Después
de una traumática noche para Hermione, finalmente aceptó que por el bien de
Lyra debían esconderse. Harry por su parte había decidido que nada tenía que
hacer allí, y que mientras más pronto se marchara mejor. Sin embargo, Ron lo
convenció para que se quedara por lo menos hasta después de la boda.
Los Lupin
pasaban la mayor parte del tiempo en La Madriguera, mientras decidían el mejor
lugar para esconderse.
Jason
llegó al día siguiente del altercado con Scrimgeour, con la novedad de que lo
enviaban a algún apartado lugar de Gales, con la supuesta misión de organizar
un centro de salud en una pequeña comunidad exclusivamente mágica, pero estaba
claro que era un “castigo”, de modo que el chico presentó su dimisión ante las
autoridades del Hospital.
-
¡Oh por todos los cielos! --
exclamó Molly
Harry
sintió un desagradable nudo en el estómago.
Conocía a los Weasley desde que había ingresado al mundo mágico y para
él eran las mejores personas del mundo, los consideraba su familia pero con
todo, sabía que nunca le permitirían colaborar con los gastos de la casa. De
modo que el hecho de que Jason se hubiese quedado sin trabajo, le preocupaba
enormemente aunque a ellos parecía que no.
-
Sabes lo que eso significa ¿verdad Niño?
-- preguntó Sirius que aunque
había intentado mantener el buen humor, ahora parecía preocupado
-
¿Que tendré más tiempo libre? --
ironizó Jason mientras se sentaba y como era su costumbre subía los pies
a la mesa mientras Molly intentaba inútilmente que los bajara
-
¡Que te has convertido en otro blanco de
estos desgraciados, Niño! -- exclamó él con exasperación
Y como
cosa extraña últimamente, vieron reír a Jason.
-
No seas estúpido Black -- le
dijo --
Todo el mundo está perfectamente al tanto de que formo parte de la mayor
familia de traidores a la sangre que ha existido, así que no hay novedad
-
¡Y brindemos por ello! --
dijeron los gemelos
-
Jason, debes tener cuidado -- le
dijo el señor Weasley -- Ambos tienen razón. Es verdad que todos saben
que eres nuestro sobrino, pero también es cierto que mientras te avinieses a la
normativa gubernamental no tendrías mayores problemas, pero te has declarado
abiertamente en contra de las políticas del Ministerio.
-
Pues el señor Ministro y todos sus
payasos pueden irse al mismísimo infierno
-- dijo el chico con supremo
desprecio -- No ha nacido quien pueda manejarme como a un
títere.
Pero
antes de que nadie pudiese decir nada más, un lince plateado se posó sobre la
mesa haciendo que Jason bajase sus botas de allí.
-
Se
filtró la noticia de que Sirius está vivo y acaban de emitir orden de captura
en su contra
Una
vez que se extinguió la voz de Kingsley, todos miraron a Sirius.
-
¿Qué?
-- preguntó él
-
Supongo que te haría muy feliz esconderte
junto conmigo -- dijo Jason con una sonrisa maligna
-
Lo tienes claro Niño --
contestó él -- Solo espero que le pongan un precio adecuado
a mi cabeza y que se ajuste al valor que tiene
-- y ambos rieron, mientras los
demás cerraban los ojos y movían la cabeza de un lado a otro
Harry
miró primero a Jason y después a Sirius preguntándose cómo era que un par de
individuos como aquellos había podido sobrevivir tanto tiempo sin morir
aplastados por el peso de su arrogancia.
Los
padres de Fleur llegaron y parecía que la casa estaba a punto de colapsar, pero
de algún modo se mantuvo. El último en llegar fue Charlie, para alegría de
todos los Weasley.
El día
de su cumpleaños, el mejor regalo que recibió Harry vino de parte de Ginny en
la forma de un beso, y aunque esto le generó luego un enorme sentimiento de
culpa y un altercado con Ron, seguía siendo el mejor de sus regalos. También se
sintió muy avergonzado porque a pesar de todo el trabajo que estaba teniendo la
señora Weasley con la boda, se había empeñado en hacerle una celebración porque
insistía en que no podía dejar pasar sus “diecisiete” así nada más. De modo que
aquella noche habían organizado una cena en el jardín, ya que de ningún modo
habrían entrado todos en la cocina. Se sintió apenado de nuevo cuando la señora Weasley salió con el pastel
en forma de “snitch”, pero igual se lo agradeció mucho.
Harry,
Hermione, Ron y Charlie conversaban con Hagrid cuando la señora Weasley que
estaba unos pasos más allá hablando con la madre de Fleur, levantó la voz para
que todos escucharan.
-
¡Creo
que mejor comenzamos sin Arthur, algo debe haberlo entretenido!
Pero
unos minutos después, vieron una ráfaga de luz plateada atravesar el jardín y
posarse sobre la mesa adoptando la forma de una comadreja, y enseguida
escucharon la voz del señor Weasley:
-
El
Ministro de Magia viene conmigo
Aquello
generó una reacción inmediata. Remus se puso de pie al igual que Sirius.
-
No deben vernos aquí -- y
Harry lo entendía bien
Remus
era un proscrito y Sirius aunque ya no “estaba muerto”, ahora volvía a ser un
prófugo de la justicia
-
¡Vengan!
-- dijeron al mismo tiempo Bill y
Jason levantándose
Corrieron
y desaparecieron por la parte de atrás de la casa. Hermione se había sentado con Lyra en los
brazos, mientras que Harry permanecía de pie a su lado. Unos minutos después
apareció el señor Weasley en la verja acompañado del Ministro. Cuando ya casi
habían llegado a la altura del grupo, regresaron Jason y Bill. El sanador le
colocó una mano sobre el hombro a Hermione en señal de que todo estaba en orden
y la chica respiró aliviada.
-
Lamento interrumpir --
dijo Scrimgeour, al darse cuenta de que parecía una celebración, y al
posar sus ojos sobre el pastel, miró a Harry
-- Muchas felicidades
-
Gracias
-- contestó él en tono seco
-
Debo hablar contigo en privado --
dijo el hombre -- También con el señor Ronald Weasley y la
señorita Hermione Granger
Jason
sintió que Hermione se tensaba.
-
Tranquila
-- susurró Jason sin que nadie
más escuchara
-
¿Nosotros? --
estaba diciendo un asombrado Ron
-- ¿Por qué?
-
Se los explicaré cuando estemos a
solas --
y miró al señor Weasley -- ¿Hay algún lugar donde podamos hacerlo?
-
Claro, en el salón
Hermione
se puso de pie y Jason extendió los brazos para tomar a Lyra.
-
Ven con papá chiquita
Aquellas
palabras hicieron que los Delacour abrieran mucho los ojos. Era cierto que su
inglés no era muy bueno, pero habían entendido que aquella bebe era del otro
sujeto, de modo que se volvieron hacia su hija quien les dijo en un apresurado
francés que luego les explicaría. Los demás habían entendido perfectamente que
Jason solo intentaba desviar la atención de Scrimgeour del verdadero padre de
la niña y siendo que todos seguían creyendo que Hermione era su novia, le
pareció lo más prudente.
Una
vez que los chicos desaparecieron en el interior de la casa, Molly volvió la
mirada hacia sus hijos y su sobrino.
-
Tranquila madre --
dijo Bill -- nada sucederá estando nosotros aquí ¿de
acuerdo?
El
señor Weasley salió y se reunió con los demás, pero tenía cara de preocupación
también.
-
¿Te dijo algo cuando venían? --
quiso saber su esposa
-
Nada. Cuando estaba por venir hacia acá,
me detuvo y me preguntó si podía acompañarme, pero no mencionó el motivo --
dijo él -- Obviamente si me hubiese negado, habría sido…
-
Lo entendemos papá --
dijo Bill, y luego miró a su primo
-- Eso estuvo muy bien, pero es
algo que no podrá sustentarse por mucho tiempo, Scrimgeour tiene acceso al
Registro de Nacimientos.
-
Lo sé, pero para eso necesitaría
sospechar, así que de momento servirá
-- dijo el chico
El tiempo
parecía deslizarse con extrema lentitud, pero de pronto escucharon lo que sin
duda eran gritos. Jason puso a Lyra en brazos de Ginny y se apresuró a entrar a
la casa junto con su tío, Bill y la señora Weasley, la diferencia es que él
llevaba su varita en la mano.
Cuando
se asomaron al Salón, Scrimgeour y Harry estaban casi nariz con nariz, y el
Ministro aún sostenía su varita apuntando al chico.
-
Nosotros… creímos escuchar que se alzaban
voces --
dijo Arthur
-
No es nada
-
Si no es nada, le sugiero señor Ministro
dejar de apuntar a Harry -- dijo Jason con voz helada
-
Lamento tu actitud --
dijo Scrimgeour ignorando a Jason, pero retrocediendo unos pasos --
pareces creer que no queremos lo mismo que Dumbledore y que tú, pero te
equivocas, todos queremos lo mismo y deberíamos trabajar juntos.
-
No me gustan sus métodos, señor
Ministro -- dijo Harry levantando la mano donde aún
conservaba la cicatriz producto del castigo de Umbridge --
¿Recuerda?
Scrimgeour
no dijo nada más, les dio la espalda y salió cojeando. La señora Weasley fue
tras él y después de un par de minutos, gritó que ya se había marchado y todos
salieron de nuevo.
-
¿Están bien? --
preguntó el señor Weasley
Ellos
asintieron y Hermione recuperó a su hija de brazos de Ginny. Bill regresó en compañía
de Remus y Sirius y todos se sentaron alrededor de la mesa.
-
¿Y bien?
-- preguntó Sirius --
¿Qué quería?
-
Darnos lo que Dumbledore nos dejó --
dijo el chico -- acaban de liberar su testamento.
Después
de eso, todos los objetos pasearon de mano en mano, y aunque nadie se explicaba
las razones que había podido tener el anciano director para aquellos legados,
lo dejaron y se dedicaron a disfrutar de la cena y el delicioso pastel que
había preparado la señora Weasley. Antes de retirarse a dormir, Hermione se
acercó a Harry.
-
Harry necesito que me hagas un favor --
Harry la miró con cierta alarma al notar que ella parecía a punto de
echarse a llorar
-
Claro
-- se apresuró a decir --
¿Qué necesitas?
-
Quiero que me guardes esto -- le
dijo extendiéndole un pequeño bolso apenas algo más grande que un sobre -- y
prométeme que no te separarás de él
El
chico la miró con extrañeza, aunque alargó la mano para recibir lo que le
estaba dando.
-
¿Quieres que vaya por ahí con un bolso de
mujer?
-
Puedes guardarlo en el bolsillo de tu
chaqueta, pero prométeme que lo llevarás siempre contigo --
insistió
-
De acuerdo, pero… -- y
se quedó mirando el bolso -- ¿Qué hay aquí?
-
Algo muy importante para mí
-
Y si es así ¿por qué me lo das a mí?
-
Porque confío en ti y sé que cumplirás tu
promesa
Aunque
Harry seguía sin entender nada, se metió el pequeño objeto en el bolsillo sin
hacer más preguntas. Si ella decía que era importante, él le creía.
El día
de la boda de Bill y Fleur, la casa hervía de actividad. A Harry le habían dado
Poción Multijugos, y ahora era un pelirrojo más que pasaría por otro miembro de
la familia Weasley.
La
decoración había quedado espectacular, y ya todo el lugar comenzaba a llenarse
de parientes y amigos. Los gemelos estaban muy interesados en unas primas veelas de Fleur, mientras que los chicos
saludaban a Luna y a su padre. Más allá, Jason y Sirius se fastidiaban
mutuamente a causa de algunas chicas que se mostraban descaradamente
interesadas en ellos, en opinión de Hermione.
Hubo
un momento de cierta tensión con la llegada de Víctor Krum, pero mientras Remus
había saludado al chico con su natural cortesía, Jason había puesto muy mala
cara.
La
boda culminó entre los llantos de las señoras Weasley y Delacour, y a
continuación apareció una pista de baile.
Harry
buscó dónde sentarse mientras Ron iba a bailar con Luna, y a los pocos minutos
se sentó Krum a su lado. Tuvieron una extraña conversación acerca de un
colgante que llevaba el señor Lovegood, y que el jugador insistía en que era el
símbolo de Grindewald. Luego de eso se marchó y su lugar fue ocupado por
Elphias Dodge. El señor Dodge como recordó Harry, era quien había escrito el
artículo en El Profeta acerca de
Dumbledore, y estaban conversando agradablemente cuando se presentó la Tía Muriel
y el asuntó cambió. Más allá Hermione, discutía con Sirius.
-
Aunque cambies de aspecto, sigues siendo
el mismo Sirius Black -- y el rió en forma escandalosa
A él
también le habían modificado un poco su aspecto para que nadie pudiese
reconocerlo.
-
¿Lo ves?
-- dijo el animago volviéndose
hacia Remus que escuchaba con paciencia
-- Tu linda esposa acaba de darme
la razón
-
¿De qué hablas? --
preguntó la chica
-
Le decía a Lunático que mi encanto va más
allá de mi aspecto físico
-
Eres un pesado ego maníaco --
dijo ella y se volvió para encontrarse con Jason que venía con el ceño
fruncido -- ¿Y a ti que te pasa?
-
Dame a Lyra -- le
dijo casi quitándosela de los brazos
-
¿Por qué?
-
Porque ya me harté de aquellas
señoritas -- dijo señalando sin ningún disimulo a un grupo
de jovencitas que reía tontamente
-
¿Vas a usar a mi hija como escudo? -- se
escandalizó Hermione
-
No, es solo que su compañía me resulta
más agradable -- dijo alejándose con la niña en brazos
Remus
y Sirius rieron por lo bajo pero se abstuvieron de hacer comentarios para no
desatar la ira de Hermione. En ese momento se acercó Ron.
-
¿Me permites bailar con tu esposa? -- le
preguntó a Lupin, este asintió y los chicos se alejaron hacia la pista
Harry
había pasado uno de los peores momentos que podía recordar escuchando todo lo
que había dicho la tía de Ron acerca de Dumbledore, pero se encontraba en la
difícil situación de no poder rebatir absolutamente nada, porque se había
venido dando cuenta desde la muerte de Dumbledore, cuán poco sabía de su vida. Y a pesar de que el señor Dodge había hecho
cuanto había podido por desmentir a la mujer, ésta había sostenido sus mordaces
opiniones a todo lo largo de la conversación.
Hermione
vio a Harry desde la pista y notó que algo le sucedía, de modo que le dijo a
Ron que estaba cansada y quería sentarse un rato. El chico dijo que iría por
unas cervezas de mantequilla y la alcanzaría en la mesa. Ella se dirigió
directo hacia dónde se encontraba Harry y se sentó a su lado.
-
No puedo bailar más -- le dijo
mientras se quitaba los zapatos -- Por cierto, hace un momento vi a Víctor
marcharse furioso después de lo que me pareció una discusión con el padre de
Luna --
luego lo miró tratando de enterarse de lo que le sucedía --
¿Estás bien?
Pero
en primer lugar, no lo estaba, y en segundo no sabía por dónde comenzar. Pero
en ese momento un lince plateado cayó en medio de la pista de baile, y ante los
asombrados invitados escucharon la voz de Kingsley.
-
El
Ministerio ha caído. Scrimgeour está muerto. Están yendo hacia allá.
Harry
y Hermione habían saltado de sus asientos con las varitas en la mano. A Harry
le pareció que las personas habían tardado siglos en reaccionar, pero de pronto
se escuchó un grito y comenzaron a correr despavoridas. Los chicos se lanzaron
a correr entre la multitud, mientras Hermione lloraba y llamaba a gritos a
Remus, a Ron y a Jason recordando que él tenía a su hija.
Los
encantamientos protectores se habían roto, la gente corría en todas direcciones
y algunos ya se desaparecían. Mientras corrían entre la gente, Harry vio unas
figuras encapuchadas que salían de entre la multitud. Más allá divisaron a
Remus y a Tonks que levantaban sus varitas.
-
¡PROTEGO! --
este mismo hechizo estaba siendo lanzado por todas partes, por los
Weasley y Sirius, para proteger a los que aún quedaban allí
Harry
había tomado a Hermione de la mano para no perderla entre la multitud. Ron
apareció a su lado y le sujetó el otro brazo a la chica. Divisaron a Jason a
varios metros de allí, defendiéndose y con Lyra aún en los brazos. Las miradas
de Remus, Sirius y Jason se cruzaron con las de los chicos casi al mismo
tiempo.
-
¿Qué esperas? -- le
grito Sirius a Harry
-
¡Váyanse!
-- les urgió Remus con una
mirada en la que había una mezcla de miedo, tristeza y súplica
-
¡Lyra!
-- sollozo Hermione, pero en ese
momento un rayo de un amenazante color verde pasó zumbando por encima de sus
cabezas
-
¡AHORA!
-- les grito Jason
Con un
enorme sentimiento de pesar, la sintieron girar sobre sí misma y… los gritos
desaparecieron.
Una
vez que vieron que los chicos estaban fuera del alcance de los mortífagos, los
demás se dedicaron a defenderse. Jason
le hizo una señal a Bill y como pudieron, Bill, Fleur, Tonks y Charlie se
abrieron paso hasta alcanzar a Remus y a Sirius que peleaban muy cerca.
-
¡Tengo que sacarte de aquí! -- le
dijo Bill a Sirius con urgencia
-
¡No pienso ir a ninguna parte! -- le
contestó él -- ¡No dejaré a mis amigos en…!
-
¡Sirius escúchame! -- le
gritó Bill -- Una cosa es que nos apresen a nosotros contra
quienes no tienen ningún cargo, y otra muy distinta que te capturen a ti. Y teniendo en cuenta que estamos en
desventaja numérica, es algo con muchas
posibilidades de suceder.
Después
de una cruenta lucha interna consigo mismo, Sirius cedió. De modo que con ayuda
de Remus, Charlie y las chicas, ellos empezaron a retroceder.
Ubicada
tras un seto y muy bien disimulada, estaba la entrada a un sótano cuya puerta
estaba a ras del piso. Jason ya los esperaba allí y tenía la puerta abierta. Colocó
a Lyra en brazos de Sirius y lo miró.
-
Cuídala por mí y si… algo me sucede,
prométeme que la seguirás cuidando.
Por
primera vez en su vida Sirius Black no hizo una broma en un momento inoportuno
y fue porque lo que vio en aquellos ojos estaba por encima de cualquier
sentimiento que hubiese visto antes. De
modo que solo se limitó a asentir.
-
Gracias
-- dijo Jason
-
¡Dense prisa! --
dijo Bill
En
cuanto la cabeza de Sirius desapareció,
cerraron las puertas y apuntaron sus
varitas.
-
¡CLAUDERE
ET SIGNA! -- susurró Bill
-
¡DEXTERA
ARAE! -- lanzó Jason, y luego agregó -- ¡ABSCONDERE!
Bill
lo miró y el chico sonrió.
-
Por si se muestran muy curiosos nuestros
visitantes.
Luego
de esto volvieron pero las cosas al parecer no marchaban a su favor. Los
gemelos tenían varios cortes en distintas partes de su humanidad, y habían sido
desarmados. Charlie estaba esperaban que sin sentido, tirado cerca de una mesa
y la señora Weasley arrodillada a su lado. Uno de los mortífagos tenía su
varita en el cuello de Tonks, mientras que otro sujetaba con muy poca
delicadeza a Fleur. Los Delacour estaban sentados muy juntos abrazando a
Gabrielle y los invitados que no pudieron desaparecer, estaban apiñados en un
rincón. El señor Weasley y Remus, eran los únicos que aún se encontraban aparentemente ilesos y hacían
frente a los mortífagos que los miraban con desprecio.
-
No seas imbécil Weasley --
escucharon que le decía el sujeto que parecía el jefe -- se acabó.
-
No mientras yo tenga mi varita en la
mano --
le contestó Arthur
-
¡Arthur, por favor! --
dijo la voz suplicante de Molly
-- ¡Remus!
-
Dinos dónde está Potter y consideraremos…
Pero
el hombre no pudo terminar la frase porque un rayo le dio en pleno rostro.
Otros dos veloces hechizos impactaron en otros dos sujetos, y Bill y Jason
localizaron la fuente de los mismos unos metros a su derecha.
-
¡Ginny!
-- susurraron ambos, pero no
tuvieron tiempo para acercarse a ella
-
¡Baja tu varita Weasley, o la primera que
morirá será tu hija!
Los
mortífagos también la habían visto, de modo que los chicos se miraron durante
apenas una fracción de segundo y comenzaron a atacar. Con la llegada de ellos,
Tonks que aún conservaba su varita y aprovechando la sorpresa, le dio un codazo
a su captor liberándose y emprendiendo de nuevo el ataque.
Sin
embargo, eran demasiados y ellos muy pocos. Jason vio caer a Bill y mientras
atacaba al que había herido a su primo, una maldición lo alcanzó en la espalda
y su mundo se apagó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario