya?  --  pero fue Molly la que contestó

-             Una tarde de verano Arthur llegó a casa  y me dijo que había recibido una citación de la Oficina de Leyes Mágicas, en la que se nos citaba a ambos. Naturalmente me sorprendí mucho  -  y con una tierna sonrisa, añadió  -  el pobre Arthur intentaba convencerme de que no había transgredido ninguna ley, y que no había hecho tonterías con ningún artefacto muggle 

Su mirada tenía cierto brillo de nostalgia y amor que empujó a los gemelos a hacer gestos de asco, y a las niñas a sonreír.

-             Madre, podrías quitar la cara de tonta adolescente enamorada y continuar la historia, para beneficio de todos en más de un sentido  -  dijo Fred

-             ¡Fred!  -  exclamó ella

-             Ya ni sabe quién es quién  -  dijo el otro gemelo con sumo descaro  -  Fred soy yo madre.

-             A callar los dos  -  dijo ella sospechando del asunto, y luego continuó  -  El día de la cita nos encontramos con Dumbledore que había sido citado también. El encargado del caso nos hizo pasar a su cubículo y nos contó la historia más asombrosa que nos hubiésemos podido imaginar  -  hizo una pequeña pausa, y luego continuó  -  Nos informó que uno de mis hermanos, Fabián, había tenido descendencia, pero tanto él como mi otro hermano, Gideon, pertenecían a la Orden y murieron un poco antes que tu padres Harry  -  dijo mirando al chico  -  Fabián había dejado una carta para mí, donde me explicaba que tenía un hijo que para el momento en el que escribió esa carta, debía tener aproximadamente seis o siete años, y si no nos habíamos enterado hasta entonces de su existencia era porque…  -  miró a Jason, sin estar muy segura de si debía decir aquello o no.

-             La vedad es  -  dijo el chico viendo el apuro de su tía  -  que mi madre no se tomó muy bien la información de que mi padre era un mago. Según lo que ella misma me contó, cuando se enteró de su embarazo y se lo comunicó a papá, él decidió revelarle su origen y la existencia de nuestro mudo. Pero mamá no se lo tomó de manera muy inteligente y en principio pensó que se burlaba de ella, pero finalmente terminó expulsándolo de nuestras vidas. De más está decir que yo no me enteré de nada de esto hasta que me llevaron al Callejón Diagon donde nos encontramos con tía Molly y tío Arthur.

-             El encargado nos informó que Fabián, a pesar de que no se le permitía oficialmente ver al niño, él lo hacía cada vez que podía, pero cuando comenzaron a ponerse las cosas difíciles para la Orden prefirió alejarse, ya que como todos sabemos, una de las formas preferidas del-que-no-debe-ser-nombrado, para torturar a sus enemigos es persiguiendo a sus seres queridos. Aún así, Fabián se aseguró de que si le sucedía algo, el niño no quedase desamparado y algún día pudiese enterarse de quién era en realidad  -  pausó un momento para secarse las lágrimas, y luego prosiguió  -  Cuando un niño mago nace, es automáticamente registrado en los archivos de nacimiento mágicos. Por supuesto mi hermano no tenía modo de saber si su hijo sería un mago o no, existía la posibilidad de que fuese un Squib, dado que uno de sus progenitores era muggle, pero en cualquier caso, siempre pensó que tenía derecho a saber quién era su padre. Sin embargo, en cuanto el bebe nació le llegó el acta de registro con el nombre que su madre le había dado pero con nuestro apellido como correspondía, Jason Fabián Prewet. Y bueno, al cumplir once le llegó su carta de Hogwarts y fuimos citados como había dispuesto Fabián. No quiso que lo supiésemos antes porque igual no habríamos podido verlo.

-             Pero cuando me llegó la carta y el Profesor Dumbledore vino a vernos, mamá decidió mostrarse más razonable  -  dijo Jason  -  Aún así no me dijeron mucho hasta que fuimos al Callejón, y entre todos me contaron la historia. Me costó un poco asimilar todo aquello, pero poco a poco me fui acostumbrando. Mamá no puso objeciones en que fuera en esa primera semana santa a La Madriguera para conocer al resto de mi familia,  y luego comencé a pasar parte de mis vacaciones allí.

-             ¡Vaya!  -  exclamó Harry  -  Para mí también fue una noticia sorpresiva, pero al menos tú tuviste una familia que te recibió con alegría. Los únicos parientes vivos que tengo, siempre han expresado claramente que me consideran una desgracia, y a decir verdad,  estarían contentos si Voldemort terminase de matarme de una vez.

-             ¡Harry! No digas eso  -  exclamó Hermione

-             Y  nosotros sí te queremos  -  dijo Ginny, enrojeciendo luego violentamente

-             Vamos compañero  -  dijo Ron palmeándole la espalda  -  sabes que casi eres de la familia.

Le hicieron unas cuantas broma a Harry, y continuaron.

-             ¿Qué quisiste decir con eso de que “tenías razón?  - preguntó Remus

-             Cuando estaba en tercero, estudiamos en DCAO a los Licántropos, y en vacaciones le dije a mamá que usted era uno  -  le contestó  -  Por supuesto me dijo que yo estaba loco, pero recordé perfectamente que usted desaparecía una vez al mes, y que siempre parecía enfermo por esos días. Como una de esas desapariciones coincidió con mi cumpleaños, busqué un mapa lunar y bueno, el resto fue sacar unas cuantas cuentas.

-             Buen trabajo  -  reconoció Remus  -  Me recuerdas a cierta brujita que hizo algo parecido  -  y sonrió con ternura hacia Hermione, pero ella había bajado la cabeza y rehuido su mirada  -  ¿Qué hiciste al salir de la escuela?  -  le preguntó a continuación

-             Ingresé a San Mungo, y este año termino mi carrera como sanador.

-             Fantástico, te felicito.

-             Gracias  -  dijo y luego miró a Molly  -  Tía, quería saber si le habían hablado al profesor Dumbledore, tío Arthur dijo que lo haría.

-             Sí cielo, pero como estabas con lo de tu madre, decidimos esperar a que regresaras.

-             ¿Hablarle de qué?  -  quiso saber Ron

-             Jason quiere ingresar a la Orden  -  dijo ella

-             Pero eres sanador hombre, y eso…  -  dijo George

-             … ¿Y eso qué?  -  lo interrumpió  -  Sí, soy sanador, pero no he olvidado que ese sujeto mató a mi padre  -  dijo con voz helada  -  y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para vengar su muerte.

Se hizo un pesado silencio. En realidad George no había querido molestarlo y probablemente aquello si lo hubiese dejado terminar, habría concluido en una de sus habituales bromas. Era algo que los gemelos hacían con frecuencia, conocían el carácter volátil de su primo y disfrutaban fastidiándolo. 

-             No dudo que Dumbledore acepte Jason, necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir, pero necesitarás entrenarte un poco  -  dijo Remus

-             No se preocupe por eso profesor, pertenecí al Club de Duelo del colegio desde segundo hasta sexto, en séptimo lo dejé porque necesitaba prepararme bien para los EXTASIS si quería ingresar a San Mungo  -  le informó él

Los chicos se miraron recordando el nefasto Club de Duelo que había intentado Lockhart, y dónde lo único que habían aprendido era como desarmar al oponente. Si Jason contaba con lo aprendido en un Club de Duelo, solo esperaban que hubiese tenido más suerte que ellos, y en cualquier caso, pensaron que haría bien en aceptar lo que le proponía Remus.

-             En principio deja de llamarme profesor, aquí todos me llaman por mi nombre, y segundo, nunca está de más algo de práctica y aquí tienes a uno de los mejores duelistas del mundo mágico  - dijo señalando a Sirius

-             Me sentiré muy honrado si usted se aviene  a entrenar conmigo señor Black  -  le dijo

-             No haré nada contigo mientras me llames señor Black, niño  -  dijo Sirius

En principio Jason no captó la broma por no conocerlo lo bastante aún. Sirius había dicho aquello en el tono más serio pero en sus ojos bailaba la burla, de modo que los demás que lo conocían mucho mejor, soltaron la carcajada.

-             No le hagas caso a este payaso Jason  -  le recomendó Remus

Poco antes de que finalizara la cena, llegaron Bill y el señor Weasley. Ambos se alegraron mucho con la presencia de Jason, especialmente Bill que era uno de los que siempre se había llevado mejor con su primo, el otro era Charlie. Aquellos tres individuos habían puesto La Madriguera de cabeza en más de una oportunidad, para desesperación de Molly. En tanto que al señor Weasley le encantaba conversar con su sobrino, porque siempre le proporcionaba información “interesante” acerca de su pasatiempo favorito, los artefactos muggles.

Todos se quedaron a acompañar a los recién llegados mientras estos tomaban su cena e informaban de los últimos acontecimientos en el Ministerio. Luego de esto pasaron al salón donde siguieron conversando hasta bastante tarde, cuando la señora Weasley mandó a los chicos a dormir porque al día siguiente tendrían mucho qué hacer.

En los días siguientes siguieron con su rutina de “guerrear” contra aquella casa, la  variante fue que en las tardes, los chicos tuvieron oportunidad de asistir, aún en contra de la opinión de Molly, a un verdadero Club de Duelo.

Esto había ocasionado otro de los muchos disgustos entre Molly y Sirius, a quien la primera calificaba de “loco irresponsable”, porque fue a él a quien se le ocurrió que los chicos bien podían asistir a las sesiones de entrenamiento de Jason, porque como había dicho Remus, nunca estaba de más algo de práctica.

-             Pero desde luego Remus no se refería a los niños  -  dijo ella airada

-             No somos ningunos niños mamá  -  protestó George

-             ¡Cállate George!

-             Y ahí vamos de nuevo  -  dijo Fred  -  Hoooola, George aquí

Pero su madre no le prestó atención y siguió discutiendo con Sirius.

-             Sirius, se juicioso una vez en la vida, los chicos podrían salir lastimados

-             Sí, sobre todo Harry  -  dijo irónicamente Fred

-             ¿Yo?  -  preguntó el aludido al no percatarse de la ironía  -  ¿Y yo por qué?

-             Ya sabes, como no has podido librarte ya varias veces de Quien-tú-sabes, Sirius tiene igual oportunidad de hacerte picadillo  -  dijo George

Molly no sabía si lanzarle algo a los gemelos, o seguir discutiendo con aquel portento de inmadurez.

-             Vamos Molly, no les hará ningún mal estar preparados, nunca se sabe cuando puede resultar de utilidad saber unos cuantos hechizos defensivos.

Finalmente y no pudiendo hacer nada, los chicos comenzaron a asistir a las sesiones y no tenían idea de lo proféticas que resultarían las palabras de Sirius, porque ciertamente iban a necesitarlo y mucho.

En la primera sesión se habían llevado una gran sorpresa, o al menos Remus y Sirius.

-             Como ya tienes cierta experiencia con el Club de Duelo  -  comenzó Remus  -  omitiremos las explicaciones en cuanto a la técnica en sí, y nos concentraremos en los hechizos de ataque y defensa.

-             Bien  -  dijo Jason

-             Y ustedes  -  dijo Remus volviéndose a los chicos  -  observen.

-             Pero el algún momento nos permitirás algo más que observar ¿no?  -  dijo Ron

-             Ya veremos  -  le contestó solo para fastidiarlo

El primer ejercicio lo llevaron a cabo Remus y Jason. Fue evidente para todos que Jason no había estado alardeando, realmente sabía cómo hacerlo. Sirius que había estado observando indolentemente recostado de la pared, se enderezó cuando Jason desarmó a Remus. Los chicos aplaudieron como locos y los gemelos miraron a Sirius.

-             Bueno señor Black  -  dijo Fred  -  parece que después de todo no la tendrás tan fácil con este sujeto  -  completó George

-             Parece que no  -  dijo Sirius  -  Veamos qué podemos hacer contigo señor Prewet.

Aunque fue una bonita exhibición y Jason demostró una vez más que sabía lo que hacía, no había caso, por algo aquel individuo tenía la bien ganada fama de ser uno de  los mejores duelistas del mundo mágico.

Sin embargo, lo que más había llamado la atención de Harry, Ron y Ginny, había sido que ninguno de los dos había dicho una sola palabra y aún así los rayos salían de sus varitas cada vez que las agitaban. Pero Hermione diligentemente contestó a esa interrogante.

-             Están utilizando hechizos no verbales, eso no lo veremos hasta sexto  -  les dijo  -  No son sencillos pero sí muy útiles, ya que te proporcionan la ventaja de la sorpresa.

-             Muy bien señorita Granger  -  dijo Sirius  -  ¿Me hará el honor?

-             ¡Sirius!  -  protestó Remus

Pero Hermione sonrió y extrajo su varita, caminó hacia el centro de la estancia y se puso en guardia.

-             Prometo ser delicado  -  dijo Sirius mientras le hacía el saludo de rigor

-             Espero que no, por tu propio bien  -  dijo la chica

Efectivamente Hermione dio la pelea, pero finalmente y con sonrisa maligna Sirius la desarmó, el asunto fue que lo hizo un poco más fuerte de lo debido y ella perdió equilibrio cayendo hacia atrás y golpeándose la cabeza. Todos corrieron hacia ella pero en realidad no había sido un golpe fuerte.

-             ¡Eres un maldito infeliz!  -  le gritó Remus a Sirius

-             Déjalo  -  ordenó Hermione mientras Jason la ayudaba a ponerse de pie - Estoy perfectamente bien y no hizo nada malo. Te aseguro que un  mortífago no será ni la mitad de delicado.

A los gemelos y a Ron no les fue mucho mejor y la pobre Ginny tuvo que esforzarse mucho, pero no sabían en ese momento lo poderosa que se volvería con el tiempo. Con Harry les costó un poco más, el chico aparte de poderoso, ya tenía algo más de práctica que los demás. Harry desarmó a Remus dos veces, pero con Sirius no pudo.

-             Bien  -  dijo cuando habían finalizado  -  ya has demostrado ser uno de los mejores, supongo que el otro es Dumbledore, de ahí en adelante dudo que haya alguien mejor que tú, así que ya tu ego puede dormir en paz.

-             Sí, sí lo había  -  dijo Sirius

-             ¿Había?  -  preguntó Ron

-             ¿Quién?  -  preguntó Harry al mismo tiempo

-             Tu padre  -  dijo él con profunda tristeza

Harry sintió la misma mezcla de orgullo, felicidad y tristeza, que sentía cada vez que le hablaban de James. Para finalizar Sirius les hizo una recomendación.

-             No importa que tan hábiles lleguen a ser manejando sus varitas, ni que tan poderosos  -  les dijo con seriedad  - el más mínimo descuido, un instante de distracción,  puede significar la diferencia entre vivir y morir.


En aquel momento quizá no les resultara muy importante, pero mucho antes de lo que imaginaban, aquellas palabras adquirirían un significado diferente y aprenderían a apreciarlas en su justo valor.

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