Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

lunes, 21 de julio de 2014

Cap. 49 Historia Familiar…



Dos días después de la reunión, Jason se encontraba en la biblioteca cuando entraron Remus y Sirius.

-         Aquí tampoco está, ya te lo dije  --  dijo Sirius malhumorado

-         Claro que sí necio  --  y Remus le hizo señas hacia el escritorio

-         ¿Estás ahí niño?

-         Depende  --  escucharon la voz de Jason

-         Te lo dije  --  dijo Remus de forma acusadora

-         ¡Demonios!  ¿Cómo se supone que iba a verlo si está escondido tras esa montaña de libros?

-         No estoy escondido, trabajo  --  escucharon de nuevo  --  y si ustedes no tienen nada qué hacer, sugiero que lo hagan en otro lado y me dejen en paz.

Lupin miró mal a Sirius y se acercó al escritorio. Jason tenía varios libros abiertos y tomaba notas en un pergamino.

-         Siento molestarte Jason, pero se trata de Lyra  --  inmediatamente el chico levantó la cabeza y lo miró  --  Pasó la noche algo inquieta y…

Pero él ya no lo escuchaba, había tirado la pluma y caminaba a toda velocidad hacia la puerta. Sirius y Remus tuvieron que correr para alcanzarlo.

-         ¿Por qué no me llamaste?  --  preguntó Jason mientras subía las escaleras de tres en tres  --  Debiste…  --  pero se detuvo y luego comenzó a subir aún más rápido

La razón para ello era que habían escuchado el llanto estridente de Lyra.  Cuando llegaron ya Jason se la quitaba de los brazos a una angustiada Annie.

-         Ya chiquita  --  dijo él y aunque disminuyó un tanto, el llanto persistía

Era la primera vez desde que Remus podía recordar, que la niña no se calmaba en cuanto Jason la alzaba. De modo que fuese lo que fuere, debía ser serio y esto solo logró que Remus se angustiase aún más.

-         ¿Existe la posibilidad de que extrañe a su madre?  --  preguntó con tristeza

-         Puede ser  --  dijo Sirius para sorpresa de ellos  --  Ann Marie decía que cuando yo no estaba, Anthar lloraba mucho y no había modo de calmarlo.

Si en la voz de Remus había una nota de tristeza cuando hizo su pregunta, en la de Sirius había todo un coro del más profundo dolor. Ambos lo miraron con pena, porque al menos Lyra estaba allí y sabían que Hermione donde quiera que estuviese, estaba a salvo. En cambio Ann Marie estaba muerta y Anthar desaparecido, de modo que no había punto de comparación.

-         En teoría  --  dijo Jason mientras pasaba su varita por encima del cuerpo de la niña  --  los niños no comienzan a fijar sus afectos hasta después de los cinco años. No digo que no sea posible, pero es poco probable.

-         Permiso milord  --  dijo Annie tímidamente

-         ¿Sí?

-         ¿Y cómo se explica que la pequeña siempre se calma cuando usted la alza?  --  pero fue Remus quien contestó

-         Annie, se han dado ciertas circunstancias que han hecho que en conjunto, Jason haya pasado más tiempo con Lyra que cualquiera de nosotros.

Si la mujer quedó satisfecha con aquello o no, no lo supieron porque no dijo nada más. Y unos minutos después, Jason se volvió a mirarla.

-         ¿Qué le diste de comer?

-         Lo mismo que de costumbre  --  contestó ella  --  Aunque hace un momento devolvió lo poco que había comido hoy  --  y Jason la miró mal

-         ¿Por qué?  --  preguntó Remus

Pero Jason no contestó, en ese momento estaba concentrado en atender a Lyra. Había levantado la ropita de la niña y tenía su mano sobre el abdomen de ella. Transcurrieron unos minutos durante los cuales todos guardaron un silencio expectante. Remus estaba preocupado, Annie angustiada y apenada, y Sirius simplemente prestaba atención a la escena. Lyra se fue calmando poco a poco hasta que finalmente dejó de llorar. Jason le acomodó la ropa de nuevo, le acarició la mejilla y luego se volvió hacia Annie con una mirada ominosa.

-         Tiene una indigestión  --  le dijo en tono peligrosamente bajo  --  Quiero que me digas inmediatamente cómo sucedió eso.

-         Milord… yo… no entiendo  --  la pobre mujer estaba aterrorizada

-         ¿Cómo preparaste el biberón?

-         Igual  --  respondió ella de inmediato  --  Igual que siempre

-         ¡Pues algo no hiciste igual!  --  y dio un paso hacia Annie

Ella estaba al borde de la histeria, Remus se había quedado estático mientras que Sirius reaccionó más de prisa, extrajo su varita y apuntando a Annie murmuró: ¡Desmaius!

-         ¡Cálmate niño!  --  le dijo, mientras Remus se apresuraba a levantar a Annie y a colocarla sobre el sillón  --  La pobre mujer no tiene la culpa, los niños se enferman ¿sabías?

-         ¡Se enferman cuando no se tiene el debido cuidado!  -- exclamó él

-         Jason por favor  --  dijo Remus  --  Estoy seguro que Annie no hizo nada malo, y de haber sido así, con seguridad no fue algo intencional.

-         Pues me aseguraré de que le quede claro que en lo sucesivo deberá tener más cuidado o no volverá a acercarse a Lyra  --  y la apuntó con su varita

-         ¡Jason detente!  --  exclamó Sirius

El uso de su nombre más que la orden, fue lo que lo detuvo. Desde que Sirius había vuelto, solo lo llamaba por el odioso apelativo de “niño” y escucharlo decir su nombre había resultado tan insólito, que detuvo los movimientos de Jason.

-         No tienes derecho a tratarla de ese modo.

-         El que no tiene derecho a decirme cómo tratar al personal de mi casa, eres tú.

-         No sé por qué te molesta tanto que te llamen “Duque” si exhibes los modales de uno, la prepotencia y la arrogancia de los que se creen superiores por la cuna donde han nacido. Cuando se quiere saber cómo es alguien, hay que fijarse en cómo trata a sus inferiores y no a sus iguales, y aunque personalmente no considero a Annie inferior, es evidente que tú sí.

Los ojos de Jason se habían tornado en un gris acerado y se hizo más que obvia la similitud con los del que le estaba hablando, y con tanta rapidez que Remus apenas si tuvo tiempo de seguir los movimientos, soltó su varita y se le fue encima a Sirius. Pero Jason estaba furioso y aunque Sirius no estaba menos molesto, le llevaba la ventaja de los años y la experiencia, por lo que le fue sencillo evitar el golpe luego de lo cual, lo empujó contra la pared.

-         ¡Escúchame Niño!  Yo sufrí mucho por la forma como traté a Kreacher y es algo que recordarás sin duda. Me comporté de la misma forma estúpida en la que pretendes comportarte tú ahora y simplemente no voy a permitir que arruines tu vida por una necedad así lo quieras o no.

Lyra comenzó a llorar de nuevo en aquel momento y Jason se desembarazó de Sirius y corrió hacia la cama.

-         Gran discurso  --  le dijo Remus en voz baja a Sirius  --  Ahora llévatela de aquí, no estoy muy seguro de que Jason sea del tipo obediente. No solo en la terquedad guarda un extraordinario parecido con cierto individuo que conozco, sino en todo lo demás.

Sirius se llevó a Annie y decidió que había llegado el momento de tener una larga charla con ella.

Jason pasó prácticamente todo el día con Lyra y sin salir de la habitación lo arregló todo para preparar una poción que él mismo se encargó de administrar a la niña. Del mismo modo que se hizo cargo de todo lo que a su juicio debía ingerir ella ese día. Se pasó por alto sus propias comidas y pareció olvidarse de lo que estaba haciendo cuando lo fueron a buscar. Ya había anochecido cuando Lyra ya sonreía de nuevo y no había tenido más dolor.

-         Jason creo que deberías comer algo y descansar un poco  --  le dijo Remus  --  Ya ella parece estar mejor, yo me haré cargo.

Sin muchos deseos de hacerlo él asintió, le dio un beso en la frente a la niña y caminó hacia la puerta.

-         Al más mínimo indicio y sea la hora que sea…

-         Te avisaré  --  lo interrumpió Remus  --  Descuida y Jason  --  lo llamó cuando él se dio la vuelta  --  gracias.

Él no dijo nada y salió cerrando la puerta con cuidado. Bajó a la Biblioteca y miró el trabajo que tenía a medio hacer pero eso tendría que esperar, y en cualquier caso lo más probable era que estuviese equivocado, porque hasta el momento no había encontrado nada en ningún libro que validara sus temores.

-         Permiso milord  --  escuchó a Miles a sus espaldas  --  ¿Desea que le traiga algo de comer? Annie aún tiene la estufa encendida esperando a que usted…

-         No, no tengo hambre Miles, gracias  --  lo interrumpió  --  y dígale a Annie que puede ir a acostarse.

-         Muy bien milord.

El mayordomo se marchó en silencio y él caminó hacia la licorera. Se sirvió el líquido de color ambarino y fue sentarse frente a la chimenea. Se llevó la mano al colgante y pensó en ella. Hubo un momento durante la mañana en el que percibió el peligro pero fue de un modo vago, y estaba tan concentrado en Lyra que lo dejó pasar. Sin embargo, ahora se preguntaba a qué pudo haberse debido, porque según Remus ella estaba a salvo en Grimauld Place.

-         Beber solo es mal asunto, y que tú lo hagas es peor aún  --  escuchó a sus espaldas pero ni siquiera se molestó en voltear

-         No he pedido tu opinión.

-         No es una opinión, es la afirmación de un hecho.

-         ¿Qué quieres?

-         Niño, “eso”  y tú no se llevan bien  --  dijo Sirius señalando la copa que Jason tenía en la mano 

-         Déjame en paz Black. Por si no te has dado cuenta, ya estoy crecidito y no necesito una niñera.

-         Ni yo tengo el tipo de una, pero como ya sabes, tengo la desagradable tendencia a meterme donde no me importa. Aunque en este caso en particular, me importa.

Jason dejo de mirar las llamas de la chimenea y giró la cabeza hacia Sirius.

-         ¡Ey! No te hagas ilusiones Niño, no eres mi tipo  --  dijo con sorna  --  Tengo mis gustos bien definidos y la verdad tú no encajas en ellos. Aparte de la ausencia de curvas donde corresponde, tienes un carácter horroroso.

-         ¡Si serás… imbécil!  --  exclamó Jason sin poder creerse que Sirius estuviese diciendo toda aquella sarta de estupideces

-         Espera, espera, si te vas a poner violento es mejor que tengas esto  -- le dijo y se llevó la mano al bolsillo  --  Toma  --  dijo extendiéndole la varita  --  la dejaste olvidada en la habitación de Remus y Cornamenta solía decir que era mucho más elegante utilizar la varita que pelearse como vulgares patanes, aunque yo siempre tuve problemas con eso y supongo que de ahí que tú también los tengas.

Jason agarró su varita y se llevó la mano a la sien. Estaba seguro de no haber bebido tanto como para que se le dificultara la comprensión. Sin embargo, no entendía lo que Sirius estaba diciendo. Sacudió la cabeza e intentó poner orden en aquel concierto de disparates.

-         Escucha, he tenido un mal día ¿de acuerdo?  --  le dijo  --  Así que no estoy ni para tus chistes malos, ni para acertijos

-         Veamos Niño, ni te he contado ningún chiste ni te he planteado acertijo alguno.

-         Entonces aclárame eso de que yo he de tener los mismos problemas que tú, porque no hay motivos y las gracias sean dadas a quien corresponda, para que yo tenga ningún parecido contigo, infeliz.

-         ¿De veras?  --  preguntó Sirius y elevó una ceja  --  Cabellos negros, ojos grises… ¿no te dice nada eso?

-         Sí, que los ojos grises se deben a un gen que es dominante en Europa y el cabello negro a un gen dominante en todo el maldito mundo, así que no fastidies.

-         Y puedes agregarle también el “lindo” carácter  --  dijo Sirius riendo e ignorando olímpicamente la explicación de Jason

-         ¡Ja! Espero que no estés pensando en decirme ahora que eres mi padre, porque ciertamente no lo eres.

-         Claro que no, para eso tendría que haberte engendrado… a ver  --  dijo sacando cuentas  --  como a los quince, aparte de que tu madre debería figurar en mi lista de compañeras de cama y…

-         ¿Cómo te atreves?  --  lo interrumpió Jason poniéndose violentamente de pie

-         Cálmate Niño, quien lo sugirió fuiste tú, no yo. Y no he dicho que haya sido así.

-         ¡Black! Me tienes harto. Si tienes algo que decir dilo, y si no, entonces lárgate y déjame en paz.

Le dio la  espalda y caminó hacia la licorera de nuevo, se sirvió una porción y se lo bebió de un solo trago.

-         Alguien debe estar aquí para ver cuando te rompas el cuello tratando de llegar a tu habitación.

-         Ya te dije que no necesito una niñera  --  dijo mientras se servía otro

-         Pues si sigues como vas, necesitaras…  --  pero se calló cuando Jason se volvió apuntándolo con su varita

-         ¡Lárgate!

-         No, no lo haré y te diré por qué no  --  y dio un paso hacia él indiferente a la amenaza  --  Ya abandoné a mi hermano dejándolo en manos de mi madre y permitiendo que por su culpa se uniese a esos locos. Le fallé a mi mejor amigo y por mi culpa está muerto. Dejé desprotegidos a mi mujer y a mi hijo, y por eso los perdí. De modo que…

-         No soy tu hermano, no soy tu hijo, ni tu mejor amigo  --  lo interrumpió Jason  --  no tienes ninguna responsabilidad conmigo porque no soy nada tuyo, así que deja de amargarme la existencia.

-         Error Niño, porque te guste o no, sí eres.

-         Sí soy qué

-         Siéntate y te lo explicaré.

-         ¡No pienso hacer una maldita cosa!

-         De acuerdo, como quieras  --  dijo Sirius y él sí sentó cómodamente en el sillón  --  Veras, inicialmente no podía creer que tú no lo supieras, pero después de una agradable conversación con Miles y con Annie, a quien por cierto le pedí disculpas en tu nombre…

-         ¿Qué hiciste qué?

-         Deberías reducir el consumo de alcohol Niño, ya se te está dificultando la comprensión  --  le advirtió mientras el otro quería asesinarlo  --  Como te iba diciendo, después de pedirle disculpas a Annie por ti…

-         No necesito que nadie se disculpe por mí, porque si lo considero necesario yo mismo puedo disculparme.

-         El asunto estaba en que lo considerarás necesario, y previendo esa eventualidad lo hice yo, pero descuida, no tienes que agradecérmelo  --  dijo con una tranquilidad suicida teniendo en cuenta la mirada asesina de Jason  --  Continuando con nuestro asunto, después que hablé con ellos entendí el por qué tú no sabías nada. Verás Niño, tu poder mágico no solo procede de tu padre, sino que eres un Black por línea materna

-         ¿Pero… qué estupideces estás diciendo? Mi madre era una Campbell.

-         Campbell Black  --  aclaró él  --   Puedo entender tus razones para no tenerle especial simpatía a tu abuelo, pero debiste estudiar un poco tu historia familiar Niño porque Caroline, es decir tu madre, era bisnieta de Phineas Black II

-         ¿El director de Hogwarts?  --  preguntó él en tono de absoluto escepticismo

-         No, ese vendría a ser su tatarabuelo. Tu madre era hija de Helena Black, hija a su vez de Jason Black,  a quien obviamente le debes el nombre, hijo de Phineas Black II, como ya te he dicho.

Jason tuvo que asirse al marco de la chimenea cuando sintió que todo comenzaba a girar a gran velocidad. Aquello tenía que ser una broma, pensó. No se dio cuenta que Sirius se había levantado y lo había ayudado a sentarse en el sillón.

-         Te dije que te sentaras, necio

-         ¿Qué?

-         Nada  --  le dijo y caminó hacia la puerta

-         ¿Dónde crees que vas?  --  le gritó Jason

-         ¿Quién te entiende?  --  dijo Sirius sonriendo  --  Primero me echas y ahora quieres que me quede

-         No te aprecio ahora más que antes  --  dijo él con acidez  --  pero me debes muchas explicaciones

-         Descuida, solo voy a pedirle a Miles que te traiga café.

-         No quiero café, maldita sea, quiero respuestas.

-         Si tenemos esperanza de que entiendas algo, debes tener la mente despejada  --  y salió dejándolo echando chispas

Intentó levantarse pero el mundo aún no había dejado de girar, de modo que por instinto de conservación decidió quedarse sentado. Sirius regresó enseguida y lo encontró sujetándose la cabeza con las manos.

-         Si vas a vomitar avísame, es algo que mi estómago no tolera muy bien  --  le advirtió

-         ¡Vete al infierno Black!

-         ¿Entonces? ¿Me voy o me quedo? 

Pero la llegada de Miles le evitó mayores esfuerzos. El hombre colocó el servicio sobre la mesita, le sirvió una taza a Jason, le preguntó a Sirius si le servía a él, pero éste le dio las gracias y le dijo que no. El mayordomo se retiró discretamente mientras Jason se tomaba a regañadientes el suyo.

-         Este infame brebaje me sienta bien en las mañanas pero no a esta hora  --  se quejó y Sirius rió

-         Recuérdalo la próxima vez que busques “esa” compañía  --  le dijo señalando la copa

-         ¿Y bien?   --  dijo Jason mientras colocaba la taza sobre la mesa  --  ¿Vas a explicarme este enredo o no?

-         No hay mucho qué explicar y no hay ningún enredo  --  le dijo  --  Si te hubieses molestado en hurgar un poco en tu historia familiar, lo habrías sabido.

-         De acuerdo, no lo hice porque no me importaba. Mi abuelo se portó como un miserable con mi madre, la echó de esta casa y era apenas algo más que una niña, pero primero la insultó de todas las formas posibles haciéndola sentir una basura. Le dijo que no era digna de su noble apellido y que en lo que a él respectaba no tenía ninguna hija, porque ningún Duque de Somerled tenía hijas que se comportaran como zorras revolcándose con cualquiera  --  hizo una breve pausa y Sirius fue muy consciente del dolor en sus ojos, y tuvo que hacer un enorme esfuerzo por controlar su propia ira  --  Mamá amaba a mi padre y se fue con él, pero volvió cuando dejó a papá, estaba enferma, el embarazo no le había sentado muy bien y no tenía medios para alimentarse siquiera. ¿Y sabes lo que hizo el “gran Duque de Somerled”?  Dio órdenes de echar a esa pordiosera de su casa. Si mi madre no murió de hambre y de frío, fue porque Miles y Annie se ocuparon de buscarle un sitio dónde quedarse y de hacerle llegar comida y ropa. De modo que no necesitabas defender a Annie de mí, jamás sería capaz de hacerle ningún daño  --  hizo otra pequeña pausa mientras se secaba con rabia las lágrimas  --  Como comprenderás, me sobraban las razones para que no me  interesara nada que tuviese que ver con ese hombre  --  dijo con ira  --  No quería ni sus bienes, ni su apellido, ni su título, pero mamá me suplicó aceptar y no… no tuve el valor de negarme.

-         No tienes que darme explicaciones Niño  --  dijo Sirius que había logrado controlar su ira en contra de aquel sujeto que le había causado tanto daño a su propia hija --   Estás hablando con el individuo que se fue de su casa a los dieciséis años, de modo que si alguien puede entenderlo soy yo, pero… te conozco lo bastante como para saber que eres terco y orgulloso como todo Black y no precisamente carente de valor. De manera que se me hace muy extraño que hayas aceptado algo que no querías. Yo no tuve alternativa porque la mía era una herencia mágica a la que no puedes negarte, pero la tuya no.

-         Mi madre estaba muriendo, no podía…  --  pero el dolor atenazó su garganta impidiéndole continuar y Sirius lamentó haber preguntado

Sabía por lo que le habían contado Miles y Annie, que cuando el Duque murió los abogados de la corona enseguida comenzaron los trámites para disponer de las propiedades asociadas al título, pero que los abogados de la familia se habían  movido muy de prisa, localizaron a Caroline y a su hijo y los hicieron volver. Eso había sucedido cuando Jason cursaba segundo año en Hogwarts.

Miles también le contó que aquello había resultado una batalla que duró largo tiempo entre Jason y Caroline, porque siendo Jason menor de edad su madre había firmado los documentos de aceptación en representación suya, pero cuando se acercaba el momento de que Jason tomase posesión de su herencia, el chico se negaba a hacerlo. A duras penas había aceptado trasladarse a vivir allí y suponían que el hecho de pasar casi todo el año en la escuela y  parte de las vacaciones con sus tíos, habían contribuido a aquella aceptación.

Pero lo que Miles había omitido, fue la verdadera razón por la cual finalmente el chico había cedido y se había convertido en el nuevo Duque de Somerled yahora Sirius lamentaba de veras haberlo preguntado.

-         El asunto es que no averigüé  --  dijo Jason sacándolo de sus pensamientos, y un poco más tranquilo  --  pero  tú estabas muy interesado en aclararme los puntos oscuros de esta historia ¿no? Así que termina.

-         Bien, intentaré explicártelo de otra forma  --  se levantó y tomó una pluma y un trozo de pergamino  --  ahora pon atención.

 
Después de trazar el dibujo de lo que según él, era lo más parecido a un árbol genealógico, lo miró en forma inquisitiva

-         ¿Has comprendido?

-         Creo que sí  --  dijo el chico que seguía mirando el trazado  --  Vi algo parecido en Grimauld Place, pero si hubiese visto el apellido Campbell seguro lo recordaría.

-         Por supuesto que no ibas a verlo  --  dijo Sirius  --  no recuerdo si estabas presente cuando lo dije pero lo repito, cada vez que la familia Black daba un miembro más o menos decente, era diligentemente suprimido del árbol familiar  --  Jason esbozó algo parecido a una sonrisa ante aquel comentario  --  En fin, Phineas Black II fue execrado por defender los derechos de los muggles, y de no haber sido por eso, lo habrían sacado igual al casarse con una.

Jason se quedó pensando un rato mientras seguía mirando los nombres en el pergamino.

-         ¿Y bien?  --  dijo Sirius después de un prolongado silencio  --  ¿Dirás algo más o hemos terminado?

-         Mi madre no sabía esto  --  dijo de pronto aunque eso no contestaba la pregunta de Sirius  --  ¡No pudo haberlo sabido!

-         ¿A qué te refieres? Porque desde luego sabía que uno de sus apellidos era Black.

-         No, me refiero a que procedía de una familia de magos, porque si lo hubiese sabido no se habría comportado como lo hizo cuando papá le dijo que era uno.

-         Eso es algo que no tengo del todo claro  --  dijo Sirius  --  Supongo que estás al tanto de que Miles y Annie trabajan para tu familia desde que eran niños ¿no?  --  y el chico asintió  --  Bien, según ellos tu abuela Helena siempre mostró mucho interés por ciertos lugares de los alrededores.

-         ¿Y eso qué?

-         Vamos Jason, sabes exactamente dónde estamos, esta es una zona mágica por excelencia.

-         Pero aun así no veo…

-         No estoy diciendo que tu abuela haya sido una bruja, de hecho eso sería muy poco probable…

-         ¿Por qué?

-         En primer lugar porque sin duda tu madre lo habría sabido, y segundo porque lo más seguro es que con las sucesivas mezclas de la sangre Black con la no mágica, se haya ido perdiendo. Sin embargo, y en opinión de Lunático…

-         Un momento  --  lo detuvo Jason  --  ¿Lupin sabía todo esto?

-         No hasta hace unos días. El caso es que él opina que aunque nuestra sangre se haya ido “diluyendo” por decirlo de alguna forma, es altamente probable que algo conservasen de ella. Y esto lo digo porque como te decía antes, tu abuela mostraba no solo mucho interés en algunos lugares, sino porque era muy hábil en la preparación de pociones y en la utilización de hierbas…

-         … curativas  --  completó él  y miró a Sirius  --  Mamá también.

-         La cuestión es, que aunque estamos bastante seguros de que no eran brujas, conocían lo que algunos llaman “las antiguas tradiciones” refiriéndose a las tradiciones paganas. Y sabes tan bien como yo, que en la antigüedad magos y muggles vivían en perfecta armonía y los últimos estaban conscientes de nuestra existencia  --  hizo una pausa y luego agregó  --  No hay nadie que pueda decirnos más con respecto a los descendientes de Phineas Black, hasta dónde he podido averiguar, eres el último de ellos que aún vive y te agradeceríamos que siguieras respirando.

-         ¿Estás seguro que no queda nadie más?

-         Muy seguro, y es más.tengo que darte una noticia que te “alegrará” el día  --  y Jason lo miró con aprensión por el énfasis que había hecho en el verbo  --  Éste sujeto  --  dijo señalando a Jason Black  --  es decir, tu bisabuelo, se casó con Amelia Argyll, hija del Conde de Argyll. Siendo mujer no podía heredar el título, de modo que lo heredó su hijo, pero te informo que el último de sus descendientes murió hace un mes, de modo que eres el heredero legal.

-         ¿¿Qué??  --  preguntó horrorizado  --   Eso no es posible ¿Por qué yo?

-         ¿No me escuchaste? Eres el último…

-         ¡Te escuché, maldita sea!  --  se levantó y agarró de nuevo la copa

-         ¡E! Creí que ya teníamos claro que…  --  pero se bebió el contenido de un solo golpe  --  ¿Sabes?  Eres muy poco respetuoso con tus mayores.

-         ¡Vete al demonio Black!  --  y Sirius rió  --  Sigo sin considerarme nada tuyo.

-         Pues peor para ti “pequeño Black” porque lo eres quieras o no, y por partida doble. Ya que supongo que no has olvidado que tu padre era mi primo y nuestros respectivos bisabuelo en mí caso y tatarabuelo en el tuyo, eran hermanos.

-         ¡No es posible tener tan mala suerte en la vida!  --  dijo Jason con fastidio y Sirius rió

-         Sabía que te encantaría la idea  --  le dijo y caminó hacia la puerta  --  Te sugiero dejar esa botella en paz, porque por muy primo o lo que sea que seamos, no voy a hacer de niñera eternamente. Buenas noches “pequeño Black”  --  dijo para fastidiarlo aún más, pero al llegar a la puerta se detuvo  --  Mmm… ¿Cómo te gusta más? ¿Conde o Duque?


Pero una vez que lo dijo se apresuró mucho a abandonar la estancia justo antes de que algo se estrellara con fuerza contra la puerta. Definitivamente Sirius Black era un caso perdido.

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