Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cap. 65 Enfrentamiento final…



Harry se movió casi por inercia, se echó la capa sobre los hombros y aunque en el fondo deseaba ser visto y detenido, sabía que bajo ella nadie lo notaría. Le resultaban extrañas las sensaciones multiplicadas de los latidos de su corazón, los sonidos y los olores a su alrededor, y lo atribuyó al hecho de caminaba hacia la muerte.
Iba a morir, de alguna manera esa era una idea que siempre había estado en algún rincón de su consciencia, y aunque una parte de él estaba aterrada, la otra lo veía como algo natural y ya preestablecido.
Al llegar abajo, vio a Neville y a Oliver trasladando cuerpos al interior del castillo. Sintió el opresivo dolor de nuevo al ver el cadáver de Colin Creveey, él no debía estar allí, no debía haber muerto, ninguno debía haberlo hecho. Pensó en Tonks y en Fred y el dolor creció. Echó un vistazo hacia el interior del comedor, pero no vio a ninguno de los Weasley, ni a Hermione, ni a ninguno de los suyos. Pensó tristemente que le habría gustado despedirse de ellos, pero continuó su marcha.
Salió y vio Neville inclinado sobre un cuerpo, y repentinamente una idea vino a su cabeza. Nagini seguía viva. Aunque él muriese aun había un Horrocrux que mantendría a Voldemort atado a la vida. De modo que se acercó a Neville y se descubrió. Al chico casi le da un infarto por el susto, pero Harry no perdió el tiempo y le dijo lo que juzgó más conveniente. Aunque Ron y Hermione sabían que debía hacerse, en caso de que ellos… no podía permitirse el pensarlo siquiera, pero debía conservar la cabeza fría como lo había hecho Dumbledore. Neville quiso saber a dónde iba, y él mintió con descaro diciéndole que era parte del plan.
Siguió su camino y vio a Ginny, deseó con todas sus fuerzas abrazarla, sentir por última vez su calor, pero estaba seguro que no habría podido dejarla luego, de modo que se apresuró a continuar. Vio que cientos de Dementores volaban por encima de su cabeza, y se preguntó si podría atravesar sin ser afectado, porque estaba seguro que no tenía la fuerza necesaria para convocar a un patronus en ese momento. Mientras se adentraba en el Bosque, sacó la snitch y supo sin ninguna duda lo que debía hacer. Unos segundos después sus padres estaban allí. En cierta forma fue algo reconfortante tenerlos a su lado, pronto se reuniría con ellos y finalmente estarían juntos como siempre debieron estar.
Llegó hasta donde estaban los mortífagos reunidos, vio que tenían a Hagrid allí y escuchó la voz decepcionada de Voldemort.
-         Pensé que vendría  --  dijo mirando hacia las llamas que ardían en una fogata en el centro  --  Esperaba que viniera, pero parece que he sido engañado
Harry se quitó la capa,  la metió dentro de su túnica y dio un paso al frente.
-         No, no lo has sido  --  dijo tan alto y claro cómo le fue posible
La piedra se deslizó de su mano y cayó al piso. Había llegado el momento.

Hermione había permanecido en brazos de Remus, mientras Sirius se recuperaba, pero repentinamente le asaltó un temor. Desde que habían regresado de la Casa de los Gritos no había visto a Harry, de  modo que dejó a su marido y fue en busca de Ron. Jason la había visto alejarse y se acercó a Lupin.
-         ¿A dónde va?
-         No lo sé, no me lo dijo  --  el chico frunció el ceño y luego se volvió hacia Sirius
-         ¿Cómo te sientes?
-         Me duele la cabeza, pero estoy bien  --  le dijo y lo miró con preocupación  --  ¿Y tú?
La pregunta obedecía a que Jason presentaba un aspecto lamentable. Sus ropas estaban manchadas de sangre casi en toda su extensión,  tenía cortes en varios lugares del rostro, en los brazos, y por algunas rasgaduras en sus pantalones podían verse heridas de diferentes tamaños en sus piernas.
-         Estoy bien  --  dijo el chico y se giró
-         No, no lo estás niño  --  le detuvo Sirius  --  Olvida un momento a los demás y mira por ti mismo.
-         Hay gente mal herida Black
-         Pero tú estás al borde del agotamiento Jason  --  le dijo Remus  --  debes tomarte un descanso y…
Pero ya le hablaba al aire, porque Jason se estaba alejando. Grace estaba tendida a un lado de Sirius y en ese momento comenzó a despertar. Se incorporó de inmediato al recordar dónde estaban.
-         ¡Hey! ¿Dónde crees que vas niña?  --  la detuvo Sirius
-         ¿Qué sucedió?  --  preguntó algo desorientada
-         Voldemort nos concedió una tregua  --  dijo Remus
-         ¿Cómo?
-         Tregua que esta por vencerse  --  agregó Sirius  --  Por cierto ¿Has visto a Harry?
Y repentinamente Lupin fue consciente de la razón por la que Hermione había desaparecido. Miró a Sirius con los ojos muy abiertos, y éste no necesitó que le transmitiera en palabras lo que estaba pensando. Ambos se pusieron de pie y sin darle una explicación a Grace, salieron a escape de allí.

Hermione estaba reprochándose el haber dejado a Harry solo, pero al entrar al Comedor y ver a Ginny en aquel estado, solo pensó en ir a consolarla. Y ahora Ron tenía un sentimiento similar, solo quiso estar con su familia en aquel terrible momento y se había olvidado de su amigo. Ahora ambos corrían a toda velocidad hacia el despacho del director, porque estaban seguros que Harry querría ver el recuerdo de Snape, y solo allí podría hacerlo. Pero el despacho estaba vacío y no se entretuvieron, salieron y corrieron hacia el vestíbulo de nuevo, donde casi chocaron con Remus y Sirius.
-         Harry…  --   comenzó Remus pero Hermione se echó a llorar
Jason corrió hacia ellos al ver a Hermione llorando, y llegó al mismo tiempo que Neville.
-         ¿Qué sucede? 
-         Es que no encontramos a Harry  --  le informó Ron
-         Lo vi hace un momento  --  dijo Neville
-         ¿Dónde?  --  preguntaron Remus y Sirius al mismo tiempo
-         Afuera, le pregunté a dónde iba y me dijo que no me preocupara que era parte del plan.
-         ¡Maldición!  --  exclamó Sirius
-         Tenemos que detenerlo  --  dijo Remus
-         ¡Bill, Joseph, Kingsley!  --  gritó Jason volviéndose
Los aludidos acudieron enseguida y fueron informados sucintamente de lo que ocurría, pero Sirius ya caminaba hacia las puertas, no perdieron el tiempo y lo siguieron, pero antes de llegar, quedaron congelados por la voz de Voldemort.
En un primer momento, el horror los había paralizado al escucharlo decir que Harry estaba muerto, pero cuando dijo que lo había matado mientras huía, la indignación los hizo recuperar la movilidad y comenzaron a caminar de nuevo hacia afuera, y junto con ellos, todos aquellos que aún podía hacerlo corrieron también.
El grito de la Profesora McGonagall hendió el aire haciendo que Bellatrix riera, aquella desquiciada se burlaba de forma inmisericorde del dolor que estaban causando. Porque al grito de Minerva, se unieron los de Ron, Hermione y Ginny.
Sirius y Remus estaban más allá del dolor, y solo deseaban hacerle el mayor de los daños a quienes habían hecho aquello.
Hermione y Ginny estaban más o menos en las mimas condiciones, la imagen de Harry tendido a los pies de Voldemort, era algo que había poblado sus noches de pesadillas, fue un temor que asoló sus mentes durante tanto tiempo, que el dolor de verlo convertido en una realidad, se encontró con que no había corazones que lastimar porque ya estaban deshechos.
El ver a Harry tendido en el piso, para Remus fue como ver de nuevo a James y la herida volvió a abrirse, haciendo que la bestia que vivía en su interior clamara por la sangre de Voldemort.
En el caso de Sirius, aparte de revivir la horrorosa tragedia de haber perdido a su amigo, el dolor lacerante y más reciente de la pérdida de su esposa y su hijo, hicieron que el rasgo de locura presente en todos los Black, brillara con furia en sus ojos.
Neville, se reprochaba su estupidez, conocía a Harry desde hacía siete años, y se preguntaba cómo había sido capaz de dejarse engañar, tenía que haberlo detenido. Miró a la serpiente y tomó una decisión. Aquello era lo último que le había pedido Harry, y era algo que haría a cualquier precio.
Bill había experimentado todas las emociones posibles aquella fatídica noche, miedo, odio y el dolor más profundo, y ahora mientras Voldemort hablaba tomó una determinación. Si su mundo acababa de aquel modo, él no quería vivir para verlo. De modo que o mataban  a aquel mal nacido, o morirían en el intento.
Jason miró el cuerpo de Harry, y al igual que Bill supo que había llegado el momento de matar o morir. Aquel miserable le había quitado a su padre y había hecho que pasara la mitad de su vida alimentando un odio que había envenenado su sangre. Aferró su varita y dio un paso al frente sin importarle  el centenar de mortífagos apuntando hacia ellos, después de todo, por sus venas también corría sangre Black, y aquel gen de locura hereditario acababa de aflorar en toda su intensidad.
En cuanto habían visto a Harry, la multitud agolpada a las puertas del Castillo, había prorrumpido en gritos de insulto a Voldemort, pero éste había intentado silenciarlos y seguir con su sarta de mentiras, pero para su sorpresa el hechizo se había roto al momento en el que Ron le gritó y volvieron a alzarse las voces de todos.
Al mismo tiempo, Neville y Jason habían salido de entre la multitud y habían avanzado hacia Voldemort. El primero con intención de dar muerte a Nagini, y el segundo con el único propósito de matar a Voldemort, pero ambos fueron rechazados, golpeándose dolorosamente contra el duro piso.
-         ¿Quiénes son éstos?  --  preguntó Voldemort  --  ¿Quiénes son lo bastante necios como para ofrecerse de voluntarios y demostrar a los demás lo que les sucede a quienes intentan seguir con una batalla perdida?
-         El más joven es Neville Longbottom, mi señor. El chico que ha estado dando tantos problemas a los Carrow. Y el otro es Jason Prewet, el que se ha escapado una y otra vez de Evan Turel  --  esta información fue proporcionada por una solícita Bellatrix
-         ¡Ah!  --  exclamó él  --  Ambos poseedores de las sangres más puras de nuestro mundo.
-         ¿Y qué?  --  exclamó Neville
-         ¡Ciertamente mucho más que la tuya!  --  no pudo evitar decir Jason para fastidiarlo
Y Voldemort los miró a ambos ignorando sus comentarios.
-         Han demostrado espíritu y valor, digno del linaje del que proceden, serán de gran utilidad a mi causa.
-         ¡Me uniré a ti cuando el infierno se congele!  --  le gritó Neville y Voldemort miró a Jason
-         ¡Púdrete infeliz! ¡Pero asegúrate de matarme, y si hay un infierno te juro que voy a estar esperándote, bastardo!
-         Muy bien  --  y en la suavidad de su voz, había mucho más peligro que en la maldición asesina
Ni Neville, ni Jason podían moverse, pero hubo movimiento entre la multitud, se trataba de Remus, Sirius y Bill por un lado, pero ellos fueron detenidos por los Weasley, y por el otro Joseph y Grace, que fueron detenidos por Kingsley y Dánaee, y todos habían visto las varitas de los mortífagos alzarse hacia ellos al detectar la conmoción. De modo que vieron impotentes a Voldemort convocar al Sombrero Seleccionador, colocarlo sobre la cabeza de Neville y luego hacerlo arder en llamas. Pero cuando se volvió hacia Jason, varias cosas sucedieron a la vez.
Primero, Jason había recuperado sorpresivamente la movilidad, segundo se oyó un gran estruendo y al girar las cabezas vieron a Charlie Weasley al frente de una multitud que se acercaba y escucharon  sus gritos de guerra. Al mismo tiempo, oyeron a Grawp gritar llamando a Hagrid y los gigantes respondieron con un salvaje y feroz rugido. Y de forma casi simultánea, se escucharon un centenar de cascos y una lluvia de flechas cayeron sobre los mortífagos que enseguida rompieron filas.
Cuando Jason se deslizó sobre el suelo para recuperar su varita, vio a Harry moverse velozmente y desaparecer bajo la Capa de Invisibilidad, pero no dejó que la sorpresa lo entretuviera, se alegraba de que estuviese vivo y de que Voldemort hubiese sido lo bastante estúpido para creerlo muerto, pero tenía cosas por hacer y se lanzó a ellas.
Neville también se había liberado del sombrero llameante y sacando la espada de Gryffindor de él, la blandió en el aire y cerceno de un sablazo la cabeza de Nagini. Nadie escuchó el grito de rabia de Voldemort que se perdió en el escándalo reinante, pero Harry inmediatamente lanzó un escudo protector sobre Neville.
El caos era total, los mortífagos estaban entre los defensores del castillo y los refuerzos traídos por Charlie, los rayos iban y venían volando en todas direcciones. Harry miró hacia arriba y vio a los thestrals y a Buckbeack atacando a los gigantes, y la batalla comenzó a desplazarse hacia el interior del Castillo. Cuando Harry alcanzó el vestíbulo, vio y escuchó a los elfos domésticos liderados por Kreacher, que venían armados de cuchillos y toda clase de objetos cortantes y se lanzaron a las piernas de los mortífagos.
Los mortífagos estaban siendo doblegados por el peso del número de sus atacantes, pero aun así algunos resistían mientras otros intentaban escapar. Harry había hecho lo posible por proteger a todos aquellos que se atravesaban en el camino de Voldemort mientras iban hacia el Castillo, pero una vez dentro, ya no tuvo forma de hacer disparos claros, de modo que se detuvo un momento y observó.
George y Lee peleaban contra Yaxley, Flitwick contra Dolohov. Remus tenía una dura lucha contra Rowles, mientras que Sirius lo hacía contra Kovacevic. Vio a Ron y a Neville abatiendo a Fenrir Greyback, Aberforth tiró a Rookwood mientras Arthur y Percy cercaban a Thirknesse. Grace y Dánaee se enfrentaban a dos mortífagos de aspecto salvaje y desgreñado, pero Grace abatió al suyo y se dedicó a ayudar a Dánaee que peleaba con desventaja porque tenía una herida en el brazo.
Bill se las estaba viendo con Selwyn que ponía verdadero empeño en despacharlo, pero finalmente Bill le lanzó un bien dirigido rayo que dio en todo el centro del pecho, y el hombre cayó desplomado.
Joseph se había librado de otro infeliz, pero buscaba a Stuart entre la multitud hasta que al fin dio con él. En cuanto el mortífago lo vio, abrió mucho los ojos, porque si bien las cosas no habían resultado como lo habían planeado, no tenía idea de que su antiguo compañero hubiese sobrevivido.
-         ¿Sorprendido “amigo”? 
Pero antes de que el otro tuviese oportunidad de levantar su varita siquiera, ya Joseph lo había desarmado.
-         No  --  le dijo cuándo el otro lo miró con ojos asustados  --  No soy un asesino, aunque no pueda decir lo mismo de ti, pero me aseguraré de que no puedas hacer daño a nadie más ¡EXCISUM! 
El alarido de dolor del hombre se perdió en el ruido general, y cayó pesadamente en medio de un charco de sangre y con ambas manos cercenadas.
Harry sintió un frío recorrerle la espalda cuando una maldición asesina golpeó a solo centímetros de Ginny que peleaba junto con Luna y Hermione contra Bellatrix, y aunque había estado dirigiéndose hacia Voldemort que peleaba a pocos metros en contra de Kingsley, McGonagall y Slughorn, cambió de rumbo para dirigirse hacia Bellatrix, pero fue hecho a un lado por una furiosa Molly.
-         ¡Con mi hija no, perra!
Pero mientras Molly se enzarzaba en aquella mortal lucha contra Bellatrix, Ginny y Hermione vieron a Jason en problemas, estaba siendo atacado por Travers y otro individuo, se dirigieron hacia él pero antes de haber dado un par de pasos apareció Bill al lado de su primo y acabaron el asunto. Sin embargo, Ginny que tenía su atención dividida entre su madre y su primo, vio a Jason quedarse repentinamente inmóvil y cuando siguió la dirección de su mirada, supo la razón.
Jason había pasado todo ese tiempo buscando frenéticamente a Turel y en el proceso había dejado una estela de cadáveres a su paso, pero finalmente lo había encontrado.
-         Jason…  --  le dijo Bill, pero él lo ignoró
Bill supo que intentar detenerlo habría sido como intentar detener el viento. La mirada de Jason se volvió fría y avanzó con determinación. Ginny y Hermione se habían movido un poco sin descuidar la batalla que tenían Bellatrix y Molly.
-         ¡Apártense!  --  gritó Jason 
Dánaee y a George que se enfrentaban en ese momento a Turel, suspendieron sus varitas mientras Evan giraba la cabeza.
-         ¡Tú!
-         Te llegó la hora Evan  --  le dijo Jason con voz helada
Tal vez Turel pensó algo equivocadamente, que Jason no estaba en condiciones de enfrentarlo porque su aspecto general era lamentable, sangraba profusamente, caminaba con dificultad y en su opinión estaba a punto de desvanecerse, pero esto solo hizo que sonriera en forma maligna.
-         Eres un imbécil Prewet, y vas a pagar por ello
Por un momento un fugaz brillo de temor relampagueó en sus ojos al ver a Bill a pocos pasos y a la pequeña Weasley junto a la sangre sucia, pero fue muy evidente y ahora fue Jason el que sonrió.
-         ¿Asustado?  --  y sin esperar respuesta  --  Haces bien, pero ellos no van a meterse
Acto seguido levantó su varita con tal rapidez, que Turel apenas si tuvo oportunidad de defenderse. Ginny, Bill y Hermione estaban a medio camino entre ambas luchas, por un lado su madre enfrentándose a una loca psicópata, y por el otro su primo en una pelea a muerte con otro loco asesino.
Harry también había visto a las chicas moverse y estaba en una situación parecida, pero su observación incluía a Voldemort. Molly atacaba a Bellatrix de forma tan encarnizada como la mortífaga a ella, y entre insultos y rayos de peligrosos colores, Bellatrix se burlaba y reía enloquecida.
Turel ponía verdadero empeño en matar a Jason, pero la decisión de Jason no era menor, los primeros rayos fueron desviados o causaron poco daño, aunque en el caso de Jason cada vez que alguno lo alcanzaba, tanto Hermione como Ginny sentían desesperación por las condiciones en las que estaba el chico. Pero la balanza comenzó a variar a favor de Jason, que comenzó a mostrar su superioridad con una precisión quirúrgica. Evan enfureció cuando un rayo le abrió la herida que le había hecho su oponente recientemente en su enfrentamiento en el Ministerio.
-         ¡Maldito desgraciado!  --  gritó y Jason se limitó a sonreír
El próximo le abrió una profunda herida en la pierna derecha, y Turel se tambaleó pero contraatacó aunque sin resultado. Con el siguiente casi fue audible el crujir de los huesos del brazo izquierdo al ser destrozados. Los ojos de Turel se volvieron vidriosos por el dolor, y Jason acortó la distancia.
-         Te advertí que ibas a morir, y que lo iba a disfrutar  --  le dijo  --  ¡DISTORTUM!
Turel no podía llevarse la mano a la cabeza sin correr el riesgo de soltar su varita, aunque para lo mucho que le estaba sirviendo habría dado lo mismo. Jason escuchó de forma lejana que alguien decía su nombre, pero en su cabeza solo había lugar para una cosa en ese momento. Miró a los ojos a Turel antes de hacer el último movimiento.
-           ¡IGNIS A INTUS EX!  --  los gritos de Turel se triplicaron  --  Que disfrutes el infierno, bastardo
Dicho esto, Jason cayó de rodillas agotado, mientras la gente a su alrededor estaba entre asombrada y espantada, al ver que  Evan se quemaba, pero las llamas salían del interior de su propio cuerpo y nadie tenía ni la más mínima idea de qué hacer. Sirius había corrido para detenerlo pero no había llegado a tiempo, y ahora solo le preocupaba el estado de Jason. Pero no tuvieron tiempo para preocuparse u ocuparse, porque la multitud rugió enardecida y otro grito muy diferente  a los que estaba dando el desgraciado que se quemaba frente a ellos, se impuso y los hizo girarse.
Mientras Jason se había estado enfrentando a Turel, Molly había seguido haciéndolo con Bellatrix, y finalmente Molly Weasley acababa de darle muerte. Harry se giró y vio a McGonagall, Kingsley y Slughorn salir despedidos cuando la furia de Voldemort explotó al ver caer a Bellatrix. Levantó su varita hacia Molly y todos ahogaron una exclamación.
-         ¡PROTEGO!   --  lanzó Harry saliendo de debajo de la capa
De nuevo la multitud gritó enloquecida y un “HARRY ESTA VIVO” se escuchó repetido y multiplicado, pero inmediatamente se hizo un silencio opresivo cuando Harry y Voldemort se miraron a los ojos. Empezaron a caminar en círculo y Harry ordenó que nadie interviniese, y difícilmente pues todos estaban congelados mirando la escena. Escucharon estupefactos lo que Harry estaba diciéndole, y estaban seguros que en cualquier momento Voldemort blandiría su varita.
De este inusual modo se enteraron de que Harry había ido al bosque dispuesto a morir, pero por alguna razón no lo había hecho a pesar de no haber hecho nada para defenderse. Le echó en cara que por esa razón no había podido dañar a nadie más, porque él había estado dispuesto a morir por ellos para protegerlos. Se enteraron de igual modo que Severus Snape nunca le fue leal, porque siempre trabajo bajo las ordenes de Dumbledore, y aun su muerte fue pactada entre ellos.
Y por último, Harry le dijo que le daba una última oportunidad de arrepentirse, diciéndole además que lo pensara y se preguntase  por qué la varita que tenía en las manos aun no le otorgaba su fidelidad, revelándole que él, Harry,  había desarmado a Draco su legítimo dueño, hacía semanas.
-         ¡Eso no tiene importancia!  --  exclamó Voldemort más sorprendido que molesto  --  Después que me deshaga de ti, me encargaré de Draco.
-         Aún no lo entiendes ¿verdad Tom?  --  y ahora los ojos de Voldemort se volvieron dos rendijas de odio  --  ¿Sabe la varita que sostienes que su amo fue desarmado? Porque si lo sabe… yo soy el auténtico amo de la Varita de Sauco.
El tiempo pareció detenerse, el aire congelarse y las respiraciones suspenderse. El sol del nuevo día entró de repente, Harry escuchó más que vio y a su vez lanzó esperando lo mejor.
-         ¡AVADA KEDAVRA!
-         ¡EXPELLIARMUS!
Los rayos colisionaron en el centro del círculo que habían estado trazando al caminar, la varita de Sauco voló hacia lo alto para luego descender hacia la mano extendida del amo al que no podía matar y ser atrapada por el ágil buscador. El cuerpo de Voldemort cayó, había muerto víctima de su propia maldición rebotada. Tom Riddle yacía en el piso, mientras Harry permanecía de pie con dos varitas en las manos.
Después de un sobrecogedor instante de silencio, el escándalo estalló alrededor de Harry, y unos segundos después se sintió abrazado, empujado, y felicitado todo al mismo tiempo.
Jason estaba precariamente de pie, entre Remus y Sirius, ya que el último lo había ayudado a levantarse después de su enfrentamiento con Turel.
-         Vayan  --  les dijo Jason  --  yo estaré bien.
Sirius y Remus asintieron y se dirigieron hacia Harry, llenos de orgullo y alivio a partes iguales. Pero ciertamente Jason no estaba bien, y apenas ellos se alejaron el cayó nuevamente sin fuerzas. Miró hacia el cielo por donde entraban furiosamente los rayos del sol.
-         Cumplí mi juramento padre, tu muerte ha sido vengada   --  dijo antes de que sus ojos se cerraran
Aquella cruenta batalla había costado muchas vidas, mucho dolor y mucho sufrimiento, pero finalmente, todo había terminado.




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