Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

domingo, 29 de junio de 2014

Cap. 29 Unas malas y otras buenas...



Remus caminaba cabizbajo por uno de los pasillos del colegio. Una vez más había intentado hablar con Hermione, pero ella seguía negándose. Un par de días atrás, Harry había conversado con él y le había transmitido su preocupación por la chica. Según él, Hermione no comía ni dormía lo suficiente, siempre era la primera en levantarse y la última en irse a la cama, cuando no era por estar haciendo deberes, era por las rondas que como prefecto le correspondían. Aunque Ron se había ofrecido a cubrirla, ella se había negado, y de no haberlo hecho no habría sido ella. Sin embargo, en esta ocasión Remus no había tenido mejor suerte, Hermione después de mirarlo con desprecio, se había limitado a decirle que ese bebe era suyo y de nadie más. Hasta ese momento había tenido toda la paciencia del mundo, Dumbledore le había recomendado no presionarla, pero ya estaba llegando al límite y aunque no tenía la menor idea de cómo o qué hacer para que ella modificara su actitud, tenía que encontrar la manera y pronto.

Iba tan distraído que se sorprendió cuando literalmente choca contra alguien.

-             ¡Perdón, yo…  --   se detuvo al ver la alegre sonrisa y los ojos claros que lo miraban  --  ¡Nymphadora!

-             Te he dicho que no me llames así  --  dijo ella adoptando una actitud beligerante  --  y por tu propio bien deberías recordarlo.

-             ¿De guardia?  --  preguntó ignorando la advertencia

-             Sí, algunos no tenemos tu suerte  --  pero en seguida se arrepintió de haber dicho aquello

Todos sabían que las misiones de Remus no eran precisamente gratas ni fáciles, pero él pareció ignorar también aquello.

-             ¿Con quién?  --  quiso saber

-             Con Bill  --  respondió ella de inmediato  --  pero tengo tiempo para que me invites una taza de té, que por cierto me vendría bien.

-             Puedes pedirla a los elfos  --  le dijo él elevando una ceja

-             No seas pesado Remus  --  protestó ella con fastidio  --  ¿Te cuesta mucho ser amable?

-             No tengo tiempo para esto Nymphadora  --  dijo él e hizo un movimiento para apartarse

Pero aquella chica definitivamente no era de las que se rendía fácilmente, y antes de que él se diese cuenta, había enlazado sus brazos alrededor del cuello de Lupin y lo había atraído hacia su rostro. A pesar de la sorpresa, Remus reaccionó con bastante rapidez sujetando los brazos de la chica y apartándose. Pero con todo, quizá no fue lo bastante rápido.


Jason había llegado a casa muerto del cansancio, cuando Molly lo sintió llegar se alegró, pero en seguida la alegría fue substituida por la preocupación.

-             ¿Qué sucede?

-             Nada tía, solo estoy agotado.

-             Bien  --  dijo ella  --  comenzaremos por atender tus necesidades más obvias  --  apuntó su varita hacia la estufa y unas cacerolas se pusieron en movimiento  --  pero no creas que me engañas, tal vez no seas mi hijo pero te conozco tanto como a ellos, así que no te moverás de aquí hasta que me lo hayas dicho.

Como en otras ocasiones, Jason se preguntó si su tía no poseería el mismo poder que él y al igual que en su caso, lo ocultaba de los demás. La observó mientras terminaba prepararle la comida, y como lo miraba a intervalos regulares con la decisión en la mirada. El chico llegó a la conclusión que de nada le valdría negarse, o bien se inventaba alguna historia o bien le decía el motivo real de su preocupación.

Tuvo que hacer un enorme esfuerzo por comerse todo lo que le había servido, porque después de la sopa en realidad no le apetecía nada más. Sin embargo, negarse a comer habría supuesto aguantar una interminable diatriba acerca de su irresponsabilidad al no alimentarse como era debido, de modo que decidió esforzarse y ahorrársela.

Una vez que hubo terminado, y que apartó el plato, se encontró con la mirada inquisitiva de Molly.

-             ¿Y bien?

Ella había aguantado pacientemente mientras él comía, pero no estaba dispuesta a dejarlo ir sin respuestas. Jason se llevó las manos a las sienes y luego la miró.

-             Se trata de Hermione.

-             Dime algo que no sepa  --  dijo ella  --  todas tus preocupaciones llevan su nombre.

-             Hace un par de días fui a su revisión  --  comenzó  --  y el bebé no se está desarrollando como es debido.

-             ¿Por qué?  --  preguntó Molly con evidente preocupación

-             Aún no he determinado las causas, o al menos no estoy seguro  --  dijo él poniéndose de pie  --  Es posible que se trate de una alimentación deficiente por parte de Hermione, una malformación congénita, es decir algo que no esté bien en el bebé, pero también es posible que se deba a las veces que ha sido atacada con diversas maldiciones. Sé que Harry, Ron y Ginny han hecho lo posible por protegerla, pero no están todo el tiempo con ella, y  las veces que la han atacado ha sido por la espalda, de modo que no le han dado ni siquiera la oportunidad de defenderse.

-             ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de esto?

-             Le he indicado una poción para abrir su apetito, si se trata de eso, en poco tiempo deberíamos comenzar a ver resultados, pero si es algo congénito aún debo esperar al próximo trimestre para determinarlo e intentar revertirlo, pero si es por lo que le han hecho…

-             ¿Qué? ¿No puede hacerse nada?  --  preguntó cada vez más angustiada

-             Solo cruzar los dedos y esperar  --  finalizó él y dándole la espalda abrió violentamente la puerta y salió al patio.

Molly trató de serenarse y pensar con calma. Evidentemente nada podía hacer ella por Hermione, pero Jason la necesitaba. Se levantó y fue tras él. Lo vio parado un poco más allá con las manos en los bolsillos. Se acercó y colocó una mano sobre el hombro del chico, pero al pararse frente a él sintió un enorme peso en el corazón. Las lágrimas se deslizaban por el rostro de su sobrino y aquello era un espectáculo que no había presenciado ni siquiera cuando murió la madre de él. Eso encendió una luz de alarma en el cerebro de Molly, por muy buenos sentimientos que tuviese Jason, no estaría sufriendo de ese modo por un bebé que no era suyo, de modo que la única explicación posible la espantó.

-             Jason… dime, Hermione…

-             Puede morir en el parto tía  --  dijo con voz quebrada

Aunque era exactamente lo que ella había pensado, escuchárselo decir fue un duro golpe. Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar porque Jason se había refugiado en sus brazos y lloraba como un niño pequeño. Le costó un gran esfuerzo reponerse a sus propios miedos y tratar de tranquilizarlo, lo que no resultó sencillo.

-             ¿De qué me sirve todo lo que sé? ¿De qué me sirve haber pasado años estudiando si no puedo salvar lo que más amo?

-             Vamos cariño, no puedes darlo todo por perdido aún  --  le dijo  --  Tú mismo has dicho que aún no has determinado las causas exactas, podría dar resultado el tratamiento, o podrías hacer algo más adelante si se trata del bebé. No necesariamente tiene que tratarse de ella.

-             Pero y si…

-             No, no le des fuerza a ese pensamiento  --  lo silenció  --  Tú eres un gran sanador, así que encontrarás el modo, ya lo verás.

Unos minutos después, Jason había recuperado algo de calma.

-             Hay una cosa Jason  --  comenzó Molly  --  deberías hablar con Remus.

-             ¡No!  --  dijo él en forma tajante

-             Jason él es el padre y tiene derecho a…

-             ¡Es un infeliz que la ha dejado sola con esto!

-             Estás siendo injusto y lo sabes  --  porfió ella  --  Remus ha intentado por todos los medios acercarse a ella y tratar de arreglar las cosas

-             En primer lugar no debió comportarse de la forma cobarde como lo hizo, de no ser así ahora no habría nada que arreglar. No merece su amor.

-             Sigues siendo injusto Jason. Debes pensar que su reacción fue apenas natural, él ha tenido que vivir toda su vida con el peso de una maldición que se la ha hecho miserable. Es lógico que no desease eso para su hijo. Sin embargo, eso no significa que no lo ame.

-             Si la amase debió pensar primero en ella, y luego en sí mismo, de otro modo no es amor.

Molly miró a su sobrino y llegó a la conclusión de que en realidad él sentía un amor tan desmedido por Hermione, que casi rayaba en la obsesión. Pero estaba igualmente convencida que para que Remus hubiese llegado al extremo de ignorar no solo la diferencia de edad sino su propia condición, también tenía que amarla mucho.

-             Cariño, es fácil juzgar cuando no es uno mismo quien está en determinada circunstancia  --  dijo con paciencia  --  Si no se lo dices, te va a pesar luego.

-             No, no será así.

Dicho esto, le dio la espalda y entró a la casa dirigiéndose directamente a su habitación. En el fondo él sabía que su tía tenía razón, y eso era lo que más exacerbaba su ira, y sabía del mismo modo que tarde o temprano tendría que decírselo a su antiguo profesor, pero aún tardaría algún tiempo en dar su brazo a torcer.

Después que Hermione despidió a Lupin de manera tan poco ceremoniosa, echó a andar en dirección opuesta, pero apenas había dado unos cuantos pasos, cuando sintió que la sujetaban por un brazo.

-             No tan rápido señorita  --  escuchó

-             ¡Harry!  --  exclamo llevándose la mano al pecho  --  Sabes que odio que hagas eso ¡Sal ahora mismo de debajo de esa estúpida capa!

El chico se quitó la Capa de Invisibilidad y la miró con el ceño fruncido.

-             Te estás comportando como una niña malcriada

-             ¿Ah sí? Pues te recuerdo que quien no quiso…

-             Hermione  --  la interrumpió él  --  eres como mi hermana, y sabes que haría cualquier cosa por ti, pero lo que no voy a consentir es que arruines tu vida, la de Remus y la de tu hijo, por ese tonto orgullo. De acuerdo se equivocó, reaccionó estúpidamente, pero dale la oportunidad. Sabes tan bien como yo que le sobraban los motivos para sentirse asustado y preocupado, pero eso no significa que no los ame.

Harry había intentado en varias oportunidades abordar aquel tema con ella, pero siempre la chica lo evadía, pero esta vez no le dio oportunidad.

-             Pero…  --  intentó ella

-             Sabes que tengo razón y lo que estás haciendo no solo es cruel para con él, sino potencialmente perjudicial para ti misma y para el bebé, así que déjate de tonterías y permítele hablar contigo  --  la sujetó por los hombros  --  Sabes tan bien como yo que Remus te ama. Por favor  --  ella hizo un leve gesto afirmativo y él sonrió  --  Vamos, aún podemos alcanzarlo.

La tomó por una mano y emprendieron el camino. A pesar de que caminaron tan aprisa como pudieron, al parecer él había tomado mucha delantera. Ya Harry estaba pensando en enviarle un patronus  cuando la imagen que apreció ante ellos los paralizó. Hermione reaccionó primero volviéndose hacia Harry.

-             ¿Me ama?  --  siseó, y acto seguido echó a andar con rapidez en dirección opuesta

Harry, cuyo proceso mental no era precisamente lento, estaba muy ocupado analizando lo que acababa de ver y que Hermione, evidentemente no había registrado. Por este motivo no la detuvo en su apresurada marcha. Pero sí tuvo tiempo para sentir pena porque su amiga no había reparado en el hecho de que si bien era cierto que la primera impresión era de una pareja besándose, no era menos cierto que la actitud de Remus era a todas luces de rechazo. De modo que con toda discreción se marchó también, aunque alcanzó a escuchar la airada protesta de Remus y la risa de la Auror.

A partir de aquella nefasta noche, Harry no tuvo ni la más mínima oportunidad de conversar del asunto con Hermione, porque cada vez que se mencionaba el nombre de Lupin, en cualquier sentido y estuviesen donde estuviesen, la chica se marchaba con la mayor celeridad.

-             Francamente creo que perdemos miserablemente el tiempo

Esto se lo dijo Ron a Harry, dos días después de lo acontecido, y luego de que como de costumbre, en cuanto Harry había mencionado a Remus, Hermione se había levantado a mitad de una conversación con Ginny, y se había marchado. El chico les hizo señas y les contó lo que habían presenciado incluida su propia apreciación y la protesta de Remus.

-             Bueno, ya yo me imaginaba que Tonks iba tras él  --  dijo Ginny con aire pensativo

-             Pero  --  intervino Ron  --  ¿Qué tiene el infeliz para que las chicas se enamoren de esa forma?

-             Algo que a ti te falta  --  dijo Ginny con desagrado

-             ¿Qué?  --  preguntaron ambos

-             Sentimientos

Luego de decir aquello y obsequiarlos con una gélida mirada, se marchó también. Harry y Ron se miraron, pero olvidaron rápidamente el asunto al recordar el partido de ese día en el que Harry no podría jugar por estar cumpliendo su aparentemente eterno castigo con Snape.

Lo que ninguno de los dos sabía en ese momento, era lo mucho que iban a cambiar las cosas aquella noche, porque cuando Harry entró cabizbajo a la Sala Común, no solo se encontró con la maravillosa noticia de que habían ganado, sino que Ginny, literalmente se arrojó a sus brazos y lo besó. Y como ciertamente él no estaba en la misma posición que Lupin, sí correspondió con el mayor fervor a aquel beso. Una molesta vocecita en su cerebro intentó decirle algo acerca de Ron, pero él no estaba para prestar atención a esas tonterías.



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