Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

lunes, 21 de julio de 2014

Cap. 48 La Reunión…



Jason estaba en el comedor, moviendo una taza de café en las manos y mirando al vacío cuando Sirius entró.

-         Buenos días Niño  --  lo saludó pero no recibió respuesta

Sirius lo miró con detenimiento preguntándose qué demonios le sucedía a aquel, porque normalmente, aunque hubiese contestado una pesadez, habría respondido. De modo que aquel extraño silencio lo incomodaba. Sin embargo, antes de poder decir nada, Annie llamó su atención y movió la cabeza en forma negativa.

Aquello no le decía nada a Sirius, salvo que por algún motivo, la mujer pensaba que era mejor no molestarlo. Unos minutos después entró Remus y fue recibido con el mismo frío silencio, pero cuando Jason notó su presencia, pareció regresar de dónde quiera que estuviese.

-         ¿Cómo está Lyra?

-         Bien, Annie se está encargando de alimentarla en este…  --  pero se interrumpió al ver que Jason abandonaba sin más el comedor

Sirius y Remus se miraron, pero en ese momento se hizo la luz en el cerebro del primero. Cuando Lupin había regresado, Lyra había sido llevada nuevamente a la habitación de su padre, y sin duda aquello era lo que tenía a Jason en aquel estado. Por muy superficial que Sirius pudiese parecer, y aunque actuase como si el mundo careciera de importancia para él, no era así. Él, al igual que Annie, había notado el apego del chico por la niña, la diferencia estribaba en que Sirius sí conocía las razones. Aquella era la hija de Hermione y suponía que para Jason era como tener un pedazo de la chica con él.

Sin embargo, y en su opinión, aquello no estaba bien. Lyra no era su hija y por mucho que la quisiese, era Remus su padre y él tendría que aceptar eso. De modo que Sirius, con el pragmatismo que lo caracterizaba, decidió en forma unilateral, hacerse cargo de aquella situación y ver la manera de mantener a Jason apartado de Lyra tanto como fuese posible, porque sabía que en el futuro cuando todo volviese a su cauce, aquel sujeto iba a sufrir mucho con la separación y su vida se volvería más miserable de lo que ya era.

El mes de agosto se había marchado en forma acelerada. Los días habían estado sembrados de caos y noticias alarmantes con la desaparición sistemática de los nacidos muggles. Aquella noche la Orden se reunía en Inverness por primera vez, razón por la cual, los tres hombres habían pasado el día revisando y reforzando todas las medidas de seguridad. Al final de la tarde, Sirius se tiró en el sofá del Salón.

-         ¿Quieres tranquilizarte ya, Niño?  --  le preguntó a Jason  --  Todo está en perfecto orden, déjanos respirar

-         Jason tiene razón Sirius  --  dijo Remus  --  teníamos que asegurarnos que todo estuviese en orden.

-         Y lo está, ya habíamos hecho esto, así que…

-         Por si no has tenido oportunidad de notarlo  --  lo interrumpió Jason  --  el día de la boda de Bill, los mortífagos irrumpieron en un lugar mágicamente protegido, y en todas las casas que tenían alguna relación con la Orden, y si tu cabeza no te da para darte cuenta que ahora ellos tienen el control sobre el Ministerio y por tanto la manera de atravesar esas barreras, entonces nos damos por enterados de que eres oficialmente un imbécil.

-         Vamos por partes niño  --  dijo Sirius sin inmutarse por el trato áspero del chico  --  En primer lugar, si irrumpieron en todas las casas del Orden, era porque sabían dónde buscar. En segundo, hemos protegido este lugar con cuanto hechizo moderno y antiguo se te ha ocurrido, y dudo mucho que ninguno de esos infelices conozca ni la mitad de los conjuros que hemos utilizado. Y tercero, nadie tiene idea de que este lugar te pertenece.

-         En parte tienes razón Sirius  --  dijo Remus  --  pero sabes tan bien como nosotros, que muchos de nuestros miembros están siendo vigilados, y no me cabe ninguna duda de que los mortífagos están cubriendo todo el país a la espera de cazarnos. De modo que un lugar donde se hallan reunidos tantos magos, emitirá una fuerte señal por la concentración de energía. De manera que era necesario asegurarse, que las protecciones no solo fuesen resistentes, sino que sirviesen para ocultar lo más posible esa concentración de energía mágica.

-         De acuerdo  --  aceptó Sirius  --  pero ya está hecho, así que ya no fastidien.


Hacia las ocho de la noche Sirius salió de su habitación y escuchó risas en la de Lupin, de modo que supuso que su amigo estaba jugando con la niña. Sirius miró la hora y decidió avisarle que mejor bajasen antes de que el niño comenzara a vociferar que habían llegado los miembros de la Orden.

-         Óyeme Lunático, será mejor que…

Se interrumpió bruscamente al ver que quien reía y jugaba con Lyra era Jason.  Maldijo por lo bajo, y cambió el discurso.

-         Vamos Niño, deja de hacer de niñera y bajemos de una vez  --  le dijo  --  Ya todos deben estar a punto de llegar.

Jason lo miró con antipatía, porque en los últimos días apenas si había tenido oportunidad de estar con Lyra. Aun así, levantó a la niña de la cama y la llevó a su cuna.

-         Volveré luego Nena  --  le dijo acariciando su mejilla y dándole un beso en la frente  --  ¿Qué haces ahí parado?  --  dijo con mal humor al ver que Sirius continuaba en la puerta  --  Te aseguro que no voy a perderme en mi propia casa.

-         Solo soy amable al esperarte, mal agradecido  --  le dijo Sirius fingiendo pena

-         ¡Ja! Tú no serías amable sin una buena razón para ello  --  replicó Jason con acidez mientras se dirigían a las escaleras  --  y siendo que no llevo falda, no la tienes.

-         Pues comienzo a tener problemas con eso  --  le dijo y Jason lo miró con extrañeza

-         ¿De qué hablas ahora?

-         Pues que cuando te veo con Lyra, no estoy muy seguro de si eres chico o…

No alcanzó a terminar cuando ya Jason lo había empujado y de no haber sido porque Sirius se había aferrado al barandal, ambos habrían rodado escaleras abajo.

-         ¡Escúchame bien, infeliz!  --  dijo Jason en tono decididamente peligroso  --  El hecho de que tú no tengas sentimientos, no significa…

-         ¡Ey!  --  los interrumpió la voz de Arthur  --  ¿Qué sucede allí?

-         Nada Arthur  --  contestó Sirius con rapidez  --  Estaba a punto de caer y Jason me sujetó.

Pero si el señor Weasley le había creído, ciertamente ni Bill ni Lupin se comieron el cuento, especialmente al ver la mirada asesina de Jason.

-         ¿Cómo te las arreglas para soportarlos?  --  le preguntó en voz baja a Remus

-         No es fácil, pienso que en cualquier momento se quitaran la cabeza. Solo resta saber quién lo hará primero  --  y ambos rieron

Una vez que llegaron todos, Jason entró y Miles cerró las puertas del salón que habían escogido como lugar donde se realizarían las reuniones. Arthur se había estado paseando por el salón mientras esperaban a que llegaran todos, y miraba con curiosidad todos los “cachivaches” muggles, como decía Molly, mientras que Fleur y otra chica a la que él nunca había visto, examinaban con admiración las obras de arte que adornaban las paredes, así como la cristalería que estaba en los aparadores. Cuando Jason entró, Fleur se separó de ella y fue a saludarlo.

-          Ahora entiendo pog qué queguias venigte a tu casa  --  le dijo mientras le plantaba un beso en cada mejilla

-          ¿Cómo dices?

-          Que teniendo semejante Castillo, es lógico que desees estag aquí antes que en otgo lugag  --  dijo la rubia

-          No digas tonterías Fleur  --  dijo él mientras iban hacia sus lugares en la mesa

-          ¡Vaya!  --  exclamó Fred  --  Me siento como uno de los caballeros del Rey Arturo

Molly le dio un golpe en la cabeza al gemelo y se acomodó a su lado. Pero la verdad en cierta forma le asistía la razón a Fred, ya que se trataba de una enorme mesa redonda.

-         Bien, creo que podemos comenzar  --  dijo Remus  --  ¿Kingsley?

-         Lo primero, para los que no las conocen  --  dijo el mago  --  les presento a las señoritas Dánaee Aldridge y Grace Lowell

Los gemelos les guiñaron un ojo a las chicas, mientras que Sirius, Remus y Jason fruncían el ceño. Si bien era cierto que mientras más fuesen, más oportunidades tendrían de fastidiar a Voldemort, también lo era que por defecto, desconfiaban de todos y Kingsley debió notarlo.

-         La señorita Lowell lleva algún tiempo trabajando en el Departamento  --  dijo  --  y ha realizado varias misiones a nombre de la Orden, y la señorita Aldridge ingresó  después de la muerte de su padre…

-         Un momento 

-         ¿Aldridge?

Remus y Sirius lo habían interrumpido al mismo tiempo. Kingsley los miró y sonrió porque supuso que ambos habían caído en la cuenta.

-         ¿La hija de Brian Aldridge?  --  preguntó Sirius

-         Correcto, es su hija  --  dijo Kingsley y los merodeadores se miraron

-         ¡Demonios!  --  exclamó Sirius

A los demás que estaban presentes les extrañó tanto la expresión de Sirius, como la sorpresa que reflejaba el rostro de Remus, pero era que ellos habían conocido a su padre y recordaban a Dánaee como una niñita de trenzas.

-         Bien, como les iba diciendo, Dumbledore tenía la intención de ofrecerles formar parte de la Orden, pero cuando él murió, ambas vinieron a solicitar su ingreso  --  informó

Se quedaron un poco más tranquilos en relación a Dánaee, pero seguían sintiendo desconfianza de Grace y en el caso de Jason, tal vez ellos tuviesen motivos para confiar pero él no tenía ninguno. No obstante, guardó hosco silencio.

-         Como todos saben, mañana se inicia el curso en Hogwarts, y esto  --  dijo levantando un pergamino  --  saldrá también mañana en la primera plana de El Profeta  --  y leyó  --  “Severus Snape, confirmado como nuevo director de Hogwarts…

Fue interrumpido por varias voces indignadas y  Sirius, Jason y la mayoría de los Weasley, se habían puesto violentamente de pie.

-         ¡Eso es inaudito!

-         ¡No podemos permitirlo!

-         ¡Los chicos correrán peligro!

-         Señores por favor  --  dijo Kingsley intentando hacerse oír por encima del escándalo  --  De momento no podemos hacer nada…

-         Lo que significa que dejaremos a los niños en manos de ese asesino  --  dijo Jason con la voz cargada de veneno

-         Jason  --  intervino el señor Weasley  --  como dice Kingsley, oponerse a una decisión ministerial en este momento, significa un boleto seguro a Azkaban, si es que tenemos suerte

-         Yo conversé con Minerva en cuanto me enteré, y ella permanecerá en la escuela, al igual que Flitwick, Sprout, Slughorn y todos los demás, ellos velaran por la seguridad de los chicos  --  dijo Kingsley

-         Kingsley, sabes perfectamente lo que van a enseñarles, envenenaran sus mentes  --  intervino Remus  --  así que no es solo una cuestión de seguridad

-         Pero de momento es lo más importante, porque aparte de Snape como director, envían a Alecto y a Amycus Carrow como profesores.  Estudios Muggles la primera, y DCAO el segundo. De manera que la cuestión de la seguridad, es de suma importancia.

-         Si es que quedan alumnos a los cuales proteger  --  dijo Sirius  --  porque imagino que a muchos no los enviaran a la escuela.

-         Te equivocas, estás olvidando que ahora es obligatoria la asistencia, si a alguien se le ocurre no enviar a sus hijos, serán inmediatamente citados y obligados a hacerlo  --  le aclaró Kingsley

-         ¿Enviarán a Ginny?  --  preguntó Jason mirando a sus tíos, y parecía a punto de sufrir un ataque 

-         No nos queda alternativa y…  --  comenzó Arthur, pero él no lo dejó continuar

-         ¡Claro que hay!  Empezando porque puedo esconderla aquí.

-         ¿Y qué explicación daría Arthur para ello?  --  preguntó Kingsley

Jason buscaba frenéticamente una salida. Aquello no podía estar sucediendo, enviar a Ginny a Hogwarts era ponérsela muy fácil a Turel, y por lo que le habían contado, estaba seguro que Ginny estaba muy arriba en su lista negra.

-         Esperen, podemos decir que está enferma, igual que Ron

-         Jason, no tenemos otro…

-         Escúchame tío  --  lo interrumpió de nuevo  --  yo puedo hacer que se enferme de verdad, va a pasarlo mal unos días, pero será algo controlado y prometo que nada va a sucederle.

-         Aun cuando eso fuera posible, nos enfrentaríamos a otro problema y estoy seguro que sabes bien a cuál  --  le dijo Arthur  --  Ginny es una Weasley y no aceptará esconderse.

-         Pero papá  --  dijo Bill  --  aún es menor de edad y debe…

-         ¿Alguno de ustedes quiere intentar obligarla?

-         Arthur, al menos deberíamos intentarlo  --  dijo Molly que había permanecido en silencio

-         Yo lo haré  --  dijo Bill

-         Es mala idea  --  le advirtió Fred

-         A menos que quieras quedar mucho peor que después del ataque de Greyback  --  agregó George

-         De acuerdo  --  volvió a hablar Arthur  --  pero esto lo haremos cuando lleguemos a casa, ahora debemos finalizar aquí

Todos se mostraron de acuerdo y continuaron.

-         El otro asunto que nos tiene muy preocupados, y con el que aún podemos hacer algo, es el del Registro de Nacidos Muggles  --  y miró a Tonks  --  ¿Hablaste con él?

-         Sí  --  le contestó ella  --  se marchó antes de que yo saliera para acá.

-         Ted ha sido citado para comparecer ante el Registro  --  informó Kingsley

-         ¿Y qué sucederá con Andrómeda y contigo?  --  preguntó Sirius mirando a su prima

-         En teoría nada  --  dijo Arthur  --  por lo menos con Andrómeda, ahora con Tonks no sabemos aún.

-         No tiene por qué suceder nada  --  aseguró ella

-         Tenemos la esperanza que sea amparada por la sangre pura de su madre y la dejen en paz, pero es algo de lo que no estaremos seguros hasta ver lo que sucede una vez que Ted no se presente.

-         Pero eso es una locura  --  dijo Molly  --  deberías desaparecer tú también.

-         No lo haré hasta que no sea necesario Molly. No me hice Auror para salir corriendo cuando hubiese problemas.

-         Bien  --  dijo Kingsley después de un breve silencio  --  Con relación a este asunto debemos organizarnos. Ya no podemos hacer nada por los que han desaparecido, pero sí por los próximos que corran ese peligro.

-         ¿Qué han pensado?  --  preguntó Remus

-         Las señoritas Lowell y Aldridge poseen una especial habilidad para hacerse con información importante, de modo que a través de ellas nos enteramos de la citación de Ted antes de que se la enviaran, y del mismo modo esperamos conseguir los nombres de los próximos citados  --  les dijo Kingsley

-         ¿Y eso de qué va a servirnos?  --  preguntó Jason

-         Nos servirá para organizarnos y sacarlos del país antes de que sean citados. En este momento Elphias y Sturgis están en el exterior buscando los mejores sitios para trasladar a estas personas hasta que cese toda esta locura.

-         Pero… ¿Vamos a esperar que sean citados?  --  pregunto Remus

-         ¿No tenemos forma de saber quiénes son y sacarlos antes?  --  preguntó a su vez Sirius

-         Conocemos algunos nombres, pero no a todos. Sin embargo, de eso se están encargando las chicas, y aunque lamentablemente no podremos salvarlos a todos, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para que sean la mayor cantidad posible.

-         ¿Cuándo empezamos?  --  preguntó Sirius de nuevo

-         Sirius, ustedes…

-         ¡Olvídalo!  --  exclamó Remus

-         ¡No nos vamos a quedar aquí sentados!  --  vociferó Sirius

-         Escuchen…

-         Kingsley  --  lo interrumpió Jason de forma casi amable  --  estoy bastante seguro de que sabes contar, pero en caso de que no lo hayas notado, somos extraordinariamente pocos, de manera que “nos” necesitan a todos.

-         Sí, pero los necesitamos vivos.

-         ¿Y para qué exactamente?  --  preguntó Sirius  --  ¿Para adornar esta casa?

-         A menos que seas excepcionalmente imbécil, no te conviene dejar a tres de las mejores varitas con las que cuenta la Orden, encerrados en casa como niños pequeños. Así que ahórrate el discurso y dinos cuándo demonios empezamos.

-         ¡Jason!  --  exclamó Molly escandalizada

-         ¿Qué?  --  preguntó él del peor humor

Pero finalmente nadie dijo nada, porque en el fondo sabían que tenían razón. Aquellos tres individuos constituían una fuerza innegable, y prescindir de ellos sería catastrófico.

-         De acuerdo  --  aceptó Arthur  --  en cuanto tengamos claro dónde y a quiénes vamos a trasladar, se los haremos saber.

-         Arthur, ni por un momento pienses en engañarnos  --  le dijo Remus  --  o nos obligaran a actuar por nuestra propia cuenta, y en este momento creo que lo mejor es trabajar en conjunto.

La reunión finalizó y se dispusieron a marcharse. Los gemelos hacían considerables esfuerzos por llamar la atención de las “chicas nuevas”, pero una era en extremo seria y conversaba con Kingsley y su padre, y la otra no dejaba de mirar a Jason con muy poco disimulo mientras conversaba con Fleur.

-         Es guapo  --  le decía en aquel momento

-         Lo es, pego ni lo pienses  --  le advirtió la rubia

-         ¿Por qué?

-         Perdón, no pude evitar escuchar  --  dijo Fred poniendo su mejor cara de inocencia  --  mucho gusto, soy Fred Weasley  --  se presentó  --  Como dije no pude evitar escuchar, y primero imploro tu perdón pero también debo sugerirte que prestes atención a lo que te dijo mi linda cuñada. Es mi primo y lo quiero mucho, pero tiene un carácter de los mil demonios. Lo que viste hace un momento en la reunión, es su lado más amable.

-         ¡Oh por todos los cielos!  --  exclamó la chica sonriendo  --  Eso tiene que ser una de las mayores exageraciones.

-         Créeme preciosa, y a menos que tengas gustos extraños, no creo que soportes tanta acidez

Los tres rieron y Fred le dio las gracias mentalmente a su primo por haberle proporcionado inadvertidamente un pretexto para acercarse a aquella belleza, ya se encargaría él de lo demás. Mientras que Dánaee seguía pensando que aquel era el hombre más guapo que había visto en su vida y aunque tal vez tuviesen razón en cuanto a su carácter, ya que no lo había visto sonreír ni una sola vez, ella no pensaba darse por vencida tan fácilmente.



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