Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

sábado, 28 de junio de 2014

Cap. 07 Y todo comienza de nuevo



Las palabras de Sirius habían pegado a Remus al piso, con la misma eficacia de un hechizo paralizante, pero la duración fue mínima. Cuando su cerebro registró la magnitud de la información, reaccionó con rapidez. Salieron a toda velocidad a cumplir las órdenes de Dumbledore y una vez hecho aquello, regresaron a la casa.

-             ¿Y ahora qué?  -  preguntó Lupin

-             Esperar  -  contestó Sirius  -  Dumbledore dijo que se pondría en contacto

-             ¿Cómo está Harry?

-             ¿Físicamente? Cansado, herido y débil. ¿Emocionalmente? Destrozado. Pero es el hijo de James, de modo que no lo admitirá.

Le hizo el relato en forma detallada, de todo lo sucedido, incluidos los nombres de los mortífagos que habían acudido al llamado de Voldemort, y  el extraño comportamiento de las varitas, finalizando con la negativa de Fudge a aceptar el regreso de Voldemort.

-             Dumbledore piensa que Voldemort no atacará inmediatamente, porque al  no haber podido matar a Harry, perdió la oportunidad de la sorpresa, y sabe que Harry daría inmediato aviso a Dumbledore, con lo que se pondrían en marcha las medidas para hacerle frente.

-             Pero seguimos estando en desventaja  -  dijo Remus  -  Si Fudge es lo bastante necio como para no creerlo, no obtendremos ningún apoyo del Ministerio.

-             Lo sé, y eso le vendrá de maravillas a Voldemort, porque le dará el tiempo suficiente para armar su ataque.

Con aquellos oscuros y nada alentadores pensamientos, tuvieron que quedarse durante varios días. Dumbledore les había comunicado que en cuanto los alumnos abandonaran Hogwarts, se reunirían en el Castillo.

Y efectivamente, apenas los chicos habían salido rumbo a la estación para tomar el Expreso, los miembros de la Orden se hicieron presentes.

En un par de casos,  Remus tuvo que interponerse y explicar que Sirius era inocente, después de lo cual, todo volvió a la normalidad.

Dumbledore había decidido que se reunieran en la sala de profesores, y mientras el Director hacía acto de presencia, Remus y Sirius pasearon la vista por el salón.  Había muchos rostros conocidos, como era el caso de Sturgis Podmore, Dedalus Diggle, Hestia Jones, Elphias Dodge, Emeline Vance, Kingsley Shacklebolt, Arthur y Molly Weasley Mundungus Fletcher, Arabella Figg, y Minerva McGonagall. Pero faltaban muchos otros y el recuerdo de éstos, hizo sangrar la herida de sus corazones. Sin embargo, era necesario reponerse, tenían una lucha que comenzar.

-             Veo que tenemos caras nuevas  -  dijo Sirius acercándose a una bruja joven con el cabello de un excéntrico rosa chicle

-             ¡Sirius!  -  gritó la chica lanzándose en sus brazos

-             Hola prima  -  dijo él cuando al fin lo dejo respirar  -  Bonito color de cabello.

-             No fastidies  -  dijo ella sonriendo, y saludó a Remus

-             Hola Nymphadora  -  saludó él

-             ¡No me llames Nymphadora!  -  chilló ella  -  Si vuelves a llamarme así Lupin, te hare mucho más daño que cualquiera de tus transformaciones. T-O-N-K-S, intenta recordarlo

Sirius rió de manera estruendosa, y varias cabezas se giraron y sonrieron. Habían olvidado aquella risa, y les alegraba sinceramente volver a escucharla.

-             Te sugiero tener cuidado Lunático  -  le dijo a su amigo  -  ya desde pequeña era peligrosa. Dime algo  -  dijo mirando a la chica de nuevo  -  ¿Cómo es que Andrómeda y Ted, te han permitido unirte a la Orden?

-             No podían impedirlo, para empezar ya no tengo siete años, y en segundo término, soy una Auror.

-             ¡Vaya!  -  exclamó él  -  ¡Felicidades!

Después de unas cuantas palabras más, se dirigieron a saludar a los Weasley.

-             Sirius  -  dijo Molly avergonzada  -  lamento mucho mi reacción de la otra noche, pero espero entiendas…

-             Descuida Molly, entiendo perfectamente.

-             Ya Ron nos contó todo  -  agregó Arthur  -  y me alegra que todo haya salido bien.

-             Yo también  -  dijo él

-             Ah, estos son nuestros hijos  -  dijo Arthur señalando a dos pelirrojos  -  éste es Bill, el mayor a quien debes recordar, y éste es Charlie.

Ambos chicos lo saludaron con la misma cordialidad pero luego Bill se dirigió a él

-             Espero que sí me recuerdes  --  le dijo  --  porque yo no he olvidado los paseos en escoba

-             ¡Demonios!  --  exclamó Sirius  --  la última vez que te vi no eras mucho más alto que un duende  --  concluyó y ambos rieron

-             Con todo lo que he escuchado de ti  -  dijo Bill  -  me alegra tenerte de nuestro lado.


-             Gracias  -  dijo él

Pero todas las conversaciones se vieron interrumpidas con la llegada de Dumbledore, en compañía de Snape. Tomaron asiento alrededor de la mesa, y entraron de una vez en materia.

-             Ya todos sabemos por qué estamos aquí de nuevo. Quiero decir primero que nada, que me alegra que todos estén dispuestos a hacerle frente a Voldemort nuevamente. Y segundo, darle la bienvenida a nuestros miembros más jóvenes, junto con mi agradecimiento  -  dijo mirando a los Weasley y a Tonks y luego continuo  -  No voy a engañarlos, la situación no está nada fácil. He intentado por todos los medios hacer entrar en razón a Fudge, pero sigue negándose a aceptar el hecho.

-             No entiendo cómo puede ser tan necio  -  dijo Emeline Vance

-             No es tan extraño  -  intervino Dedalus  -  nuestro flamante ministro nunca se ha destacado por su brillantez.

-             Reconocer el regreso de Voldemort  -  intervino de nuevo Dumbledore  -  le significaría renunciar a la paz y a la tranquilidad.

-             Negarlo no lo hará menos cierto  -  dijo Remus

-             No, pero reconocerlo significaría poner en riesgo su comodidad y su puesto, porque simplemente no sabe qué hacer.

-             Pues el muy imbécil, solo conseguirá que todo esto le explote en la cara, y para entonces, será demasiado tarde  -  dijo Sirius

-             Y es para lo que nosotros debemos estar preparados.

-             ¿Cómo?  -  preguntó Bill

-             Cada uno de ustedes tendrá  un papel que desempeñar  -  dijo Dumbledore  -  Pero primero, debemos buscar un lugar de reunión que no sea Hogwarts, y proporcionarle toda la protección que nos permita reunirnos y discutir las acciones a seguir, sin el peligro de ser atacados allí.

Hubo uno minutos de silencio, mientras todos pensaban cuál podía ser ese lugar.

-             Creo que yo puedo proporcionar ese sitio  -  dijo Sirius  -  pero habrá que revisarlo y ponerlo en condiciones

-             ¿Dónde?  -  preguntó Dumbledore

-             Grimauld Place, mi casa  -  respondió él  -  pero lleva años deshabitada, y mi familia, como todos saben, tenía cierta predilección por las Artes Oscuras, así que está llena de objetos nada recomendables.

-             Eso es lo de menos, si estás seguro que podemos disponer de ella.

-             Totalmente.

-             Bien, entonces solo es cuestión de acondicionarla ¿Cuándo podremos comenzar?

-             Iré a verla tan pronto terminemos aquí, pero creo que de forma inmediata, me pertenece, soy su legítimo heredero y puedo disponer de ella como se me antoje.

-             De acuerdo  -  dijo Dumbledore  -  Molly espero no estar equivocado al pensar, que podemos contar contigo para que te encargues junto con Sirius de acondicionar el lugar.

-             Por supuesto, profesor  -  accedió ella de inmediato

-             Bien  -  continuo el anciano  -  Arthur, Kingsley y Nymphadora, es vital que ustedes conserven sus puestos en el Ministerio, y bajo ningún concepto den muestras de estar en contacto conmigo. Desde allí podrán ejercer la vigilancia en cuanto a los movimientos de los demás miembros y saber quiénes son de fiar y quienes están bajo las órdenes de Voldemort. Y al mismo tiempo, podrán hablar con aquellos a los que consideren dignos de confianza y alertarlos acerca del regreso de Voldemort  -  éstos asintieron y él continuó  -  Bill, Charlie ustedes han trabajado mucho tiempo en el extranjero, es necesario que utilicen sus contactos fuera, y hagan correr la voz de esto, para que se preparen. Es probable, que al igual que aquí, encuentren cierta resistencia por parte de algunos a aceptarlo, pero hay que intentarlo  -  igualmente ellos asintieron  -  Severus, ya que has aceptado continuar en tu labor de espionaje, solo puedo recomendarte tener extremo cuidado, estoy seguro que Voldemort se mostrará mucho más desconfiado ahora que antes.

-             Lo haré, pero eventualmente tendré que darle alguna información de relativa importancia y que se corresponda con la realidad  -  advirtió Snape

-             Ya nos ocuparemos de eso   -  ahora miró a Lupin con cierta pena  -  Remus…

-             Lo sé señor  -  dijo él con resignación  -  debo ir con los de mi especie y ver si Voldemort los ha contactado.

-             Más que eso, estoy seguro de que si no lo ha hecho, lo hará, y les ofrecerá víctimas sin represalias. Lo importante es tratar de hacerlos entrar en razón, y convencerlos de que no tienen que vivir una vida tan miserable por una condición que nos es su culpa.

-             Muy bien, partiré en cuanto me lo ordene.

-             Arabella  -  dijo mirando a una anciana mujer que parecía fuera de lugar en aquella reunión  -  has hecho un maravilloso trabajo durante los últimos trece años, pero ahora debo pedirte que extremes la vigilancia. Harry pude verse impelido por las circunstancias a cometer cualquier locura, o pude ser atacado y obligado a utilizar la magia, y en estos momentos lo que menos necesitamos es darle argumentos a Fudge.

-             Pero Dumbledore  -  dijo Arabella  -  Si el chico sufriera cualquier ataque, yo no podría hacer nada, recuerda que soy una Squib.

-             No estarás sola Arabella  -  y miró a otro individuo que tampoco parecía pertenecer a aquel lugar  -  Mundungus, estarás encargado de la vigilancia de Harry, será tu responsabilidad.

Muchos entrecejos se fruncieron, aquel sujeto en el pasado, dio muestras de su lealtad a Dumbledore más que a la Orden en sí, pero en la actualidad era considerado escoria. Se había dedicado al tráfico de productos ilegales, bien fuese porque hubiesen sido clasificados de ese modo por el departamento de regulación mágica, o porque eran producto del robo descarado. Fuera de eso, era excesivamente aficionado a la bebida. De modo que este conjunto de “atributos”, les hacía dudar de aquella fuese una decisión del todo sensata. Sin embargo, así quedó.

Una vez finalizada la reunión, Dumbledore llamó a Sirius.

-             No puedo impedirte salir Sirius, pero te ruego que tengas el mayor cuidado, sabes que aún te buscan, y no quiero correr el riesgo de perderte por un  error  -  le dijo

-             Entiendo  -  dijo un tanto apenado

Sirius pensó que Dumbledore sabía perfectamente que él odiaba el encierro y que saldría de cualquier manera. Sin embargo, se prometió a sí mismo ser más prudente, si no por él, al menos por Harry. Buscó a Remus con la mirada, y lo vio despidiéndose de Hestia Jones, pero apresuró el paso al ver que Snape se le acercaba por la espalda.

-             Dadas las circunstancias  -  alcanzó a escuchar que decía Snape  -  supongo que ya no necesitarás que te siga preparando la poción, como ahora vivirás con tus iguales no hay que proteger a nadie del peligro que representas.

Sirius sintió una ira violenta en contra de aquel mal nacido, y de no haber sido por el mismo Remus, le habría roto el cuello allí mismo.

-             ¡Eres el ser más despreciable que he conocido, Quejicus!

Un músculo en el rostro de Snape se movió espasmódicamente al escucharlo, pero no por eso iba a dejar de soltar veneno.

-             Tal vez, pero mucho más útil que tú. Porque mientras yo arriesgo la cabeza, tú estarás cómodamente escondido en tu casa,   viendo como otros exponen sus vidas.

Aquello fue más de lo que Sirius pudo soportar, y Lupin ni siquiera empleando toda su fuerza, y ésta era considerable teniendo en cuenta lo que era, pudo detenerlo. Se soltó y le clavó un puñetazo en el estómago a Snape y cuando este se dobló le estampó otro en la mandíbula que debió hacerlo morderse la lengua, porque inmediatamente comenzó a sangrar. La verdad habría seguido sin consideración alguna, pero varios brazos lo sujetaron, mientras otros ayudaban a Snape a ponerse de pie. Ambos hombres se miraron con ostensible odio, pero Snape se soltó de los que lo habían ayudado, se acomodó la capa y se dirigió a la puerta, y antes de salir se volvió.

-             Que disfrutes la limpieza, Black.

-             ¡Bastardo miserable!  -  exclamó Sirius intentando soltarse

-             ¡SIRIUS!  -  la voz de Dumbledore pareció aquietarlo por fuera, porque por dentro seguía queriendo matar al muy estúpido  -  Tranquilízate y escúchame. No puedes permitir que esta clase de tonterías te alteren de esa manera, y ciertamente no podemos pelearnos entre nosotros, no ahora.


Sirius obedeció e intentó calmarse, más en beneficio de los demás que en el propio. Algún día tendría la oportunidad de darle a Snape la paliza que se merecía, y no pensaba renunciar a eso.

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