Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

domingo, 29 de junio de 2014

Cap. 28 Año Desastroso…



El día que los chicos volvieron a la escuela, Molly se encontraba en la cocina pensando en la tranquilidad que se sentía sin ellos en casa, pero también en la soledad que dejaban tras su partida. Iba a subir a revisar las habitaciones por si se habían dejado algo, cuando llamaron a la puerta. Con gesto de extrañeza se volvió y fue a abrir.

-         ¡Tonks!  --  exclamó abriendo por completo

La chica entró y Molly suspiró, definitivamente Tonks no lo estaba pasando nada bien y eso se notaba en su aspecto general. El cabello ya no lo llevaba con el habitual rosa chicle, había perdido peso y también parte de su alegría, y unas sombras oscuras rodeaban sus ojos.

-         Siento molestarte Molly.

-         No digas tonterías cielo  --  protestó ella  --  siéntate, te preparé una taza de té

Dicho esto, apuntó con su varita hacia la cocina y enseguida una tetera apareció sobre el fuego, mientras ella tomaba asiento al lado de la chica.

-         Ya no sé qué hacer Molly  --  dijo de pronto

-         Linda, no puedes hacer nada. El amor es algo contra lo que no podemos luchar, sea nuestro o ajeno  --  le dijo sabiamente 

-         Pero es una locura Molly, siempre me rechazó aduciendo que yo era demasiado joven  --  protestó con cierto tono de disgusto  --  y ahora mira lo que está haciendo. 

Ciertamente si había algo que no se podía negar, era el evidente amor de Lupin por Hermione, de modo que de nada valía intentarlo. De modo que se limitó a intentar convencer a la chica para que pensara de modo distinto, recordándole que era joven y hermosa, y que ya llegaría el indicado.

-         No pienso rendirme  --  dijo Tonks finalmente  --  no voy a perder sin luchar.

Y por mucho que Molly intentó disuadirla, cuando Tonks se marchó, a ella le quedó el desagradable presentimiento de que la chica haría algo estúpido, y que aparte de resultar totalmente inútil, con toda probabilidad haría daño a alguien.

Apenas Harry vio Hermione, supo de forma inmediata que algo no iba bien, de manera que en cuanto salieron del comedor arrastró a Ron con él hacia uno de los pasillos.

-         Tenemos que hablar con Hermione.

-         ¿Por qué?  --  preguntó el pelirrojo

-         Por si no lo notaste no se presentó al comedor, y aparte de eso la vi muy pálida parecía enferma  --  dijo Harry con preocupación

-         Pues tal vez  simplemente no tenía hambre, ya conoces a Hermione probablemente esté en la Biblioteca preparando las próximas clases, y la verdad es que no quiero que comience a darnos la lata con el asunto de los exámenes finales, apenas estamos llegando de las vacaciones.

-         No seas necio Ron, estoy seguro de que algo le sucede  --  se detuvo y lo miró  --  Hermione es nuestra amiga y si está en problemas no podemos mirar a otro lado.

-         Si está en problemas probablemente sean del tipo que no quiero saber  --  dijo Ron con cierta nota de disgusto

-         Ya es hora de que aceptes que ella ama a…

-         No necesito que me lo recuerdes  --  lo interrumpió Ron  --  y si sus problemas obedecen a eso, entonces no quiero saberlo.

-         Te estás comportando como un estúpido, solo falta que te cuelgues al cuello esa ridícula cadena que te regalo tu “Lala” y el cuadro estará completo.

Dicho esto, le dio la espalda y comenzó a caminar hacia la Torre de Gryffindor, pero un momento después sintió que lo tomaban del brazo.

-         De acuerdo  --  dijo Ron  --  lo siento, claro que me importa lo que le suceda, es solo que…

-         Está bien, puedo entender que no es fácil de aceptar, pero sea lo que sea estoy seguro de que nos necesita.

Emprendieron el camino nuevamente, pero tuvieron que tomar un atajo al ver que Lavender se acercaba. Por alguna razón que Harry no comprendía, Ron parecía decidido a evitarla, pero por el momento en su cabeza solo había lugar para el asunto de Hermione, ya se ocuparía de averiguar qué demonios le pasaba a su amigo, porque aunque a él le había parecido bastante ridículo el regalo de Lavender, no creía que fuese motivo suficiente para que Ron huyese de ella.

En cuanto entraron a la Sala Común,  vieron a Hermione que estaba a punto de subir a las habitaciones.

-         ¡Ey, Ey!  --  gritó Harry  --  ¿Dónde crees que vas?

Hermione se giró al reconocer la voz de su amigo.

-         Hola Harry  --  saludó mientras se acercaban  --  Ron.

-         Tenemos que hablar  --  dijo Harry

Por una fracción de segundo ella consideró la posibilidad de decir que estaba muy cansada, lo cual era cierto, porque en cuanto llegó se reunió con Dumbledore y para su sorpresa, unos minutos después de llegar al Despacho del Director, apareció Remus. La conversación había resultado en extremo penosa para ella, aunque el profesor Dumbledore se había mostrado considerado y muy amable, pero la presencia de Lupin, a quien aún no perdonaba, había hecho todo más difícil. Luego de eso tuvo que hablar con la profesora McGonagall quien insistió en que Madame Pomfrey la examinara y dijese que todo estaba en orden. De manera que en realidad estaba agotada y lo único que quería era irse a la cama, pero aún así pensó que de nada valía retrasar aquella conversación, así que aceptó hacerlo de una vez.

-         De acuerdo  --  dijo mirando a los chicos  --  pero no aquí

Harry y Ron se miraron y fue evidente para ellos que el primero había tenido razón, y que algo serio sucedía. En silencio siguieron a la castaña fuera de la Sala Común, y luego de recorrer algunos tramos de escaleras, ya sabían que se dirigían a la Sala de los Menesteres. Ninguno dijo nada durante el trayecto, y solo cuando estuvieron dentro, Harry se decidió a preguntar.

-         ¿Y bien?  --  inquirió sintiendo de nuevo la conocida opresión en el pecho, que antecedía a algo que no iba a gustarle.

-         Siéntense  --  les dijo Hermione y ellos obedecieron de forma automática  --  Escuchen, realmente estoy agotada pero de todas maneras tenía que decírselos, así que voy a agradecerles que no comiencen a gritar o a subirse por las paredes  --  concluyó con voz cansada

Si antes de escuchar aquello, Harry tenía la sensación de que no iba a gustarle lo que escucharía, después de esa advertencia no le cabía ninguna duda de que no solo no le gustaría, sino que sería un positivo desastre. Sin embargo, se prometió guardar la compostura.

-         Estoy embarazada  --  dijo Hermione de la forma más escueta y directa

Ciertamente nada en el mundo los habría preparado para aquella declaración. Hermione vio perfectamente como cambiaban tanto la expresión como el color de los rostros de sus amigos. Ron estaba pálido y parecía clavado a la silla, pero a medida que su cerebro procesaba la información, su piel había ido adquiriendo el mismo color de sus cabellos. En tanto que Harry, se había puesto de pie como impulsado por un resorte y sin ser consciente de ello. Estaba tan blanco como cualquiera de los fantasmas del castillo, pero al igual que Ron, del desconcierto inicial había pasado a una ira violenta y si  bien era cierto que no se había movido y no atinaba a decir nada coherente, los objetos que había en la habitación comenzaron a volar en todas direcciones y a estrellarse de manera estrepitosa contra las paredes.

Hermione cerró los ojos con cansancio preparándose para la tormenta, pero luego de unos segundos se cansó de ver como todo se destrozaba a su alrededor.

-         ¡Basta Harry, detente!

-         ¡Voy… voy a matar a Lupin!  --  logró decir por fin

A pesar de su determinación de tomarse las cosas con calma, lo que acababa de escuchar superaba cualquier cosa que hubiese podido esperar y de allí la violenta reacción. Comenzó a caminar hacia la puerta pero sin previo aviso se sintió completamente paralizado y a continuación lanzado sobre uno de los sillones.

-         Ahora  --  dijo Hermione que aún sostenía la varita y lo apuntaba con ella  --  detendrás todo esto  --  dijo señalando los objetos que volaban en todas direcciones  --  y me escucharás. ¡FINITE!

Apenas se sintió libre volvió a ponerse de pie, pero la varita de Hermione apuntó directamente a su pecho, lo que hizo que se quedara quieto. Sin embargo, en ese momento Ron también se puso de pie con la rabia rezumando por todos los poros, de manera que la varita de Hermione fue direccionada hacia el pelirrojo.

-         Tú también te sentarás y escucharás.

Por mucho que ambos quisieran hacer otra cosa, conocían perfectamente la habilidad y el poder de la chica como para desobedecerla.

-         Detén esto Harry  --  ordenó Hermione señalando un libro que acababa de pasar cerca de ellos

-         No estoy haciendo nada  --  dijo el chico molesto

-         Pues cálmate  --  insistió ella

Poco a poco las cosas fueron deteniendo su enloquecida danza, mientras Harry iba recuperando el ritmo normal de su respiración.

Luego de que todo estuvo de nuevo tranquilo, los chicos accedieron a sentarse y Hermione procedió a contarles desde que había ido al Hospital hasta la reciente conversación con los profesores.
-         ¿Entonces Remus no…?  --  comenzó Harry poniéndose furioso de nuevo

-         ¡Es un cobarde!  --  vociferó Ron interrumpiendo a su amigo

Hasta allí le llegó la compostura a Hermione que de pronto se deshizo en llanto. Harry y Ron se miraron sin saber qué hacer. Eran perfectamente capaces de lidiar con la rabia y con el peligro, pero las lágrimas eran un asunto diferente. Al final Harry se acercó a Hermione y la abrazó.

-         No te preocupes  --  le dijo  --  si él no lo quiere nosotros sí, y nos encargaremos de todo, te lo prometo.

Pero mientras decía aquello, su mente consideraba distintos cursos de acción para hacer pagar a Lupin por todo aquello, y Ron no estaba pensando muy diferente. Ninguno de ellos sabía lo equivocados que estaban.

El nuevo trimestre comenzó con mucha actividad, tanta que los chicos habían tenido que postergar su intención de “hablar” con Lupin. En algunas ocasiones se habían encontrado con los miembros de la Orden que patrullaban los pasillos de la escuela, pero en ninguna de ellas con Remus. Harry seguía con su persecución a Malfoy, pero en cierta forma estaba tranquilo porque lo veía muy desmejorado, de manera que fuera lo que fuese que hacía o planeaba hacer, debía estarle saliendo muy mal.

Las mañanas de enero y febrero fueron fatales para Hermione, y casi ningún día podía comer algo más que un jugo, pues su estómago se revelaba.  Harry se mostraba preocupado, porque decía que estaba demasiado pálida pero la chica insistía en que era algo normal y que Jason había dicho que todo marchaba como debía.

El primero de marzo, Hermione acababa de bajar para reunirse con sus amigos y entregar su regalo a Ron, pero ninguno de los dos estaba en la Sala Común. Salió disgustada pensando que habían bajado sin esperarla y en cierta forma extrañada, porque era la primera vez desde que habían vuelto de las vacaciones de navidad y ella les había informado acerca de su embarazo, que no la esperaban. Encontró a Ginny en la mesa de Gryffindor a punto de terminar su desayuno, de modo que tomó asiento a su lado.

-         ¿Ya viste a Ron y a Harry?  --  le preguntó

-         No  --  negó la pelirroja  --  No he podido darle su regalo  --  agregó señalando un paquete que tenía sobre su regazo

-         Qué extraño  --  comenzó Hermione  --  normalmente…

-         ¡Ginny!  --  interrumpió la voz de Dean que frenó con un patinazo al lado del banco

-         ¿Qué?

-         Ron…  --  comenzó el chico pero se detuvo para recuperar el aliento  --  lo acaban de llevar… a la enfermería

Tanto Ginny como Hermione se levantaron como impulsadas por un resorte, y no se detuvieron a preguntar nada sino que emprendieron una veloz carrera.

-         ¡No deberías correr!  --  exclamó Ginny recordando algo tarde el embarazo de su amiga

Sin embargo, ninguna de las dos se detuvo hasta llegar a la enfermería, donde no las dejaron pasar. Una vez en la puerta y sin saber qué hacer, se volvieron hacia Dean.

-         ¿Qué sucedió?

-         Según lo que entendí fue envenenado  --  contestó el chico

Las chicas se miraron con desconcierto y horror, pero evidentemente Dean no poseía mayor información.

Por fortuna la rápida y eficaz intervención de Harry había salvado la vida Ron, aún así debió quedarse en la enfermería a recuperarse. En ese tiempo la relación de Lavender y Ron se fue pique y la chica culpaba a Hermione por ello, aunque nadie sabía por qué.

Harry continuaba empecinado en cazar a Malfoy para consternación de sus amigos, para lo que se había procurado la ayuda de Kreacher y de Dobby, pero lo único que había sacado en claro de ello, era que Draco estaba haciendo “algo” en la sala de los Menesteres pero al no saber el qué, tampoco podía tener acceso al lugar. En una ocasión tuvo un extraño encuentro con Malfoy en el baño de Myrtle y con resultados catastróficos, ya que utilizó un hechizo que había leído en el Libro de Pociones y casi mató a Draco. Para su desgracia quien los encontró fue Snape, aunque para buena suerte de Malfoy ya que pudo atenderlo, pero esto el valió a Harry uno de los peores castigos de su vida.

Harry había encontrado tiempo para hablar finalmente con Lupin y enterarse de lo que había sucedido en realidad, y a partir de entonces se enfrascó en otra cruzada, ahora por convencer a Hermione de que aceptase hablar con Remus, pero no había tenido suerte con ello.

Malfoy y compañía se habían dedicado a hacerle la vida difícil a Hermione, y por esta razón Harry, Ron y Ginny ya se habían ganado unos cuantos castigos y habían perdido muchos puntos para su casa, pero al menos se habían cobrado con altos intereses todo lo que aquellos infelices le hacían a su amiga. No obstante, no pudieron evitar que ella fuese atacada en muchas oportunidades ya que no podían estar las veinticuatro horas con ella. En oportunidad de uno de esos ataques, fue Ginny quien la encontró tirada en el piso del baño y se asustó mucho al verla tan pálida, pero después de pedir ayuda, trasladarla a la enfermería y asegurarse de que iba a ponerse bien, Harry y Ron la vieron dirigirse a la puerta.

-         ¿Ginny dónde…?  --  comenzó Ron pero ella no le prestó atención y salió

Los chicos se miraron con extrañeza, pero en ese momento la profesora McGonagall les ordenó ir a cenar, de manera que le dieron un beso a Hermione que aun estaba dormida y se encaminaron al comedor.

El comedor estaba tan bullicioso como de costumbre cuando Ginny entró, pero si alguien hubiese prestado atención al peligroso brillo de sus ojos, se habría apartado de su camino a toda velocidad. La furiosa pelirroja caminó directo hacia la mesa de Slytherin y sin mediar palabras sujetó a la desprevenida Pansy por los cabellos y levantándola de la silla la lanzó al piso. Malfoy y compañía se pusieron rápidamente de pie y extrajeron sus varitas, pero Ginny era mucho más rápida y estaba desmedidamente furiosa, lo que era una combinación decididamente perjudicial para el causante de la misma.

-         ¡DETRAHERE!  --  lanzó la chica

Aquel era un hechizo poco convencional y menos conocido aun, se lo había enseñado Jason quien siempre había sido muy apegado a Ginny y era el principal artífice de que ella hubiese desarrollado sus habilidades con tanta rapidez y precisión. De manera que Malfoy y sus gorilas habituales, fueron limpiamente desarmados al mismo tiempo y las varitas habían volado hacia la mano de Ginny, con el adicional de que en el proceso habían sentido una violenta quemadura.

Harry y Ron acababan de entrar al comedor y notaron el inusual silencio seguido de la voz de Ginny.

-         Si dan un solo paso comprobaran en forma muy dolorosa lo inapropiado de atravesarse en mi camino  --  les estaba diciendo Ginny a los Slytherin

Pansy había tenido oportunidad de ponerse de pie y Ginny se fue derecha hacia ella y le estampó una sonora bofetada. Ron tuvo intención de acercarse a su hermana pero Harry lo detuvo.

-         A diferencia de ti yo no soy estúpida, y sé que no puedo probar que tú lo hiciste, pero tú y yo sabemos que fue así. De manera que si a Hermione vuelve a sucederle algo, te juro que aunque me expulsen me aseguraré de que lo pagues muy caro, y en caso de que no me creas, te sugiero pensarlo mejor

Los profesores Flitwick y Sprout ya se habían acercado en carrera al notar la conmoción.

-         ¿Qué está sucediendo aquí?  --  preguntó Flitwick

-         ¿Señorita Parkinson?  --  preguntó Sprout, pero como ella no dijo nada  --  ¿Señorita Weasley?

-         Nada profesora, solo quise hablar con Parkinson de “algo” importante y los idiotas de Malfoy, Crabbe, Goyle y Vaisey intentaron atacarme  --  dijo Ginny con el mayor descaro

Aunque aquello era una mentira flagrante, ya todos conocían lo suficiente a Ginebra Weasley y sabían que si la desmentían podía costarles muy caro, de modo que todos guardaron prudente silencio. Los Gryffindor fueron enviados a su mesa después de que Ginny les entregó las varitas que les había quitado, y los Slytherin fueron reprendidos por los profesores.

-         Ginny… 

-         Cierra la boca Ronald Weasley, acabo de asegurarme de que ninguno de esos imbéciles vuelva a hacerle algo a Hermione

Dicho esto abandonó el comedor porque en realidad no tenía hambre. Harry y Ron se miraron con cierto desconcierto.

-         Bueno, creo que nadie medianamente inteligente se arriesgaría a incurrir en su ira, pero como sabemos que los Slytherin carecen de eso, debemos seguir atentos  --  dijo Harry, pero Ron seguía mirando por donde se había marchado su hermana  --  ¿Qué?  --  preguntó Harry al ver su actitud pensativa

-         Nada, solo estaba pensando en el pobre desdichado que se case con ella

A Harry no le hizo mucha gracia aquel comentario, pero no agregó nada más.

Jason había continuado con sus visitas a Hogwarts para el control del embarazo de Hermione, pero cada vez estaba más preocupado. La chica parecía estar deteriorándose con el paso del tiempo, y un enorme terror comenzó a crecer en el interior del sanador.

Remus por su parte seguía intentando acercarse a Hermione, y ella seguía rechazándolo sin darle ni siquiera la oportunidad para explicarse. Una noche se la encontró de frente saliendo de la biblioteca y lo intentó de nuevo.

-         Herrmione…

-         Tengo prisa  --  lo cortó ella e intentó seguir su camino

-         Hermione por favor, tenemos que hablar  --  pero ella se giró con la ira brillando en los ojos

-         Yo no tengo nada que hablar con usted profesor, así que déjeme en paz

Le dio la espalda y continuó su camino dejando a Remus sumido en el más profundo dolor y desesperación.



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