Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

lunes, 21 de julio de 2014

Cap. 39 Larga Noche…



Los planes habían variado un poco, debido a que los Granger ya no estaban en el país, Remus había decidido dejar a Lyra en La Madriguera por dos razones. La primera, porque era el punto de reunión final. Y la segunda, porque Sirius y Jason por separado eran excelentes, pero juntos constituían una fuerza difícil de enfrentar. De modo que dejarlos a ambos a cargo de la seguridad de La Madriguera y de su hija, representaba una tranquilidad para todos.

Una vez que se marcharon, Sirius y Jason revisaron una vez más que los encantamientos protectores estuviesen activos.  Si todo salía como debía, en dos horas a lo sumo deberían estar todos de vuelta.

Molly decidió hacer café solo por hacer algo, ya que los nervios la estaban consumiendo. Ginny aunque parecía tranquila, no dejaba de mirar por la ventana, Sirius se paseaba de un lado a otro porque no estaba acostumbrado a la inactividad, mientras que Jason trataba de no pensar entreteniéndose con Lyra. Durante esos pocos días que no la había visto, parecía haber cambiado mucho, y aunque se repetía que era una necedad de su parte, seguía viendo diferencias en la niña. Le veía más cabello, los ojos parecían haber definido su color finalmente y eran de  color caramelo con el borde dorado. Y sin duda la notaba mucho más despierta, seguía con los ojos cualquier movimiento a su alrededor y sonreía mucho. Hermione le había dicho que la bebé había estado llorosa e inquieta los últimos días, pero aunque la revisó de arriba abajo y le hizo muchas preguntas a Hermione acerca de todo lo que se le ocurrió, no encontró nada. Lyra seguía estando perfectamente bien hasta dónde había podido comprobar.

Cuando se acercaba el momento en que debían comenzar a llegar, la colocó en la cuna y la niña comenzó a llorar apenas él dio la espalda, de modo que se devolvió y la miró.

-         Lo siento señorita, pero debo salir a esperar que regrese tu madre  --  le dijo acariciado su mejilla como lo hacía siempre.  Lyra se calmó y él se giró para salir  --  Estás loco  --  se dijo  --  es una bebe y obviamente no te entiende.

Molly y Ginny estaban de pie cerca de la puerta y tenían las manos enlazadas, en tanto que Sirius se paseaba ahora por el patio mirando a todos lados. Jason se acercó a él y éste detuvo su nervioso caminar.

-         Se te da bien lo de niñero ¿no?  --  Jason pensó que ni en momentos como aquel este sujeto podía dejar de fastidiar, pero decidió ignorarlo

-         Parece que perdimos nuestro tiempo  --  dijo el chico y al ver que Sirius ponía cara de no comprender agregó  --  Moody me dijo lo de la fuga en masa de Azkaban

-         ¡Malditos desgraciados!  --  exclamó Sirius  --  Debimos haberlos matado a todos.

-         No creo que…  --  pero se detuvo bruscamente y se llevó la mano al pecho

-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Sirius alarmado al verlo palidecer  --  ¿Te sientes mal?

-         Hermione…  --  susurró Jason

-         ¿Qué?  --  preguntó Sirius, pero no recibió respuesta  --  ¿Hermione qué? ¡Con un demonio!  --  insistió

-         Está en peligro  -- dijo él y comenzó a andar hacia la cerca, pero Sirius lo atajó

-         ¿De qué diablos estás hablando?

-         ¡Suéltame!  --  exclamó Jason  --  Tengo que ir…

-         No tienes que ir a ningún sitio  --  lo interrumpió Sirius  --  y dime ahora mismo por qué dices eso.

-         No lo sé  --  mintió Jason  --  solo sé que está en peligro

-         Vamos a calmarnos niño  --  y comenzó un largo discurso que Jason estaba escuchando a medias

Sirius podía decir todo lo que quisiera pero él estaba tan seguro de lo que estaba sucediendo, como de que estaba parado allí en ese momento. Intentó en vano soltarse, pero Sirius no se lo permitió. Su angustia estaba alcanzando niveles peligrosos al ver que el tiempo pasaba y aquel infeliz no lo dejaba en paz. Se hartó y ya estaba a punto de sacárselo de encima con una maldición, mientras él seguía hablando de forma aparentemente incansable.

-          …sabíamos que esto no sería sencillo, hay un montón de cosas que…

Pero se interrumpió cuando vieron un destello azulado un poco más allá y escucharon la voz de Ginny.

-         Es el traslador de Ron y Tonks.

Los cuatro corrieron en esa dirección, pero antes de llegar apareció ante ellos una vieja lata de aceite oxidada.

-         ¡Por todos los cielos!  --  exclamó Molly al ver que ni su hijo ni Tonks habían aparecido

-         Tranquila Molly  --  dijo Sirius en un intento por calmarla  --  tal vez lo perdieron pero eso no significa que les haya sucedido nada ¿de acuerdo?

Ginny abrazó a su madre y comenzaron a caminar hacia la puerta, pero se detuvieron cuando otro destello llamó su atención. Esta vez lo que apareció ante ellos fue una vieja y desgastada zapatilla deportiva… y nadie venía junto con ella tampoco.

-         Arthur y Fred  --  gimió la mujer

Las dos mujeres miraban a Sirius y a Jason con expresión de desconsuelo, mientras que Jason hacía inhumanos esfuerzos por mantenerse allí. Cuando estaba a punto de mandarlo todo al demonio, otro destello los hizo volverse, pero esta vez…

-         ¡Harry!  --  exclamaron los cuatro y corrieron hacia él

***********************************

Los integrantes de la misión llegaron a su destino, y luego de que un asombrado Harry, al ver tantas personas, les diese la bienvenida, Hermione se lanzó en sus brazos. Moody como de costumbre los apuró y entraron.

-         Harry  --  dijo Hermione alzando su mano y balanceándola frente a él

-         ¡Demonios!  --  exclamó el chico al más puro estilo de Sirius, y luego miró a Remus que parecía abochornado  --  Se casaron y no me…

-         Ya basta  --  interrumpió Moody  --  luego tendrán tiempo para eso

-         Es cierto  --  dijo Remus, y luego caminó hacia el chico  --  Harry hay algo importante que quiero hablar contigo

Aunque aquello no le gustó al chico porque cada vez que alguien le decía aquello y en aquel tono, era para darle malas noticias. Sin embargo, asintió y se sentó frente a Lupin mientras los demás guardaban silencio.

-         Harry primero que nada quiero que sepas que lamentamos mucho haber tenido que ocultarte esto, pero Dumbledore pensó y los que estábamos involucrados estuvimos de acuerdo, que dadas las circunstancias era lo mejor  --  aquel preámbulo no contribuyó a que Harry se sintiese mejor  --  Harry… Sirius está vivo

Si le hubiesen dicho que Voldemort estaba esperándolo en el salón, no le habría causado ni la mitad de la estupefacción que le acababa de producir aquella noticia, y no fue consciente de haberse puesto de pie de un salto.

-         ¿¿Qué??

-         Siéntate Harry por favor, aún no he terminado

-         ¿Has dicho…?

-         Sí, Sirius está vivo  --  repitió Remus

Conociendo a Harry, Hermione había pensado que armaría un gran escándalo porque le habían ocultado aquello, pero si estaba molesto por ello, eso quedó sepultado por la enorme felicidad que sentía en aquel momento. Remus le explicó en forma sucinta cómo Dumbledore lo había sacado del Ministerio y lo había llevado a Hogwarts, y todo lo que había tenido  que hacerse para procurar su recuperación.

-         Finalmente el tratamiento dio resultado  --  estaba diciendo en aquel momento  --  hace unos días despertó pero sufrió una pérdida parcial de la memoria, aunque Jason piensa que la ira recuperando progresivamente. Ahora está en La Madriguera esperando tu llegada  --  concluyó

Harry abrazó a Lupin, y él aprovechó ese momento para agregar algo que no le interesaba que nadie más escuchara.

-         Sabe acerca de Anne Marie, pero nada de Anthar  --  le susurró

Cuando se separaron el chico hizo un leve gesto de asentimiento en señal de haber comprendido.

-         Bien  --  dijo Moody  --  ya estás al tanto de ese asunto, ahora vamos con lo otro

Le explicó a Harry en qué consistía el plan, y tal como dijo Hermione, no solo mostró su desacuerdo, sino que se negó de plano a colaborar. Por supuesto le hicieron notar, primero que no le estaban pidiendo opinión, y segundo, que no tenía ninguna oportunidad en contra de tantos. De manera que de muy mala gana, introdujo un puñado de cabellos en el tarro de poción.

Una vez que todos estuvieron listos para partir, Harry le dio una última mirada al que había sido su hogar, y aunque no tendría recuerdos agradables que añorar, experimentó un extraño sentimiento de pérdida. Hagrid le colocó una de sus enormes manos en el hombro y lo guió hacia la moto.

A la señal de Moody, las escobas, los thestrals y la moto, alzaron el vuelo, pero apenas abandonaron los límites de la protección se desató el pandemónium. 

Voldemort comenzaba a pensar que la información aportada por Snape había resultado poco confiable, cuando repentinamente varias escobas aparecieron casi en medio de ellos y  sonrió con malignidad. Después de todo, Snape seguía siendo confiable. Pero se sintió momentáneamente confundido,  porque o su vista lo engañaba o… y volvió a reír. Estúpidos, pensó con suficiencia, lo eran y mucho si pensaban que con un truco como aquel iban a poder engañarlo. Localizó a Moody y se lanzó tras él y el odiado chico, sin duda aquellos imbéciles habrían puesto a su “preciado tesoro” en manos del más avezado de los Aurores.


Bill, Fleur, Moody y Mundungus, tomaron en dirección Norte, pero enseguida vieron a Voldemort y su sorpresa no tuvo límites, el desgraciado podía… ¡volar! Mundungus cedió al pánico y comenzó a gritar para luego desaparecerse. Moody intentó detenerlo, pero… Cuando Voldemort se acercaba, tuvo la certeza de que aquel no podía ser el verdadero Potter, porque en cuanto lo había visto había comenzado a chillar, y si algo debía reconocerle al bastardo aquel era que tenía agallas. El infeliz desapareció en pleno vuelo, de modo que Voldemort apuntó a Moody y lanzó la maldición que puso punto final a la vida del guerrero.

Bill y Fleur no pudieron hacer nada, tenían a seis mortífagos tras ellos y debían apegarse al plan pasara lo que pasase y su objetivo era desviar la atención del verdadero Harry. De modo que como pudieron repelieron las maldiciones que les lanzaban, pero la persecución los desvió mucho de su camino, lo que finalmente ocasionó que perdieran su traslador.

Voldemort pensó con rapidez y concluyó que el chico debía ir entonces con Kingsley, de manera que partió en persecución de ellos.

A Remus y a George los perseguían igualmente varios de los encapuchados, pero la mayoría de ellos con escasa habilidad. Sin embargo, en un momento determinado uno de ellos perdió la capucha y Remus sintió una ira inmensa al ver su rostro.

-         ¡Snape!  --  exclamó

No obstante, no tuvo tiempo para mucho más porque en ese momento, una maldición salida de la varita del muy desgraciado, impactó en George. Remus solo alcanzó a ver que el chico sangraba profusamente del lado izquierdo de su cabeza, y aunque se mantenía precariamente sobre su escoba, estaba seguro que no podría hacerlo por mucho más tiempo, así que se olvidó de Snape e intentó mantener a George sobre la escoba mientras interceptaba las maldiciones que les llegaban. Fue un verdadero milagro que lograran alcanzar el punto de destino y atravesar la barrera que los pondría  a salvo de sus perseguidores.

Ron y Tonks habían partido en dirección Sur, su destino era la casa de la Tía Muriel, pero los perseguidores que les tocaron en suerte, resultaron ser de los más peligrosos. En pleno vuelo y en medio de maldiciones que iban y venían, las capuchas de Bellatrix y Rodolphus Lestrange cayeron. Bellatrix puso verdadero empeño en matar a Tonks, pero la chica definitivamente había sido muy bien entrenada. Si bien no había podido deshacerse de Bellatrix, Rodolphus no tuvo tanta suerte porque a él sí logró alcanzarlo. En tanto que Ron también la había tenido difícil, pero para sorpresa de la Auror, el chico le había acertado en la cabeza a uno de los mortífagos poniéndolo fuera de combate, y aquello no era nada sencillo desde una escoba en pleno vuelo. Alcanzaron la protección de la casa de Tía Muriel pero ya habían perdido su traslador, aparte de que la mujer los entretuvo mucho porque estaba muy nerviosa.

En cuanto Arthur y Fred salieron de la protección al igual que los demás, fueron rodeados por una horda de mortífagos. Sin detenerse a mirar, partieron a toda prisa y seis encapuchados se desprendieron en su persecución. Tuvieron una encarnizada lucha pero bastante pareja. Fred sintió pánico en un momento, porque una de las maldiciones pasó rozando a su padre y dio en el palo de la escoba, lo que lo hizo perder por un instante el control de la misma, pero afortunadamente se recuperó mientras Fred atacaba con saña al responsable de aquello. Aunque en líneas generales habían tenido quizá menos problemas que algunos de los otros, cuando habían salido de la protección y se habían visto rodeados, partieron en una dirección distinta a la que debían, lo que ocasionó una importante demora y perdieron su traslador. De modo que les tomaría mucho más tiempo volver.

En el  momento en que Kingsley y Hermione salieron de la protección y se vieron en medio de las figuras que sobrevolaban la zona, el Auror tuvo la terrible certeza de que habían sido traicionados, pero no era momento de ponerse a pensar en ello, debían salir de allí a toda prisa, de manera que guiaron sus thestrals en la dirección que les correspondía siendo inmediatamente perseguidos por cinco de los encapuchados. Hermione era una hábil duelista, pero volar no era de una de sus cosas preferidas, por lo que había perdido algo de concentración. Sin embargo, pensó en su hija y la decisión de volver a su lado la hizo recuperar la confianza y comenzó a atacar con precisión a sus perseguidores. Mientras Kingsley hacía lo propio, la capucha de uno de ellos cayó e identificó a Travers, uno de los recientemente fugados de Azkaban. Kingsley hirió a Travers y a otro, aunque no estaba seguro de si al segundo lo había matado, porque lo había visto comenzar a caer de su escoba, pero en ese momento sintió un terror frío cuando…  

Voldemort apareció al lado de los que perseguían  Kingsley, tuvo que reconocerles el talento para el engaño, ya que iban en thestrals, y después de lo que les había dicho Snape acerca de la habilidad de Potter sobre una escoba, decidió que ciertamente él habría esperado verlo sobre una. Se dirigió directamente hacia el chico que se defendía con habilidad, pero en el momento en que apuntaba su varita… 

Hermione había estado concentrada en desviar las maldiciones que pasaban rozándola, y no  había notado la presencia de Voldemort hasta que lo tuvo casi a su lado. Por una fracción de segundo Hermione pensó que iba a morir, pero en el momento que Voldemort apuntaba su varita hacia ella… se desapareció. Kingsley también estaba apuntando en esa dirección pero con intención de atacar a Voldemort, y se asombró mucho al darse cuenta que repentinamente habían quedado solos. No obstante, no se detuvieron a averiguar la razón. Después de asegurarse que la chica estaba bien, aunque notó que las manos le temblaban, partieron hacia el punto donde debían tomar su traslador.

Voldemort había sentido que lo requerían en otro lugar, lo que significaba que aquel al que estaba apuntando, fuese quien fuere, no era el indicado. Sin detenerse ni un minuto, se desapareció hacia donde alguno de sus mortífagos había presionado sobre la marca que llevaba en su brazo.

Harry estaba desesperado porque Hagrid se negaba a regresar, pensaba en todos sus amigos en peligro por su culpa, él había aceptado aquello, él les había dado su cabello para que se metieran en ese horroroso lío y ahora estaban siendo atacados pensando que eran él. Sin embargo, se vio obligado a defenderse, pero a pesar de que los que los perseguían los atacaban con saña, él se limitaba a desviar las maldiciones y a lanzar Desmaius. Una de las maldiciones impactó en Hedwig y Harry sintió una dolorosa punzada en su corazón, pero no tuvo demasiado tiempo para pensar en ello, porque de pronto la capucha del mortífago que estaba más cerca cayó y Harry vio con extraordinaria sorpresa que se traba de Stan Shunpike. Intentó desarmarlo y escuchó claramente que el chico gritaba:

-         ¡Es él, es el auténtico!

A continuación los mortífagos desaparecieron, pero eso le generó a Harry un temor visceral. Le pidió a Hagrid activar el botón especial que habían instalado para acelerar la velocidad, pero entonces…

Al instante que Voldemort se apareció en el lugar, tuvo la certeza de que aquel sí era el indicado. Malditos idiotas, mira que ponerlo en manos de aquel engendro inútil. Se acercó y levantó su varita, pero en aquel momento escuchó al semi gigante proferir un grito, la motocicleta se inclinó en vertical y comenzó una caída en picado a toda velocidad. Uno de los mortífagos estaba a pocos centímetros de ellos, y Voldemort vio con sorpresa que el imbécil de Hagrid se lanzaba sobre él, de modo que ambos comenzaron a caer ya que el peso combinado era demasiado para la escoba. Sin embargo, dejó de prestar atención y apunto a su objetivo, pero de nuevo las cosas no iban bien, el chico había atacado y la varita que tenía en las manos se había hecho añicos.

-         ¡No!  --  exclamó con rabia  --  ¡Selwyn, dame tu varita!  --  gritó con urgencia

Una vez que el mortífago se la dio, se apresuró a apuntar de nuevo, pero cuando estaba por lanzar la maldición, el maldito chico desapreció de la vista.

Harry se levantó con dificultad llamando a Hagrid, pero finalmente había perdido el sentido. Lo próximo que sintió fue que estaba acostado en algún lugar, y cuando abrió los ojos se dio cuenta que estaba en un salón y un individuo que se le hacía vagamente familiar lo miraba con preocupación.

Resultó que habían logrado alcanzar la seguridad de la casa de los Tonks. Les relataron brevemente lo sucedido, y con mucho pesar por dejarlos con la preocupación por su hija, tomaron el traslador y partieron.

Al aparecer en el patio de La Madriguera, escuchó que varias voces gritaban su nombre, y vio a las figuras corriendo hacia él.

-         ¿Eres el auténtico?  --  preguntó Molly innecesariamente, porque era a quien le correspondía llegar y venía en compañía de Hagrid  --  ¿Qué ha pasado?

-         ¿Qué quiere decir?  --  preguntó el chico  --  ¿Nadie más ha vuelto?  --  pero al ver sus caras agregó  --  Los mortífagos nos estaban esperando… nos rodearon en el momento que despegamos…

Jason y Sirius se miraron, aquello solo podía significar una cosa… ¡Traición!

-         Gracias al cielo que tú estás bien  --  dijo la señora Weasley abrazando al chico que no se sentía merecedor de aquel abrazo, cuando era el responsable de que más de la mitad de su familia estuviese en peligro.

Luego se volvió hacia Sirius y se fundieron en un abrazo. Y aunque hubiese querido expresar muchas cosas, en aquel momento la angustia por la suerte de los demás, le impedía hacerlo.

Un momento después, Harry vio que su padrino y Jason conversaban en voz baja y a toda velocidad, parecían no ponerse de acuerdo en algo. Sin embargo, mientras eso sucedía Ginny le decía el orden en el que debían haber llegado y quiénes estaban retrasados. En ese momento vieron un destello y Ginny gritó.

-         ¡Mamá!

Todos corrieron en aquella dirección y Harry vio aparecer a Remus y a George, pero inmediatamente supo que algo había ido sumamente mal, porque Remus casi traía a rastras al chico y éste sangraba profusamente. Harry se apresuró a ayudar a Remus y se extrañó que tanto Sirius como Jason los siguieran con una expresión extraña y con sus varitas en las manos. Colocaron a George sobre el sofá y para la mayor sorpresa de Harry, Remus lo tomó por el brazo y lo arrastró hacia la cocina, pero al mismo tiempo Jason y Sirius apuntaban a Lupin. Harry estaba tremendamente confundido.

-         ¡Suéltalo!  --  dijo Sirius, pero Remus no le prestó atención

-         ¿Qué criatura se sentaba en la esquina la primera vez que Harry Potter visito mi despacho en Hogwarts?  --  preguntó sacudiéndolo

-         Un Grindylow  --  dijo el chico

Sirius bajó su varita al igual que Jason y éste último se dirigió de nuevo al salón para atender a su primo.

-         ¿Qué está sucediendo?  --  preguntó Harry

-         Lo siento Harry, pero tenía que comprobarlo  --  se disculpó mientras se dejaba caer en una silla  --  Hemos sido traicionados, Voldemort sabía que te trasladábamos esta noche y esa información solo pudo dársela alguien que estuviese directamente involucrado en el plan.

Harry miró a Sirius con curiosidad, porque si era así, le parecía extraño que hubiese dudado de Lupin y no de él.

-         Tú no hiciste esa comprobación  --  le dijo

-         Por supuesto que no  --  dijo él  --  Venías con Hagrid, Hagrid es medio gigante y la Poción Multijugos está diseñada solo para uso humano  --  y luego miró a Lupin  --  Estuvimos a punto de matarte ¿sabes?

-         Lo imagino, pero no podía pararme a pensar en ello.

Un ruido en el patio los hizo tensarse. Harry aferró su varita al igual que los demás, pero Jason lo empujó sin ningún miramiento cuando salió del salón e ignorando a los reunidos en la cocina saltó por encima de la mesa y corrió hacia el exterior, porque mientras los demás pensaban en comprobar la identidad de quien estuviese afuera, él solo pensaba que según lo planeado, aquel era el momento en el que debían llegar Hermione y Kingsley. Se detuvo brevemente y la miró a los ojos y un segundo después la estrechaba entre sus brazos.

-         ¿Estás bien?

Mientras ella asentía llorosa, Remus y Sirius apuntaban a  Kingsley y él a ellos. Jason soltó a Hermione y ella abrazó a Harry, él correspondió al abrazo pero no dejaba de ver lo que sucedía entre los Aurores. Después que comprobaron que eran quienes decían ser, Kingsley dijo lo mismo que el chico había venido escuchando desde hacía rato.

-         Alguien nos traicionó  --  Remus asintió y se volvió para estrechar en sus brazos a Hermione.

-         ¡Fue horrible… lo tuve justo a mi lado!  --  decía histéricamente

-         Tranquila linda, ya pasó, están a salvo.

En tanto Remus tranquilizaba Hermione, Sirius agarró por un brazo a Jason y lo apartó.

-         ¿Te has vuelto loco?  --  preguntó furioso  --  Te expones y nos expones a todos actuando de esa manera, podía haber sido…

-         ¡Déjame en paz!  --  dijo él soltándose  --  Sé perfectamente lo que hago, y para tu tranquilidad estaba absolutamente seguro que era ella.

Sirius lo miró con algo que se parecía extraordinariamente a la compasión y pensó que el amor era una complicación en todos los sentidos.

-         Deja de mirarme así y guarda tu compasión para quien sea merecedor de ella  --  le dijo Jason  --  Hay cosas que ninguna magia puede ocultar y que no todos pueden ver.

Y con estás enigmáticas palabras, le dio la espalda y se encaminó al interior de la casa.

Después que Kingsley les refirió lo ocurrido, entraron a ver a George. Ya Jason les había dicho que nada podía hacer por él, ya que la pérdida de la oreja de George era producto de magia oscura y no era reversible.

Hermione y Remus estaban viendo a su hija que dormía tranquila en su cuna, cuando escucharon un alboroto en la cocina. Harry se sobresaltó cuando escuchó la voz del señor Weasley, nunca lo había oído tan alterado.

-         ¡Probaré quién soy, después de haber visto a mi hijo!  --  lo escucharon gritar

Obviamente los demás intentaban comprobar su identidad, pero afortunadamente el asunto no pasó a mayores. Un rato después Kingsley tuvo que marcharse, ya que lo esperaban en el Ministerio muggle, dejando a todos los demás con la preocupación por la ya muy prolongada demora de Moody, Bill, Fleur y Dung.

Un buen rato después de la partida de Kingsley, y mientras ya Sirius, Remus y Jason estaban pensando en salir a buscarlos, una exclamación general los hizo volverse. Un thestral acababa de atravesar la protección y se acercaba volando hacia ellos.

-         ¡Son ellos!  --  gritó Ginny

La señora Weasley se abalanzó sobre su hijo, pero él la abrazó en forma mecánica mientras miraba a su padre.

-         Ojo Loco está muerto

Aquellas palabras cayeron sobre ellos como una tonelada de plomo. Un pesado silencio se cernió sobre el grupo mientras procesaban lo que acababan de escuchar. Poco a poco Bill y Fleur relataron lo sucedido, y no habiendo razón para seguir esperando en el patio, porque ya nadie más llegaría, entraron a la casa.

Harry se negó en redondo a aceptar que ningún miembro de la Orden hubiese sido capaz de traicionarlo. Estaba convencido que todos allí, habrían dado sus vidas por él, razón por la cual anunció su decisión de marcharse, porque en su opinión, mientras él estuviese cerca todos corrían peligro. Por supuesto esto generó una discusión, dónde le recordaron que todo aquello se había hecho con el único propósito de traerlo sano y salvo, y que sería una enorme estupidez de su parte irse ahora.

Finalmente y a regañadientes, lo convencieron de quedarse, pero él seguía sintiéndose responsable y culpable. Sus padres, Dumbledore, Ojo Loco, todos se habían alzado para protegerlo y ahora estaban muertos. No podía permitir que nadie más muriese por su culpa.


El llanto de Lyra se dejó escuchar en el momento que los primeros rayos del sol se colaban por las ventanas anunciando el nuevo día. Aquella había sido una de las noches más largas y angustiosas de sus vidas, pero Harry en quien todos tenían puestas sus esperanzas, estaba a salvo.

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