Remus
caminaba cabizbajo por uno de los pasillos del colegio. Una vez más había
intentado hablar con Hermione, pero ella seguía negándose. Un par de días
atrás, Harry había conversado con él y le había transmitido su preocupación por
la chica. Según él, Hermione no comía ni dormía lo suficiente, siempre era la
primera en levantarse y la última en irse a la cama, cuando no era por estar
haciendo deberes, era por las rondas que como prefecto le correspondían. Aunque
Ron se había ofrecido a cubrirla, ella se había negado, y de no haberlo hecho
no habría sido ella. Sin embargo, en esta ocasión Remus no había tenido mejor
suerte, Hermione después de mirarlo con desprecio, se había limitado a decirle
que ese bebe era suyo y de nadie más. Hasta ese momento había tenido toda la
paciencia del mundo, Dumbledore le había recomendado no presionarla, pero ya
estaba llegando al límite y aunque no tenía la menor idea de cómo o qué hacer
para que ella modificara su actitud, tenía que encontrar la manera y pronto.
Iba
tan distraído que se sorprendió cuando literalmente choca contra alguien.
-
¡Perdón, yo… -- se
detuvo al ver la alegre sonrisa y los ojos claros que lo miraban --
¡Nymphadora!
-
Te he dicho que no me llames así --
dijo ella adoptando una actitud beligerante -- y
por tu propio bien deberías recordarlo.
-
¿De guardia? --
preguntó ignorando la advertencia
Todos
sabían que las misiones de Remus no eran precisamente gratas ni fáciles, pero
él pareció ignorar también aquello.
-
¿Con quién? --
quiso saber
-
Con Bill
-- respondió ella de
inmediato -- pero tengo tiempo para que me invites una
taza de té, que por cierto me vendría bien.
-
Puedes pedirla a los elfos -- le
dijo él elevando una ceja
-
No seas pesado Remus --
protestó ella con fastidio
-- ¿Te cuesta mucho ser amable?
-
No tengo tiempo para esto Nymphadora --
dijo él e hizo un movimiento para apartarse
Pero
aquella chica definitivamente no era de las que se rendía fácilmente, y antes
de que él se diese cuenta, había enlazado sus brazos alrededor del cuello de
Lupin y lo había atraído hacia su rostro. A pesar de la sorpresa, Remus
reaccionó con bastante rapidez sujetando los brazos de la chica y apartándose.
Pero con todo, quizá no fue lo bastante rápido.
Jason
había llegado a casa muerto del cansancio, cuando Molly lo sintió llegar se
alegró, pero en seguida la alegría fue substituida por la preocupación.
-
¿Qué sucede?
-
Nada tía, solo estoy agotado.
-
Bien
-- dijo ella --
comenzaremos por atender tus necesidades más obvias --
apuntó su varita hacia la estufa y unas cacerolas se pusieron en
movimiento -- pero no creas que me engañas, tal vez no seas
mi hijo pero te conozco tanto como a ellos, así que no te moverás de aquí hasta
que me lo hayas dicho.
Como
en otras ocasiones, Jason se preguntó si su tía no poseería el mismo poder que
él y al igual que en su caso, lo ocultaba de los demás. La observó mientras
terminaba prepararle la comida, y como lo miraba a intervalos regulares con la
decisión en la mirada. El chico llegó a la conclusión que de nada le valdría
negarse, o bien se inventaba alguna historia o bien le decía el motivo real de
su preocupación.
Tuvo
que hacer un enorme esfuerzo por comerse todo lo que le había servido, porque
después de la sopa en realidad no le apetecía nada más. Sin embargo, negarse a
comer habría supuesto aguantar una interminable diatriba acerca de su
irresponsabilidad al no alimentarse como era debido, de modo que decidió
esforzarse y ahorrársela.
Una
vez que hubo terminado, y que apartó el plato, se encontró con la mirada
inquisitiva de Molly.
-
¿Y bien?
Ella
había aguantado pacientemente mientras él comía, pero no estaba dispuesta a
dejarlo ir sin respuestas. Jason se llevó las manos a las sienes y luego la
miró.
-
Se trata de Hermione.
-
Dime algo que no sepa --
dijo ella -- todas tus preocupaciones llevan su nombre.
-
Hace un par de días fui a su
revisión -- comenzó
-- y el bebé no se está
desarrollando como es debido.
-
¿Por qué?
-- preguntó Molly con evidente
preocupación
-
Aún no he determinado las causas, o al
menos no estoy seguro -- dijo él poniéndose de pie -- Es
posible que se trate de una alimentación deficiente por parte de Hermione, una
malformación congénita, es decir algo que no esté bien en el bebé, pero también
es posible que se deba a las veces que ha sido atacada con diversas
maldiciones. Sé que Harry, Ron y Ginny han hecho lo posible por protegerla, pero
no están todo el tiempo con ella, y las
veces que la han atacado ha sido por la espalda, de modo que no le han dado ni
siquiera la oportunidad de defenderse.
-
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de
esto?
-
Le he indicado una poción para abrir su
apetito, si se trata de eso, en poco tiempo deberíamos comenzar a ver
resultados, pero si es algo congénito aún debo esperar al próximo trimestre
para determinarlo e intentar revertirlo, pero si es por lo que le han hecho…
-
¿Qué? ¿No puede hacerse nada? --
preguntó cada vez más angustiada
-
Solo cruzar los dedos y esperar --
finalizó él y dándole la espalda abrió violentamente la puerta y salió
al patio.
Molly
trató de serenarse y pensar con calma. Evidentemente nada podía hacer ella por
Hermione, pero Jason la necesitaba. Se levantó y fue tras él. Lo vio parado un
poco más allá con las manos en los bolsillos. Se acercó y colocó una mano sobre
el hombro del chico, pero al pararse frente a él sintió un enorme peso en el
corazón. Las lágrimas se deslizaban por el rostro de su sobrino y aquello era
un espectáculo que no había presenciado ni siquiera cuando murió la madre de
él. Eso encendió una luz de alarma en el cerebro de Molly, por muy buenos
sentimientos que tuviese Jason, no estaría sufriendo de ese modo por un bebé
que no era suyo, de modo que la única explicación posible la espantó.
-
Jason… dime, Hermione…
-
Puede morir en el parto tía --
dijo con voz quebrada
Aunque
era exactamente lo que ella había pensado, escuchárselo decir fue un duro
golpe. Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar porque Jason se había
refugiado en sus brazos y lloraba como un niño pequeño. Le costó un gran
esfuerzo reponerse a sus propios miedos y tratar de tranquilizarlo, lo que no
resultó sencillo.
-
¿De qué me sirve todo lo que sé? ¿De qué
me sirve haber pasado años estudiando si no puedo salvar lo que más amo?
-
Vamos cariño, no puedes darlo todo por
perdido aún -- le dijo
-- Tú mismo has dicho que aún no
has determinado las causas exactas, podría dar resultado el tratamiento, o
podrías hacer algo más adelante si se trata del bebé. No necesariamente tiene
que tratarse de ella.
-
Pero y si…
-
No, no le des fuerza a ese
pensamiento -- lo silenció
-- Tú eres un gran sanador, así
que encontrarás el modo, ya lo verás.
Unos
minutos después, Jason había recuperado algo de calma.
-
Hay una cosa Jason --
comenzó Molly -- deberías hablar con Remus.
-
¡No!
-- dijo él en forma tajante
-
Jason él es el padre y tiene derecho a…
-
¡Es un infeliz que la ha dejado sola con
esto!
-
Estás siendo injusto y lo sabes --
porfió ella -- Remus ha intentado por todos los medios
acercarse a ella y tratar de arreglar las cosas
-
En primer lugar no debió comportarse de
la forma cobarde como lo hizo, de no ser así ahora no habría nada que arreglar.
No merece su amor.
-
Sigues siendo injusto Jason. Debes pensar
que su reacción fue apenas natural, él ha tenido que vivir toda su vida con el
peso de una maldición que se la ha hecho miserable. Es lógico que no desease
eso para su hijo. Sin embargo, eso no significa que no lo ame.
-
Si la amase debió pensar primero en ella,
y luego en sí mismo, de otro modo no es amor.
Molly
miró a su sobrino y llegó a la conclusión de que en realidad él sentía un amor
tan desmedido por Hermione, que casi rayaba en la obsesión. Pero estaba
igualmente convencida que para que Remus hubiese llegado al extremo de ignorar
no solo la diferencia de edad sino su propia condición, también tenía que
amarla mucho.
-
Cariño, es fácil juzgar cuando no es uno
mismo quien está en determinada circunstancia
-- dijo con paciencia -- Si
no se lo dices, te va a pesar luego.
-
No, no será así.
Dicho
esto, le dio la espalda y entró a la casa dirigiéndose directamente a su
habitación. En el fondo él sabía que su tía tenía razón, y eso era lo que más
exacerbaba su ira, y sabía del mismo modo que tarde o temprano tendría que
decírselo a su antiguo profesor, pero aún tardaría algún tiempo en dar su brazo
a torcer.
Después
que Hermione despidió a Lupin de manera tan poco ceremoniosa, echó a andar en
dirección opuesta, pero apenas había dado unos cuantos pasos, cuando sintió que
la sujetaban por un brazo.
-
No tan rápido señorita --
escuchó
-
¡Harry!
-- exclamo llevándose la mano al
pecho --
Sabes que odio que hagas eso ¡Sal ahora mismo de debajo de esa estúpida
capa!
El
chico se quitó la Capa de Invisibilidad y la miró con el ceño fruncido.
-
Te estás comportando como una niña
malcriada
-
¿Ah sí? Pues te recuerdo que quien no
quiso…
-
Hermione
-- la interrumpió él --
eres como mi hermana, y sabes que haría cualquier cosa por ti, pero lo
que no voy a consentir es que arruines tu vida, la de Remus y la de tu hijo,
por ese tonto orgullo. De acuerdo se equivocó, reaccionó estúpidamente, pero
dale la oportunidad. Sabes tan bien como yo que le sobraban los motivos para
sentirse asustado y preocupado, pero eso no significa que no los ame.
Harry
había intentado en varias oportunidades abordar aquel tema con ella, pero
siempre la chica lo evadía, pero esta vez no le dio oportunidad.
-
Pero…
-- intentó ella
-
Sabes que tengo razón y lo que estás
haciendo no solo es cruel para con él, sino potencialmente perjudicial para ti
misma y para el bebé, así que déjate de tonterías y permítele hablar
contigo -- la sujetó por los hombros --
Sabes tan bien como yo que Remus te ama. Por favor --
ella hizo un leve gesto afirmativo y él sonrió --
Vamos, aún podemos alcanzarlo.
La
tomó por una mano y emprendieron el camino. A pesar de que caminaron tan aprisa
como pudieron, al parecer él había tomado mucha delantera. Ya Harry estaba
pensando en enviarle un patronus cuando la imagen que apreció ante ellos los
paralizó. Hermione reaccionó primero volviéndose hacia Harry.
-
¿Me ama?
-- siseó, y acto seguido echó a
andar con rapidez en dirección opuesta
Harry,
cuyo proceso mental no era precisamente lento, estaba muy ocupado analizando lo
que acababa de ver y que Hermione, evidentemente no había registrado. Por este
motivo no la detuvo en su apresurada marcha. Pero sí tuvo tiempo para sentir
pena porque su amiga no había reparado en el hecho de que si bien era cierto
que la primera impresión era de una pareja besándose, no era menos cierto que
la actitud de Remus era a todas luces de rechazo. De modo que con toda
discreción se marchó también, aunque alcanzó a escuchar la airada protesta de
Remus y la risa de la Auror.
A
partir de aquella nefasta noche, Harry no tuvo ni la más mínima oportunidad de
conversar del asunto con Hermione, porque cada vez que se mencionaba el nombre
de Lupin, en cualquier sentido y estuviesen donde estuviesen, la chica se
marchaba con la mayor celeridad.
-
Francamente creo que perdemos
miserablemente el tiempo
Esto
se lo dijo Ron a Harry, dos días después de lo acontecido, y luego de que como
de costumbre, en cuanto Harry había mencionado a Remus, Hermione se había
levantado a mitad de una conversación con Ginny, y se había marchado. El chico
les hizo señas y les contó lo que habían presenciado incluida su propia
apreciación y la protesta de Remus.
-
Bueno, ya yo me imaginaba que Tonks iba
tras él -- dijo Ginny con aire pensativo
-
Pero
-- intervino Ron -- ¿Qué
tiene el infeliz para que las chicas se enamoren de esa forma?
-
Algo que a ti te falta --
dijo Ginny con desagrado
-
¿Qué?
-- preguntaron ambos
-
Sentimientos
Luego
de decir aquello y obsequiarlos con una gélida mirada, se marchó también. Harry
y Ron se miraron, pero olvidaron rápidamente el asunto al recordar el partido
de ese día en el que Harry no podría jugar por estar cumpliendo su
aparentemente eterno castigo con Snape.
Lo que
ninguno de los dos sabía en ese momento, era lo mucho que iban a cambiar las
cosas aquella noche, porque cuando Harry entró cabizbajo a la Sala Común, no
solo se encontró con la maravillosa noticia de que habían ganado, sino que
Ginny, literalmente se arrojó a sus brazos y lo besó. Y como ciertamente él no
estaba en la misma posición que Lupin, sí correspondió con el mayor fervor a
aquel beso. Una molesta vocecita en su cerebro intentó decirle algo acerca de
Ron, pero él no estaba para prestar atención a esas tonterías.
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