Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

lunes, 21 de julio de 2014

Cap. 43 Familia…



Una vez que se cerró la puerta por encima de él, Sirius siguió bajando los escalones de madera que conducían al sótano. Por extraño que pareciese, Lyra estaba profundamente dormida, lo que le parecía excelente dadas las circunstancias.

Llegó al final  y se encendieron las velas. En la anterior ocasión que había estado allí, no había prestado mucha atención, pero ahora notó que Bill y Jason debían haber trabajado mucho en el acondicionamiento del sótano. El lugar no era muy grande pero  tenía todo lo necesario como para albergar a unas tres personas, calculó él, con cierta comodidad. Pero lo que lo hizo pensar que los chicos tenían mucho que ver en ello, era la presencia de una cuna y un aparador con artículos infantiles. Evidentemente habían pensado en Hermione y Lyra, y en una posible situación de emergencia, pero afortunadamente ella había tenido ocasión de huir.

Caminó hacia la cuna, dejó a Lyra en ella y comenzó a pasearse de arriba abajo con nerviosismo. No le gustó la idea de dejarlos en aquellas circunstancias y no le gustaba estar allí encerrado, y aunque su natural confianza en sí mismo le hacía difícil aceptar que aquellos infelices pudiesen someterlo, también había pensado en la comprometida situación en la que habría colocado a los Weasley si se sabía que él estaba en su casa.

Después que Kingsley les había avisado que ya se sabía que él estaba vivo, les explicó con más calma el motivo por el que era buscado. El primer argumento para librar orden de captura en su contra, era que Fudge había actuado precipitadamente al indultarlo por el crimen del que estaba acusado. Por supuesto, aquello encontró una sólida resistencia por parte de los miembros del Wizengamot que aún no estaban bajo la maldición Imperius, pero como nadie había visto a Peter, en realidad todo se sustentaba en la palabra de Dumbledore. Y el segundo argumento, era de orden investigativo, porque en teoría querían saber cómo alguien que había caído a través del velo, había logrado sobrevivir. Sin embargo, cualquiera que fuese el motivo, estaban seguros que ello lo conduciría de nuevo a Azkaban.

Sirius estaba seguro al igual que los demás, que el pitazo solo pudo haberlo dado su querida prima, pero aquello carecía de importancia, el asunto era mantenerse fuera del alcance de los miembros del Ministerio, y ahora mucho más.

Detuvo su incesante andar al escuchar a Lyra llorar. Se acercó a la cuna y la tomó en brazos, pero la niña seguía llorando.

-         ¡Demonios!  --  dijo en voz alta  --  ¿Qué se supone que haga? Nadie me dijo nada y no sé nada de niños.

Ciertamente y hasta dónde podía recordar, el único niño al que alguna vez había tenido en brazos era Harry, y solo para entretenerlo.

-         Veamos lobita  --  dijo mirando a la niña  --  ayúdame.

Pero se dio cuenta que aquello era ridículo, aquella criatura tenía apenas algo más de un mes y no había ninguna posibilidad de que lo entendiese y mucho menos que lo ayudase. Lyra seguía llorando y él comenzó a desesperarse, pero de pronto se quedó mirando el aparador y vio… ¿biberones?

-         ¡Eso es!  --  exclamó triunfante  --  Tienes hambre ¿verdad?

La dejó en la cuna y caminó hacia el aparador, pero después que tuvo todo al alcance se quedó mirándolo sin saber qué hacer.

-         ¡Ah! Si serás imbécil Sirius Black  --  y acto seguido apunto su varita y unos segundos después la fórmula estuvo lista

Caminó hacia la cuna pensando y esperando,  haber recordado correctamente las palabras que había escuchado pronunciar a Lily muchas veces para preparar el alimento de Harry. Tomó a Lyra en brazos de nuevo y acercó el biberón a sus labios.

-         Bien, al menos parece que te gusta  --  dijo aliviado  --  Tu padre me debe una, lobita, así que espero que si algún día lo dejo a cargo de mi hijo…  --  y de se detuvo súbitamente

¿Qué estaba diciendo? Él no tenía hijos. Sin embargo, y como había estado ocurriendo con frecuencia en relación a otras cosas, especialmente relacionadas con Harry, comenzaron a desfilar a toda velocidad por su mente una serie de imágenes desconcertantes. Una joven mujer… hermosa… ¿sería Anne Marie?... un jardín… una casa… ¿de quién era aquella casa?... la conocía… ¿era suya?... sangre en un sillón… ¿pero de quién?... ¿un hospital? No era San Mungo ¿qué lugar era aquel?... de nuevo la chica hermosa pero pálida y sudorosa… Lunático…  “disculpe… se trata de su primer hijo”… ¿de quién?... un hombre de blanco que le sonreía… “Felicidades señor Black, ya es usted… ¿¿¿padre???”

Sirius se puso de pie de un salto con lo que Lyra comenzó a llorar de nuevo. Él trató de recuperar la calma, pero parecía que las imágenes ahora no podían detenerse. Comenzó a desesperarse en el momento en el que no pudo separar lo que suponía eran recuerdos de un sueño recurrente que había venido teniendo con un niño que hasta ahora pensaba era Harry. En él se veía a sí mismo jugando, durmiendo, alimentando y hablándole a aquel bebe, y aunque no recordaba que ninguna de las escenas que veía en sus sueños hubiesen tenido lugar en la casa de los Potter, suponía que era por su reciente reencuentro con su ahijado.

Quería concentrarse en aquello pero Lyra seguía llorando ahora más que antes y por un momento pensó que tal vez no había preparado el biberón adecuadamente y le había caído mal, pero aquello era imposible porque lo había hecho muchas veces para…

-         ¡¡¡ ANTHAR !!!

Sirius se puso violentamente de pie olvidándose por un momento del desesperado llanto de Lyra. ¡Tenía un hijo! Pero… ¿dónde?... ¿acaso?... y a continuación sintió un vacío en el estómago y que el piso se abría bajo sus pies.

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Un sobrecogedor silencio los envolvió cuando vieron que los ojos de Jason se cerraban y la mano que había estado sobre su pecho caía hacia un lado. Evan ladeó la cabeza y luego le hizo señas a uno de sus hombres para que se acercara  y verificara el estado del chico. El hombre se agachó junto a él, le colocó los dedos en el cuello y después de unos segundos se volvió hacia Evan.

-         Está muerto  --  dijo poniéndose de pie

El grito que salió de las gargantas de Molly y de Ginny no había manera de describirlo. ¿Cómo se describe el dolor? Nadie puede explicárnoslo, nadie puede describir con justicia esa terrible y opresiva sensación que nos ataca haciendo que el corazón se paralice por unos segundos y que el mundo por un infinitesimal momento parezca haber terminado. No, no  hay palabras adecuadas para describir el vacío inmenso que nos deja por dentro y que nos hunde en el más profundo abismo de desesperación.

Molly perdió la consciencia y su cabeza cayó hacia un lado. Los sollozos de Fleur eran perfectamente audibles, mientras que las silenciosas lágrimas que rodaban por los rostros de los demás, eran clara señal de que se les estaba rompiendo el alma.

Evan se había limitado a hacer un gesto de fastidio y acto seguido ladeó la cabeza para mirar a Bill.

-         En mi opinión tu muy necio primo desperdició su vida inútilmente  --  le dijo  --  Espero que tú seas más inteligente.

-         Pierdes tu tiempo Turel  --  dijo Bill en tono frío, y aún las lágrimas seguían escapando de sus ojos  --  No conseguirás más conmigo de lo que conseguiste con él.

-         Odio derramar verdadera sangre mágica como sería tu caso  --  aclaró  --  Este infeliz  --  agregó mirando con desprecio el cuerpo de Jason  --  al fin y al cabo era un mestizo, pero tú mi querido amigo, perteneces a una de las pocas familias sangre pura que existen, de modo que…

-         Ahórrate el discurso, nada de lo que digas me hará cambiar de opinión.

-         Entonces espero que no seas tan decepcionantemente débil como él.

-         ¿Débil?  Ya quisieras tú tener la mitad de su fortaleza  --  le dijo con ira  --  Ese siempre fue tu problema ¿verdad? Nunca pudiste soportar que él fuese alguien mucho mejor que tú.

-         No digas estupideces Weasley, tu primo siempre fue débil, arrogante, estúpido…

-         Se me ocurren otros muchos adjetivos para describirlo con más justicia  --  lo interrumpió Bill  --  pero lo más importante es que a él le sobraba lo que a ti te falta infeliz. ¡Valor!

La maldición salió disparada junto con toda la rabia de Evan. Bill volvió a sentir aquel dolor punzante en cada centímetro de su cuerpo, pero cuando terminó, su odio y su determinación no habían disminuido ni un ápice.

-         ¿Más dispuesto a hablar Weasley?

-         Puedes continuar… con tu diversión… imbécil.

-         Veamos si tu linda esposa piensa lo mismo  -- dijo Evan con placer desmedido

Aunque Bill sintió que el miedo le apretaba el corazón, guardó silencio sin dar señales de ello y sin dejar de mirar a Evan, de modo que él se acercó a Fleur. Ella estaba pálida y al igual que todos los demás las lágrimas aún resbalaban por sus mejillas.

-         ¿Sabes qué linda?  --  le preguntó Evan  --  Creo que escogiste muy mal, porque tu recién adquirido marido no parece estimarte mucho.

-         Eso no es asunto tuyo, malheureux, y si tuviegas que enfgentagte a él en igualdad de condiciones saldgias coggiendo como el cobagde que egges.

-         ¡Vaya! Una defensa muy enardecida para alguien que no lo merece.

-         Cualquiega en esta sala, es mucho mejog que tú  --  dijo la francesa mirando con odio a Evan

-         Veamos entonces que tan resistente es la sangre francesa ¡CRUCCIO!

Obviamente el entrenamiento de Fleur no había alcanzado los niveles del de Bill o el de Jason, de modo que sus gritos perforaron los oídos de los presentes e hicieron pedazos el corazón de Bill. Lo mejor que podía decirse de aquello, era que había durado considerablemente menos que los de Bill y Jason. Aun así cuando finalizó, Fleur tenía la frente perlada por el sudor y muchas más lágrimas que antes, pero también un odio mucho más visceral. Evan entrecerró los ojos y la miró fijamente, porque por un momento había tenido la absurda idea de que sus facciones habían cambiado, pero sacudió la cabeza y se volvió hacia Bill. Lo cierto es que sí lo habían hecho, después de todo, las veelas aunque son criaturas bellas, cuando se enfurecen adquieren un aspecto nada agradable y no había que olvidar que Fleur era descendiente de una, aunque aquello Evan no lo sabía o si lo sabía lo había olvidado.

-         ¿Qué me dices ahora Weasley?

-         ¡Qué eres un miserable hijo de perra!  --  escupió Bill con furia

-         Ya

Evan se giró y los miró a todos, y luego para horror de los presentes caminó hacia Ginny.

-         ¿Qué opinas Weasley?  --  dijo mirándolo por encima del hombro  --  ¿Tu hermanita?

La angustia general casi podía tocarse, sin embargo, nadie dijo nada. Quizá era una buena cosa que Molly estuviese sin sentido, porque de otra manera la pobre habría sufrido un para cardíaco.

-         Los miembros masculinos de tu familia no se muestran muy inclinados a defender a sus mujeres  --  le dijo, y luego le sujetó el rostro  --  ¿Tú qué opinas bonita?

-         ¡Quítale tus sucias manos de encima!  --  le gritó Arthur,  con lo que Evan volvió la cabeza para mirarlo

-         ¿A cambio de qué?  --  le preguntó

-         ¡Cobarde!  --  esta vez fueron los gemelos

-         ¡Si eres hombre enfrenta a hombres, miserable!  --  le gritó Charlie

Evan sonrió pensando que ahora sí había encontrado el punto débil de aquellos infelices. Pero se sorprendió y soltó a Ginny cuando ella gritó casi en su oído.

-         ¡Cállense todos!  --   y luego miró al sorprendido Evan  --  Y tú sabandija asquerosa, descubrirás que un Weasley, tenga la edad que tenga, sea hombre o mujer, tiene de sobra aquello de lo que tú careces ¡Bastardo!

La bofetada que le dio retumbó en toda la habitación y un hilo de sangre apareció en la comisura de los labios de Ginny pero cuando enderezó la cabeza, sus ojos eran dos puñales de odio.

-         Acabas de demostrar lo que eres  --  le dijo con voz acerada  --  Pero te sugiero que te asegures de matarme, porque te has encargado de convertirme en tu peor enemiga.

-         ¡CRUCCIO!

A pesar de su indiscutible valentía, Ginny tenía apenas dieciséis años, de modo que el terror se apoderó de todos. Estaban seguros que ella en ningún caso podría resistir aquello y en efecto, a los pocos segundos perdió el conocimiento.

Bill y Arthur se miraron y ambos parecieron llegar a la misma conclusión. Podían matarlos a todos y sin la necesidad de justificar sus muertes, porque ahora el Ministerio estaba en poder de Voldemort. Sin embargo, era un hecho que estaban dispuestos a morir por aquello en lo que creían.

-         Espero que te haya quedado claro que hagas lo que hagas,  no conseguirás de ninguno de nosotros más de lo que tienes ahora  --  dijo Bill  --  Así que has lo que mejor sabes hacer. Mátanos a todos y tal vez consigas una palmada en el hombro del esquizofrénico que tienes por jefe.

Aunque Evan hervía de furia, las palabras de Bill le hicieron recordar algo. En los planes de Voldemort no estaba el mostrarse abiertamente, porque aquello podría provocar una rebelión, de modo que su trabajo era sembrar la confusión y el temor. Sin embargo, matar a los Weasley suponía tener que dar muchas explicaciones a la comunidad mágica, ya que como él mismo había dicho, ellos eran una de las familias más antiguas y sangre pura para más señas. De manera que tragándose su rabia, esbozó una sonrisa.

-         Qué equivocado estás Weasley  --  y se acercó a él  --  Ya te dije que no me gusta derramar sangre mágica. Solo quería un poco de colaboración de su parte.

Pero la luz se hizo rápidamente en el cerebro de Bill y lo miró con mayor desprecio aún, si es que eso era posible.

-         Aunque nunca lo dudé, Jason siempre tuvo razón cuando decía que no eras más que un ser patético, miserable y cobarde Turel. Son muchas las explicaciones que tendrías que dar para desaparecer a toda una familia ¿no?

Evan estaba que reventaba de rabia pero hizo un gran esfuerzo por ignorar a Bill y se dirigió hacia Remus.

-         A ti nadie va a extrañarte engendro  --  le dijo con el mayor de los desprecios  --  Sin embargo tienes una oportunidad.  Sabemos que eres el mejor amigo de Black, así que como dije tienes la oportunidad de elegir entre vivir o morir y la diferencia la haría el que me dijeras…

-         Ahorra aliento Turel, yo no traiciono a mis amigos, de modo que no te diré nada  --  Evan retrocedió un paso de forma involuntaria cuando sintió el peso del odio y el peligroso brillo salvaje de aquellos ojos  --   Eres la misma clase de escoria que fue tu padre, así  que aunque esté revolcándose en el infierno, imagino que le darás una gran satisfacción al matar a uno de los que ofreció matarlo a él si volvía a cruzarse en su camino.

Los Weasley abrieron mucho los ojos al escuchar a Remus, porque si bien era cierto que ya sabían la historia de sus enfrentamientos con el padre de Evan, no era menos cierto que nunca en todos los años que llevaban conociéndolo, lo habían escuchado hablar con tanto odio a nadie. Y ciertamente  aunque conocían perfectamente la condición de Lupin, ninguno de los presentes había sido testigo de una transformación, por lo que el mismo brillo salvaje que había visto Evan, lo vieron ellos, recordando que Sirius había dicho muchas veces lo peligroso que podía resultar el pacífico profesor cuando era empujado a ciertas situaciones extremas.

La ira de Evan había llegado a su punto máximo, o al menos eso creían y todos contuvieron el aliento cuando lo vieron levantar el brazo.

Sin embargo, la maldición no fue pronunciada. En cambio se llevó la mano derecha al antebrazo izquierdo y acto seguido se volvió hacia sus hombres.

-         Manténganlos vigilados, que se quede una guardia en la verja. ¡Vámonos!  --  ordenó

-         Señor  --  dijo uno de los individuos  --  ¿Qué hacemos con los otros?  --  y por los otros se estaban refiriendo a los invitados que aún seguían en el patio

-         Que se larguen  --  contestó Evan mientras seguía caminando hacia la puerta

-          ¿Y qué hacemos con este?  --  preguntó el mismo individuo señalando el cuerpo de Jason

-         Que ellos mismos se encarguen de deshacerse de su basura  --  y sin mirar atrás abandonaron la estancia

Apenas salieron, los encantamientos que los mantenían sujetos a sus asientos se deshicieron. Charlie corrió a sostener a Ginny que se estaba deslizando hacia el piso mientras que Arthur sostenía a Molly. Bill se levantó a duras penas y abrazó a Fleur, y Remus caminó hacia el cuerpo de Jason y se arrodilló a su lado. Los gemelos hicieron lo mismo y luego los siguieron los demás. Charlie había reanimado a Ginny, lo mismo que Arthur a Molly, pero apenas la mujer volvió en sí, volvió a emitir el mismo desgarrador grito de dolor al ver el cuerpo de Jason en el piso. Los Delacour entraron junto con Tonks justo en el momento que Molly  abrazaba al cuerpo inerte de su sobrino.


Aquella sería una noche que por muchos motivos no olvidarían jamás. Aunque ya estaban muy comprometidos con la causa, el dolor tanto físico como emocional al que habían sido sometidos, forjó en aquella familia el más sólido de los compromisos, tanto para hacer todo cuanto estuviese en sus manos por liberar al mundo mágico de aquellos bastardos, como la firme determinación de cobrar cada gota de la sangre que había sido derramada ese día.

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