Sirius
y Jason no pararon de molestarse durante todo el día, con lo que Remus llegó a
la conclusión que aquel encierro sería muy difícil de soportar con aquel par de
descerebrados. Pero lo cierto era que cada uno tenía su forma de sobrellevar la
angustia, aunque la de los dos monumentos de arrogancia fuese tan parecida.
Mientras Remus se obligaba a pensar en la seguridad de Lyra, Sirius y Jason se
fastidiaban para no pensar el primero en su hijo y en Harry, y Jason en cómo
estaría Hermione.
Ginny
les llevó el almuerzo y a Lyra para que su padre pudiese estar con ella un
rato.
-
¿Alguna novedad? --
preguntó Jason
-
Sí, los guardias vinieron a la casa y ni
siquiera se molestaron en llamar a la puerta, sino que irrumpieron en la cocina
mientras mamá y Fleur hacían la comida.
Las
caras de los tres tenían una expresión muy parecida. Sin embargo, dejaron que
la chica continuara.
-
La excusa para esa intempestiva entrada,
era que debían asegurarse que todo estaba en orden --
dijo ella con desdén.
Después
de comer, Remus se entretuvo un rato con la niña, que luego pasó a brazos de
Sirius y por último a los de Jason.
Para
el final de la tarde, habían tomado una decisión. Jason había ofrecido su casa
en Glastonbury para trasladarse allá con la niña y aunque en un principio a
Remus no le agradó mucho la idea, entre Sirius y el chico lo convencieron.
Aparte de que la casa de Jason ofrecía otro par de ventajas. La primera, que
nadie sabía que existía, y la segunda, que sería el lugar perfecto para las
reuniones de la orden por la misma razón.
-
Además
-- dijo Jason al final -- Es
cuestión de tiempo para que comiencen a perseguir a los miembros restantes de
la familia y la casa es suficientemente grande como para albergar a un gran
número de personas. Si vamos nosotros antes, podremos acondicionarla para
volverla lo más segura posible.
Remus pensó que por lo que sabía de aquel
lugar, decir que era una casa suficientemente grande era
un eufemismo, porque aquello en realidad era un castillo enorme. Hacia el final
de la tarde Remus y Sirius comenzaron a preocuparse, porque al parecer el
encierro afectaba a Jason de una manera exagerada, ya que la piel del chico
había ido adquiriendo una palidez enfermiza, se quejaba de necesitar respirar y
aseguraba que allí no podía hacerlo.
Poco
antes de la hora de la cena, escucharon que se abría de nuevo la puerta de
acceso al sótano, y a continuación oyeron unos apresurados pasos. Los tres se
pusieron de pie con las varitas en la mano, pero solo se trataba de Bill aunque
traía mala cara, de modo que se prepararon a recibir malas noticias.
-
Escuchen, tenemos que sacarlos de aquí a
toda prisa -- les dijo
-- Charlie y Ginny se están
encargando de los guardias, de modo que…
-
¿Qué?
-- exclamó Sirius --
¿Ginny? ¿Estás loco?
-
Créeme
-- dijo Jason --
Tiene habilidades que desconoces
-
La casa aún no está lista --
seguía diciendo Bill -- pero de momento nadie sabe que es nuestra
-
No será necesario --
volvió a hablar Jason -- Iremos a la mía
-
¿Por qué?
-- preguntó Bill extrañado ya que
Jason hasta donde él sabía, no le tenía especial afecto a aquel lugar
Pero
en ese momento una ráfaga plateada entró y se posó ante ellos un dragón que
habló con la voz de Charlie.
-
Despejado,
ya pueden salir
Las
explicaciones las darían después. Los cuatro se apresuraron a salir, Molly y
Fleur que tenía a Lyra en brazos los esperaban. Remus tomó a su hija y todos se
despidieron rápidamente, pero mientras caminaban hacia la puerta, el patronus
de Arthur aterrizó frente a Bill haciendo que éste se detuviera al igual que
los demás.
-
Dense
prisa están en camino
Ni
bien se había extinguido la voz del señor Weasley, ellos ya estaban corriendo
hacia la salida.
-
¿Qué sucederá con ustedes? --
preguntó Sirius
-
Está arreglado, no te preocupes -- le
dijo Bill
-
Dame a Lyra --
dijo Jason a Remus -- Tú puedes aparecerte con Sirius.
Remus
le entregó a la niña y Sirius lo tomó a él por el brazo, unos segundos después
estaban girando sobre sí mismos. En cuanto ellos desaparecieron, Bill se volvió
hacia Ginny y Charlie.
-
Ya saben qué hacer ¡Corran! -- y
se giró hacia los gemelos -- ¡Vámonos!
Bill y
Fred apuntaron sus varitas a los guardias y un segundo antes de desaparecer los
reanimaron.
Entre
tanto, Ginny había entrado junto con Charlie y mientras ella subía como una
exhalación a su habitación, el pelirrojo se dirigía al salón tomando un libro y
sentándose en un sillón. Molly y Fleur seguían en la cocina después que la
francesa se había encargado de hacer desaparecer toda evidencia de la estadía
de los prófugos en el sótano, cuando la puerta fue abierta con violencia.
-
¡Registren todo y tráiganlo! --
gritó Evan
-
¡Oiga!
-- exclamó Molly
-
Señora, le sugiero guardar prudente
silencio
-
Y yo le recuerdo que esta sigue siendo mi
casa
Evan
pareció que iba a decir algo, cuando entraron dos de los guardias.
-
Éste estaba en el salón leyendo -- dijo
mostrando un libro
-
Leyendo ¿no? -- y
tomando el libro lo miró y luego miró a Charlie
-- ¿Por qué página dices que ibas?
-
Trescientos cuarenta y cinco --
contestó él con tranquilidad
-
¿Y qué fue lo último que leíste? --
volvió a preguntar buscando la página
-
Cuando fui interrumpido tan
groseramente -- dijo el chico
-- estaba intentando memorizar un
hechizo para curar la conjuntivitis a un dragón, como debes saber o quizás no,
es una de las cosas que más…
-
¡Ya!
-- lo interrumpió Evan lanzándole
el libro
El
tiempo pasaba y no bajaban los guardias, de modo que Evan comenzó a
impacientarse
-
¿Dónde está el Licántropo?
-
Si se está refiriendo a Remus --
dijo Molly -- está en su habitación.
Evan
la miró con ira y comenzó a caminar hacia las escaleras, pero en ese momento
bajaban otros tres individuos y traían a Ginny con ellos.
-
¡Ah, la adorable señorita Weasley! --
dijo Evan
A
Charlie y a Fleur se les heló la sangre cuando lo escucharon al recordar que
Ginny lo había amenazado, y dudaban mucho que aquel fuese del tipo que olvida
algo como eso. Pero de momento parecía concentrado en su objetivo.
-
¿Y bien?
-- preguntó mirando a los hombres
-
Nada señor.
En ese
momento llegó Arthur y saludó de la
forma más pausada posible.
-
Señores
-- dijo a modo de saludo
general -- ¿Puedo saber a qué se debe esta visita?
-
Esto no es una visita social Weasley
-
¿Por qué no me extraña? -- se
dejó escuchar la voz de Bill que entró a continuación
-
¿Dónde estabas Weasley? --
preguntó Evan mirando a Bill
-
Me permito recordarte que algunas
personas aún trabajamos.
Otros
dos individuos aparecieron en la cocina que ya estaba atestada de gente.
-
Ya registramos toda la casa --
dijo uno -- no hay rastro.
Evan
se volvió hacia los Weasley con una mirada tormentosa.
-
Me dijo que el licántropo estaba en su
habitación -- dijo mirando a Molly con ira
-
Y ahí estaba la última vez que lo vi --
contestó ella
-
Voy a preguntarlo una vez más…
-
Puedes preguntarlo todas las veces que
quieras -- lo interrumpió Bill --
pero si mi madre dice que estaba en su habitación, es porque es así y no
por mucho preguntar la respuesta va a variar
Evan
lo miró con ira y luego se volvió a sus hombres.
-
¡Sepárenlos!
Cada
uno tomó por el brazo a un miembro de la familia, exceptuando a Bill y a Arthur
que acababan de llegar.
-
¡Turel!
-- llamó Arthur -- Ten
mucho cuidado.
-
¿Me estás amenazando Weasley?
-
Sería prudente que supieras que perdiste
tu “gran” oportunidad de aniquilarnos a todos el día mi boda. De manera que si
algo nos sucede ahora, hay suficientes
personas dispuestas a testificar en tu contra. Sé que no irás a Azkaban por
ello, pero eso fastidiaría mucho los planes de tu Jefe ¿no? -- le
dijo Bill con la mayor frialdad
Evan
tenía un rictus de ira en su rostro, pero lo que acababa de decir Bill era
cierto y él lo sabía. De modo que les dio la espalda y fue tras los demás.
Pasaron
unos angustiosos minutos antes de que regresaran, y por la cara que traía el
imbécil, todo había salido como lo habían planeado.
-
¡Traigan a los guardias de la
puerta! -- les gritó a sus hombres --
¡YA!
Salieron
al jardín y los Weasley los siguieron.
-
¿Qué sucedió aquí durante el día? --
preguntó -- ¿Quién salió y quien entró?
-
La única visita fue la de Kingsley --
informó uno de ellos
Por un
momento los Weasley se tensaron, pero ya esa parte la había cubierto Arthur.
-
Sí, eso ya lo sé ¿Nadie más? -- y
ellos negaron -- ¿Y quién salió?
-
Solo ellos --
dijo el otro -- Y los otros dos, los gemelos. La chica también
salió y se acercó a la verja pero…
Sin
embargo, Evan ya no le estaba prestando atención sino que se había vuelto hacia
Ginny.
-
¿Qué hacías en el jardín?
-
Si se me da la gana de pasear por “mi”
jardín, no tengo por qué pedirte permiso, infeliz --
contestó ella
Se
volvió hacia los guardias de nuevo y apuntó su varita a la cabeza de uno.
-
¡LEGEREMENS! -- con
ello obtuvo el recuerdo que buscaba y se volvió hacia Ginny --
Dame tu varita -- dijo con una sonrisa malévola
Ginny
le entregó su varita y a continuación Evan pasó a verificar el último hechizo,
pero obviamente no era lo que esperaba, de manera que les quitó la varita a
todos pero ninguna de aquellas varitas había sido la que aturdiera a los
guardias, de modo que solo podía tratarse del mismo Lupin, pensó. Una ira fría
lo invadió y volvió a apuntar a los guardias.
-
¡Imbéciles! -- y
sin transición -- ¡AVADA
KEDAVRA!
Molly
ahogó un grito, Fleur aferró el brazo de Bill mientras que éste cerraba los
ojos un momento y se preguntaba hasta dónde serían capaces de llegar aquellos
mal nacidos, si ni siquiera la vida de sus propios seguidores era respetada.
Unos
minutos después Evan Turel y sus esbirros abandonaron La Madriguera para alivio
de sus habitantes.
-
Kingsley tenía razón --
dijo Arthur un rato después y cuando ya Molly y Fleur se habían
calmado -- era imperativo que regresase a trabajar o de
lo contrario no nos habríamos enterado de nada.
-
Gracias al cielo --
dijo Molly -- Todo fue cómo habías dicho --
aseguró dirigiéndose a su hijo
-- cuando me llevaron aparte me
preguntaron que había hecho Remus durante el día, de modo que le dije
exactamente lo que ordenaste.
-
Y me imagino que a ustedes les hicieron
la misma pregunta ¿no? -- dijo mirando a los otros que asintieron --
Bien, lo importante era que todas las versiones coincidieran
-
Bill
-- lo llamó su madre -- ¿Y
si van por los gemelos?
-
No te preocupes madre, su amigo Lee
Jordan se encargaría de borrar los últimos hechizos de sus varitas y ya debe
haberlo hecho -- la tranquilizó él
Al
menos ésta batalla se la habían ganado a Turel pero estaban seguros de que
habrían muchas más y debían estar preparados.
Los
fugitivos se aparecieron directamente en la entrada de Inverness Castle y se apresuraron a ingresar al castillo. Pero
apenas habían dado unos pasos apareció Miles.
-
Milord, caballeros --
saludó como si fuera la cosa más natural que su señor, dos individuos y
un bebe, ingresaran de aquella manera
-
Buenas noches Miles --
saludó Jason -- por favor que venga Annie
El
hombre asintió y a los pocos minutos regresó en compañía de la mujer quien se
mostró muy complacida de verlo al igual que a Sirius.
-
Siéntense
-- les ordenó Jason y los
sirvientes se miraron con consternación
Por
muy excéntricos, maniáticos o extraños que hubiesen sido los anteriores dueños
de casa, ciertamente ninguno les había pedido que se sentaran en su presencia y
aquello era algo que estaba fuera del sistema de aquellas buenas personas, pero
Jason seguía siendo su señor y desobedecerlo tampoco era una opción.
-
He dicho que se sienten --
repitió él, y el matrimonio tomó asiento
-- Bien, las cosas están así --
dijo Jason y comenzó a pasearse delante de ellos con las manos enlazadas
en la espalda -- Estos dos caballeros se quedaran en Inverness por una temporada y es
probable que en breve vengan más, de manera que deben tener listas algunas
habitaciones para ello -- hizo una pausa, respiró profundo y
continuó -- Yo también tendré que quedarme por un
tiempo -- y Annie puso cara de felicidad --
porque en mi mundo, en breve seré un perseguido
En
este punto Annie no pudo evitar una exclamación de horror, y la obvia pregunta
no se hizo esperar.
-
¿Por qué?
-
¡Annie!
-- la reprendió su marido, no era
propio de la servidumbre preguntar a sus señores sus asuntos privados
-
Déjala Miles, está en su derecho, sobre
todo por lo que voy a decirles a continuación
-- les dijo y pensó en la mejor manera de decírselos y
que lo entendieran -- La situación política de nuestro mundo nos ha
obligado a mi familia, a nuestros amigos y a mí, a oponernos al nuevo estado de
cosas. De manera que pertenecemos a un grupo subversivo y por lo tanto estamos
siendo perseguidos. En mi caso y de momento, me creen muerto --
Annie ahogó otro grito -- pero eso no durará mucho. El asunto es que
convertiré este lugar en el sitio de reuniones y probable refugio de mi familia
y algunos amigos. Será peligroso, le daré a este lugar todas las protecciones
que pueda pero no puedo obligarlos a quedarse, de modo que a partir de este
momento están en libertad de marcharse si así lo desean.
-
¿Me permite milord? --
preguntó Miles y Jason asintió
-- He servido toda mi vida en
esta casa, y antes que yo lo hicieron mi padre, mi abuelo y varias generaciones más. Aunque quisiera irme
y no quiero, mis antepasados volverían de sus tumbas a reprochármelo. De modo
que si usted no está descontento con nuestro servicio, nos quedaremos milord.
-
Gracias Miles, pero hay algo más que
deben saber si deciden quedarse, en algún momento las cosas puedan ponerse feas
y por otra parte, si no se marchan ahora, luego no podrán salir porque sellaré
todo el lugar. Ningún muggle -- y aquí ambos pusieron cara de extrañeza por
el desconocimiento de la palabra -- personas sin magia --
aclaró -- volverá a ver este castillo.
-
Aun así nos quedamos --
aseguró el hombre -- Nuestra lealtad siempre ha sido para los
Duques de Somerled y usted es uno milord.
-
Bien, se los agradezco -- les
dijo --
Annie, como habrás notado traemos una pequeña huésped que necesitará tus
cuidados, sé que es más trabajo para ti pero crees que podrías…
La
mujer ya se estaba poniendo de pie y estirando los brazos.
-
Por supuesto que sí -- le
dijo mientras Remus le entregaba a Lyra -- hola pequeña…
-- y miró a Jason
-
Lyra, su nombre es Lyra --
dijo él suavizando el tono, y luego agregó -- y
él es su padre, Remus Lupin. Al señor Black ya tienen el dudoso placer de
conocerlo.
Sirius
ignoró el mordaz comentario mientras saludaba con entusiasmo a la pareja en
tanto que Remus miraba a Jason y pensaba que ahora entendía mejor aquella forma
de ser del chico. Había nacido para mandar y para ser obedecido, lo llevaba en
los genes, pero al mismo tiempo parecía capaz de hacerlo de una forma que
lograba el amor de aquellos que lo servían. Acababa de dar una muestra de
justicia y consideración para con aquellas personas, y había sido retribuido
con su lealtad.
-
Si milord me lo permite --
dijo Miles -- iré ahora a preparar las habitaciones.
-
Claro, puedes retirarte --
dijo él
-
Gracias milord
-
Y… ¡Por las Barbas de Merlín! Deja de
llamarme así -- dijo con exasperación
Ambos
se retiraron mientras Sirius reía.
-
Al pequeño Duque le molesta… --
pero se detuvo al recodar algo tardíamente la advertencia de Bill, y
Jason ya lo estaba apuntando con su varita
-
¡Si quieres conservar la cabeza en su
lugar, no vuelvas a llamarme de ese modo! ¿Está claro? -- y
acto seguido abandonó la estancia
-
¿Sabes que eres el hombre más necio que
he conocido? -- le preguntó Remus
-
Me preguntó qué es lo que tiene en contra
de…
-
No es tu problema Sirius, déjalo en paz -- lo
interrumpió Lupin
-
Sí, porque como tú no te mueres por
saberlo -- ironizó él
-
Aunque así fuese, no por eso voy a ir por
ahí molestándolo con ello
Después
de una deliciosa cena, se retiraron a dormir. Todos estaban verdaderamente
cansados. Pero a la mañana siguiente cuando Jason bajó, Miles le acercó una
bandeja con un sobre. Al chico le extrañó, porque si de algo estaba seguro era
de que no había ningún muggle que le enviase correspondencia y una lechuza se
lo habría entregado directamente a él. De modo que tomó el sobre y vio con
sorpresa que tenía el monograma de los Somerled. Lo abrió y su expresión cambió
por completo. Solo contenía una línea.
Voy a buscarla, necesito verla y
asegurarme que está bien
-
¡Miles!
-- llamó y el hombre se acercó de
nuevo --
¿A qué hora fue esto?
-
Cerca de las seis de la mañana milord,
aún no había salido el sol
-
Gracias Miles -- y
una vez solo, lanzó un exclamación
-
Es un saludo poco habitual --
escuchó la voz de Sirius -- pero tratándose de ti, se…
-
Se ha marchado --
dijo Jason -- Lupin se ha marchado a buscar a Hermione
-
¿Cómo has dicho? --
preguntó con más curiosidad que preocupación
-
Como lo oyes -- y
le tiró el pedazo de papel -- ¡Maldito infeliz! Sabe que lo está buscando
medio Ministerio y se larga así nada más.
-
Bueno, él sabe cómo cuidarse Niño
-
¡Está loco!
-
Creo que tú y yo somos los menos
adecuados para hablar de locura
Jason
iba a replicar pero Annie venía entrando con el desayuno y antes de que se
retirara Jason la detuvo.
-
Annie, que Miles traslade la cuna de Lyra
a mi habitación
Si a
la mujer le pareció extraño aquello se abstuvo de mencionarlo, mientras Jason
se preguntaba cuánto tardaría Remus en encontrarla y cómo iba a hacerlo. Se
llevó la mano en forma distraída al colgante y se tranquilizó, porque estaba
seguro que de momento ella estaba bien.
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