Dos
días después de la reunión, Jason se encontraba en la biblioteca cuando
entraron Remus y Sirius.
-
Aquí tampoco está, ya te lo dije --
dijo Sirius malhumorado
-
Claro que sí necio -- y
Remus le hizo señas hacia el escritorio
-
¿Estás ahí niño?
-
Depende
-- escucharon la voz de Jason
-
Te lo dije --
dijo Remus de forma acusadora
-
¡Demonios! ¿Cómo se supone que iba a verlo si está
escondido tras esa montaña de libros?
-
No estoy escondido, trabajo --
escucharon de nuevo -- y si ustedes no tienen nada qué hacer, sugiero
que lo hagan en otro lado y me dejen en paz.
Lupin
miró mal a Sirius y se acercó al escritorio. Jason tenía varios libros abiertos
y tomaba notas en un pergamino.
-
Siento molestarte Jason, pero se trata de
Lyra --
inmediatamente el chico levantó la cabeza y lo miró --
Pasó la noche algo inquieta y…
Pero
él ya no lo escuchaba, había tirado la pluma y caminaba a toda velocidad hacia
la puerta. Sirius y Remus tuvieron que correr para alcanzarlo.
-
¿Por qué no me llamaste? --
preguntó Jason mientras subía las escaleras de tres en tres --
Debiste… -- pero se detuvo y luego comenzó a subir aún
más rápido
La
razón para ello era que habían escuchado el llanto estridente de Lyra. Cuando llegaron ya Jason se la quitaba de los
brazos a una angustiada Annie.
-
Ya chiquita --
dijo él y aunque disminuyó un tanto, el llanto persistía
Era la
primera vez desde que Remus podía recordar, que la niña no se calmaba en cuanto
Jason la alzaba. De modo que fuese lo que fuere, debía ser serio y esto solo
logró que Remus se angustiase aún más.
-
¿Existe la posibilidad de que extrañe a
su madre? -- preguntó con tristeza
-
Puede ser
-- dijo Sirius para sorpresa de
ellos --
Ann Marie decía que cuando yo no estaba, Anthar lloraba mucho y no había
modo de calmarlo.
Si en
la voz de Remus había una nota de tristeza cuando hizo su pregunta, en la de
Sirius había todo un coro del más profundo dolor. Ambos lo miraron con pena,
porque al menos Lyra estaba allí y sabían que Hermione donde quiera que
estuviese, estaba a salvo. En cambio Ann Marie estaba muerta y Anthar
desaparecido, de modo que no había punto de comparación.
-
En teoría
-- dijo Jason mientras pasaba su
varita por encima del cuerpo de la niña
-- los niños no comienzan a fijar
sus afectos hasta después de los cinco años. No digo que no sea posible, pero
es poco probable.
-
Permiso milord --
dijo Annie tímidamente
-
¿Sí?
-
¿Y cómo se explica que la pequeña siempre
se calma cuando usted la alza? -- pero fue Remus quien contestó
-
Annie, se han dado ciertas circunstancias
que han hecho que en conjunto, Jason haya pasado más tiempo con Lyra que
cualquiera de nosotros.
Si la
mujer quedó satisfecha con aquello o no, no lo supieron porque no dijo nada
más. Y unos minutos después, Jason se volvió a mirarla.
-
¿Qué le diste de comer?
-
Lo mismo que de costumbre --
contestó ella -- Aunque hace un momento devolvió lo poco que
había comido hoy -- y Jason la miró mal
-
¿Por qué?
-- preguntó Remus
Pero
Jason no contestó, en ese momento estaba concentrado en atender a Lyra. Había
levantado la ropita de la niña y tenía su mano sobre el abdomen de ella.
Transcurrieron unos minutos durante los cuales todos guardaron un silencio
expectante. Remus estaba preocupado, Annie angustiada y apenada, y Sirius
simplemente prestaba atención a la escena. Lyra se fue calmando poco a poco
hasta que finalmente dejó de llorar. Jason le acomodó la ropa de nuevo, le
acarició la mejilla y luego se volvió hacia Annie con una mirada ominosa.
-
Tiene una indigestión -- le
dijo en tono peligrosamente bajo -- Quiero que me digas inmediatamente cómo
sucedió eso.
-
Milord… yo… no entiendo -- la
pobre mujer estaba aterrorizada
-
¿Cómo preparaste el biberón?
-
Igual
-- respondió ella de
inmediato -- Igual que siempre
-
¡Pues algo no hiciste igual! -- y
dio un paso hacia Annie
Ella
estaba al borde de la histeria, Remus se había quedado estático mientras que
Sirius reaccionó más de prisa, extrajo su varita y apuntando a Annie murmuró: ¡Desmaius!
-
¡Cálmate niño! -- le
dijo, mientras Remus se apresuraba a levantar a Annie y a colocarla sobre el
sillón -- La pobre mujer no tiene la culpa, los niños
se enferman ¿sabías?
-
¡Se enferman cuando no se tiene el debido
cuidado! -- exclamó él
-
Jason por favor --
dijo Remus -- Estoy seguro que Annie no hizo nada malo, y
de haber sido así, con seguridad no fue algo intencional.
-
Pues me aseguraré de que le quede claro
que en lo sucesivo deberá tener más cuidado o no volverá a acercarse a
Lyra --
y la apuntó con su varita
-
¡Jason detente! --
exclamó Sirius
El uso
de su nombre más que la orden, fue lo que lo detuvo. Desde que Sirius había
vuelto, solo lo llamaba por el odioso apelativo de “niño” y escucharlo decir su
nombre había resultado tan insólito, que detuvo los movimientos de Jason.
-
No tienes derecho a tratarla de ese modo.
-
El que no tiene derecho a decirme cómo
tratar al personal de mi casa, eres tú.
-
No sé por qué te molesta tanto que te
llamen “Duque” si exhibes los modales de uno, la prepotencia y la arrogancia de
los que se creen superiores por la cuna donde han nacido. Cuando se quiere
saber cómo es alguien, hay que fijarse en cómo trata a sus inferiores y no a
sus iguales, y aunque personalmente no considero a Annie inferior, es evidente
que tú sí.
Los
ojos de Jason se habían tornado en un gris acerado y se hizo más que obvia la
similitud con los del que le estaba hablando, y con tanta rapidez que Remus
apenas si tuvo tiempo de seguir los movimientos, soltó su varita y se le fue
encima a Sirius. Pero Jason estaba furioso y aunque Sirius no estaba menos
molesto, le llevaba la ventaja de los años y la experiencia, por lo que le fue
sencillo evitar el golpe luego de lo cual, lo empujó contra la pared.
-
¡Escúchame Niño! Yo sufrí mucho por la forma como traté a
Kreacher y es algo que recordarás sin duda. Me comporté de la misma forma
estúpida en la que pretendes comportarte tú ahora y simplemente no voy a
permitir que arruines tu vida por una necedad así lo quieras o no.
Lyra
comenzó a llorar de nuevo en aquel momento y Jason se desembarazó de Sirius y
corrió hacia la cama.
-
Gran discurso -- le
dijo Remus en voz baja a Sirius -- Ahora llévatela de aquí, no estoy muy seguro
de que Jason sea del tipo obediente. No solo en la terquedad guarda un
extraordinario parecido con cierto individuo que conozco, sino en todo lo
demás.
Sirius
se llevó a Annie y decidió que había llegado el momento de tener una larga
charla con ella.
Jason
pasó prácticamente todo el día con Lyra y sin salir de la habitación lo arregló
todo para preparar una poción que él mismo se encargó de administrar a la niña.
Del mismo modo que se hizo cargo de todo lo que a su juicio debía ingerir ella
ese día. Se pasó por alto sus propias comidas y pareció olvidarse de lo que
estaba haciendo cuando lo fueron a buscar. Ya había anochecido cuando Lyra ya
sonreía de nuevo y no había tenido más dolor.
-
Jason creo que deberías comer algo y
descansar un poco -- le dijo Remus
-- Ya ella parece estar mejor, yo
me haré cargo.
Sin
muchos deseos de hacerlo él asintió, le dio un beso en la frente a la niña y
caminó hacia la puerta.
-
Al más mínimo indicio y sea la hora que
sea…
-
Te avisaré -- lo
interrumpió Remus -- Descuida y Jason -- lo
llamó cuando él se dio la vuelta -- gracias.
Él no
dijo nada y salió cerrando la puerta con cuidado. Bajó a la Biblioteca y miró
el trabajo que tenía a medio hacer pero eso tendría que esperar, y en cualquier
caso lo más probable era que estuviese equivocado, porque hasta el momento no
había encontrado nada en ningún libro que validara sus temores.
-
Permiso milord --
escuchó a Miles a sus espaldas -- ¿Desea que le traiga algo de comer? Annie aún
tiene la estufa encendida esperando a que usted…
-
No, no tengo hambre Miles, gracias -- lo
interrumpió -- y dígale a Annie que puede ir a acostarse.
-
Muy bien milord.
El
mayordomo se marchó en silencio y él caminó hacia la licorera. Se sirvió el
líquido de color ambarino y fue sentarse frente a la chimenea. Se llevó la mano
al colgante y pensó en ella. Hubo un momento durante la mañana en el que
percibió el peligro pero fue de un modo vago, y estaba tan concentrado en Lyra
que lo dejó pasar. Sin embargo, ahora se preguntaba a qué pudo haberse debido,
porque según Remus ella estaba a salvo en Grimauld Place.
-
Beber solo es mal asunto, y que tú lo
hagas es peor aún -- escuchó a sus espaldas pero ni siquiera se
molestó en voltear
-
No he pedido tu opinión.
-
No es una opinión, es la afirmación de un
hecho.
-
¿Qué quieres?
-
Niño, “eso” y tú no se llevan bien --
dijo Sirius señalando la copa que Jason tenía en la mano
-
Déjame en paz Black. Por si no te has
dado cuenta, ya estoy crecidito y no necesito una niñera.
-
Ni yo tengo el tipo de una, pero como ya
sabes, tengo la desagradable tendencia a meterme donde no me importa. Aunque en
este caso en particular, me importa.
Jason
dejo de mirar las llamas de la chimenea y giró la cabeza hacia Sirius.
-
¡Ey! No te hagas ilusiones Niño, no eres
mi tipo -- dijo con sorna -- Tengo
mis gustos bien definidos y la verdad tú no encajas en ellos. Aparte de la
ausencia de curvas donde corresponde, tienes un carácter horroroso.
-
¡Si serás… imbécil! --
exclamó Jason sin poder creerse que Sirius estuviese diciendo toda
aquella sarta de estupideces
-
Espera, espera, si te vas a poner
violento es mejor que tengas esto -- le
dijo y se llevó la mano al bolsillo
-- Toma --
dijo extendiéndole la varita
-- la dejaste olvidada en la
habitación de Remus y Cornamenta solía decir que era mucho más elegante
utilizar la varita que pelearse como vulgares patanes, aunque yo siempre tuve
problemas con eso y supongo que de ahí que tú también los tengas.
Jason
agarró su varita y se llevó la mano a la sien. Estaba seguro de no haber bebido
tanto como para que se le dificultara la comprensión. Sin embargo, no entendía
lo que Sirius estaba diciendo. Sacudió la cabeza e intentó poner orden en aquel
concierto de disparates.
-
Escucha, he tenido un mal día ¿de
acuerdo? -- le dijo
-- Así que no estoy ni para tus
chistes malos, ni para acertijos
-
Veamos Niño, ni te he contado ningún
chiste ni te he planteado acertijo alguno.
-
Entonces aclárame eso de que yo he de
tener los mismos problemas que tú, porque no hay motivos y las gracias sean
dadas a quien corresponda, para que yo tenga ningún parecido contigo, infeliz.
-
¿De veras? -- preguntó Sirius y elevó una ceja --
Cabellos negros, ojos grises… ¿no te dice nada eso?
-
Sí, que los ojos grises se deben a un gen
que es dominante en Europa y el cabello negro a un gen dominante en todo el
maldito mundo, así que no fastidies.
-
Y puedes agregarle también el “lindo”
carácter -- dijo Sirius riendo e ignorando olímpicamente
la explicación de Jason
-
¡Ja! Espero que no estés pensando en
decirme ahora que eres mi padre, porque ciertamente no lo eres.
-
Claro que no, para eso tendría que
haberte engendrado… a ver -- dijo sacando cuentas --
como a los quince, aparte de que tu madre debería figurar en mi lista de
compañeras de cama y…
-
¿Cómo te atreves? -- lo
interrumpió Jason poniéndose violentamente de pie
-
Cálmate Niño, quien lo sugirió fuiste tú,
no yo. Y no he dicho que haya sido así.
-
¡Black! Me tienes harto. Si tienes algo
que decir dilo, y si no, entonces lárgate y déjame en paz.
Le dio
la espalda y caminó hacia la licorera de
nuevo, se sirvió una porción y se lo bebió de un solo trago.
-
Alguien debe estar aquí para ver cuando
te rompas el cuello tratando de llegar a tu habitación.
-
Ya te dije que no necesito una
niñera -- dijo mientras se servía otro
-
Pues si sigues como vas,
necesitaras… -- pero se calló cuando Jason se volvió apuntándolo
con su varita
-
¡Lárgate!
-
No, no lo haré y te diré por qué no -- y
dio un paso hacia él indiferente a la amenaza
-- Ya abandoné a mi hermano
dejándolo en manos de mi madre y permitiendo que por su culpa se uniese a esos
locos. Le fallé a mi mejor amigo y por mi culpa está muerto. Dejé desprotegidos
a mi mujer y a mi hijo, y por eso los perdí. De modo que…
-
No soy tu hermano, no soy tu hijo, ni tu
mejor amigo -- lo interrumpió Jason -- no
tienes ninguna responsabilidad conmigo porque no soy nada tuyo, así que deja de
amargarme la existencia.
-
Error Niño, porque te guste o no, sí
eres.
-
Sí soy qué
-
Siéntate y te lo explicaré.
-
¡No pienso hacer una maldita cosa!
-
De acuerdo, como quieras --
dijo Sirius y él sí sentó cómodamente en el sillón --
Veras, inicialmente no podía creer que tú no lo supieras, pero después
de una agradable conversación con Miles y con Annie, a quien por cierto le pedí
disculpas en tu nombre…
-
¿Qué hiciste qué?
-
Deberías reducir el consumo de alcohol
Niño, ya se te está dificultando la comprensión
-- le advirtió mientras el otro
quería asesinarlo -- Como te iba diciendo, después de pedirle
disculpas a Annie por ti…
-
No necesito que nadie se disculpe por mí,
porque si lo considero necesario yo mismo puedo disculparme.
-
El asunto estaba en que lo considerarás
necesario, y previendo esa eventualidad lo hice yo, pero descuida, no tienes
que agradecérmelo -- dijo con una tranquilidad suicida teniendo en
cuenta la mirada asesina de Jason
-- Continuando con nuestro
asunto, después que hablé con ellos entendí el por qué tú no sabías nada. Verás
Niño, tu poder mágico no solo procede de tu padre, sino que eres un Black por
línea materna
-
¿Pero… qué estupideces estás diciendo? Mi
madre era una Campbell.
-
Campbell Black --
aclaró él -- Puedo entender tus razones para no tenerle
especial simpatía a tu abuelo, pero debiste estudiar un poco tu historia
familiar Niño porque Caroline, es decir tu madre, era bisnieta de Phineas Black
II
-
¿El director de Hogwarts? --
preguntó él en tono de absoluto escepticismo
-
No, ese vendría a ser su tatarabuelo. Tu
madre era hija de Helena Black, hija a su vez de Jason Black, a quien obviamente le debes el nombre, hijo
de Phineas Black II, como ya te he dicho.
Jason
tuvo que asirse al marco de la chimenea cuando sintió que todo comenzaba a
girar a gran velocidad. Aquello tenía que ser una broma, pensó. No se dio
cuenta que Sirius se había levantado y lo había ayudado a sentarse en el
sillón.
-
Te dije que te sentaras, necio
-
¿Qué?
-
Nada
-- le dijo y caminó hacia la
puerta
-
¿Dónde crees que vas? -- le
gritó Jason
-
¿Quién te entiende? --
dijo Sirius sonriendo -- Primero me echas y ahora quieres que me quede
-
No te aprecio ahora más que antes --
dijo él con acidez -- pero me debes muchas explicaciones
-
Descuida, solo voy a pedirle a Miles que
te traiga café.
-
No quiero café, maldita sea, quiero
respuestas.
-
Si tenemos esperanza de que entiendas
algo, debes tener la mente despejada
-- y salió dejándolo echando
chispas
Intentó
levantarse pero el mundo aún no había dejado de girar, de modo que por instinto
de conservación decidió quedarse sentado. Sirius regresó enseguida y lo
encontró sujetándose la cabeza con las manos.
-
Si vas a vomitar avísame, es algo que mi
estómago no tolera muy bien -- le advirtió
-
¡Vete al infierno Black!
-
¿Entonces? ¿Me voy o me quedo?
Pero
la llegada de Miles le evitó mayores esfuerzos. El hombre colocó el servicio
sobre la mesita, le sirvió una taza a Jason, le preguntó a Sirius si le servía
a él, pero éste le dio las gracias y le dijo que no. El mayordomo se retiró
discretamente mientras Jason se tomaba a regañadientes el suyo.
-
Este infame brebaje me sienta bien en las
mañanas pero no a esta hora -- se quejó y Sirius rió
-
Recuérdalo la próxima vez que busques
“esa” compañía -- le dijo señalando la copa
-
¿Y bien?
-- dijo Jason mientras colocaba
la taza sobre la mesa -- ¿Vas a explicarme este enredo o no?
-
No hay mucho qué explicar y no hay ningún
enredo -- le dijo
-- Si te hubieses molestado en
hurgar un poco en tu historia familiar, lo habrías sabido.
-
De acuerdo, no lo hice porque no me
importaba. Mi abuelo se portó como un miserable con mi madre, la echó de esta
casa y era apenas algo más que una niña, pero primero la insultó de todas las
formas posibles haciéndola sentir una basura. Le dijo que no era digna de su
noble apellido y que en lo que a él respectaba no tenía ninguna hija, porque
ningún Duque de Somerled tenía hijas que se comportaran como zorras
revolcándose con cualquiera -- hizo una breve pausa y Sirius fue muy
consciente del dolor en sus ojos, y tuvo que hacer un enorme esfuerzo por
controlar su propia ira -- Mamá amaba a mi padre y se fue con él, pero
volvió cuando dejó a papá, estaba enferma, el embarazo no le había sentado muy
bien y no tenía medios para alimentarse siquiera. ¿Y sabes lo que hizo el “gran
Duque de Somerled”? Dio órdenes de echar
a esa pordiosera de su casa. Si mi madre no murió de hambre y de frío, fue
porque Miles y Annie se ocuparon de buscarle un sitio dónde quedarse y de
hacerle llegar comida y ropa. De modo que no necesitabas defender a Annie de
mí, jamás sería capaz de hacerle ningún daño
-- hizo otra pequeña pausa
mientras se secaba con rabia las lágrimas
-- Como comprenderás, me sobraban
las razones para que no me interesara
nada que tuviese que ver con ese hombre
-- dijo con ira -- No
quería ni sus bienes, ni su apellido, ni su título, pero mamá me suplicó
aceptar y no… no tuve el valor de negarme.
-
No tienes que darme explicaciones
Niño --
dijo Sirius que había logrado controlar su ira en contra de aquel sujeto
que le había causado tanto daño a su propia hija -- Estás hablando con el individuo que se fue
de su casa a los dieciséis años, de modo que si alguien puede entenderlo soy
yo, pero… te conozco lo bastante como para saber que eres terco y orgulloso
como todo Black y no precisamente carente de valor. De manera que se me hace
muy extraño que hayas aceptado algo que no querías. Yo no tuve alternativa
porque la mía era una herencia mágica a la que no puedes negarte, pero la tuya
no.
-
Mi madre estaba muriendo, no podía… --
pero el dolor atenazó su garganta impidiéndole continuar y Sirius
lamentó haber preguntado
Sabía
por lo que le habían contado Miles y Annie, que cuando el Duque murió los
abogados de la corona enseguida comenzaron los trámites para disponer de las
propiedades asociadas al título, pero que los abogados de la familia se
habían movido muy de prisa, localizaron
a Caroline y a su hijo y los hicieron volver. Eso había sucedido cuando Jason
cursaba segundo año en Hogwarts.
Miles
también le contó que aquello había resultado una batalla que duró largo tiempo
entre Jason y Caroline, porque siendo Jason menor de edad su madre había
firmado los documentos de aceptación en representación suya, pero cuando se acercaba
el momento de que Jason tomase posesión de su herencia, el chico se negaba a
hacerlo. A duras penas había aceptado trasladarse a vivir allí y suponían que
el hecho de pasar casi todo el año en la escuela y parte de las vacaciones con sus tíos, habían
contribuido a aquella aceptación.
Pero
lo que Miles había omitido, fue la verdadera razón por la cual finalmente el
chico había cedido y se había convertido en el nuevo Duque de Somerled yahora
Sirius lamentaba de veras haberlo preguntado.
-
El asunto es que no averigüé --
dijo Jason sacándolo de sus pensamientos, y un poco más tranquilo -- pero tú estabas muy interesado en aclararme los
puntos oscuros de esta historia ¿no? Así que termina.
-
Bien, intentaré explicártelo de otra
forma --
se levantó y tomó una pluma y un trozo de pergamino --
ahora pon atención.
Después
de trazar el dibujo de lo que según él, era lo más parecido a un árbol
genealógico, lo miró en forma inquisitiva
-
¿Has comprendido?
-
Creo que sí --
dijo el chico que seguía mirando el trazado -- Vi
algo parecido en Grimauld Place, pero si hubiese visto el apellido Campbell
seguro lo recordaría.
-
Por supuesto que no ibas a verlo --
dijo Sirius -- no recuerdo si estabas presente cuando lo
dije pero lo repito, cada vez que la familia Black daba un miembro más o menos
decente, era diligentemente suprimido del árbol familiar --
Jason esbozó algo parecido a una sonrisa ante aquel comentario -- En
fin, Phineas Black II fue execrado por defender los derechos de los muggles, y
de no haber sido por eso, lo habrían sacado igual al casarse con una.
Jason
se quedó pensando un rato mientras seguía mirando los nombres en el pergamino.
-
¿Y bien?
-- dijo Sirius después de un
prolongado silencio -- ¿Dirás algo más o hemos terminado?
-
Mi madre no sabía esto --
dijo de pronto aunque eso no contestaba la pregunta de Sirius -- ¡No
pudo haberlo sabido!
-
¿A qué te refieres? Porque desde luego
sabía que uno de sus apellidos era Black.
-
No, me refiero a que procedía de una
familia de magos, porque si lo hubiese sabido no se habría comportado como lo
hizo cuando papá le dijo que era uno.
-
Eso es algo que no tengo del todo
claro --
dijo Sirius -- Supongo que estás al tanto de que Miles y
Annie trabajan para tu familia desde que eran niños ¿no? -- y
el chico asintió -- Bien, según ellos tu abuela Helena siempre
mostró mucho interés por ciertos lugares de los alrededores.
-
¿Y eso qué?
-
Vamos Jason, sabes exactamente dónde
estamos, esta es una zona mágica por excelencia.
-
Pero aun así no veo…
-
No estoy diciendo que tu abuela haya sido
una bruja, de hecho eso sería muy poco probable…
-
¿Por qué?
-
En primer lugar porque sin duda tu madre
lo habría sabido, y segundo porque lo más seguro es que con las sucesivas
mezclas de la sangre Black con la no mágica, se haya ido perdiendo. Sin
embargo, y en opinión de Lunático…
-
Un momento -- lo
detuvo Jason -- ¿Lupin sabía todo esto?
-
No hasta hace unos días. El caso es que
él opina que aunque nuestra sangre se haya ido “diluyendo” por decirlo de
alguna forma, es altamente probable que algo conservasen de ella. Y esto lo
digo porque como te decía antes, tu abuela mostraba no solo mucho interés en
algunos lugares, sino porque era muy hábil en la preparación de pociones y en
la utilización de hierbas…
-
… curativas --
completó él y miró a Sirius --
Mamá también.
-
La cuestión es, que aunque estamos
bastante seguros de que no eran brujas, conocían lo que algunos llaman “las
antiguas tradiciones” refiriéndose a las tradiciones paganas. Y sabes tan bien
como yo, que en la antigüedad magos y muggles vivían en perfecta armonía y los últimos
estaban conscientes de nuestra existencia
-- hizo una pausa y luego
agregó -- No hay nadie que pueda decirnos más con
respecto a los descendientes de Phineas Black, hasta dónde he podido averiguar,
eres el último de ellos que aún vive y te agradeceríamos que siguieras
respirando.
-
¿Estás seguro que no queda nadie más?
-
Muy seguro, y es más.tengo que darte una
noticia que te “alegrará” el día -- y Jason lo miró con aprensión por el énfasis
que había hecho en el verbo -- Éste sujeto
-- dijo señalando a Jason
Black --
es decir, tu bisabuelo, se casó con Amelia Argyll, hija del Conde de
Argyll. Siendo mujer no podía heredar el título, de modo que lo heredó su hijo,
pero te informo que el último de sus descendientes murió hace un mes, de modo que
eres el heredero legal.
-
¿¿Qué??
-- preguntó horrorizado --
Eso no es posible ¿Por qué yo?
-
¿No me escuchaste? Eres el último…
-
¡Te escuché, maldita sea! -- se
levantó y agarró de nuevo la copa
-
¡E! Creí que ya teníamos claro que… --
pero se bebió el contenido de un solo golpe --
¿Sabes? Eres muy poco respetuoso
con tus mayores.
-
¡Vete al demonio Black! -- y
Sirius rió -- Sigo sin considerarme nada tuyo.
-
Pues peor para ti “pequeño Black” porque
lo eres quieras o no, y por partida doble. Ya que supongo que no has olvidado
que tu padre era mi primo y nuestros respectivos bisabuelo en mí caso y
tatarabuelo en el tuyo, eran hermanos.
-
¡No es posible tener tan mala suerte en
la vida! -- dijo Jason con fastidio y Sirius rió
-
Sabía que te encantaría la idea -- le
dijo y caminó hacia la puerta -- Te sugiero dejar esa botella en paz, porque
por muy primo o lo que sea que seamos, no voy a hacer de niñera eternamente.
Buenas noches “pequeño Black” -- dijo para fastidiarlo aún más, pero al llegar
a la puerta se detuvo -- Mmm… ¿Cómo te gusta más? ¿Conde o Duque?
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