Los planes habían variado un poco,
debido a que los Granger ya no estaban en el país, Remus había decidido dejar a
Lyra en La Madriguera
por dos razones. La primera, porque era el punto de reunión final. Y la
segunda, porque Sirius y Jason por separado eran excelentes, pero juntos
constituían una fuerza difícil de enfrentar. De modo que dejarlos a ambos a
cargo de la seguridad de La
Madriguera y de su hija, representaba una tranquilidad para
todos.
Una vez que se marcharon, Sirius y Jason
revisaron una vez más que los encantamientos protectores estuviesen
activos. Si todo salía como debía, en
dos horas a lo sumo deberían estar todos de vuelta.
Molly decidió hacer café solo por hacer
algo, ya que los nervios la estaban consumiendo. Ginny aunque parecía
tranquila, no dejaba de mirar por la ventana, Sirius se paseaba de un lado a
otro porque no estaba acostumbrado a la inactividad, mientras que Jason trataba
de no pensar entreteniéndose con Lyra. Durante esos pocos días que no la había
visto, parecía haber cambiado mucho, y aunque se repetía que era una necedad de
su parte, seguía viendo diferencias en la niña. Le veía más cabello, los ojos
parecían haber definido su color finalmente y eran de color caramelo con el borde dorado. Y sin
duda la notaba mucho más despierta, seguía con los ojos cualquier movimiento a
su alrededor y sonreía mucho. Hermione le había dicho que la bebé había estado
llorosa e inquieta los últimos días, pero aunque la revisó de arriba abajo y le
hizo muchas preguntas a Hermione acerca de todo lo que se le ocurrió, no
encontró nada. Lyra seguía estando perfectamente bien hasta dónde había podido
comprobar.
Cuando se acercaba el momento en que
debían comenzar a llegar, la colocó en la cuna y la niña comenzó a llorar
apenas él dio la espalda, de modo que se devolvió y la miró.
-
Lo
siento señorita, pero debo salir a esperar que regrese tu madre -- le
dijo acariciado su mejilla como lo hacía siempre. Lyra se calmó y él se giró para salir -- Estás
loco --
se dijo -- es una bebe y obviamente no te entiende.
Molly y Ginny estaban de pie cerca de la
puerta y tenían las manos enlazadas, en tanto que Sirius se paseaba ahora por
el patio mirando a todos lados. Jason se acercó a él y éste detuvo su nervioso
caminar.
-
Se
te da bien lo de niñero ¿no? -- Jason pensó que ni en momentos como aquel
este sujeto podía dejar de fastidiar, pero decidió ignorarlo
-
Parece
que perdimos nuestro tiempo -- dijo el chico y al ver que Sirius ponía cara
de no comprender agregó -- Moody me dijo lo de la fuga en masa de
Azkaban
-
¡Malditos
desgraciados! -- exclamó Sirius --
Debimos haberlos matado a todos.
-
No
creo que… -- pero se detuvo bruscamente y se llevó la mano
al pecho
-
¿Qué
sucede? -- preguntó Sirius alarmado al verlo
palidecer -- ¿Te sientes mal?
-
Hermione… --
susurró Jason
-
¿Qué? --
preguntó Sirius, pero no recibió respuesta --
¿Hermione qué? ¡Con un demonio!
-- insistió
-
Está
en peligro -- dijo él y comenzó a andar
hacia la cerca, pero Sirius lo atajó
-
¿De
qué diablos estás hablando?
-
¡Suéltame! --
exclamó Jason -- Tengo que ir…
-
No
tienes que ir a ningún sitio -- lo interrumpió Sirius -- y
dime ahora mismo por qué dices eso.
-
No
lo sé --
mintió Jason -- solo sé que está en peligro
-
Vamos
a calmarnos niño -- y comenzó un largo discurso que Jason estaba
escuchando a medias
Sirius podía decir todo lo que quisiera
pero él estaba tan seguro de lo que estaba sucediendo, como de que estaba
parado allí en ese momento. Intentó en vano soltarse, pero Sirius no se lo
permitió. Su angustia estaba alcanzando niveles peligrosos al ver que el tiempo
pasaba y aquel infeliz no lo dejaba en paz. Se hartó y ya estaba a punto de
sacárselo de encima con una maldición, mientras él seguía hablando de forma
aparentemente incansable.
-
…sabíamos que esto no sería sencillo, hay un
montón de cosas que…
Pero se interrumpió cuando vieron un
destello azulado un poco más allá y escucharon la voz de Ginny.
-
Es
el traslador de Ron y Tonks.
Los cuatro corrieron en esa dirección,
pero antes de llegar apareció ante ellos una vieja lata de aceite oxidada.
-
¡Por
todos los cielos! -- exclamó Molly al ver que ni su hijo ni Tonks
habían aparecido
-
Tranquila
Molly --
dijo Sirius en un intento por calmarla
-- tal vez lo perdieron pero eso
no significa que les haya sucedido nada ¿de acuerdo?
Ginny abrazó a su madre y comenzaron a
caminar hacia la puerta, pero se detuvieron cuando otro destello llamó su
atención. Esta vez lo que apareció ante ellos fue una vieja y desgastada
zapatilla deportiva… y nadie venía junto con ella tampoco.
-
Arthur
y Fred -- gimió la mujer
Las dos mujeres miraban a Sirius y a
Jason con expresión de desconsuelo, mientras que Jason hacía inhumanos
esfuerzos por mantenerse allí. Cuando estaba a punto de mandarlo todo al
demonio, otro destello los hizo volverse, pero esta vez…
-
¡Harry! --
exclamaron los cuatro y corrieron hacia él
***********************************
Los integrantes de la misión llegaron a
su destino, y luego de que un asombrado Harry, al ver tantas personas, les
diese la bienvenida, Hermione se lanzó en sus brazos. Moody como de costumbre
los apuró y entraron.
-
Harry --
dijo Hermione alzando su mano y balanceándola frente a él
-
¡Demonios! --
exclamó el chico al más puro estilo de Sirius, y luego miró a Remus que
parecía abochornado -- Se casaron y no me…
-
Ya
basta --
interrumpió Moody -- luego tendrán tiempo para eso
-
Es
cierto -- dijo Remus, y luego caminó hacia el
chico --
Harry hay algo importante que quiero hablar contigo
Aunque aquello no le gustó al chico
porque cada vez que alguien le decía aquello y en aquel tono, era para darle
malas noticias. Sin embargo, asintió y se sentó frente a Lupin mientras los
demás guardaban silencio.
-
Harry
primero que nada quiero que sepas que lamentamos mucho haber tenido que
ocultarte esto, pero Dumbledore pensó y los que estábamos involucrados
estuvimos de acuerdo, que dadas las circunstancias era lo mejor --
aquel preámbulo no contribuyó a que Harry se sintiese mejor --
Harry… Sirius está vivo
Si le hubiesen dicho que Voldemort
estaba esperándolo en el salón, no le habría causado ni la mitad de la
estupefacción que le acababa de producir aquella noticia, y no fue consciente
de haberse puesto de pie de un salto.
-
¿¿Qué??
-
Siéntate
Harry por favor, aún no he terminado
-
¿Has
dicho…?
-
Sí,
Sirius está vivo -- repitió Remus
Conociendo a Harry, Hermione había
pensado que armaría un gran escándalo porque le habían ocultado aquello, pero
si estaba molesto por ello, eso quedó sepultado por la enorme felicidad que
sentía en aquel momento. Remus le explicó en forma sucinta cómo Dumbledore lo
había sacado del Ministerio y lo había llevado a Hogwarts, y todo lo que había
tenido que hacerse para procurar su
recuperación.
-
Finalmente
el tratamiento dio resultado -- estaba diciendo en aquel momento --
hace unos días despertó pero sufrió una pérdida parcial de la memoria,
aunque Jason piensa que la ira recuperando progresivamente. Ahora está en La Madriguera esperando tu
llegada -- concluyó
Harry abrazó a Lupin, y él aprovechó ese
momento para agregar algo que no le interesaba que nadie más escuchara.
-
Sabe
acerca de Anne Marie, pero nada de Anthar
-- le susurró
Cuando se separaron el chico hizo un
leve gesto de asentimiento en señal de haber comprendido.
-
Bien --
dijo Moody -- ya estás al tanto de ese asunto, ahora vamos
con lo otro
Le explicó a Harry en qué consistía el
plan, y tal como dijo Hermione, no solo mostró su desacuerdo, sino que se negó
de plano a colaborar. Por supuesto le hicieron notar, primero que no le estaban
pidiendo opinión, y segundo, que no tenía ninguna oportunidad en contra de
tantos. De manera que de muy mala gana, introdujo un puñado de cabellos en el
tarro de poción.
Una vez que todos estuvieron listos para
partir, Harry le dio una última mirada al que había sido su hogar, y aunque no
tendría recuerdos agradables que añorar, experimentó un extraño sentimiento de
pérdida. Hagrid le colocó una de sus enormes manos en el hombro y lo guió hacia
la moto.
A la señal de Moody, las escobas, los
thestrals y la moto, alzaron el vuelo, pero apenas abandonaron los límites de
la protección se desató el pandemónium.
Voldemort comenzaba a pensar que la
información aportada por Snape había resultado poco confiable, cuando
repentinamente varias escobas aparecieron casi en medio de ellos y sonrió con malignidad. Después de todo, Snape
seguía siendo confiable. Pero se sintió momentáneamente confundido, porque o su vista lo engañaba o… y volvió a
reír. Estúpidos, pensó con suficiencia, lo eran y mucho si pensaban que con un
truco como aquel iban a poder engañarlo. Localizó a Moody y se lanzó tras él y
el odiado chico, sin duda aquellos imbéciles habrían puesto a su “preciado tesoro”
en manos del más avezado de los Aurores.
Bill, Fleur, Moody y Mundungus, tomaron
en dirección Norte, pero enseguida vieron a Voldemort y su sorpresa no tuvo
límites, el desgraciado podía… ¡volar! Mundungus cedió al pánico y comenzó a
gritar para luego desaparecerse. Moody intentó detenerlo, pero… Cuando Voldemort
se acercaba, tuvo la certeza de que aquel no podía ser el verdadero Potter,
porque en cuanto lo había visto había comenzado a chillar, y si algo debía
reconocerle al bastardo aquel era que tenía agallas. El infeliz desapareció en
pleno vuelo, de modo que Voldemort apuntó a Moody y lanzó la maldición que puso
punto final a la vida del guerrero.
Bill y Fleur no pudieron hacer nada,
tenían a seis mortífagos tras ellos y debían apegarse al plan pasara lo que
pasase y su objetivo era desviar la atención del verdadero Harry. De modo que
como pudieron repelieron las maldiciones que les lanzaban, pero la persecución
los desvió mucho de su camino, lo que finalmente ocasionó que perdieran su
traslador.
Voldemort pensó con rapidez y concluyó
que el chico debía ir entonces con Kingsley, de manera que partió en
persecución de ellos.
A Remus y a George los perseguían
igualmente varios de los encapuchados, pero la mayoría de ellos con escasa
habilidad. Sin embargo, en un momento determinado uno de ellos perdió la
capucha y Remus sintió una ira inmensa al ver su rostro.
-
¡Snape! --
exclamó
No obstante, no tuvo tiempo para mucho
más porque en ese momento, una maldición salida de la varita del muy
desgraciado, impactó en George. Remus solo alcanzó a ver que el chico sangraba
profusamente del lado izquierdo de su cabeza, y aunque se mantenía
precariamente sobre su escoba, estaba seguro que no podría hacerlo por mucho
más tiempo, así que se olvidó de Snape e intentó mantener a George sobre la
escoba mientras interceptaba las maldiciones que les llegaban. Fue un verdadero
milagro que lograran alcanzar el punto de destino y atravesar la barrera que
los pondría a salvo de sus
perseguidores.
Ron y Tonks habían partido en dirección
Sur, su destino era la casa de la Tía Muriel, pero los perseguidores que les
tocaron en suerte, resultaron ser de los más peligrosos. En pleno vuelo y en
medio de maldiciones que iban y venían, las capuchas de Bellatrix y Rodolphus
Lestrange cayeron. Bellatrix puso verdadero empeño en matar a Tonks, pero la
chica definitivamente había sido muy bien entrenada. Si bien no había podido
deshacerse de Bellatrix, Rodolphus no tuvo tanta suerte porque a él sí logró
alcanzarlo. En tanto que Ron también la había tenido difícil, pero para
sorpresa de la Auror, el chico le había acertado en la cabeza a uno de los
mortífagos poniéndolo fuera de combate, y aquello no era nada sencillo desde
una escoba en pleno vuelo. Alcanzaron la protección de la casa de Tía Muriel
pero ya habían perdido su traslador, aparte de que la mujer los entretuvo mucho
porque estaba muy nerviosa.
En cuanto Arthur y Fred salieron de la
protección al igual que los demás, fueron rodeados por una horda de mortífagos.
Sin detenerse a mirar, partieron a toda prisa y seis encapuchados se
desprendieron en su persecución. Tuvieron una encarnizada lucha pero bastante
pareja. Fred sintió pánico en un momento, porque una de las maldiciones pasó
rozando a su padre y dio en el palo de la escoba, lo que lo hizo perder por un
instante el control de la misma, pero afortunadamente se recuperó mientras Fred
atacaba con saña al responsable de aquello. Aunque en líneas generales habían
tenido quizá menos problemas que algunos de los otros, cuando habían salido de
la protección y se habían visto rodeados, partieron en una dirección distinta a
la que debían, lo que ocasionó una importante demora y perdieron su traslador.
De modo que les tomaría mucho más tiempo volver.
En el
momento en que Kingsley y Hermione salieron de la protección y se vieron
en medio de las figuras que sobrevolaban la zona, el Auror tuvo la terrible
certeza de que habían sido traicionados, pero no era momento de ponerse a
pensar en ello, debían salir de allí a toda prisa, de manera que guiaron sus
thestrals en la dirección que les correspondía siendo inmediatamente
perseguidos por cinco de los encapuchados. Hermione era una hábil duelista,
pero volar no era de una de sus cosas preferidas, por lo que había perdido algo
de concentración. Sin embargo, pensó en su hija y la decisión de volver a su lado
la hizo recuperar la confianza y comenzó a atacar con precisión a sus
perseguidores. Mientras Kingsley hacía lo propio, la capucha de uno de ellos
cayó e identificó a Travers, uno de los recientemente fugados de Azkaban.
Kingsley hirió a Travers y a otro, aunque no estaba seguro de si al segundo lo
había matado, porque lo había visto comenzar a caer de su escoba, pero en ese
momento sintió un terror frío cuando…
Voldemort apareció al lado de los que
perseguían Kingsley, tuvo que
reconocerles el talento para el engaño, ya que iban en thestrals, y después de
lo que les había dicho Snape acerca de la habilidad de Potter sobre una escoba,
decidió que ciertamente él habría esperado verlo sobre una. Se dirigió
directamente hacia el chico que se defendía con habilidad, pero en el momento
en que apuntaba su varita…
Hermione había estado concentrada en
desviar las maldiciones que pasaban rozándola, y no había notado la presencia de Voldemort hasta
que lo tuvo casi a su lado. Por una fracción de segundo Hermione pensó que iba
a morir, pero en el momento que Voldemort apuntaba su varita hacia ella… se
desapareció. Kingsley también estaba apuntando en esa dirección pero con
intención de atacar a Voldemort, y se asombró mucho al darse cuenta que
repentinamente habían quedado solos. No obstante, no se detuvieron a averiguar
la razón. Después de asegurarse que la chica estaba bien, aunque notó que las
manos le temblaban, partieron hacia el punto donde debían tomar su traslador.
Voldemort había sentido que lo requerían
en otro lugar, lo que significaba que aquel al que estaba apuntando, fuese
quien fuere, no era el indicado. Sin detenerse ni un minuto, se desapareció
hacia donde alguno de sus mortífagos había presionado sobre la marca que
llevaba en su brazo.
Harry estaba desesperado porque Hagrid
se negaba a regresar, pensaba en todos sus amigos en peligro por su culpa, él
había aceptado aquello, él les había dado su cabello para que se metieran en
ese horroroso lío y ahora estaban siendo atacados pensando que eran él. Sin
embargo, se vio obligado a defenderse, pero a pesar de que los que los
perseguían los atacaban con saña, él se limitaba a desviar las maldiciones y a
lanzar Desmaius. Una de las
maldiciones impactó en Hedwig y Harry
sintió una dolorosa punzada en su corazón, pero no tuvo demasiado tiempo para
pensar en ello, porque de pronto la capucha del mortífago que estaba más cerca
cayó y Harry vio con extraordinaria sorpresa que se traba de Stan Shunpike.
Intentó desarmarlo y escuchó claramente que el chico gritaba:
-
¡Es
él, es el auténtico!
A continuación los mortífagos
desaparecieron, pero eso le generó a Harry un temor visceral. Le pidió a Hagrid
activar el botón especial que habían instalado para acelerar la velocidad, pero
entonces…
Al instante que Voldemort se apareció en
el lugar, tuvo la certeza de que aquel sí era el indicado. Malditos idiotas,
mira que ponerlo en manos de aquel engendro inútil. Se acercó y levantó su
varita, pero en aquel momento escuchó al semi gigante proferir un grito, la motocicleta
se inclinó en vertical y comenzó una caída en picado a toda velocidad. Uno de
los mortífagos estaba a pocos centímetros de ellos, y Voldemort vio con
sorpresa que el imbécil de Hagrid se lanzaba sobre él, de modo que ambos
comenzaron a caer ya que el peso combinado era demasiado para la escoba. Sin
embargo, dejó de prestar atención y apunto a su objetivo, pero de nuevo las
cosas no iban bien, el chico había atacado y la varita que tenía en las manos
se había hecho añicos.
-
¡No! --
exclamó con rabia -- ¡Selwyn, dame tu varita! --
gritó con urgencia
Una vez que el mortífago se la dio, se
apresuró a apuntar de nuevo, pero cuando estaba por lanzar la maldición, el
maldito chico desapreció de la vista.
Harry se levantó con dificultad llamando
a Hagrid, pero finalmente había perdido el sentido. Lo próximo que sintió fue
que estaba acostado en algún lugar, y cuando abrió los ojos se dio cuenta que
estaba en un salón y un individuo que se le hacía vagamente familiar lo miraba
con preocupación.
Resultó que habían logrado alcanzar la
seguridad de la casa de los Tonks. Les relataron brevemente lo sucedido, y con
mucho pesar por dejarlos con la preocupación por su hija, tomaron el traslador
y partieron.
Al aparecer en el patio de La
Madriguera, escuchó que varias voces gritaban su nombre, y vio a las figuras
corriendo hacia él.
-
¿Eres
el auténtico? -- preguntó Molly innecesariamente, porque era a
quien le correspondía llegar y venía en compañía de Hagrid --
¿Qué ha pasado?
-
¿Qué
quiere decir? -- preguntó el chico --
¿Nadie más ha vuelto? -- pero al ver sus caras agregó -- Los
mortífagos nos estaban esperando… nos rodearon en el momento que despegamos…
Jason y Sirius se miraron, aquello solo
podía significar una cosa… ¡Traición!
-
Gracias
al cielo que tú estás bien -- dijo la señora Weasley abrazando al chico que
no se sentía merecedor de aquel abrazo, cuando era el responsable de que más de
la mitad de su familia estuviese en peligro.
Luego se volvió hacia Sirius y se
fundieron en un abrazo. Y aunque hubiese querido expresar muchas cosas, en
aquel momento la angustia por la suerte de los demás, le impedía hacerlo.
Un momento después, Harry vio que su
padrino y Jason conversaban en voz baja y a toda velocidad, parecían no ponerse
de acuerdo en algo. Sin embargo, mientras eso sucedía Ginny le decía el orden
en el que debían haber llegado y quiénes estaban retrasados. En ese momento
vieron un destello y Ginny gritó.
-
¡Mamá!
Todos corrieron en aquella dirección y
Harry vio aparecer a Remus y a George, pero inmediatamente supo que algo había
ido sumamente mal, porque Remus casi traía a rastras al chico y éste sangraba
profusamente. Harry se apresuró a ayudar a Remus y se extrañó que tanto Sirius
como Jason los siguieran con una expresión extraña y con sus varitas en las
manos. Colocaron a George sobre el sofá y para la mayor sorpresa de Harry,
Remus lo tomó por el brazo y lo arrastró hacia la cocina, pero al mismo tiempo
Jason y Sirius apuntaban a Lupin. Harry estaba tremendamente confundido.
-
¡Suéltalo! -- dijo
Sirius, pero Remus no le prestó atención
-
¿Qué
criatura se sentaba en la esquina la primera vez que Harry Potter visito mi
despacho en Hogwarts? -- preguntó sacudiéndolo
-
Un
Grindylow -- dijo el chico
Sirius bajó su varita al igual que Jason
y éste último se dirigió de nuevo al salón para atender a su primo.
-
¿Qué
está sucediendo? -- preguntó Harry
-
Lo
siento Harry, pero tenía que comprobarlo
-- se disculpó mientras se dejaba
caer en una silla -- Hemos sido traicionados, Voldemort sabía que
te trasladábamos esta noche y esa información solo pudo dársela alguien que
estuviese directamente involucrado en el plan.
Harry miró a Sirius con curiosidad,
porque si era así, le parecía extraño que hubiese dudado de Lupin y no de él.
-
Tú
no hiciste esa comprobación -- le dijo
-
Por
supuesto que no -- dijo él
-- Venías con Hagrid, Hagrid es
medio gigante y la Poción Multijugos está diseñada solo para uso humano -- y
luego miró a Lupin -- Estuvimos a punto de matarte ¿sabes?
-
Lo
imagino, pero no podía pararme a pensar en ello.
Un ruido en el patio los hizo tensarse.
Harry aferró su varita al igual que los demás, pero Jason lo empujó sin ningún
miramiento cuando salió del salón e ignorando a los reunidos en la cocina saltó
por encima de la mesa y corrió hacia el exterior, porque mientras los demás
pensaban en comprobar la identidad de quien estuviese afuera, él solo pensaba
que según lo planeado, aquel era el momento en el que debían llegar Hermione y
Kingsley. Se detuvo brevemente y la miró a los ojos y un segundo después la
estrechaba entre sus brazos.
-
¿Estás
bien?
Mientras ella asentía llorosa, Remus y
Sirius apuntaban a Kingsley y él a
ellos. Jason soltó a Hermione y ella abrazó a Harry, él correspondió al abrazo
pero no dejaba de ver lo que sucedía entre los Aurores. Después que comprobaron
que eran quienes decían ser, Kingsley dijo lo mismo que el chico había venido
escuchando desde hacía rato.
-
Alguien
nos traicionó -- Remus asintió y se volvió para estrechar en
sus brazos a Hermione.
-
¡Fue
horrible… lo tuve justo a mi lado!
-- decía histéricamente
-
Tranquila
linda, ya pasó, están a salvo.
En tanto Remus tranquilizaba Hermione,
Sirius agarró por un brazo a Jason y lo apartó.
-
¿Te
has vuelto loco? -- preguntó furioso -- Te
expones y nos expones a todos actuando de esa manera, podía haber sido…
-
¡Déjame
en paz! -- dijo él soltándose -- Sé
perfectamente lo que hago, y para tu tranquilidad estaba absolutamente seguro
que era ella.
Sirius lo miró con algo que se parecía
extraordinariamente a la compasión y pensó que el amor era una complicación en
todos los sentidos.
-
Deja
de mirarme así y guarda tu compasión para quien sea merecedor de ella -- le
dijo Jason -- Hay cosas que ninguna magia puede ocultar y
que no todos pueden ver.
Y con estás enigmáticas palabras, le dio
la espalda y se encaminó al interior de la casa.
Después que Kingsley les refirió lo
ocurrido, entraron a ver a George. Ya Jason les había dicho que nada podía
hacer por él, ya que la pérdida de la oreja de George era producto de magia
oscura y no era reversible.
Hermione y Remus estaban viendo a su
hija que dormía tranquila en su cuna, cuando escucharon un alboroto en la
cocina. Harry se sobresaltó cuando escuchó la voz del señor Weasley, nunca lo
había oído tan alterado.
-
¡Probaré
quién soy, después de haber visto a mi hijo!
-- lo escucharon gritar
Obviamente los demás intentaban
comprobar su identidad, pero afortunadamente el asunto no pasó a mayores. Un
rato después Kingsley tuvo que marcharse, ya que lo esperaban en el Ministerio
muggle, dejando a todos los demás con la preocupación por la ya muy prolongada
demora de Moody, Bill, Fleur y Dung.
Un buen rato después de la partida de
Kingsley, y mientras ya Sirius, Remus y Jason estaban pensando en salir a
buscarlos, una exclamación general los hizo volverse. Un thestral acababa de
atravesar la protección y se acercaba volando hacia ellos.
-
¡Son
ellos! -- gritó Ginny
La señora Weasley se abalanzó sobre su
hijo, pero él la abrazó en forma mecánica mientras miraba a su padre.
-
Ojo
Loco está muerto
Aquellas palabras cayeron sobre ellos
como una tonelada de plomo. Un pesado silencio se cernió sobre el grupo
mientras procesaban lo que acababan de escuchar. Poco a poco Bill y Fleur
relataron lo sucedido, y no habiendo razón para seguir esperando en el patio,
porque ya nadie más llegaría, entraron a la casa.
Harry se negó en redondo a aceptar que
ningún miembro de la Orden hubiese sido capaz de traicionarlo. Estaba
convencido que todos allí, habrían dado sus vidas por él, razón por la cual
anunció su decisión de marcharse, porque en su opinión, mientras él estuviese
cerca todos corrían peligro. Por supuesto esto generó una discusión, dónde le
recordaron que todo aquello se había hecho con el único propósito de traerlo
sano y salvo, y que sería una enorme estupidez de su parte irse ahora.
Finalmente y a regañadientes, lo
convencieron de quedarse, pero él seguía sintiéndose responsable y culpable.
Sus padres, Dumbledore, Ojo Loco, todos se habían alzado para protegerlo y
ahora estaban muertos. No podía permitir que nadie más muriese por su culpa.
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