Cuando
Harry abrió los ojos, por un momento creyó que habían vuelto a La Madriguera.
El ruido a su alrededor fue lo que lo hizo pensar eso, pero cuando miró bien,
notó que estaban en una concurrida calle muggle. Después de caminar unos metros, se dieron
cuenta que no estaban adecuadamente vestidos.
- Creo que llamaremos mucho la
atención -- dijo Ron
- Tenemos que buscar un sitio donde
cambiarnos -- dijo Hermione con voz llorosa
Los
chicos la miraron y prefirieron no decir nada, porque comprendían que la pobre
chica aún estaba muy afectada, pero ambos sabían que de nada serviría encontrar
un sitio donde cambiarse de ropas, si no las tenían. Pero repentinamente
Hermione los hizo meterse en un callejón.
- Harry, dame el bolso que te di a
guardar -- dijo mientras se secaba las lágrimas
Harry
se metió la mano al bolsillo y le entregó el pequeño bolso. Tuvo la misma
impresión que cuando se lo guardó en el bolsillo más temprano, como si algo se
moviese dentro.
- Aquí están sus ropas --
dijo la chica
De
nuevo la miraron y pensaron que realmente debía estar muy mal, porque en aquel
objeto difícilmente cabía algo más que un pergamino.
- Llevo varios días haciéndoles el
equipaje -- dijo mientras ante los asombrados ojos de los
chicos comenzaba a sacar pantalones y camisas
-- la que está en problemas soy
yo.
- Hermione… --
comenzó Harry
- Dejen de mirarme así, es un sencillo
encantamiento extensor.
Una
vez que los chicos estuvieron listos, Hermione se aplicó para modificar su
atuendo, y la verdad era que lo había conseguido con bastante éxito.
- Una pregunta -- le
dijo Harry -- dijiste que habías estado preparando el
equipaje para nosotros ¿no?
- Sí, estaba segura que en cualquier
momento podía ocurrir algo así. De modo que procuré meter todo lo que se me
ocurrió que podían necesitar, en caso de tener que salir de manera
intempestiva.
- ¿Y pretendías que Harry fuese por ahí
con un bolso de chica? -- preguntó Ron
- No seas necio Ronald Weasley, por si
no lo has notado, podía llevarlo en el bolsillo.
Decidieron
meterse en una cafetería para poder hablar con calma, pero no tenían idea de
cómo los mortífagos habían dado con ellos. Los rápidos y bien entrenados
reflejos de Harry, los salvaron de ser sorprendidos. Sin embargo, el hecho de
que los hubiesen encontrado tan pronto, planteaba un serio problema ¿Tenían
algún modo de seguirles la pista? Después de mucho pensar, llegaron a la
conclusión de que solo quedaba un lugar dónde esconderse, Grimauld Place. Y
aunque no sabían qué tan seguro podía resultar, decidieron arriesgarse.
Su
llegada al lugar fue traumática gracias a un encantamiento que había colocado
Ojo Loco, para evitar que Snape pudiese hablarles del lugar a los mortífagos,
pero una vez salvado ese obstáculo y el de la ruidosa pintura de la madre de
Sirius, Hermione comprobó que no había ninguna presencia humana en la casa y
avanzaron. Se asomaron a las ventanas cuando estuvieron en el salón, y
comprobaron que aparentemente no habían sido seguidos. Hermione repentinamente
se llevó la mano al pecho, y de no haber sido porque Ron la sostuvo,
probablemente habría caído.
-
¿Estás bien? --
preguntó Harry asustado
Ambos
chicos la miraban con consternación, porque hasta donde habían podido
comprobar, ninguno había salido herido en el reciente enfrentamiento.
Súbitamente Hermione comenzó a llorar, y tanto Harry como Ron, llegaron a la
conclusión de que aquello solo era producto de su dolor por haber tenido que
dejar a su hija.
-
Hermione
-- comenzó Harry -- así
como yo no puedo regresar, tú tampoco puedes hacerlo en este momento, no
sabemos cómo están las cosas, pero con toda seguridad si el Ministerio cayó en
manos de los mortífagos, eso representa en sí mismo un peligro para ti.
Pero
la chica que seguía ahogada por las lágrimas, hacía un mudo gesto de negación
con la cabeza.
-
Lyra estará segura en casa Hermione --
dijo Ron -- Remus y Jason se harían matar antes de
permitir que nada le sucediese.
-
Estoy… segura… --
dijo entre sollozos -- que algo terrible… está sucediendo.
Aunque
intentaron atribuirle esa afirmación, al hecho de que estaba muy angustiada por
haber tenido que dejar a la niña, ambos sintieron que una mano helada les
comprimía el estómago. Tardaron bastante en lograr que se calmara un poco. Pero
al poco rato, Ron entró en pánico cuando
Harry repentinamente sintió la furia de Voldemort, y el chico pensó que podía
encontrarse en su casa atacando a su familia. Apenas estaban tranquilizándose,
cuando Hermione ahogó un grito al ver una figura plateada que entró como una
ráfaga y se posó ante ellos.
*********************************
Los
invitados que no habían logrado desaparecerse fueron reunidos todos en el
centro de la pista de baile, mientras que la familia Weasley había sido
apartada y llevados al interior de la casa. Cuando los Delacour vieron que se
llevaban a su hija, intentaron detenerlos pero Fleur les recordó que ahora ella
también era una Weasley.
La
señora Weasley sollozaba mientras miraba a Ginny a su lado. Había hecho todo
cuanto le habían permitido para curar las heridas de sus hijos y del señor Weasley.
Sin embargo, no la habían dejado acercarse a los cuerpos de Bill y de Jason, y
ya para ese momento estaba cercana a colapsar por la angustia. Los tenían a
todos en el salón y no les habían permitido levantarse de sus respectivos
asientos. Fleur lloraba con desconsuelo, ya que a ella tampoco le habían
permitido acercarse a Bill.
De
pronto el ruido de la puerta los hizo volver las cabezas. El grupo de mortífagos
estaba entrando al salón y de último traían los cuerpos de Bill y de Jason.
Molly vio la herida sangrante en el hombro de su hijo, así como el cuerpo
inerte de Jason y se sintió morir.
Los
mortífagos dejaron caer los cuerpos en el piso sin ninguna consideración, lo
que les produjo un enorme dolor en el corazón. No obstante, lo que dijo el que
parecía el jefe a continuación, encendió de nuevo la esperanza.
-
Pónganlos en una silla y asegúrense de
que no puedan moverse, no queremos más sorpresas.
Aquello
significaba… Los hombres hicieron lo que les habían ordenado y una vez que
estuvieron en las sillas, uno de ellos se volvió hacia el resto.
-
Weasley
-- dijo acercándose a Arthur --
Ahora… -- pero se interrumpió cuando otro de los
individuos entró precipitadamente
-- ¿Qué?
-
El Jefe viene en camino --
dijo el hombre
Al
momento todos sintieron que un frío recorría sus espaldas, porque estaban
absolutamente seguros que aquellos hombres eran mortífagos, por lo tanto su
“Jefe” solo podía ser Voldemort. El hombre que hasta ese momento les había
parecido el que comandaba a aquel grupo, asintió y se volvió de nuevo hacia
Arthur.
-
Harías bien en decirme de una vez dónde
está Potter
-
Ya te dijimos que no lo sabemos --
dijo Arthur con voz pausada pero firme
El
individuo no insistió y volviéndose hacia Bill lo apuntó con su varita. Molly y
Fleur ahogaron un grito cuando vieron el rayo salir disparado hacia el pecho
del chico, pero por fortuna solo era para reanimarlo. Cuando Bill abrió los
ojos, le tomó algunos segundos ubicarse pero ellos no estaban dispuestos a
mostrarse muy condescendientes.
-
¿Dónde está Potter?
-
No… lo sé.
-
¿Y tú hermano?
-
En su habitación… pero eso ya debes
saberlo -- Bill estaba en lo cierto, ya ellos habían
verificado esa información
-
¿Y
Granger?
-
¿Por qué habría de saberlo yo?
-
Vamos Weasley --
dijo el hombre -- todos saben que es la novia de tu primo, así
que…
-
Tú lo has dicho, es “su” novia, no la mía
-
Veamos si podemos refrescar tu
memoria -- y acto seguido -- ¡CRUCCIO!
Los
gritos ahogados de Molly, Ginny y Fleur
hicieron sonreír al hombre mientras Bill se retorcía de dolor. Después
de un momento el hombre lo soltó.
-
Probemos de nuevo --
dijo -- ¿Dónde están Potter y la sangre sucia?
Aunque
Bill sentía que la herida del hombro le quemaba y que aún parecía que miles de
cuchillas estuviesen clavándose en su cuerpo, eso no evitó que lo mirara con
odio.
-
¡No lo sé! -- y
al instante un rayo impactó en su rostro abriéndole un surco desde el pómulo
hasta la boca
El
hombre lo miró con asco y se volvió hacia Jason. Apuntó su varita y Jason
comenzó a abrir los ojos. A Jason le tomó solo unos segundos hacerse cargo de
la situación. Estaba inmovilizado pero no completamente, de modo que sin
levantar la cabeza y apenas moviendo los ojos velozmente, hizo un rápido
inventario de los presentes. Bill estaba en una silla a su lado, herido pero
vivo. Los restantes miembros de su familia presentaban arañazos y una que otra
herida, pero todos bien dentro de lo que cabía. Solo le preocupó no ver a
Remus. Una vez que se hubo asegurado de todo esto, levantó la cabeza.
-
¿Dónde está Potter?
-
Ni idea.
-
¿Y Granger?
-
Misma respuesta
Pero
era evidente que el mortífago comenzaba a perder la paciencia, porque se acercó
y tomándolo por el frente de su camisa lo sacudió.
-
¿Crees que soy estúpido?
-
¿La verdad? --
preguntó mirándolo a los ojos
-- Sí -- contestó
con una sonrisa sardónica
El
individuo clavó un doloroso puñetazo en el abdomen de Jason, pero en ese
momento salió despedido por los aires.
-
¿Qué modales son esos Weston? --
preguntó una voz desde la puerta
Pero
aquella voz lejos de tranquilizar a los presentes, solo los alarmó muchísimo
más, al menos a los que conocían al recién llegado. Éste caminó directo hacia
Jason, hasta situarse frente a él. Y a pesar de que el chico vio con alivio que
traía a Lupin consigo, aunque lo dejó custodiado por otros dos sujetos, no le
produjo el más mínimo placer la presencia de aquel mal nacido.
-
Hola Jason --
saludó el individuo como si estuviesen en una reunión social --
Lamento mucho todo esto pero estoy seguro de que hay un malentendido.
Jason
lo miró con una total ausencia de expresión, pero no por eso se quedó callado.
-
Veo que al fin decidiste mostrarte tal
cual eres Evan, un asqueroso mortífago.
-
Estás equivocado mi amigo -- le
dijo sin perder su antipática sonrisa
-
En primer lugar no soy tu amigo, y en segundo
estoy seguro que no hay equivocación posible.
-
Por si lo has olvidado trabajo para el
Ministerio, de manera que soy un servidor público
-
Como dije, un asqueroso mortífago
La
señora Weasley ahogó una exclamación, aquel chico se estaba buscando más problemas
de los que ya tenía. Sin embargo, Evan solo sonrió.
-
Te equivocas, soy el Jefe del CCP
-
¿Y qué se supone que sea eso? --
preguntó Bill
-
La División para la Captura de Criminales
Peligrosos -- contestó el hombre --
Ahora -- dijo mirando de nuevo a Jason --
podemos terminar esto de manera rápida e… indolora --
hizo una pausa intencional y luego prosiguió --
Solo tienen que decirme dónde está Potter y nos marcharemos tranquilos.
-
¿Y puede saberse cuál es su crimen? --
preguntó Remus
-
¡Ah Weasley! --
dijo girándose hacia Arthur después de mirar con desprecio a Lupin -- Hay
ciertas cosas que “no” deberías hacer, y una de ellas es relacionarte con
proscritos
Arthur
iba a contestar pero la mirada suplicante de Remus para que no empeorara las
cosas, lo hizo guardar silencio. Pero Jason era otro asunto.
-
Ya quisieras tú poder compararte con él,
pero a su lado sales perdiendo -- dijo Jason con ira contenida
-
Siempre tuviste problemas para elegir a
tus amistades Jason, y en mi opinión tendrías que revisar esa manía --
dijo Evan en tono burlón
-
Me tiene sin cuidado tu opinión y aún no
contestas la pregunta
Evan
sacó un pergamino del interior del bolsillo, lo desplegó y se lo mostró a todos
los presentes. Después que vieron la fotografía de Harry, Evan leyó lo que
venía debajo.
“Por Orden del Ministerio de Magia, se
autoriza al CCP para la búsqueda y captura de HARRY JAMES POTTER, como
sospechoso de la muerte de Albus Dumbledore”
-
¡Eso es una vulgar mentira! --
exclamó Ginny indignada
-
Mi estimada señorita --
dijo Evan mirándola -- No nos corresponde a nosotros juzgar ese
asunto, nuestro trabajo consiste solo en llevarlo ante la justicia y será ante
ella que quede demostrada su inocencia o su culpabilidad
-
Claro, y una vez que lo tengas, se lo
entregaras a tu Jefe para que lo mate ¿no?
-- dijo Jason
-
No creo que Pius Thirknesse tenga motivos
para ello, solo queremos interrogarlo
-- pero a continuación intentó
sorprenderlo con otro asunto -- ¿Y la chica Granger? ¿Dónde está?
-
No lo sé.
-
¡Oh vamos Jason! Todos saben que es tu
novia.
-
Así es, pero eso no implica que
necesariamente tenga que saber dónde está
-- dijo con voz controlada
-
¿Intentas decirme que en verdad no sabes
dónde está la madre de tu hija? -- hizo un chasquido con la lengua -- Me
gustaría creerte pero… -- dejó la frase en suspenso, sin embargo Jason
no dijo nada, solo se alegraba de que la mentira aún se mantuviese -- En
realidad estoy muy preocupado por ti. Verás, en principio ya es bastante malo
que estés relacionado con esa… ¿señorita?
-
No es asunto tuyo con quien me
relaciono -- dijo Jason con voz helada -- y
en cualquier caso ¿cuál es tu interés en ella?
-
Vuelves a estar equivocado, porque en
primer lugar, se convierte en mi asunto cuando sabemos que ella es una conocida
amiga de Potter, por tanto puede saber lo que ustedes se niegan a decirme. Y
segundo, la señorita Granger también debe presentarse en el Ministerio.
-
¿Por qué? ¿Acaso también es sospechosa en
el asesinato de Dumbledore?
-
No, pero debe presentarse ante la
Comisión de Registro de Nacidos Muggles
Los presentes ahogaron una exclamación. De modo que aquella barbaridad
ya era una Ley. Solo esperaban que a los chicos no se les ocurriese regresar en
aquel momento y un sudor frío recorrió sus espaldas al pensar en ello.
-
Bien Jason, he sido muy paciente pero
espero algo de colaboración de tu parte, o de lo contrario no podré ayudarte.
-
No necesito tu ayuda.
-
Considerando la situación --
dijo mirando a su alrededor
-- yo diría que sí. Así que dime -- y
su tono varió sensiblemente -- ¿Dónde puedo encontrar a la señorita Granger?
-
¡Vete al infierno! --
escupió Jason y acto seguido recibió un puñetazo en la cara
-
¿Tienes idea de lo que puedo hacerle a tu
hija?
-
Si llegas a ponerle una sola mano encima
a cualquiera de las dos, lamentarás haber nacido -- le
dijo él con una ira fría
-
¡Qué conmovedor! Pero lamentablemente
para ti, no estás en posición de amenazar
-- le dijo y estiró los dedos de
la mano izquierda donde faltaba el meñique
-- No lo he olvidado y creo que
ha llegado la hora de que pagues por esto ¡CRUCCIO!
Resultó inesperado para todos excepto para Jason que había visto
formarse la maldición antes de ser pronunciada, y aunque estaba preparado para
soportar el intenso dolor, no podía controlar las sacudidas de su cuerpo. La
maldición duró tanto que fue expulsado de la silla cayendo al piso mientras
Molly, Ginny y Fleur emitían los gritos que él no.
-
Puedo matarte aquí y ahora --
dijo Evan -- Dime dónde está.
-
Aunque lo supiera… asquerosa serpiente
rastrera… no te lo…
-
¡CRUCCIO! --
bramó el enfurecido Turel
Las sacudidas comenzaron de nuevo para desesperación de los presentes.
-
¡Basta por favor! --
suplicó Molly, Evan se detuvo y la miró
-
¿Me lo dirá usted señora Weasley?
-
De verás no lo sabemos --
sollozó ella -- pero le suplico…
-
¡No… supliques… tía! --
dijo Jason haciendo un enorme esfuerzo por virarse, ya que Turel había
liberado la sujeción que se lo impedía
-
Veo que tienes muchos deseos de morir,
aunque para ser honestos si yo estuviese en tu posición, teniendo por mujer a
esa sangre sucia y padre además de una hija de esa cualquiera…
Nadie supo cómo lo logró después de haber sido sometido a aquel
prolongado maltrato, pero seguramente el profundo odio que sentía por aquel
individuo, combinado con la ira que le produjeron sus palabras, impulsaron a
Jason a ponerse de pie de un salto y apretar el cuello de Turel. Por supuesto y
bien mirado, aquello había sido estúpido, porque de inmediato tres maldiciones
impactaron en su espalda haciéndolo volar a varios metros de Evan y caer muy
cerca de Lupin. Él se agachó, o al menos
tuvo la intención pero fue apartado violentamente por sus custodios. Evan
apuntó su varita y el cuerpo de Jason se vio arrastrado hacia dónde él se
encontraba.
-
¡Eres un imbécil! --
exclamó agachándose a su lado
-- Primero rechazas colocarte del
lado ganador y ahora escoges enfrentarme en lugar de ceder. Sigues siendo el
mismo niño estúpido que conocí en la escuela.
-
Si es… así --
dijo Jason con esfuerzo ya que según lo que sentía, debía tener varias
costillas rotas -- ¿Por qué… fuiste a… buscarme?
-
Digamos que decidí ser generoso y darte
de nuevo una oportunidad, además…
-
¡No!
-- lo interrumpió Jason -- Yo
te… diré por qué -- Evan lo miró con curiosidad, y aunque era
evidente cuánto le costaba respirar, ya no digamos hablar, lo dejó
continuar -- Lo hiciste porque… querían tenerme…
controlado… lo hiciste porque… eres… un maldito cobarde.
Molly gimió, Ginny y Fleur cerraron los ojos y contuvieron la
respiración, Remus no pudo dejar de admirar el valor y la decisión del chico,
mientras que los miembros restantes de la familia, a pesar de saber lo que
aquello podía causar, sintieron un desmesurado orgullo. Evan se puso de pie y
lo miró con sumo desprecio.
-
¡CRUCCIO! -- lo
atacó por tercera vez
Todos vieron con dolor, ira e impotencia que de los oídos de Jason comenzaba a brotar
la sangre. Aquel miserable lo estaba matando y nada podían hacer.
-
Esto debí hacerlo años atrás --
dijo Evan moviendo la cara de Jason con la punta de su pie, y luego se
agachó y le sujetó el rostro con la mano libre
-- Voy a encontrarlas Jason, y
será una lástima que no puedas ver a tu hija hecha pedazos.
-
Voy a… matarte Evan… y voy a…
disfrutarlo -- le dijo con los dientes apretados y en lo que
era apenas un susurro, pero en medio del doloroso silencio en el que se
hallaban, todos lo escucharon perfectamente
-
¡Vete al infierno desgraciado! --
exclamó Evan y volvió a atacarlo
Cuando Turel bajó su varita, vieron que ahora sangraba además por la
nariz y un muy fino hilo de sangre se deslizaba por la comisura de sus labios.
Ya no podía hablar, pero giró la cabeza y miró a Bill. En medio del dolor,
Remus se sorprendió al ver que los ojos de Jason habían adquirido una tonalidad
gris translúcida para luego pasar a un azul purísimo. Mientras que Bill, para
quien aquello no era ninguna novedad pues había visto aquellos cambios durante
toda su vida, solo prestó atención a la muda súplica impresa en aquella mirada
e hizo un imperceptible movimiento de asentimiento.
En el momento que Evan levantaba su varita nuevamente para terminar
con aquello…
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