Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

domingo, 29 de junio de 2014

Cap. 24 Fin de la Misión…



Jason y Bill se miraron solo un segundo y en cuanto el fénix desapareció, se apuntaron el uno al otro y sin mediar palabra.

-         ¡MUTARE!

Ambos rayos alcanzaron su objetivo y los chicos cambiaron de aspecto, Jason se volvió rubio y Bill moreno, y adquirieron facciones que les eran totalmente desconocidas. Una vez hecho esto y tal y como les había indicado Dumbledore, subieron a toda prisa saliendo al pasillo aún desierto. Pero no tardaron en escuchar pasos que se acercaban a toda prisa, de modo que corrieron en la dirección contraria, pero al instante siguiente se detuvieron.

-         Esto es ridículo  --  dijo Jason  --  por aquí no saldremos

Bill asintió y se preparó para hacer frente a los guardias. Pocos segundos después los vieron aparecer y no perdieron el tiempo.

-         ¡PROPULSUM!  --  lanzó Jason, empujando a los guardias sobre los que venían atrás

-         ¡STUPEFACIO!  --  atacó Bill aturdiendo a dos de ellos

-         ¡ASTRICTUM!  --  les lanzaron los guardias con intención de atarlos

-         ¡SUPRESUM!  --  se defendió Jason desviando el hechizo

-         ¡DELAPSUS!  --  los atacó Bill y rodaron por el piso

-         ¡CONSTRICTUM!  --  les lanzó Jason deteniendo los movimientos de éstos  --    ¡DEVINCTUM!  --  y unas gruesas cadenas rodearon a los individuos

Jason y Bill corrieron  saltando por encima de los cuerpos atados y subieron a toda prisa las escaleras, preguntándose dónde estaría Dumbledore y sobre todo si estaba en muchos aprietos. Su pregunta quedó respondida en cuanto llegaron al Atrio, porque allí tenía lugar un verdadero pandemónium. Los guardias estaban siendo atacados pero  no se veía a nadie, todo lo que alcanzaban a ver eran los rayos que partían de diversos lugares. Los chicos se miraron y sonrieron, definitivamente Dumbledore podía estar todo lo loco que la gente quisiera, pero sin duda era un gran mago.

Ellos aprovecharon la confusión para avanzar hacia las escaleras del otro lado y alcanzar de nuevo la oficina del Ministro, pero a medio camino y como era inevitable, fueron notados y varios amenazantes rayos llovieron sobre ellos.

-         ¡REPELLO!

-         ¡REVERSUM!

Habían comenzado a defenderse pero la única manera de salir de allí era atacar.

-         ¡DEFRINGO!  --  lo hizo Jason y fue audible el sonido de huesos al quebrarse y el grito del guardia

-         ¡SUPLICIUM!  --  lanzó Bill y escuchó a los guardias a los que había alcanzado aullar de dolor

Los chicos se miraron durante un segundo con cierto grado de arrepentimiento, porque aquellos hombres solo cumplían con su deber, y Dumbledore les había advertido que procurasen hacerles el menor daño posible. Pero era eso o arriesgarse a ser atrapados. Para su buena fortuna no eran tantos y confiaban en ponerlos fuera de combate lo antes posible y abandonar el Ministerio antes de que las alarmas atrajeran a los Aurores.

Dumbledore había despejado buena parte del camino, pero aún faltaba un buen trecho para alcanzar las escaleras. Habían logrado llegar hasta el mostrador de recepción, pero en el momento que Bill se volvió para decir algo a Jason, éste lo empujó y cayó de espaldas. Un segundo después veían como el mostrador saltaba por los aires.

-         Creo que el empujón te dolió menos  --  bromeó Jason

Bill se cuestionó seriamente la cordura de su primo, porque a quién se le ocurría bromear en un momento como aquel. Pero no tuvieron tiempo para nada más porque las maldiciones seguían llegando. Se miraron, asintieron y se levantaron al mismo tiempo.

-         ¡VULNERO!

-         ¡AFLIGO!

Ambos atacaron y dieron en sus objetivos, pero enseguida les llovieron las maldiciones.

-         ¡Demonios!  --  exclamó Jason  --  Son más de los que esperábamos

-         ¡CORRUMPO!

-         ¡COMPRIMO!

Los estaban atacando sin ningún miramiento, de modo que tuvieron que defenderse de igual forma. Apenas habían logrado avanzar un poco más cuando Bill divisó a un par de individuos que según la información que poseían, trabajaban para Voldemort. Cuando se volvió para advertir a Jason, lo invadió el horror, porque Jason sangraba profusamente aunque no podía ver de dónde salía la sangre. Se parapetaron tras una columna en el momento que algo estalló en medio de ellos y sus atacantes. Bill aprovecho el breve momento de tranquilidad y miró de nuevo a su primo.

-         Déjame ver esa herida  --  le dijo levantando su varita, pero Jason le sujetó el brazo

-         Olvídalo  --  le dijo  --  eres bueno para destruir pero no para arreglar.

-         Nos seas necio Jason, no nos sirve que te desangres aquí y ahora.

Sin embargo, no pudieron continuar la discusión en ningún sentido porque una maldición acababa de impactar en la columna tras la que se encontraban y tuvieron que moverse. Después de varios minutos más de enconada lucha y luego de que un “Avada” impactará muy cerca, Jason perdió la paciencia.

-         Así no saldremos nunca de aquí  --  dijo y acto seguido  --  ¡CONVULSUM!  --  lanzó apuntando al techo que comenzó a ceder  --  ¡DEPRESSUM!  --  ahora lo lanzó contra el piso y este comenzó a abrirse bajo los pies de los guardias  --   ¡FLAGRO!  --  y una columna de llamas se alzó entre ellos y los guardias que aún estaban en pie

-         ¡Jason basta!  --  exclamó Bill  --  ¿Piensas destruir todo el edificio?

-         Si es la única manera de salir de aquí, sí  --  contestó el chico

Pero en ese momento Bill notó con enorme preocupación, que Jason estaba mortalmente pálido, tenía que sacarlo de allí a toda prisa. No obstante, antes de que ideara la forma de hacerlo, Dumbledore apareció a su lado.

-         Kingsley y Tonks acaban de llegar  --  les dijo  --  y por supuesto no vienen  solos.

A continuación recogió la balanza donde examinaban las varitas y que solía estar sobre el mostrador, pero ahora estaba destrozada y apuntó hacia ella.

-         ¡PORTUS!  --  el artefacto emitió un brillo azulado y luego se volvió opaco de nuevo  --  de prisa tómenlo

-         ¿Y usted?  --  preguntó Bill

-         Descuida, yo puedo salir sin ser visto  --  le aseguró  --  Llévalo a casa  --  lo urgió mirando a Jason que apenas podía mantenerse en pie.

Les dio el traslador al tiempo que les devolvía su aspecto original. Ambos sujetaron el traslador pero Jason perdía las fuerzas.

-         Sujétalo  --  le ordenó Dumbledore a Bill

Bill sujetó el traslador con una mano y con la otra aferró tan firmemente como pudo a Jason justo en el momento en que desaparecían. Sin embargo, fueron los minutos más angustiantes de su vida, porque sentía que Jason se le resbalaba y no podía hacer nada.

Después de la cena, Hermione había compartido un rato con los chicos y luego se había excusado para subir a la habitación que compartía con Ginny. Se tumbó en la cama y unos minutos después se incorporó y abrió el cajón de la veladora extrayendo un trozo de pergamino. Era uno que le había enviado Remus temprano, le decía como siempre que estaba bien, que la extrañaba pero que seguía ocupado. Aquello no era mucho para Hermione, y como no especificaba de qué se trataba lo que hacía, ella vivía con cierta angustia que aquel día en particular se había acrecentado. Por esa razón estaba releyendo el pergamino, intentando encontrar en él alguna pista acerca de lo que hacía Remus, pero no había nada que se lo indicara. Después de leerlo varias veces, volvió a guardarlo, pero la sensación de angustia persistía. No obstante, y no pudiendo hacer nada, al poco rato se tumbó de nuevo en la cama, y cerró los ojos cuando escuchó que Ginny abría la puerta. No era que no le gustase hablar con su amiga, pero en aquel momento no le apetecía, de modo que prefirió que la creyese dormida.

No supo en qué momento se quedó dormida en realidad, pero despertó sobresaltada y con el corazón latiéndole a toda velocidad. Lo primero que pensó fue que Remus estaba en peligro y su angustia se multiplicó. Pero unos segundos después se dijo que aquello no tenía sentido, porque ciertamente él había estado en serio peligro en muchas oportunidades en el pasado reciente y ella nunca se había sentido de aquella manera. Aunque luego se preguntó si el hecho de su relación hubiese alcanzado un nivel más íntimo, tenía aquel efecto. Pero finalmente sacudió la cabeza y se reprendió a sí misma por pensar tantas tonterías juntas. Se incorporó quedando sentada en la cama, pero después de un rato decidió que necesitaba levantarse, se preguntó qué hora sería porque no se escuchaba ningún sonido en la casa y sabía que la señora Weasley acostumbraba a retirarse muy tarde, por lo tanto debía ser pasada la medianoche. Soltó la cadena regalo de Jason que aún pendía de su cuello, y que él se había negado a recibir de vuelta, y con  la que acostumbraba a juguetear sobre todo cuando estaba nerviosa.

Se levantó y con cuidado abrió la puerta, prestó atención y no escuchó nada, de modo que salió al pasillo cerrando la puerta con sigilo. Comenzó a descender teniendo cuidado de no pisar el escalón que crujía. Cuando llegó abajo se asomó al salón pero estaba desierto, siguió a la cocina que se encontraba igualmente vacía y finalmente decidió salir al patio.

La noche era fresca y el cielo estaba cuajado de estrellas. Permaneció un rato mirándolo, pero aún después de todo ese rato, seguía sintiéndose angustiada. Caminó hacia la cerca recordando el día que Remus la había encontrado allí y miró hacia abajo, pero ese día no había ningún gnomo intentando morder sus tobillos. Se recostó de la cerca y en forma automática volvió a llevarse la mano a la cadena. Se preguntó dónde estaría Remus en ese momento y si Bill y Jason estarían con él. Cuando había llegado el mensaje de Bill avisando que no iba a comer porque tenía trabajo con la Orden, recordó el pergamino que le había enviado Remus y fue cuando comenzó su preocupación, porque pensaba que seguramente andaban en el mismo asunto. No sabía entonces lo equivocada que estaba.

Estaba a punto de volverse para entrar de nuevo en la casa, cuando escuchó que algo pesado caía cerca de allí. Giró la cabeza en dirección al sonido y vio los rojos cabellos de Bill, pero también vio que intentaba levantar algo. Caminó en aquella dirección y notó que el “algo” era realmente “alguien”.

-         Jason  --  murmuró de forma automática y corrió hacia ellos

Efectivamente, cuando estuvo más cerca comprobó que era él y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no gritar, porque si bien el ropaje oscuro que llevaban habría podido ocultar la sangre, esto no era posible cuando ésta brotaba en forma alarmante.

-         ¡Jason!  --  exclamó ahora en forma audible haciendo que Bill girara la cabeza  --  ¿Qué sucedió?  --  preguntó cuándo estuvo solo a unos pasos

-         No puedo explicártelo ahora  --  dijo el pelirrojo  --  tengo que llevarlo dentro y atender la herida

Había sido inútil intentar que el chico se pusiera de pie, porque en el lapso de tiempo que había durado el traslado, Jason había perdido el conocimiento y lo que Hermione había escuchado en el silencio de la noche, había sido el cuerpo de él al chocar violentamente contra el piso cuando llegaron. De manera que Bill lo apunto con su varita.

-         ¡TRANSLATIO!  --  murmuró el hechizo y el cuerpo de Jason se elevó en el aire y él lo guió hacia la casa.

-         ¿Los demás están bien?  --  preguntó la chica pensando en Remus

-         ¿Los demás?  --  preguntó a su vez Bill  --  No había nadie más con nosotros.

Por un lado se sintió aliviada y por el otro deseó que Remus estuviese a salvo, fuere cual fuese el trabajo que le habían encargado. Entraron a la casa y subieron tan aprisa como pudieron hasta llegar a la habitación que usualmente compartían Bill y Jason. Lo colocó en la cama y miró a Hermione.

-         ¿Podrías quedarte un momento con él?  --  el preguntó  --  Voy por mi madre.

-         Por supuesto  --  dijo ella y Bill salió

Hermione se acercó a la cama y se le encogió el corazón. El chico estaba tremendamente pálido, evidentemente había perdido una gran cantidad de sangre y su brazo derecho estaba en una posición anormal, por lo que dedujo estaba seriamente dañado a causa de una fractura abierta. Acercó su mano al rostro de Jason para retirarle el cabello de la cara y en ese momento él abrió los ojos. Intentó decir algo pero no pudo.

-         Tranquilo, vas a ponerte bien  --  le dijo ella, pero era improbable que la hubiese escuchado porque había perdido el conocimiento de nuevo.

Molly y Arthur Weasley entraron apresuradamente en la habitación seguidos de Bill. Arthur procedió a desaparecer la camisa de Jason y quedó al descubierto la herida. Bill tuvo que sostener a Hermione, porque ante la visión que apareció ante ellos, la chica se tambaleó. No solo era la abertura por donde sobresalía el hueso astillado, sino que tenía otras dos aberturas con un aspecto nada tranquilizador y de las que seguía manando la sangre.

-         ¡Por las Barbas de Merlín!   --  exclamó Molly  --  Lo masacraron ¿dónde estaban metidos ustedes?

Bill miró con incomodidad a su padre y éste acudió en su ayuda.

-         Vamos Molly, sabes perfectamente que no puede decírtelo  --  le recordó

-         Lo que me parece una tontería  --  se quejó ella mientras intentaba detener la sangre  --  todos pertenecemos a la Orden.

-         Se llama información compartimentada querida  --  dijo Arthur  --  en caso de tener la enorme desgracia de que alguno de nosotros fuese atrapado, y de algún modo obligado a hablar, no obtendrían sino la parte de información que maneja el prisionero. Es una cuestión de seguridad.

Hermione entendió el razonamiento y la verdad era que no le interesaba dónde habían estado, lo que le interesaba era saber si podrían atender aquello.

-         Esto es Magia Oscura  --  dijo Molly  --  lo que yo puedo hacer no puede combatir esto.

Arthur le hizo señas a Bill y abandonaron la habitación.

-         Debes ponerte en contacto con Dumbledore  --  le dijo  --  infórmale lo sucedido si es que no lo sabe, él sabrá qué hacer.

-         Bien  --  dijo Bill y corrió escaleras abajo rogando porque el anciano hubiese salido bien librado del Ministerio

Dumbledore se encontraba en su despacho cuando recibió el urgente  mensaje de Bill. Que Jason tuviese una herida producto de Magia Oscura, solo confirmaba sus sospechas de que los mortífagos estaban trabajando dentro del Ministerio. Envió a su vez un mensaje que fue respondido de inmediato, y unos minutos después entraba Snape en su despacho.

-         ¿Qué otra parte de tu anatomía has decidido dañar ahora?  --  preguntó con acidez

-         No se trata de mí Severus  --  le dijo dirigiéndose hacia la chimenea  --  Se trata de Jason, está mal herido y con lo que se sospecha sea Magia Oscura.

-         ¿Prewet?  --  dijo con cierta extrañeza, y luego agregó en forma  desagradable  --  Esos niños no deberían estar jugando con…

-         ¿Recuerdas qué edad tenías cuando ingresaste a las filas de los mortífagos y luego a las nuestras?  --  lo interrumpió  --  Vamos, esto es urgente.

-         ¿Vamos?  ¿A dónde se supone que vamos?

-         A La Madriguera, naturalmente.

-         ¿Es necesario?  --  preguntó Snape poniendo cara de asco 

-         Sí Severus, es necesario   --  le contestó con paciencia  --  es allí donde se encuentra

-         Podrías trasladarlo aquí.

-         No está en condiciones.

Aquello fue dicho en forma severa y que no admitía más discusión. De modo que a Snape no le quedó más remedio que seguirlo.

Bill caminaba de un lado a otro en el Salón cuando vio que las llamas de la chimenea cambiaban de color. No perdieron el tiempo en saludos.

-         ¿Dónde está?

-         Vengan conmigo.

Subieron a toda prisa y al entrar en la habitación todos miraron a los visitantes sin que les fuera posible ocultar la sorpresa de ver a Snape allí. Pero se repusieron rápidamente.

-         Tiene mucha fiebre  --  dijo Molly con angustia

-         No te preocupes  --  la tranquilizó Dumbledore  --  va a ponerse bien.

-         Yo en tu lugar no ofrecería nada parecido hasta tanto no revisemos esa herida  --  dijo Snape en forma poco misericordiosa y sin tener en cuenta la angustia de los presentes  --  Déjenme solo  --  ordenó por último mientras se acercaba a la cama

Arthur tomó a su mujer por el brazo y comenzaron a caminar hacia la puerta.

-         Eso también es contigo sabelotodo  --  le dijo en forma desagradable a Hermione

La chica no había reaccionado primero de la sorpresa de verlo allí, y segundo de lo que había dicho de forma tan inmisericorde. De modo que Bill la tomó por un brazo y la arrastró hacia afuera.

Hermione no tenía idea de cuánto tiempo había transcurrido desde que abandonaron la habitación, hasta que Snape salió de ella, pero le había parecido que era una eternidad. Todos se abalanzaron sobre el profesor y este los detuvo con la mirada.

-         ¿Cómo está?  --  preguntó Molly con los ojos llenos de lágrimas

-         Hice todo lo necesario  --  dijo Snape ignorando a Molly y dirigiéndose a Dumbledore  --  ¿Puedo marcharme?

-         ¿Alguna recomendación especial?  --  preguntó éste

-         Él es sanador ¿no?  --  fue su respuesta  --  Cualquier otro asunto podrá atenderlo él mismo.

-         Gracias Severus  --  dijo el anciano

Snape asintió y comenzó a caminar hacia las escaleras, pero antes de bajar se volvió y miró a Hermione.

-         Por alguna razón que asumo será la fiebre, porque de otra forma no alcanzo a comprender que alguien desee tu compañía, el infeliz te ha estado llamando.

Dicho esto se volvió y comenzó a descender seguido de Arthur. Hermione miró a Molly como solicitando su permiso para entrar.

-         Claro querida, pasa  --  dijo la mujer y Hermione entró a toda prisa junto con ella

Dumbledore y Bill se quedaron en el pasillo, y una vez que ellas entraron se miraron interrogándose con las miradas.

-         No vi quien lo hizo  --  comenzó Bill  --  pero tengo pocas dudas, vi a Callahan y Jugson entre los guardias.

-         Entiendo  --  dijo Dumbledore

-         Se pondrá bien ¿verdad?  --  dijo Bill mirando hacia la puerta de la habitación  --  Snape no dijo mucho en realidad.

-         En su lenguaje eso significa que sí, no te preocupes  --  y luego de una pausa  --  Habrá que reportarlo enfermo al Hospital

-         Descuide, yo me encargo de eso.

-         ¿Consiguieron algo?

En ese momento Bill recordó el trozo de pergamino que estaba en su bolsillo. Metió la mano en él y lo extrajo. Sintió una punzada cuando vio que en una de las esquinas estaba manchado de sangre, pero se repuso y se lo extendió a Dumbledore. Él le echó un vistazo y luego lo apuntó con su varita.

-         ¡EFFINGERE!  --  al instante otro pergamino exactamente igual había aparecido  --  Me llevaré la copia y la examinaré con calma  --  y le devolvió el pergamino a Bill

Jason pasó los siguientes tres días bastante  mal.  Molly le había compuesto el hueso roto y las heridas que Snape había atendido se habían cerrado, pero Dumbledore les advirtió que la Magia Oscura siempre tiene secuelas. Y efectivamente durante esos días, Jason estuvo con  fiebre alta y tenía escasos períodos de consciencia.

Hermione se había tomado el asunto de forma personal y no quiso moverse del lado del chico. Ayudaba a Molly a mantenerlo fresco cuando la fiebre subía mucho, a alimentarlo cuando medio despertaba, y administrarle las pociones que necesitaba. Al final del segundo día, la señora Weasley la miró con preocupación.

-         Debes ir a descansar Hermione, yo me quedaré con él esta noche.

-         No estoy cansada  --  mintió en forma flagrante  --  usted trabaja mucho durante el día y sí debe descansar.

-         Sabes que no tienes que hacer esto ¿verdad?

-         Lo sé  --  reconoció la castaña  --  lo hago porque así lo quiero. El hecho de que hayamos roto nuestro compromiso, no significa que no me importe. Usted sabe que lo quiero mucho.

Molly no discutió con ella y abandonó la habitación con la secreta y lejana esperanza de que las cosas cambiasen algún día para ellos.

Jason despertó cerca del amanecer y vio a Hermione dormida con la cabeza caída sobre el hombro.

-         Linda…  --  la llamó y ella despertó de inmediato

-         Aquí estoy  --  dijo enderezándose y con  intención de comprobar si tenía fiebre, porque Jason no la había vuelto a llamar así desde que habían terminado

-         No tengo fiebre  --  le dijo él al ver que ella dirigía la mano hacia su frente

-         Me alegra saberlo señor sanador, pero si no le molesta quiero comprobarlo yo misma  --  él sonrió y la dejó hacer.

-         ¿Lo ves? Te  lo dije  --  y ella asintió  --  Tengo sed, podrías…

Pero ya ella iba hacia el aparador  por el agua. Lo ayudó a beber y luego colocó el vaso en la veladora.

-         Gracias  --  le dijo él   --  Creo que tuve una noche agitada.

-         ¿Una noche…?  --  comenzó, pero se dio cuenta que él no estaba consciente de cuánto tiempo había transcurrido 

-         ¿Qué día es hoy?  --  preguntó Jason con preocupación al captar los pensamientos de la chica

-         Viernes  --  dijo ella

-         ¡Demonios!  --  exclamó intentando incorporarse

-         Tranquilízate o llamaré a Bill o al señor Weasley  --  lo amenazó ella 

-         No puedo quedarme aquí, tengo que…

-         No tienes que hacer nada Jason  --  dijo ella exasperada y dejando salir toda la tensión acumulada  -- ¡Fuiste a no sé dónde a que te hicieran picadillo, nos diste un susto enorme y llevas casi tres días con una fiebre devastadora, así que no te moverás de la maldita cama!  ¿Me has comprendido?

Los efectos de tres angustiosos días con sus noches, habían hecho explosión y luego de decirle todo aquello, rompió a llorar y abandonó la habitación a toda prisa chocando en su huida con la señora Weasley.  Molly entró a la habitación espantada, pero apenas lo hizo, Jason que ya se había recuperado de la sorpresa y estaba sentado en la cama llamando a Hermione, se detuvo.

La señora Weasley respiró aliviada y colocando los brazos en jarras se enfrentó a su sobrino.

-         ¡Jason Fabián Prewet!  --  exclamó  --  Dime que le has hecho a la pobre criatura.

-         Nada  --  contestó a toda prisa  --  solo dije que tenía que levantarme y…

Lo siguiente fue una larga reprimenda de parte de Molly, con más o menos el mismo contenido de lo dicho por Hermione aunque mucho más explícito, y con la información extra de que la chica había pasado los últimos tres días pegada a su cama. Jason se sintió feliz y miserable al mismo tiempo, pero a diferencia de su tía, él tenía la plena seguridad de que Hermione terminaría siendo suya si tenía la suficiente paciencia y ciertamente la tenía.


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