Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cap. 63 Recta final…



Cuando Hermione se calmó, subió a la habitación dónde estaban Harry y Ron. Ellos vieron que tenía los ojos enrojecidos, pero nada dijeron. Sabían perfectamente cómo debía estar sintiéndose ella. De modo que soportaron en forma paciente cuando ella comenzó a repasar innecesariamente los detalles del plan. Al igual que sus quejas acerca de tener que utilizar la varita de Bellatrix.
Escucharon cuando Fleur los llamó para que bajaran a cenar, y aunque lo que menos tenían era hambre, decidieron bajar. Pero antes de hacerlo Hermione los detuvo.
-         Creo que deberíamos decírselos
-         ¿Cómo?  --  preguntó Ron
-         Bill y Fleur se han portado excesivamente bien con nosotros, de manera que creo que merecen saber que nos vamos y que no vamos a regresar  --  dijo ella
Después que Harry lo pensó un momento, llegó a la conclusión de que Hermione tenía razón, sería injusto marcharse de aquella forma después de la forma como se habían comportado, así como no sería justo someterlos a la preocupación de no saber si volverían o no.
-         Hermione tiene razón  --  reconoció  --  Por todo lo que dijo y porque así ellos podrán marcharse tranquilos sin la incertidumbre de si vamos a volver o no.
De modo que bajaron a cenar y una vez finalizada la cena, Harry les pidió a Bill y a Fleur hablar con ellos un momento a solas. Luna y Dean se ofrecieron a recoger la mesa, y ellos salieron hacia el salón.
-         Bill, nos marcharemos mañana a primera hora
Aunque tanto Bill como Fleur sabían que ocurriría, no dejaron de sorprenderse. Sin embargo, Bill no cometió la necedad de intentar disuadirlos, estaba perfectamente al tanto de que fuera lo que fuere que hacían, aún no había concluido.
-         ¿Hay algo que podamos hacer por ustedes antes de marcharse?
-         Nada Bill, gracias. En realidad ya han hecho mucho y se los agradecemos  --  dijo el chico
-         El hechizo seguirá en funcionamiento aunque nosotros no estemos aquí, de modo que si en algún momento necesitan volver pueden hacerlo, y una vez que estén aquí, envíen aviso y de ser necesario los llevaremos a otro lugar seguro ¿de acuerdo?
-         De acuerdo, pero sí hay un par de cosas más que debo pedirles  --  y los miró con intensidad  --  No avisen a nadie lo que acabo de decirles, aunque piensen que pueden estar haciendo un bien, no sería así. Y segundo, necesito tu palabra de que no se levantarán mañana a despedirnos  --  aquello era básico, ya que Hermione se transformaría en Bellatrix
Bill entendió la razón de la primera petición, sobre todo en el caso de Hermione, e independientemente de la razón que tuviesen para la segunda, tampoco vio un motivo válido para negarse.
-         La tienes  --  prometió  
-         Gracias
Una vez finalizada la charla, se despidieron. Bill abrazó a su hermano y le pidió que se cuidara, lo mismo que a Hermione y finalmente a Harry.
-         Harry, no olvides que sea lo que sea, sigues contando con todos nosotros, solo tienes que avisar y acudiremos en tu auxilio.
-         Gracias Bill, por todo
En el caso de Fleur lloró mucho, pero finalmente los dejó y se marcharon a sus habitaciones. Harry pensó que echaría mucho de menos la comodidad, el calor de hogar y la compañía de sus amigos, pero había llegado la hora de continuar.

Aunque Bill había despertado muy temprano, había cumplido con su palabra y ni siquiera se levantó de la cama hasta que el sol ya entraba a raudales en su habitación.
-         Ya deben habegse magchado  --  dijo Fleur a su lado
-         Eso creo  --  dijo él  --  y es hora de que nosotros lo hagamos también
Después de un silencioso y triste desayuno, ya que una vez que les informaron a los chicos que los demás se habían marchado, Luna había llorado mucho y apenas había probado su comida, Dean le tomó la mano a su amiga.
-         Él va a estar bien Luna, y ya verás que pronto estará de regreso.
Bill quería compartir esa esperanza, y pensar que pronto todo terminaría. Recogieron algunas cosas y se dispusieron a marcharse. Bill y Fleur le dieron una última mirada a su hogar, preguntándose cuándo podrían volver y si podrían hacerlo realmente.
Aparecieron en Inverness y eran cerca de las diez de la mañana, de modo que la primera visión que tuvieron los chicos, fue realmente impresionante. El sol bañaba el jardín, y las flores parecían brillar. El tamaño del edificio también los asombró, porque se habían imaginado una casa grande, pero aquel lugar difícilmente podía calificar como “casa” y más bien los hizo recordar con nostalgia a Hogwarts.
Miles ya estaba en la puerta cuando llegaron a ella, y los saludó con la misma deferencia que de costumbre, y no mostró ningún asombro por los nuevos visitantes.
-         Milord está en el salón señor Weasley  --  le informó
-         Gracias Miles
Se dirigieron hacia allí y tanto Remus como Jason, clavaron sus ojos en Bill al verlo aparecer en compañía de todos. Bill saludó a sus padres, al igual que Fleur y luego presentaron a Dean, porque a Luna ya la conocían. Jason haciendo gala de su extraordinario control, llamó a Miles y le indicó que llevase a Dean a reunirse con su madre y hermanas, y luego miró a Bill. Se excusaron y Bill siguió a su primo y a Remus al estudio.
-         Se marcharon esta mañana a primera hora  --  dijo antes de que le preguntasen
-         ¿Tú lo sabías?  --  preguntó Jason
-         No hasta anoche a última hora
-         ¿Y por qué demonios no avisaste?  --  le gritó
-         Les di mi palabra de no hacerlo  --  y miró a Remus que se había dejado caer en el sillón y tenía la cabeza entre las manos  --  Lo siento Remus, pero pienso que fue mejor así, iba a resultarle muy duro de otro modo.
Jason abandonó el estudio sin decir nada más pero con una mirada tormentosa, mientras que Remus seguía abatido sobre el sillón.
-         Debí imaginarlo  --  le dijo a Bill  --  ayer estaba triste, pero pensé que era por no poder ver a la niña, ya que pasó toda la tarde haciendo preguntas acerca de ella. Soy un imbécil.
-         No digas tonterías, lo que no eres es adivino  --  le dijo Bill en un intento para que se tranquilizara  --  Vamos hombre, sabíamos que esto iba a ocurrir, de modo que ahora solo nos queda esperar y desear que todo les vaya bien y logren su objetivo, sea este el que sea.

Entre tanto, Jason había subido a su habitación y estaba lanzando cuanta cosa se le atravesaba en el camino, y en esta ocasión Sirius estaba demasiado “entretenido” como para ocuparse de tranquilizarlo. De modo que unos minutos después de haber entrado, aquel lugar parecía zona de guerra. Sin embargo, en medio del caos, Jason escuchó el llanto de Lyra y corrió a la habitación de Remus.
Cuando entró, Annie intentaba calmar a la niña con muy escaso éxito, de manera que Jason hizo a un lado su propio malestar y cogió a Lyra en brazos. Le tomó algún tiempo calmarla, pero finalmente lograron calmarse ambos. No obstante, mientras estaba con Lyra, sintió de nuevo la opresión en el pecho, pero intentó convencerse de que aquello era producto de la preocupación por la reciente información de la partida.

A la hora del almuerzo, una lechuza hizo su entrada y Jason arrugó el entrecejo. En los últimos meses había estado recibiendo mensajes del individuo que había designado como enlace entre él y el abogado que llevaba sus asuntos, pero como de costumbre había hecho caso omiso de las misivas, ya que lo consideraba del todo innecesario. Se había asegurado de que cualquier asunto hubiese quedado cubierto con el poder que le había otorgado a aquel individuo, y le fastidiaba sobremanera que insistieran y simplemente los ignoraba.
Sin embargo, resultó que en esta ocasión el mensaje que traía el ave no era para él, sino para Kingsley, y una vez que el mago lo leyó, fue evidente para todos que algo de seria naturaleza había sucedido, de manera que todos lo miraban con expectación.
-         Los chicos irrumpieron esta mañana en Gringotts  --  les dijo
Las mujeres ahogaron un grito aterrorizado, mientras que los demás estaban francamente horrorizados. Aun Bill sabiendo como sabía que los chicos planeaban algo, y aunque ese “algo” involucraba a Griphook, jamás se habría esperado algo como aquello, y más asombrado estaba de que el duende se hubiese prestado a ello, lo que lo hizo a su vez preguntarse qué demonios le habría ofrecido Harry a cambio.
La reacción de Sirius, Remus y Jason había sido muy similar, todos se habían puesto de pie  y miraban a Kingsley esperando que dijese lo que más temían.
-         ¿Y bien?  --  preguntó Sirius
Pero  Jason menos capacitado para la inactividad que nadie, se había movido hacia dónde estaba Kingsley y le había arrebatado el  trozo de pergamino de las manos. Leyó a toda velocidad la información, y soltó el aire.
-         Lograron escapar
-         ¡Siiiiiiiiii!  --  gritaron los gemelos y Ginny
-         Pero… ¿cómo?  --  preguntó Remus que aún estaba intentando digerir aquello
-         Al parecer liberaron al dragón que custodiaba las cámaras de seguridad y escaparon montados en él  --  dijo Jason
El alboroto fue aún mayor. Los gemelos, Ginny y Dean se habían levantado y habían unido ruidosos aplausos a sus gritos, mientras que Sirius reía de forma escandalosa, y aunque inicialmente podían haber pensado que era a causa de los nervios, con lo que dijo a continuación quedó claro que no.
-         ¡Mi ahijado es el digno hijo de un Merodeador!
-         Sirius por favor, pudieron…
-         Pero no lo hicieron  --  interrumpió con alborozo a Arthur
-         ¿Qué demonios buscaban en Gringotts?  --  preguntó Jason y miró a Bill
-         No tengo más idea que tú  --  le respondió él en voz baja  --  Sabía que planeaban algo, pero nunca me imaginé esto.
Con el alboroto que tenían los demás, nadie escuchó esta breve charla.
-         Realmente deben ser muy hábiles como para haber burlado la seguridad del banco  --  dijo Joseph  
-         Por supuesto que lo son  --  dijo Sirius mirándolo como si fuese un insecto molesto
El almuerzo terminó y mientras unos estaban muy preocupados, otros estaban muy contentos. Jason se encerró en el estudio y ni siquiera Sirius tuvo acceso. Intentó tranquilizarse, pero por algún motivo seguía sintiéndose sumamente inquieto. No le gustaba nada lo que los chicos habían hecho, pero no le cabía ninguna duda de que aquello había obedecido a algo de suma importancia, el asunto era a qué. Por más vueltas que le dio  no llegó a ninguna conclusión que lo dejara satisfecho.
Cuando el sol comenzaba a ocultarse, escuchó que llamaban a la puerta y la voz de Annie. Enseguida corrió hacia la puerta porque normalmente cuando se le necesitaba para algo, quien lo buscaba era Miles, pero que fuese Annie, solo podía deberse a que estaba relacionado con Lyra y efectivamente así era.
-         Siento molestarlo milord, pero la niña ha estado muy inquieta toda la tarde y el señor Lupin está reunido con los demás en el salón y como usted…
-         Está bien Annie, yo me haré cargo
La mujer le entregó a Lyra y se marchó.
-         A ver nena  --  le dijo sentándola en sus piernas  --  ¿Qué nos sucede?
Obviamente Lyra no podía contestar a eso, solo se quedó mirándolo un momento y luego se introdujo el pulgar en la boca y recostó la cabeza en su pecho. Él le acarició la mejilla con un dedo como lo hacía siempre, y la niña sonrió como de costumbre. Después de un rato, se había quedado dormida mientras él le pasaba su mano por la abundante cabellera.

Poco antes de la cena, estaban casi todos en el salón cuando Ginny le hizo un gesto a los gemelos y luego salió en compañía de Luna y Dean, al rato los gemelos fueron tras ellos.
-         ¿Qué sucede hermanita?  --  preguntó Fred
-         No estarás preocupada por tu héroe personal ¿verdad?
-         Cállense y escuchen necios  --  les dijo la pelirroja y sacó un galeón del bolsillo mostrándoselos  --  Harry está en Hogwarts.
-         ¿¿Qué??  -- dijeron los gemelos
-         ¿Dónde están las suyas?
Los chicos hurgaron en sus bolsillos y vieron que efectivamente ese era el mensaje.
-         ¡Diablos!  --  exclamó Fred
-         ¿Qué hacemos? ¿Avisamos a los demás?  --  preguntó George
-         Si por los demás te estás refiriendo a papá y al resto, la respuesta es no  --  dijo ella
-         Pero Ginny…
-         En cuanto al resto del ED, si todos llevan sus monedas como acordamos, ya deben saberlo  --  continuó ella ignorando la interrupción
-         De acuerdo, pero entonces…
-         Entonces haremos lo siguiente, Luna y Dean irán a Hogwarts  --  dijo mirándolos  --  ya saben qué hacer, cuando lleguen a Cabeza de Puerco nos dan aviso
-         Pero… ¿por qué no vamos todos de una vez?  --  preguntó Fred
-         Porque no podemos irnos todos sin despertar sospechas genio  --  le dijo ella
-         Bien  --  dijo Dean  --  Vamos Luna
Los dos chicos salieron y se dirigieron hacia al jardín charlando animadamente, con la intención de ser vistos por todos. Y un momento después, cuando les avisaron que ya estaban en el pub, Ginny y los gemelos salieron y se dirigieron al salón. Entraron en medio de una discusión, lo que hizo que todos voltearan a mirarlos.
-         Eres estúpido Fred  --  estaba diciendo Ginny
-         ¡Ginny!  --  exclamó Molly y ella se volvió hacia su madre después de inspeccionar el salón como si buscase a alguien
-         ¿Han visto a Luna?
-         Salió al jardín hace un rato cariño  --  le contestó Andrómeda
-         Vamos por ella y verán que tengo razón  --  dijo mirando a los gemelos
-         No seas tonta Ginny, ella está tan chiflada como su padre…
Los adultos sonrieron y dejaron de prestarles atención. En cuanto alcanzaron la puerta, echaron a correr hacia el lugar desde donde podían desaparecerse.

Después de la incursión a Gringotts, y de ver la matanza que había organizado Voldemort al enterarse, Harry también vio que uno de los Horrocruxes se encontraba en Hogwarts, de modo que sin pérdida de tiempo se dirigieron allá. Pero después del “grandioso” recibimiento que les dieron los mortífagos al llegar a Hogsmeade, de la oportuna intervención de Aberforth en su ayuda, y la charla que mantuvieron con él, ahora se encontraban en la sala de los menesteres rodeados de sus antiguos compañeros y escuchando el relato de cómo habían estado las cosas. Pero de pronto Harry sintió el dolor punzante en su cicatriz y se llevó la mano a la cabeza con el mayor disimulo. Acababa de ver que Voldemort había descubierto la desaparición del anillo, y por otro lado todos estaban preguntándole acerca de lo que harían. Trató de comunicarle a Ron y a Hermione lo que había visto, pero eso parecía imposible. Les informó a sus compañeros que no estaban allí para luchar contra Snape y los Carrow, lo que generó una gran decepción en ellos. Les dijo que había algo que debían hacer y luego tenían que marcharse. Los chicos insistían en que los ayudarían de igual manera, pero antes de que Harry pudiese decir algo más, sintieron que la puerta del túnel que daba a Cabeza de Puerco se abría y vio con asombro que por ella aparecían Luna y Dean.
-         ¡Luna! ¿Qué estás haciendo aquí?
-         Yo les avise  -- dijo Neville  --  Le prometí a Ginny y a ella que si volvías les avisaría.
Se generó otra discusión por el mismo asunto de la participación de los chicos, pero la puerta volvió a abrirse y Harry sintió que el corazón dejaba de latirle al ver que Ginny estaba saliendo del túnel. Le sonrió a Harry y corrió hacia él, y detrás de ella venían los gemelos y Lee, y detrás de éste apareció Cho. Harry estaba boquiabierto y sin saber qué hacer. Pero de pronto Ron se volvió hacia Harry.
-         Pueden ayudar Harry, no es necesario decirles todo, solo que ayuden en la búsqueda.
-         Ron, ni siquiera sabemos qué demonios estamos buscando
-         Precisamente por eso creo que Ron tiene razón, no todo tienes que hacerlo tú solo  --  dijo Hermione
Después de pensarlo un rato y de recordar dolorosamente que tanto secretismo no le había servido de nada a Dumbledore, decidió aceptar. Les informó que necesitaba encontrar algo perteneciente a Ravenclaw, y Cho se ofreció a acompañarlo a la torre de su casa para que Harry le echara un vistazo a la diadema de Rowena Ravenclaw que fue lo único que se les ocurrió, pero después de la oportuna intervención de Ginny, fue Luna quien terminó acompañándolo.

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En Inverness estaban por pasar al comedor, cuando de pronto Joseph se quejó y se llevó la mano derecha al antebrazo izquierdo. El primero en reaccionar había sido Jason al escuchar el quejido, pero al ver el gesto todos quedaron paralizados.
-         ¿Qué?  --  preguntó Sirius  --  ¿Tu antiguo jefe te llama?
-         No era mi jefe  --  dijo Joseph con los dientes apretados  --  ¡Maldita sea, esto no es agradable!
Pero las posibles connotaciones de aquel llamado preocuparon a los presentes, porque ahora sin nadie que les avisara de los movimientos de Voldemort, o de los de Turel, estaban en blanco. Sin embargo, aquella incertidumbre no duró mucho, porque apenas estaban recuperándose del sobresalto que había producido el quejido de Joseph, cuando una cabra plateada aterrizó en medio del salón.
-         Kingsley, urge la presencia de los miembros de la Orden, Harry y sus amigos están en Hogwarts
Si lo anterior los había sobresaltado, esto los colocó en las fronteras del horror. No obstante nadie se detuvo a pensar nada. En el cerebro de por lo menos cuatro de ellos, estaba claro que el llamado de Voldemort tenía que estar directamente relacionado con la presencia de Harry en Hogwarts.
Andrómeda sujetaba a Ted que se había puesto de pie para ir con ellos. Grace peleaba con Joseph, diciéndole que aún no estaba lo bastante fuerte. Molly llamaba a gritos a los chicos porque pensaba que estaban en el jardín, mientras que Jason había subido directamente a la habitación de Remus, había tomado a Lyra en brazos y bajaba de nuevo a toda prisa.
-         Andrómeda  -  sacudió a la mujer  --  toma a Lyra y a las Thomas y dirígete a este lugar  --  le dijo colocando un trozo de pergamino en su mano  --  Si yo no puedo regresar, alguien se pondrá en contacto contigo y las sacará de allí
-         Pero Jason…
-         ¡Ahora!  --  le ordenó él
Andrómeda sujetó bien a la niña y salió en compañía de las asustadas Thomas. Jason se volvió hacía Bill.
-         ¿Lo hiciste?
-         Sí, estamos listos para partir
Mientras Jason hacía lo anterior, Bill había enviado un patronus a Charlie, para que se pusiese en contacto con los magos en el exterior, los reuniese y los alcanzaran en Hogwarts.

-         ¡Vamos!  --  dijo Kingsley y todos salieron al jardín y desaparecieron en la oscuridad

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