Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

martes, 22 de julio de 2014

Cap. 54 El tiempo avanza…



Llegó el mes de diciembre y con él las nuevas habitantes de Inverness. Jason había dado órdenes a Miles de prepararles las habitaciones, y muy específicamente que estuviesen tan alejadas de la suya como fuese posible. El día que llegaron, fue Sirius quien se encargó de darles la bienvenida, porque el dueño de casa se encerró en el estudio y no consideró oportuno dejarse ver hasta el día siguiente.

Unos días después de su llegada, Jason desayunaba cuando Dánaee entró al comedor. Casi de manera inmediata Jason se excusó y se marchó. La chica lo miró marchar con frustración, aquel individuo estaba resultando realmente difícil, pero ella no estaba dispuesta a darse por vencida.

Grace por su parte, al parecer había decidido darle uso a su sentido del habla y sostenía memorables batallas verbales con Sirius. Mientras él más se empeñaba en fastidiarla, más se empeñaba ella en insultarlo.

Remus asistía a todo este espectáculo con un suspiro resignado y la mayor parte de las veces se encerraba en su habitación con Lyra cuando Jason no se le había adelantado llevándose a la niña con él.

A mediados de diciembre Jason enfermó, al parecer había pescado un resfriado y un día se sintió tan mal que decidió no salir de su habitación. Dánaee vio su oportunidad en aquella eventualidad pero cuando intentó ir a verlo, se encontró con que Miles le impidió la entrada.

-         Lo lamento señorita, pero milord no desea ser molestado  --  le dijo de la forma más cortés que le fue posible

La chica consideró por un momento deshacerse de aquel molesto individuo, sabía perfectamente que era muggle y no habría representado mayor inconveniente, pero finalmente decidió que si bien al mayordomo podría manejarlo, no le resultaría tan fácil con Jason y probablemente lo que conseguiría sería irritarlo más de lo habitual.

Ese mismo día, Kingsley se presentó en Inverness, tenían un trabajo urgente qué hacer pero se encontró con que Jason no estaba en condiciones y en un par de días habría luna llena, por lo que Remus tampoco lo estaba.

-         ¡Ah no!  --  dijo Sirius  --  Ni lo pienses, soy perfectamente capaz de hacerlo solo.

-         Sirius, se trata de varias personas, entre ellos cinco niños, sé consecuente.

-         Seis, si contamos con la “niña” esta  --  dijo él malhumorado

-         Kingsley  --  dijo Grace  --  Dánaee y yo podemos hacer el trabajo si el señor Black se niega  --  agregó haciendo que la furia de Sirius rebasara todos los límites

-         ¡No me estoy negando niña!  --  exclamó  --  Solo estoy diciendo que puedo hacerlo solo.

-         Que en realidad no sería solo, porque su ego es tan enorme que es la compañía adecuada para usted señor Black

-         Señores por favor  --  intervino Kingsley  --  estamos perdiendo el tiempo. Sirius irás con Grace y con Dánaee  y no se discute más ¿Entendido?

Finalmente tuvo que acceder y para buena fortuna de todos, el asunto salió bien y sin mayores contratiempos.

Entre tanto en las afueras Tinworth, en Shell Cottage la casa de Bill y Fleur, habían recibido un inesperado visitante. Cuando Bill vio llegar a Ron se alarmó mucho, especialmente por el aspecto que tenía su hermano. Bill pensó mil cosas en el lapso de unos cuantos segundos, pero siendo como era, ecuánime y paciente, hizo pasar a Ron y después de pedirle a Fleur que trajera algo caliente, se sentaron y esperó a que el chico estuviese en condiciones de hablar, y eso no fue posible hasta después de haberse bebido un par de tazas de té muy fuerte.

-         ¿Qué sucedió?  --  preguntó Bill con voz tan pausada como le fue posible

-         Que soy un maldito traidor y el peor de los amigos  --  dijo Ron

Bill y Fleur se miraron y ninguna de las imágenes que llegaron a sus mentes, se correspondían con lo que él acababa de decir.

-         A ver Ron  --  intentó de nuevo  --  ¿Dónde están Harry y Hermione?

-         No tengo ni la menor idea  --  dijo para asombro de la pareja  --  Los abandoné, los dejé sin importarme nada, soy un desgraciado traidor  --  volvió a decir

Ron cerró los ojos y comenzó a narrar los hechos, desde el momento en el que había salido de la tienda dejando a sus amigos e ignorando los gritos de súplica de Hermione. En ese momento no tenía idea de lo que le había sucedido, pero apenas salió de la protección de los hechizos que los mantenían ocultos, quiso volver pero no le fue posible. Esperó hasta que amaneció, pero fue inútil y sin duda tenía pocas posibilidades de seguirlos, porque seguramente se habían desaparecido cubiertos por la capa. De modo que sin saber qué hacer, se desapareció de allí y apareció para su mala suerte, entre un grupo de snatchers.

-         Los hombres de Turel  --  murmuró Bill con ira, pero siguió escuchando el relato de Ron

En ese momento Ron les estaba diciendo que le costó un poco deshacerse de ellos, y luego no sabiendo a dónde ir y sintiéndose miserable, decidió venir aquí. Ni por un momento pensó en ir a La Madriguera, no se veía capaz de enfrentar las miradas acusadoras de los gemelos, y aunque su madre nunca estuvo de acuerdo con aquel asunto, sin duda tampoco aprobaría su conducta como no lo hacía él mismo, y la cara de decepción de su padre sería como una bofetada. Eso, sin contar con la muy probable reacción de Ginny, que como mínimo le lanzaría cuanta maldición pudiese recordar, y aunque se lo tenía merecido, no quería causarle la angustia a su hermana de saber que ahora estaban Harry y Hermione solos enfrentándose a quién sabía qué.

Aunque luego llegó a la conclusión de que su conducta había obedecido a que aquel maldito medallón tenía una pésima influencia en él, omitió decirle esa parte a su hermano, y simplemente asumió ante él la responsabilidad de no haber soportado la presión y haberse dejado arrastrar por un momento de locura.

Bill se mostró comprensivo y le dijo que podía quedarse el tiempo que quisiera, y ninguno de ellos diría nada hasta tanto él no lo autorizara. Sí hizo vanos intentos por averiguar qué era lo que hacían, pero Ron se mostró inflexible al respecto. Y luego quiso saber qué era lo que había sucedido con Ginny, contándoles a su vez lo que ellos habían escuchado. Bill le contó lo que había sucedido, y lo puso al corriente acerca de cómo estaban las cosas.

Por esos días los gemelos y su amigo Lee Jordan, habían comenzado a transmitir por radio un programa en el que daban las noticias que el ministerio se empeñaba en ocultar, y de esa manera, aquellos que captaban la señal podían mantenerse informados. También le dijo que no podían mencionar el nombre de Voldemort, porque de ese modo podían llegar hasta ellos los hombres de Turel.


Si bien era cierto que Miles le impedía el paso a Dánaee a la habitación de Jason, no podía hacer lo mismo con Sirius, de modo que Jason se veía obligado a soportar su compañía.

-         Veamos pequeño Black  --  estaba diciéndole Sirius  --  Tú eres sanador ¿cómo es posible que no puedas deshacerte de un simple resfriado?

-         Precisamente por eso genio  --  dijo Jason deseando que se largara de una vez  --  el resfriado es un virus para el que no existe ningún remedio, simplemente hay que esperar que cumpla su ciclo. Lo más que puedo hacer, es medicarme para el malestar y nada más. Ahora me gustaría que fueras  amable y me dejaras en paz.

-         Mal agradecido, vine a hacerte compañía

-         Créeme que estoy mejor sin ella, y  ya que has sido lo bastante imbécil como para venir aquí, haz el favor de no acercarte a Lyra.

Tal y como había dicho Jason, un par de días después estaba perfectamente bien, aunque aún tardó unos días más en acercarse a Lyra. Pero el día de navidad lo primero que hizo fue irse derecho a la habitación de Remus. Él acababa de colocar a la niña en la cuna cuando Jason entró y para sorpresa de ambos cuando la niña lo vio no solo comenzó a saltar en la cuna, sino que hizo su primer intento por decir algo.

-         Jey

Aunque no había sido mucho ni muy claro, ambos se quedaron de piedra. Sin embargo, y ante la inquietud de la niña para que él la alzara, finalmente reaccionó y corrió a cargarla.

A partir de ese día y a pesar de que Molly decía que aquello era imposible porque estaba muy pequeña, tanto Jason como Remus concentraron toda su energía en decirle palabras sencillas para ver si ella las repetía. En la cuna de la habitación habían pegado una fotografía de Hermione y le repetían constantemente que ella era “mamá”, aunque también habían armado un álbum con fotografías de todos, especialmente de Harry, Ron y sus abuelos, de modo que no le resultaran desconocidos cuando algún día pudiese verlos.

Jason pasó unos días muy preocupado, porque el día de navidad de nuevo había sentido que Hermione estaba en peligro. Justamente pensaba en ello cuando Dánaee entró al estudio.

-         Bonito colgante  --  dijo la chica

Inmediatamente él lo deslizó dentro de su camisa, hasta ese momento ni siquiera había sido consciente de haberlo tenido en la mano.

-         Sí gracias  --  le contestó a la chica  --  ¿Necesitas algo?

-         Solo quería conversar un rato, siempre pareces muy ocupado y como ahora no lo estás.

-         Disculpa pero no soy bueno para conversar  --  dijo poniéndose de pie

-         Eso no es lo que dicen los que te conocen  --  y él elevó una ceja  --  Todos coinciden en que no solo eres sociable sino muy creativo y ocurrente.

-         Pues eso demuestra que no debes creer todo lo que te dicen.

-         ¿Hay alguna razón por la que te sea antipática?

-         No. No me caes ni bien ni mal, eso sería imposible teniendo en cuenta que casi no te conozco.

-         Y al parecer, no estás dispuesto a modificar esa situación.

Jason se cansó de aquello y decidió poner punto final al asunto, de modo que se acercó a la chica poniendo peligrosamente en riesgo el buen sentido de ella.

-         Escúchame Dánaee, si vamos a trabajar juntos y es un hecho que será así, lo que menos nos conviene es enredarnos en una situación que ciertamente yo no deseo y en la que tú podrías salir lastimada.

Aunque aquello podía sonar muy arrogante de su parte al dar por hecho qué era lo que ella quería, difícilmente Dánaee estaba en posición de negarlo cuando ni siquiera era capaz de pensar con claridad ante su proximidad. No obstante, algo de su orgullo vino en su auxilio e intentó negarlo.

-         Creo que estas siendo muy osado al pensar…  --  pero calló al ver su sonrisa

-         Tengo muchos defectos señorita Aldridge, pero la ceguera no es uno de ellos, y sé perfectamente cuando una mujer quiere algo más que simple amistad. Eres hermosa  --  le dijo deslizando un dedo por su mejilla  --   y fácilmente podríamos llegar a donde quieres, pero de momento no me interesa. No es nada personal, no lo quiero ni contigo ni con nadie.

Dicho esto dio un paso atrás y comenzó a alejarse. Dánaee sentía que le ardía la piel por donde él había deslizado el dedo pero intentó recuperarse.

-         ¿Quién es ella?  --  preguntó  --  Tanto control solo puede obedecer a la fidelidad a una mujer

Ya él casi había llegado a la puerta y se volvió con una mirada tormentosa.

-         Suponiendo que existiera, en ningún caso sería asunto tuyo  --  y salió azotando la puerta

A Dánaee le quedaron claras dos cosas. La primera, que sin lugar a dudas había una mujer y por algún motivo él no podía tenerla. Y la segunda, que aquel sujeto era al que quería y haría cualquier cosa por conseguirlo.

Jason casi había arrollado a Sirius cuando salió del estudio pero no se detuvo, lo apartó de un empujón y subió a su habitación, de modo que no le dio tiempo a preguntar ni a decir nada. Por un momento Sirius pensó en seguirlo y averiguar qué le sucedía, pero mientras lo pensaba vio salir a Dánaee del estudio. Se le quedó mirando unos segundos y la chica enrojeció, lo que le bastó a Sirius para hacerse una idea de la situación. Conociendo al “niño” se imaginó que le había hecho algún desplante a aquella chica y eso por definición era peligroso. De manera que decidió que por el bien del pequeño Black, debía hablar con él y advertirlo o las cosas podían ponerse feas.

Sin embargo, no hubo ni tiempo ni ocasión, porque los próximos dos días estuvieron sumamente ocupados y Jason escogió el día de año nuevo para sostener otro “diálogo cerrado” con una botella, lo que lo puso directamente en la línea de fuego.

El día de año nuevo los Weasley habían ido a Inverness, de modo que tenían “casa llena” y entre las noticias, lo que Ginny había estado contado de la situación en el colegio y las bromas de los gemelos, nadie había prestado mucha atención a Jason, y lo cierto era que estaba bebiendo más de la cuenta. A la hora de la cena apenas si probó la comida ganándose con ello la mirada reprobatoria de Annie.

Cuando pasaron al salón, se fue derecho hacia la licorera y fue cuando Sirius comenzó a prestar atención. Dánaee estaba aprovechando diligentemente el hecho de que el chico tenía más alcohol que sangre en las venas y no se separaba de él, de modo que Sirius buscó a Remus con la mirada y cuando logró que éste le prestase atención, le hizo un gesto y ambos abandonaron el salón rumbo al balcón.

-         ¿Qué sucede?

-         Tenemos que evitar que el niño cometa un disparate.

-         A ver Sirius, quizá si me aclaras el punto, tal vez…

-         ¿Lunático, eres ciego o qué?  --  dijo con exasperación  --  Está haciendo el idiota con Dánaee y si no le ponemos freno…

-         Sirius, Jason no es ningún crío como te empeñas en llamarlo y ciertamente no tenemos derecho a meternos en su vida personal.

-         Créeme Lunático, es algo de lo que va a arrepentirse mucho cuando esté sobrio.

-         Hazme y hazte un favor ¿quieres? Deja de conducirte como si fueras su padre, el pobre chico tiene derecho a divertirse un poco.

-         Normalmente sería yo el primero en estar de acuerdo con eso, pero…

-         Y me sorprende que no sea así.

-         Odio tener que decir esto, pero tú y yo sabemos a quién ama el niño  --  y aquí Remus se tensó  --  y del mismo modo sabemos, o al menos yo lo sé, que Dánaee no es de la clase que se conformará con una noche de “diversión” Así que luego de esto, se nos vendrá encima una situación que difícilmente nos permitirá una convivencia ni siquiera medianamente tranquila, ya no digamos trabajar.

-         Suponiendo que tengas razón  --  dijo Remus sabiendo que la tenía  --  ¿Cómo demonios se supone…?

-         Tú distrae a la chica que yo me encargo del niño ¿de acuerdo?

-         Bien, es tu cabeza no la mía  --  dijo en tono críptico
 
Pero cuando volvieron al salón, no los vieron por ninguna parte.

-         ¡Demonios!  --  exclamó Sirius y empujó a Remus hacia las escaleras

-         ¡Sirius Black! No pensarás irrumpir en su habitación ¿no?  --  dijo con exasperación

-         No seas necio, no estaba en condiciones de llegar a su habitación

Y Remus vio que en realidad no se dirigían a las escaleras sino al estudio. Sirius abrió la puerta con el mayor sigilo y asomó la cabeza dentro. Ciertamente estaban allí y enfrascados en una “conversación” muy subida de tono por decir lo menos y Sirius se volvió hacia Remus.

-         Escúchame bien, esto será lo que haremos…

Remus estaba atónito pero si alguien podía llevar a cabo aquello con éxito era Sirius, de modo que salió en carrera y llamó a Bill. De la manera más sucinta y mientras caminaban de vuelta al estudio, le explicó poco más o menos lo que sucedía.

-         De acuerdo  --  dijo cuando llegaron  --  pero que alguien se haga cargo por si decide atacarnos

-         Bien, hazlo tú  --  le dijo Sirius  --  pero apuesto mi varita a que de momento no es capaz de empuñar la suya.

A continuación irrumpieron los tres en el estudio con el mayor estrépito. Entre Remus y Bill y llevaban casi a rastras a un muy “ebrio” Sirius.

-         ¡Ah Jason!  --  exclamó Remus  --  menos mal que te encuentro, necesitamos que prepares algo para este idiota.

Jason soltó a medias a Dánaee y trató de enfocar la vista, cosa que a todas luces le costaba una enormidad.

-         Lupin… por si no lo has notado… estoy o… cupado…

Y viendo las condiciones en las que estaba, que hasta juntar dos palabras parecía un gran esfuerzo, no entendían cómo. Aunque en realidad no era “hablando” precisamente que estaba. Pero el asunto fue que su plan dio resultado, porque una muy avergonzada Dánaee salió a toda prisa y sin mirar nadie tratando de poner algo de orden en su atuendo y murmurando una ininteligible disculpa. Ellos fingieron de la manera más cortés, no haberle prestado atención, pero ninguno se perdió ni un solo detalle de la bochornosa situación.

-         ¡Ey!  --  dijo Jason cuando notó que “lo que” tenía en las manos había desaparecido  --  Son… ustedes los… más inoportunos

Intentó dar un paso hacia ellos y se fue de bruces, Bill alcanzó a llegar hasta él pero cayeron ambos.

-         ¡Quítate idiota!  --  gritó Jason

-         En realidad… tú me estás aplastando a  mí  --  dijo Bill intentando quitárselo de encima

Sirius y Remus ayudaron a Jason a ponerse de pie y como el chico seguía diciendo incoherencias, Sirius optó por lo más práctico.

-         ¡Desmaius!

-         Hombre  --  dijo Remus cuando lo vio caer aparatosamente al piso --  ¿quieres que se rompa la cabeza?

-         Le estaría haciendo un favor  --  dijo Sirius  --  querrá rompérsela él mismo cuando se entere de lo que estuvo a punto de hacer.

-         Vamos a llevarlo a su habitación y terminemos con esto  --  dijo Bill

-         Lunático vigila que no esté por ahí “la encantadora señorita” ni nadie más

Lupin salió y les hizo señas de que podían salir. Hicieron levitar el cuerpo de Jason y lo subieron. Una vez que estuvo en su habitación, Remus y Bill volvieron a bajar pero Sirius se quedó con él. Se le quedó mirando un rato y meneó la cabeza.

-         Si serás estúpido niño, el alcohol no te hará olvidarla y en cambio  puede meterte en muchos líos  --  apuntó su varita al pecho del chico  --  ¡Enervate!

Pero evidentemente ahora había caído en un sueño etílico del que probablemente no despertaría hasta el día siguiente como en efecto sucedió.

Sirius despertó sobresaltado de su incómodo sueño cuando sintió que Jason se quejaba. Se fijó que debía hacer mucho tiempo que había amanecido, de modo que se enderezó en el sillón y luego presionó un timbre que había al lado de la cama y esperó. Al poco rato apareció Miles con una bandeja y un servicio de café. Si se extrañó de ver a Sirius allí, nada dijo, se limitó a dar los buenos días, dejar la bandeja sobre una mesa y abandonó la habitación. Unos minutos después, Jason intentó abrir los ojos y Sirius le acercó una taza.

-         ¿Ahora sustituirás a Miles?  --  preguntó Jason  --  ¿Qué mal he hecho para que seas tú lo primero que vea al despertar?

-         Pues te aseguro que preferirás diez veces verme a mí, que la otra muy probable alternativa que te estabas preparando.

-         No grites Black  --  dijo llevándose la mano a la cabeza  --  ¿De qué hablas?

Y a pesar de que no lo había hecho, entendió que lo más seguro fuese que en aquel momento “la criatura” tuviese un dolor de cabeza brutal.

-         No creo que estés en condiciones de escucharlo en este momento  --  dijo casi en un susurro

-         Si lo primero que me veo obligado a hacer es verte, creo que merezco saber la razón.

-         Escucha niño  --  dijo recuperando su tono habitual y Jason cerró los ojos y se llevó la mano a la cabeza de nuevo  --  Ese agradable dolor es el recordatorio de que ayer decidiste acabar con la existencia de alcohol que tienes en casa, y de paso quisiste literalmente “comerte” a Dánaee.

-         No digas estupideces Black

-         ¡Ja! El estúpido aquí es otro, pero para tu información, si no hubiésemos  intervenimos, te habrías encontrado a esa chica en tu cama necio

Jason intentó poner en orden sus caóticos pensamientos pero renunció a ello cuando su dolor se triplicó.

-         Será mejor que te tomes ese café e intentes descansar hasta que estés en condiciones de levantarte  --  dijo mientras se dirigía a la puerta  --  Y ya va siendo hora de que crezcas, ya me estoy cansando de hacer de niñera

Salió dando un portazo que hizo que Jason tuviese ganas de asesinarlo. Durmió prácticamente todo el día y cuando despertó aún sentía una enorme pesadez en la cabeza, pero después de una ducha helada pareció mejorar su condición. Se vistió y fue directo a la habitación de Remus pero Lyra no estaba allí de modo que bajó. Recordaba vagamente que Sirius le había dicho algo con relación a Dánaee, pero no tenía ni la más remota idea de qué había sido y no estaba muy seguro de querer saber tampoco. Normalmente cuando él le hablaba de la chica era para fastidiarlo, y no creía que en esta ocasión fuese diferente.

Miró la hora y supuso que estarían en el comedor. No tenía muchas ganas de ver a nadie pero su estómago estaba recordándole dolorosamente que llevaba muchas horas sin comer, de modo que se encaminó hacia allá.

Efectivamente estaban todos allí, hasta la pequeña Lyra quien ocasionalmente les hacía compañía ahora que podía sentarse en la sillita alta, y aunque lo que menos hacía era comer, les gustaba tenerla allí. Apenas la niña lo escuchó saludar empezó a hacer malabares para volverse. Él sonrió y se acercó a ella. Tenía comida en el cabello, en la ropa, y alrededor del plato.

-         Hola nena  --  a cambio recibió una sonrisa y algo que parecía puré fue a dar a su camisa  --  A ver nena ¿será que puedes llevarte eso a la boca y no al resto de tu humanidad?  --  dijo guiándole mano hacia la boca

Pero Lyra al parecer tenía otros planes, porque volteó la cabeza y sacudió la mano de nuevo salpicándolo todo.  Jason renunció a su cometido y fue a sentarse. Tomó una servilleta y se limpió lo mejor que pudo las salpicaduras mientras Sirius y Remus reían.

-         Creo están necesitando urgente ayuda femenina  --  dijo Grace y los tres la miraron  --  Quiero decir, es evidente que no tienen ni idea de qué hacer con la niña.

-         Descuida  --  dijo Remus  --  la mayor parte del tiempo Annie se encarga de sus comidas. Y aunque teníamos la vana esperanza de enseñarle a utilizar la cucharilla pues…

-         Han fracasado lamentablemente a juzgar por lo que acabamos de ver  -- dijo Dánaee  --  los niños necesitan una mano firme para aprender ciertas cosas, y…

-         La niña está perfectamente bien como está  --  la interrumpió Jason  --  se comporta de acuerdo a una bebe de su edad, así que  no necesita nada.


Con aquella cortante afirmación, les quedó claro que Lyra Lupin era intocable para Jason así estuviera incendiando la casa.

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