Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

lunes, 30 de junio de 2014

Cap. 34 Otra sorpresa…



El mes de julio avanzaba y tal como había pronosticado Jason, Lyra progresaba de manera inmejorable bajo su atenta vigilancia, ya que prácticamente se había ido a vivir a San Mungo. Hermione estaba oficialmente de alta, pero naturalmente tanto ella como Remus, también pasaban casi las veinticuatro horas del día en el hospital. 

Una tarde y luego de darle de comer a Lyra, Remus sacó un trozo de pergamino de su bolsillo y se lo entregó a Hermione. Ella lo desdobló y una sonrisa se dibujó en sus labios. Era la notificación del Registro Mágico de Nacimientos. Aunque ella no había tenido ninguna duda de que su hija sería una bruja, siempre era una alegría recibir la notificación oficial.

Pero cuando levantó la mirada, se encontró con los ojos tristes de Remus, lo que la desconcertó.

-         ¿Sucede algo?

-         Primero quiero dejar claro algo  --  dijo él teniendo en cuenta las experiencias pasadas  --  Las amo a ambas con todo mi corazón y nunca he pensado ni por un momento negar a mi hija, pero albergaba la absurda esperanza de que Lyra no fuese bruja.

El desconcierto de Hermione creció aún más al escuchar aquello.

-         ¿Por qué?

-         Porque de haber sido así, habría tenido una oportunidad de crecer sin el estigma de ser la hija de un Licántropo.

-         ¿La habrías apartado de nuestro mundo?  --  preguntó ella con incredulidad

-         Lo habría hecho para protegerla Hermione  --  le dijo él  --  No tienes idea de lo cruel que pueden llegar a ser los defensores de la pureza de la sangre, y aunque ella es hija de un mago y una bruja, pues ya sabes lo que opina la mayoría de la comunidad mágica de los Hombres Lobo.

-         Y supongo que no mejora el asunto el hecho de que además sea hija de una “sangre sucia” ¿no?  --  agregó ella

-         No te llames así  --  dijo él con disgusto

-         Sí vamos a ser honestos, entonces seámoslo en todo  --  dijo ella  --  Si va a ser señalada lo será por ambas cosas, pero para eso nos tiene a nosotros y a todos los que la amamos, y nos aseguraremos de que no sienta vergüenza por ninguna de las dos cosas.

Remus no tuvo más opción que sonreír ante la determinación de la que hoy, era la madre de su hija. La abrazó y después de un prolongado beso, la miró feliz.

-         Tal vez seamos unos execrados, pero difícilmente encontraran a tres execrados más felices  --  le aseguró ella  

La bebe se quejó y luego de asegurarse que estaba bien, Remus miró a Hermione y armándose de valor le tomó las manos.

-         Linda hay algo que quiero pedirte pero… no sé…  --  comenzó inseguro

-         ¿Qué es?

-         ¿Te atreverías a… a casarte conmigo?  --  logró concluir

Hermione se lanzó en sus brazos rebosante de felicidad, sin embargo y extrañamente él no parecía estarlo tanto.

-         Creí que no me lo pedirías nunca  --  le dijo sonriente, pero luego lo miró con suspicacia  --  No me lo estarás pidiendo por obligación ¿no?

Remus pensó que aquella niña tenía una enorme capacidad para hacerlo sentir feliz y miserable al mismo tiempo.

-         Por supuesto que no, pero me preguntaba si estabas consciente de lo que eso significa.

-         Es más de lo mismo Remus, estoy plenamente consciente de con quien me caso, y eso…

-         No linda, no me refería a eso  --  la interrumpió  --  me refería al hecho de que no podrás tener una boda como la que sueñan todas las jóvenes.

-         ¿A qué te refieres?

Estaba segura de que él la conocía lo suficiente como para estar pensando que ella estaba soñando con una boda por todo lo alto, de modo que dudaba que se refiriera a eso.

-         A que tendremos que casarnos prácticamente en secreto, ni siquiera nuestros amigos podrán estar presentes, solo tus padres podrán asistir y eso porque no pertenecen a nuestro mundo  --  le dijo con pesar

-         ¿Por qué?  --  preguntó ella

-         Normalmente las bodas entre una bruja y un Licántropo, si bien no están totalmente prohibidas, si te someten a un desagradable interrogatorio de los motivos que tienes para hacerlo, y no  --  le dijo al imaginar lo que ella estaba a punto de decir  --  el amor no les resulta un argumento muy sólido. Suelen pensar que la bruja en cuestión está bajo algún maleficio.

-         ¡Qué absurdo!  --  exclamó la chica

-         Absurdo o no esa ha sido la política, pero en los últimos tiempos ha empeorado mucho.

-         ¿Qué quieres decir?

-         Verás, has pasado las últimas semanas aquí metida y casi no te has enterado de nada, pero en el Ministerio han ido infiltrándose agentes de Voldemort y las cosas han ido poniéndose cada vez más difíciles para nosotros, especialmente para la gente como yo o como tú.

-         ¿Y cómo es posible que nadie haga nada?

-         Linda estamos hablando de Voldemort, no supondrás que van por allí diciendo que son mortífagos ¿verdad A pesar de que la gente terminó por aceptar que Dumbledore y Harry decían la verdad, ahora el asunto está dividido entre los que lo creen y están dispuestos a hacer algo, y los que lo creen pero piensan que contra Voldemort nada puede hacerse y lo mejor es aceptar las cosas así.

Ella guardó silencio mientras procesaba toda aquella información.

-         Estando las cosas así, nuestro matrimonio no solo lo impedirán si pueden, sino que nos perseguirán sin piedad  --  le dijo

-         Entiendo  --  dijo ella después de un par de minutos  --  pero ni creas que por ello vas a escapar

Remus la miró con incredulidad y luego sonrió feliz. Cualquier cosa que les deparase el futuro la enfrentarían juntos, y era mucho más de lo que se habría atrevido a esperar de la vida.


La Orden del Fénix si bien no se había disuelto a la muerte de Dumbledore, sí había quedado acéfala. De manera que, aunque sus miembros tenían muy claro cuál era su objetivo principal, no seguían un plan de acción concreto. No obstante, se les presentaba un asunto de la mayor importancia que debían resolver. Harry.

En un par de semanas el chico alcanzaría su mayoría de edad, de modo que en ese momento, los encantamientos protectores realizados por Dumbledore para su protección dejarían de tener efecto.

Esta especial circunstancia, hizo que Remus, Kingsley y Arthur, decidieran convocar una reunión con carácter de urgencia, cuyo único punto a tratar sería la extracción y futura ubicación de Harry y su familia, porque aunque su prioridad era al chico, no podían olvidar que su familia correría un enorme peligro una vez que los encantamientos dejaran de surtir efecto.

Pero como de costumbre, las cosas nunca salen como se tienen planeadas. Remus se encontraba aquella tarde en la casa de los Granger, porque el día anterior le habían dado el alta a Lyra, de modo que se hallaban las dos parejas en actitud de embeleso contemplando a la pequeña, cuando un halcón plateado se posó frente a Remus.

-         Lupin, reunión urgente en el punto “S” ¡YA!

No se había terminado de extinguir la voz de Jason cuando Remus corría hacia la puerta de la vivienda sin ninguna clase de explicación, dejando asombrados a sus suegros y a Hermione francamente alarmada.

Una vez fuera de los límites de la protección que habían colocado a la casa, echo un rápido vistazo a los lados y luego giró sobre sí mismo, rogando mientras pensaba en su destino, que no hubiese ocurrido ninguna desgracia.

Hermione le pidió a su madre cuidar un momento de la niña, mientras ella se metía apresuradamente en la chimenea con rumbo a La Madriguera. Una vez allí saludó rápidamente a Molly y subió las escaleras, ya que la señora Weasley le había indicado que los chicos estaban arriba.

-         ¡Ron!  --  exclamó cuando irrumpió en la habitación del chico

-         ¿Hermione?  --  dijo Ginny poniéndose de pie

-         ¿Lyra está bien?  --  preguntó Ron alarmado al verla llegar de aquel modo

-         Sí, lamento haber llegado de esta forma  --  se disculpó la chica  --  Hola Luna  --  saludó a la chica sin sorprenderse porque desde hacía algún tiempo, era usual verla con Ron o con Ginny.

-         Hola Hermione.

Después que les explicó el motivo de su inesperada visita, los chicos se miraron desconcertados.

-         La verdad es que no tengo ni la más remota idea de qué lugar pueda ser  --  dijo el pelirrojo  --  aunque llevo varios días intentando averiguarlo

-         Me siento como cuando todos montaban guardia en el Departamento de Misterios y nadie decía nada  --  dijo Hermione con frustración  --  Y me parece terriblemente injusto que no nos lo digan, ahora somos mayores de edad y pertenecemos a la Orden.

-         Vamos Hermione, tú quieres pensar eso pero la verdad es que nos siguen tratando como chicos porque aún no terminamos la escuela  -- dijo Ron

-         Eso no es cierto  --  terció Ginny  --  a ustedes los dejan asistir a la reunión de esta noche y a mí no.

-         En cualquier caso no lo necesitan  --  dijo Luna  --  al final, siempre terminan enterándose de todo.

Ron sonrió como cada vez que ella decía alguna de sus locuras, o alguna de sus aplastantes verdades.  Finalmente, y no pudiendo determinar de qué podía tratarse esa dichosa reunión, Hermione se despidió y volvió junto a su hija.

Bill se acomodó la capa en cuanto se apareció frente a las rejas de Hogwarts y al instante vio a Lupin hacerlo también.

-         ¡Bill!  --  exclamó el hombre  --  ¿Sabes qué sucedió?  --  preguntó mientras se encaminaban hacia las puertas

-         No  --  contestó él  --  y veo que tú tampoco. Solo recibí aviso de Jason para que me presentase aquí en el término de la distancia, y aunque probablemente esto me cueste mi boda, aquí estoy.

En efecto, cuando Bill recibió el aviso de Jason, se encontraba con Fleur decidiendo algunos asuntos relativos a su próxima boda. Sin embargo, al igual que Remus, no le había dado ninguna explicación a su futura esposa, sino que simplemente había corrido hacia la puerta sin mirar atrás. De modo que para cuando regresase, la francesa estaría justamente furiosa y deseando arrancarle la cabeza.

Pero en ambos casos, no había explicación posible que pudiesen dar, aquello era algo que solo ellos tres sabían, y un mensaje de la naturaleza del que habían recibido, solo podía significar problemas.

Recorrieron los desiertos pasillos a la mayor velocidad posible, y sin detenerse hasta llegar a las dependencias donde tenían a Sirius. Intentaron abrir la puerta pero ésta parecía sellada. Aquello solo contribuyó a aumentar sus temores, porque si Jason había sellado esa puerta, solo podía deberse a que los habían descubierto. La pregunta ahora era ¿quién?

Miraron hacia ambos lados del pasillo, pero estaba tan desierto como todos los demás. Bill agitó su varita y una nube plateada salió y se perdió tras la puerta. Unos segundos después se escuchó el chasquido de la cerradura al ser liberada.

Abrieron y con la mayor precaución se asomaron al interior. En la primera estancia no se veía nada, pero al instante siguiente el ensordecedor bramido de una voz maravillosamente familiar les perforó los oídos.

-         ¡Suelta esa varita cobarde, y entonces veremos si tienes lo que hace falta!

Remus intentó correr pero Bill lo sujetó indicándole silencio con un gesto. A continuación escucharon la voz de Jason.

-         Por última vez señor Black, tranquilícese, no quiero lastimarlo.

Lupin y Bill se miraron con extrañeza.

-         ¿Señor Black?  --  susurraron ambos, pero la voz de Jason se dejó escuchar de nuevo

-         ¡Entren de una maldita vez!  --  gritó el chico

Aun sin saber con qué exactamente iban a encontrarse y con la precaución nacida de la experiencia, ambos aferraron sus varitas y entraron.

La habitación antes limpia y ordenada, probablemente seguía limpia pero difícilmente ordenada. El lugar parecía haber sido atacado por una fuerza destructiva y a Remus le quedaron pocas dudas de “cuál” había sido esa fuerza.

-         ¿Lunático?  --  preguntó con duda Sirius que se encontraba milagrosamente de pie al lado de la cama

-         Sí Sirius  --  le contestó Remus intentando contener su emoción  --  soy yo.

-         ¿Qué haces aquí?   --  preguntó y luego abrió mucho los ojos  --  No me digas que tú… que tú también… ¡No!  -- y sujetándose la cabeza con las manos, se dejó caer sentado al borde la cama

Remus miró a Jason con consternación al igual que Bill.

-         Cree que somos mortífagos, bueno al menos cree que yo lo soy  --  dijo el sanador con tranquilidad

-         ¿Qué?  --  preguntaron ambos

-         Por todo lo que ha dicho  --  dijo ahora con cierta incomodidad  --   deduzco que despertó unos cuantos años atrás.

-         ¿Podrías ser un poco más preciso?  --  preguntó Bill

-          Creo que puedo situarlo en algún momento posterior a su escape de Azkaban  --  apuntó Jason

Miraron a Sirius que continuaba sentado en la cama en la misma actitud de aparente desolación, pero Remus lo conocía lo suficientemente bien como para saber que en realidad su cerebro estaba trabajando a toda marcha para deshacerse de ellos.

-         ¿Y qué sucedió aquí?  --  preguntó Bill en voz baja señalando el desastre

-         Ya conoces su “dulce” carácter  --  dijo Jason  en el mismo tono  --  cuando despertó y cómo es lógico, estaba desorientado,  preguntó dónde estaba y quién era yo. Se lo dije pero no me creyó, parece creer que de algún modo fue atrapado por mortífagos.

Remus escuchaba a medias las explicaciones que Jason estaba dando a Bill, pero estaba pensando qué y cómo contarle a Sirius todo lo que había pasado en esos últimos cuatro años.

-         Luego me pidió agua  -- continuó contando Jason  --  pero cuando iba a servírsela me atacó y en cuestión de segundos casi destroza la habitación.

-         ¿Por qué no lo aturdiste?

-         Bill, aún no estoy muy seguro de su condición física, evidentemente ahora sé que fuerza no es lo que le falta, pero aun así recuerda que tiene un daño a nivel cerebral, no puedo ir por ahí atacando a personas que no saben lo que están haciendo.

Bill pensó que en esta ocasión estaba hablando el sanador y no el Auror, y Remus debió pensar lo mismo porque miró casi con pena a Jason.

-         Siento decírtelo Jason,  y no discutiré cómo puede haberle afectado lo que le sucedió, pero si una cosa  puedo asegurarte, es que él sí sabe lo que hace

Y tan era así, que Remus no había terminado de decir aquello cuando los fuertes brazos de Sirius lo asieron por detrás y algo filoso era situado en posición de cortar su cuello.

-         Ahora muchachito,  tendrás la amabilidad de “dejarnos” salir de aquí  --  dijo Sirius acentuando el plural

-         No seas necio Sirius  --  dijo Remus con tranquilidad  --  suponiendo que estuvieses en lo cierto y yo hubiese cometido la enorme estupidez de unirme a los mortífagos, ¿Crees que podrías escapar tan fácilmente?

-         No pretendo que sea fácil y probablemente tenga que romperte el cuello, pero ya sabes, se me dan bien las cosas complicadas y no lo digo por tu estúpido cuello

Remus emitió un suspiro resignado, aquel individuo envejecería pero no cambiaría.

-         Escúchame Sirius, hay unas cuantas partes de esta historia que te has perdido  --  le dijo  --  Por empezar ¿crees que si fuésemos mortífagos, Jason habría dudado en atacarte?

-         No sé quién es Jason y no me interesa, a menos que se trate del próximo infeliz al que tengo que matar para salir de aquí   --  dijo acercando más el filoso trozo de vidrio que tenía en la mano al cuello de Remus  --  Ahora, dame tu varita y terminemos con esto.

-         Sabes tan bien como yo lo que distingue a un mortífago del resto de los magos ¿no?

-         Sí, su locura  --   dijo Sirius

-         A juzgar por ello, tú serías uno sin lugar a dudas  --  opinó Jason con una sonrisa torcida sin dejar de apuntarlo con su varita y bloqueándoles el paso

-         Dile al “niño” que se aparte Lupin  --  siseó Sirius

-         Sirius, estamos en Hogwarts, por favor sé razonable

-         ¿Qué?  --  aquella información lo descolocó pero no lo convenció  --  ¿Crees que soy estúpido?

-         Pues tenía mis dudas, pero te estás esforzando en convencerme.

Tanto Jason como Bill no pudieron evitar reír. La situación era ridícula en extremo, y aunque conocían bastante bien a Sirius, estaba demostrándoles que se equivocaban al dudar cuando pensaban que los mayores habían exagerado diciendo que aquel hombre era arrogante y suicida. Porque si en realidad pensaba que estaba en manos de los mortífagos, tenía que ser o muy arrogante para suponer que podría salir con vida, o un loco suicida sabiendo que no lo lograría.

-         Jason, Bill  -- dijo Remus y ellos se pusieron alertas  --  descubran sus antebrazos

Los chicos así lo hicieron mostrando una piel sin el horrendo tatuaje.

-         ¿Me permites?  --  preguntó Remus y se levantó las mangas de su chaqueta  --  Ahora  --  continuó  --  te daré mi varita, pero con la condición de que me escuches.

Ahora Sirius sí estaba realmente confundido, aunque pensó que si era una trampa y estaban contando con la habilidad de aquellos dos niños, iban a llevarse una desagradable sorpresa. Jason no tuvo dificultad en “ver” aquel último pensamiento y sonrió, algo que ya estaba hartando a Sirius. Mientras que Bill no estaba seguro que fuera del todo juicioso lo que pretendía Lupin.

Con cuidado Remus le pasó la varita a Sirius, éste la tomó, lo soltó a él pero en seguida apunto a su pecho.

-         Bien  --  dijo Remus  --  vamos a calmarnos y a conversar con sensatez

-         Yo estoy muy calmado  --  le contestó Sirius  --  lo de la sensatez dependerá de lo que digas

Jason volvió a reír y esta vez Sirius lo apuntó con la varita a él.

-         Deja de reírte niño.

Pero se metía con el sujeto equivocado en opinión de Remus y Bill, porque si había alguien igual o peor que él, ese era sin duda Jason.

-         Escúchame… Black  --  dijo, y los otros dos respiraron porque pensaron que utilizaría algún calificativo que despertaría la ira de Sirius  --  Río poco, de manera que seguiré ejerciendo mi derecho a reír cuando se me antoje, y si no te gusta peor para ti

Sirius entrecerró los ojos peligrosamente mientras que Jason elevó una ceja y aunque  sujetaba su varita de forma que tal vez a otros les habría parecido indolente, tanto Remus como Bill sabían que era extraordinariamente rápido y para mala fortuna de Sirius si decidía hacer una estupidez, era él mismo quien había ayudado a perfeccionar la habilidad de duelo de Jason y el chico conocía perfectamente su técnica, de modo que no podría sorprenderlo

-         Sirius, te acabo de demostrar que no somos mortífagos  --  intervino Remus desviando la atención de Sirius  --  en cambio sí somos miembros de la Orden del Fénix.

Los pensamientos de Sirius cambiaron de dirección rápidamente. Si era cierto que estaba en manos de los miembros de la Orden, seguramente era con la intención de enviarlo de nuevo a Azkaban por la muerte de la rata asquerosa de Peter. Jason había visto todo aquello pero se veía en la imposibilidad de advertir a los otros sin revelar su habilidad. Sin embargo, con Sirius aquello no era necesario porque no era de los que se detenía mucho a pensar antes de hablar.

-         No me enviaran de nuevo a Azkaban  --  dijo apuntando a Remus  --  yo no lo hice.

-         Lo sé  --  dijo Lupin con serenidad  --  todos lo sabemos

En ese momento comenzó el relato de los hechos más importantes acaecidos durante los últimos años, decidiendo por el momento omitir lo relativo a Anne Marie y Anthar.

-         Cuatro años  --  dijo Sirius más para sí mismo que para ellos  --  Dumbledore muerto, no lo puedo creer

Todos guardaron silencio para darle oportunidad de asimilar lo que Remus acababa de contarle. Después de un momento, miró a los chicos y luego a Remus.

-         ¿Y quiénes son los niños?  --  preguntó

-         Él  --  dijo señalando a Bill  --  Es Bill Weasley.

-         ¿Weasley?  --  exclamó Sirius  --  ¿El hijo de Arthur y Molly?

-         Así es  --  dijo Bill levantándose de la silla donde había permanecido, y extendiéndole la mano

-         ¡Demonios!  Eras apenas algo más que un bebe la última vez que te vi

Aquello era una obvia exageración, porque la última vez que se vieron antes de los acontecimientos ocurridos cuatro años atrás, Bill tenía diez años y recordaba muy bien que a su madre casi le dio un infarto cuando lo vio subido a una escoba con Sirius.

-         ¿Mi prima sigue igual de aprensiva?  --  preguntó Sirius con una sonrisa, lo que significaba que él también lo había recordado

Luego de esto miró a Jason que seguía cómodamente sentado con los pies sobre la mesa con aire de ligero fastidio.

-         ¿Y el niño “me río cuando me da la gana”?

Tanto Remus como Bill tuvieron que hacer un enorme esfuerzo para no reír, mientras que  Jason ni siquiera si inmutó.

-         Él es Jason Prewet, sanador y…

-         ¿Prewet?  --  lo interrumpió Sirius mirando al chico

-         Así es, hijo de mi tío Fabián, por tanto eso lo hace técnicamente pariente tuyo también

-         Espera, espera  --  dijo Sirius evidentemente confundido  --  conocí bien tanto a Fabián como a Gideon y sé perfectamente que “no” tenían hijos.

-         Larga historia  --  dijo Jason  --  y aún tenemos que resolver algunos asuntos.

Remus miró la hora y tomó una decisión.

-         Será mejor que envíe aviso a los demás para suspender la reunión de esta noche

-         ¡Ey! No por mí  --  dijo Sirius

-         A ver Sirius  --  dijo Remus con paciencia  --  todos a excepción de nosotros tres, creen que estás muerto, no podemos presentarnos allá en tu compañía y pretender que no sufran un paro cardíaco al menos la mitad de ellos.

-         Me encantaría ver sus caras  --  dijo riendo malignamente

Jason se puso de pie y se acercó a Sirius.

-         Supongo que ahora me dejarás hacer mi trabajo

-         ¿Qué trabajo?

-         Ya Lupin te explicó lo que sucedió contigo, has pasado un año inconsciente, y aunque en lo particular me resultabas más simpático dormido, ahora debo examinarte para asegurarme que todo marcha como es debido.

Sirius lo miró con suspicacia y luego se volvió hacia Remus de nuevo.

-         ¿Realmente es sanador?

-         Y uno muy bueno debo agregar, es quien te ha estado cuidando todo este tiempo y quien dio con la posible cura.

-         ¡Vaya!  -- exclamó Sirius  --  Bueno gracias… supongo.

Jason se limitó a hacer una leve inclinación de cabeza y levantó de nuevo su varita.

-         ¿Puedo?  --  preguntó  --  Me encantaría tener tu tiempo, pero tengo cosas qué hacer  --  dijo mirando ostensiblemente su reloj y agregó mirando a Remus  --  Entre ellas ir a ver a Lyra

-         ¿Lyra? ¿Quién es Lyra? ¿Tu novia?  --  preguntó Sirius en tono burlón

-         No  --  contestó él en su habitual tono seco  --  Es su hija  --  agregó señalando a Lupin.


Sirius abrió los ojos hasta que casi se le salieron de las órbitas y Remus gimió internamente. Aquella noche iba a resultar muy, muy larga.