Remus
se había aparecido en aquel solitario lugar, se sentó en el piso y escondió la
cara entre las manos. Tenía un enorme dolor en el corazón. Hacía un momento,
realmente había considerado dejar a su hija al cuidado de Jason, para
embarcarse en lo que fuese tenía
planeado Harry, se había pelado a gritos a con él, y ahora probablemente su
esposa estaba sumamente decepcionada de él. Las cosas realmente no podían estar
peor.
Le
había tomado tres días el poder ponerse en contacto con ellos. Cuando abandonó Inverness, no tenía idea de dónde
buscarlos, pensó en enviarles un patronus,
pero estaba seguro que no le contestarían para evitar ponerlo en riesgo. De
modo que inició su búsqueda en los únicos lugares que con toda probabilidad
ellos considerarían seguros.
Primero
se trasladó a Hogwarts, registró el Castillo de arriba abajo, y no le cabía
duda que él lo conocía mucho mejor que ellos, pero no estaban allí. De modo que
se dirigió a su segunda opción, La Casa de los Gritos, lo cual resultó igual de
frustrante. Así que decidió echar un vistazo en Hogsmeade, el problema fue que
se topó con un pequeño destacamento del CCP, y para su sorpresa se vio
imposibilitado de desaparecerse, lo que significaba que habían colocado un
hechizo anti desaparición sobre el pueblo. De manera que se vio obligado a
enfrentarse a aquellos individuos, y solo después de deshacerse de ellos,
corrió fuera de los límites y desapareció a toda prisa.
Se
apareció en un lugar cualquiera del mundo muggle, y después de serenarse y
pensarlo con calma, llegó a la conclusión de que solo quedaba un lugar dónde
podían haber ido. Grimauld Place.
Sin
embargo, y por precaución no se apareció directamente sobre la plaza, sino que
lo hizo un poco más allá, lo que resultó acertado, porque había dos individuos,
que sin lugar a dudas vigilaban los alrededores. Siendo los testamentos de los
magos, documentos públicos, los mortífagos estaban perfectamente al tanto de
que Sirius le había heredado aquella casa a Harry, y aunque no podían verla,
igual habían decidido montar guardia allí.
Le
tomó algún tiempo idear el cómo ingresar a la casa sin ser visto, pero
finalmente se arriesgó y se apareció exactamente en el escalón superior de la
entrada, consiguiendo con esto, no ser visto por los guardias.
En
cuanto entró, se activó el hechizo de seguridad que había puesto Ojo Loco, y
unos segundos después de haber salido de la nube de polvo, escuchó con alegría
la voz de Harry, aunque lo que dijo no era precisamente una bienvenida. El
retrato de la madre de Sirius comenzó a proferir insultos en cuanto Harry le
había gritado que no se moviera. Pero él no estaba prestándole atención al
escándalo de la “adorable” señora, porque su corazón había dado un vuelco,
cuando vio a Hermione acercarse corriendo junto con Ron. Gracias al cielo
estaban bien.
-
Soy yo, Remus --
dijo con voz pausada
Hermione
soltó el aire, apuntó a las cortinas para acallar al retrato e hizo ademán de
correr hacia él, pero Harry la detuvo mientras seguía apuntándolo.
-
¡Muéstrate!
El dio
un paso hacia donde podía darle la luz de la lámpara y mientras echaba atrás la
capucha de su capa de viaje, se identificó. Después de eso, Hermione corrió a
sus brazos. A pesar de la enorme alegría que le producía verlo, no dejó de
notar con preocupación, que parecía exhausto.
Bajaron
a la cocina y una vez allí, pasó a relatarles todo lo acontecido desde
su precipitada partida, hasta el momento actual. Los chicos pasaron por
todos los estados de ánimo durante el relato, miedo, ira, indignación y al final
del mismo estaban emocionalmente agotados. Cuando él les había hablado del momento en que creyeron que Turel había
matado a Jason, Hermione recordó que esa noche, aún después que el señor
Weasley les había enviado el patronus
diciéndoles que todos estaban bien, ella siguió teniendo aquella sensación de
inquietud.
Después
ellos le relataron su experiencia una vez que habían abandonado La Madriguera,
y su encuentro con los mortífagos, con lo que Remus se preocupó mucho, porque
seguir a alguien que se desaparecía era prácticamente imposible, a menos que
lograras sujetarlo.
Luego
de todo ello, pasaron a las noticias. Les mostró un periódico donde venía la
fotografía de Harry en primera en plana, y que era solicitado para ser
interrogado por la muerte de Dumbledore. Pero lo que le resultó más duro, fue
informarles acerca de su propia situación, la de Hermione por su estatus de
sangre, y le causó mucho dolor explicarles el peligro que corría Lyra si la
encontraban por ser hija de ellos. Asimismo, los puso al tanto de las medidas
que se habían tomado para proteger a la niña, ante lo que Ron y Hermione se
mostraron sumamente asombrados, aunque Harry no entendía por qué.
-
El encantamiento Vigilis et Vita se activa cuando el beneficiario del mismo está en
peligro, pero si su guardián no dice dónde está nadie puedo verlo, pero aparte
de eso ata a ambos de por vida, en este caso y si la niña muere… --
Ron, que era quien le estaba explicando a Harry, se detuvo algo tarde
cuando dijo aquello, pero ya ni modo, así que continuó --
bueno, si es así, Jason morirá también.
-
¡Vaya!
-- exclamó Harry--
¿Y no puede deshacerse?
-
No, es “de por vida” -- dijo Hermione
-- Pero para que se active, Jason
debe estar por lo menos a una distancia no mayor de un kilómetro, y como dijo
Ron se activa si la niña está en peligro, pero también puede activarlo por
cualquier otro motivo si lo considera conveniente, así como desactivarlo por el
mismo motivo
-
¿Y cómo haría eso?
-
Simplemente invocándolo, es decir, solo
tiene que decir Vigilis et Vita
Harry
pensó que aunque ya llevaba casi siete años en el mundo mágico, aún había cosas
que ignoraba y lo sorprendían Pero con todo, la parte más dura vino a
continuación.
-
Bueno
-- dijo Harry --
creo que lo mejor será que regreses con Remus, Hermione -- y
ella asintió
Sin
embargo, al ver la cara de Lupin, Harry supo que algo no iba bien.
-
¿Qué sucede?
Pero
los ojos de Remus se habían empañado por las lágrimas y era evidente que tenía
verdaderas dificultades para hablar.
-
¿Remus?
-- preguntó ella con miedo
-
No… no puedes volver junto a Lyra --
dijo finalmente -- al menos no por ahora
-
¿Por qué?
-- y ahora había desesperación en
su voz
Con
gran esfuerzo les explicó la razón, y Hermione se deshizo en llanto. Pero en
esta ocasión, no solo Harry estaba confundido, sino también Ron.
-
No entiendo --
dijo Harry -- ¿Por qué el hecho de que Hermione esté con su
hija los guiaría a ella?
-
¿Acaso dejaría de funcionar el
encantamiento? -- preguntó Ron a su vez
-
A la niña por sí sola no pueden
encontrarla con facilidad, porque “El rastro” no se activa en los menores de
edad hasta que no alcanzan los siete años
-- explicó él con paciencia al
notar que no habían comprendido -- Pero estando con Hermione las cosas cambian,
porque el vínculo entre una madre y su hijo es tan fuerte que es fácilmente
detectable. Y no, el encantamiento no se desactiva y no la verían aunque
estuviese en la misma habitación y gritando, pero sabemos que si sospecharan,
nada los detendría y serían capaces de matar a todos y cada uno de los
presentes, con lo que el encantamiento sí dejaría de funcionar dejando expuesta
a la niña.
-
¿Y qué sucede contigo? --
preguntó Harry mortificado
-
No funciona igual en el caso de los padres --
dijo con sencillez
Un
rato más tarde y después que habían logrado que Hermione se calmase un poco,
Remus dijo lo peor que se le pudo haber ocurrido, al ofrecerles su compañía
para lo que fuese que tuviesen planeado. Eso desató un terrible altercado entre
Harry y él, que terminó muy mal.
-
¡No lo entiendes Harry! --
exclamó exasperado -- Lyra estará más a salvo si ninguno de los dos
está cerca. Y Jason… sé que él la cuidará bien. Y por otra parte, estoy seguro
de que James habría querido que te acompañará.
-
Pues yo no, y aunque creí que conocías
bien a mi padre, veo que no es así
-- dijo Harry cada vez más
alterado -- ¿Realmente crees que él te pediría que
abandonaras a tu propia hija y te fueras de aventura conmigo? En cuanto a que
Jason cuidará bien de Lyra, no me cabe la menor duda, porque es evidente que la
quiere mucho más que tú.
-
¿Cómo te atreves? --
dijo Remus -- Esto no es…
-
No puedo creer esto --
siguió Harry de forma muy imprudente al ignorar el peligroso brillo que
había aparecido en los ojos de Lupin
-- El hombre que me enseñó a
luchar contra los Dementores… ¡un cobarde!
Aquello
fue demasiado y todo sucedió tan rápido que nadie tuvo tiempo de nada. Lupin
extrajo su varita a una velocidad tal, que Harry difícilmente tuvo tiempo de
tomar la suya y a continuación se sintió expulsado hacia atrás, golpeándose
contra la pared y deslizándose hasta el piso.
Remus abandonó la casa a toda prisa, sin hacer caso
a las desesperadas súplicas de Hermione para que no se marchase. Y ahora estaba
allí, sintiéndose el hombre más miserable sobre la faz de la tierra.
Y
mientras él estaba en esa situación, en el número doce de Grimauld Place,
Hermione había llorado hasta casi deshidratarse, y aunque Harry se sentía
fatal, le dijo que si aquello servía para que Remus volviese al lado Lyra,
entonces habría valido la pena, porque ya que la niña no podría estar cerca de
su madre, que al menos tuviese a su padre. Y él, que no los había tenido a
ninguno de los dos, lo sabía mejor que nadie.
La
mañana del tercer día después de que Remus había desaparecido, Jason estaba en
su cama jugando con Lyra cuando entró Annie.
-
Permiso milord, pero es hora de alimentar
a la pequeña.
-
Descuida Annie, yo lo haré gracias.
La
mujer le entregó el biberón a Jason y caminó hacia la puerta de nuevo, pero
antes de salir se volvió y se quedó observándolos. Annie había pensado muchas
cosas en relación a la pequeña Lyra, pero ninguna de ellas le daba una
respuesta que encontrase acertada y que se correspondiese con el evidente
interés de él por la niña. Podía entender que le tuviese afecto porque era la
hija de su amigo, pero es que aquello era mucho más que simple afecto, era
obvio que se desvivía por esa niña. Todo, desde el modo cómo la miraba, hasta
la infinita ternura que imprimía a su voz y la suavidad de sus gestos, hablaba
a gritos del inmenso amor que sentía por ella. Y aquel instinto paternal,
aparte de no ser precisamente común en un hombre tan joven, unido al hecho de
que su amo no se caracterizaba por la dulzura de su carácter, tenía a la mujer
desconcertada. Sin embargo, se obligó a dejar de mirar y a marcharse, ya Miles
le había advertido que dejara de pensar en ello, que no era su problema y no
tenía por qué meterse en los asuntos del Duque, pero ella no podía dejar de
pensar.
Ese
día Bill les envió un patronus
anunciándoles que iría en la noche. Desde que habían abandonado La Madriguera,
no habían tenido ocasión de ver a nadie, se habían limitado a enviar noticias
para tranquilizarlos, diciéndoles que todos estaban bien.
No
obstante, tanto Sirius como Jason, comenzaban a resentir el encierro y la
inactividad.
-
Estoy aburrido niño --
dijo Sirius durante el almuerzo de aquel día
-
¿Y por algún motivo, eso debería ser
asunto mío? -- preguntó Jason con su habitual “simpatía”
-
Eso depende
Jason
dejó los cubiertos y aunque no lo miró, sus sentidos entraron en alerta.
Aquella frase por sí sola, no habría despertado el interés de nadie, pero
conociendo a Sirius, el chico se preparó para lo que venía.
-
Sea lo que sea en lo que estás pensando,
la respuesta es no -- le dijo
-
¡Oh vamos, niño! Ni siquiera me has
escuchado -- protestó él
-
Y la verdad no creo que me interese
hacerlo.
-
Bien, después no andes por ahí quejándote
de que desaparecemos desconsideradamente y sin avisar -- ahora
Jason sí levantó la cabeza y lo miró, provocando al risa del otro -- Veo
que ahora sí tengo tu atención.
-
¿Y bien?
-
Creo que voy a ir a buscar a Lunático --
dijo para asombro de Jason
-- Es que tiene la tendencia a
meterse en problemas ¿sabes?
En
este punto Jason rió. Sirius Black definitivamente era el mayor desvergonzado
de la historia, pensó, porque si había alguien que atraía los problemas como
abejas a la miel, no era precisamente Lupin, sino aquel imbécil.
Annie
entró en aquel momento con el postre y
se sintió feliz al ver a Jason sonriente, era tan poco frecuente verlo
reír que miró con expresión de agradecimiento a Sirius, suponiéndolo el
responsable de ello.
-
Annie eres maravillosa --
dijo Sirius -- la comida como siempre ha estado exquisita.
Te juro que si Miles no me cayese tan bien, te pediría que te casaras
conmigo -- le dijo guiñándole un ojo, con lo que la
mujer enrojeció hasta las orejas, mientras Jason meneaba la cabeza de un lado a
otro --
Aunque pensándolo bien, quizá un día me los lleve a los dos y así los
libro de este odioso individuo -- dijo señalando a Jason
Annie
terminó de retirar el servicio de la mesa, y luego de dejar el postre frente a
ellos, se marchó de nuevo a la cocina.
-
Esa mujer es un sol y tú no la precias lo
suficiente -- sentenció
-
No es asunto tuyo a quien aprecio y a
quien no
Aunque
no volvieron a tocar el tema de ir en busca de Remus, Jason se mantuvo atento,
porque no dudaba que aquel infeliz realmente se largara sin avisar. Bill llegó
un poco antes de la cena y enseguida bajaron a recibirlo.
-
¿Y bien, cómo está todo? --
preguntó Jason
-
Cada vez peor, si es que eso es
posible -- contestó él, pero después de decir esto miró
a los lados -- ¿Dónde está Remus?
-
Lo mismo nos preguntamos nosotros --
dijo Jason
-
¿Cómo?
-
Se marchó al día siguiente de haber
llegado -- le informó Sirius --
Dijo que iba a buscar a Hermione
-
¡Diablos!
-- exclamó Bill -- Es
una locura, Turel está decidido a atraparlo a como dé lugar.
-
¿Lo ves?
-- dijo Sirius mirando a
Jason --
Te lo dije, debo ir a…
-
¡No!
-- lo interrumpió Bill -- Las
cosas no están mucho mejor para ti, los hombres del CCP, tienen órdenes de capturarte
vivo o muerto
-
Esa no es ninguna novedad, y si hasta ahora no han podido, dudo
mucho que…
-
No seas necio Sirius --
dijo Bill con fastidio -- no empeores las cosas. Ni tú, ni Remus
deberían dejarse ver. Por el momento al único que no están buscando es a
Jason --
y miró a su primo -- y mamá y papá te ruegan por lo que más
quieras que no hagas ninguna tontería que delate que sigues vivo.
Les
contó cómo habían estado las cosas el día de su partida, y ambos sintieron una
inmensa satisfacción al imaginar la cara de Turel. Luego pasó a relatarles cómo
iban los asuntos en el Ministerio.
-
Como nos dijo Kingsley, el departamento
de Aurores ahora está a cargo de Turel, y a los Aurores de larga trayectoria,
prácticamente los tienen atados a sus escritorios -- les
dijo --
No tenemos ninguna duda de que los sujetos que conforman el CCP son
mortífagos, pero también hay un universo de individuos entre sus filas, que
aunque no se ven con frecuencia por el Ministerio, según papá, tienen aspecto
de criminales. Yo personalmente no he tenido oportunidad de verlos, el acceso
al Ministerio está cada vez más restringido, y a menos que trabajes allí,
entrar es casi imposible.
-
Bueno, no es un sitio al que tenga
especial deseo de ir -- dijo Jason
-- Además tengo pésimos recuerdos
de mi última visita -- agregó
-
Te entiendo, créeme que yo tampoco me
siento inclinado a ello -- dijo Bill al recordar esa caótica visita y
luego cambiando el tema -- Tengo otra noticia que no les gustará, aún no
está confirmado pero papá escuchó a un par de sujetos diciendo que Snape sería
designado nuevo director de Hogwarts.
-
¿¿Qué??
-- la asombrada e indignada
pregunta provino de ambos hombres
-
Como dije, aún no está confirmado pero
suponemos que lo harán.
-
Bueno, si lo hacen, ya sabemos dónde
podemos encontrarlo y hacerlo pedazos
-- dijo Jason con ira
Aunque
Bill sentía tanto resentimiento como ellos hacia Snape, no pudo evitar tener
dos sentimientos de distinta naturaleza al ver la mirada cómplice y decidida
que intercambiaron aquellos dos. Por una parte sintió preocupación por lo que
pudiesen decidir hacer aquel par de locos, y por la otra sintió algo muy
parecido a la conmiseración por Snape, si tenía la pésima fortuna de caer en
manos de esos dos sujetos. Sin embargo, trato de sacar eso de su cabeza y
continuó con las noticias.
-
Por otra parte, los nacidos muggles están
comenzando a desaparecer -- les informó
-
¿Qué quieres decir con
“desaparecer”? -- preguntó Sirius
-
Una vez que se presentan ante la
Comisión, no se vuelve a saber de ellos.
-
No estoy muy seguro de entender ¿Los
envían a Azkaban o qué? -- ahora fue Jason quien preguntó
-
Esa es la cuestión Jason, nadie parece
saberlo. Normalmente cuando alguien es enviado a Azkaban, los familiares son
notificados, pero en este caso, nadie da ninguna información de nada.
-
¡Demonios! --
exclamó Sirius
-
Pero… eso no puede ser --
dijo Jason
-
Pero es, Jason. Eso es lo que está
sucediendo en este momento.
-
¡Tenemos que hacer algo! --
dijo Sirius
-
No podemos quedarnos de brazos cruzados -- lo
apoyó Jason
En ese
momento Miles anunció que la cena estaba servida, pero en realidad Jason había
perdido el apetito. No podía dejar de pensar en Hermione y en la terrible
posibilidad de que fuese atrapada.
Durante
la cena, Bill también les informó que ahora la asistencia a Hogwarts sería
obligatoria. Por supuesto, en esto ellos veían un terrorífico doble propósito.
Por un lado, Voldemort tendría bajo su control a todos los magos y brujas desde
temprana edad, para ser adoctrinados en sus retorcidas ideas. Y por el otro,
sabrían cuando un niño muggle fuese admitido en Hogwarts, y de ese modo podrían
suprimirlo de inmediato. Era un panorama aterrador.
En
esta ocasión, Sirius olvidó sus habituales cumplidos a Annie por lo maravilloso
de su cocina. La verdad, ninguno de ellos había puesto mucha atención a lo que
comían, y Jason apenas si había probado nada.
Mucho
más tarde, mientras estaban en el salón tomando café, llegó Remus. Bill y
Sirius se sintieron muy contentos de verlo, pero Jason fue el primero en notar la
expresión sombría del hombre y sin ningún miramiento se introdujo en sus
pensamientos. Sin embargo, guardó prudente silencio.
-
¿Y bien?
-- estaba diciendo Sirius --
¿Los encontraste?
-
Sí, me llevó algo de tiempo, pero los
hallé
-
¿Están bien? --
preguntó Bill, que ya había notado también el abatimiento de Remus
-
Sí, por el momento están a salvo -- y
sin transición -- Si no les importa, estoy agotado y quisiera
ver a mi hija -- dicho esto se dirigió a las escaleras
Los
tres lo vieron alejarse, pero Sirius no era de la clase al que pueden dejar sin
respuestas, de modo que fue tras él. Bill se colocó su Capa, porque ya era hora
de marcharse, pero antes de hacerlo miró a su primo.
-
Jason, ella de momento está a salvo -- le
dijo --
por favor no cometas ninguna tontería. En cuanto Turel se entere que aun
vives, sabes que será una cacería
-
Te aseguro que ese infeliz no va a
quitarme el sueño -- dijo el chico
-- En cuanto a lo otro, eso va a
depender de lo qué consideres una tontería.
Bill
iba a decir algo pero pareció pensarlo mejor y se dio vuelta para marcharse.
Estaba seguro de que dijera lo que dijese, Jason haría lo
que se le diera la gana si consideraba que eso era lo que debía hacer.
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