Hermione llegó a Shell Cottage
emocionada y triste a partes iguales. Les contó a los chicos su encuentro con
Lyra, y ellos se sintieron sinceramente felices por su amiga, especialmente
Harry, sobre todo pensando que se acercaba el momento de marcharse y había
llegado a pensar que aquel encuentro no se iba a efectuar.
Remus se despidió de todos y se marchó.
Cuando llegó a Inverness tenía
intenciones de subir directamente a su habitación, pero vio luz en el estudio y
entró pensando que Jason estaría allí, y tenía la necesidad de agradecérsele
que hubiese hecho posible aquel encuentro. Pero se sorprendió al encontrarse a
Sirius.
-
¿Estás
bien? --
le preguntó al acercarse y notar que él miraba hacia el fuego de la
chimenea con una expresión de concentración impropia en él --
¿Sirius?
Él pareció regresar de muy lejos y lo
miró.
-
¿Estás
bien? --
repitió Lupin
-
Sí,
solo estaba pensando en lo sucedido hoy
Remus arrugó el entrecejo y se sentó
frente a él. Sirius le refirió todo lo relativo al rescate del individuo,
incluido el hecho de que Grace había resultado herida en el proceso.
-
¿Y
quién es este sujeto?
-
No
tengo idea -- dijo en tono sombrío
-
¿Y
qué es lo que te preocupa?
-
Nada
-
¡Vamos
Sirius! -- le dijo mirándolo con suspicacia --
Hemos participado en un sin número de rescates y aparte de que nunca te
has interesado ni tan siquiera en los nombres de los involucrados, normalmente
estarías muy contento porque aunque Grace haya sido herida, está bien ahora, de
modo que dirías que en conjunto todo había salido bien. De modo que no me digas
que no sucede nada.
-
Es
que no sé, supongo que siento curiosidad por saber quién es ese hombre y por
qué lo persiguen. Obviamente no es por el asunto de su sangre
-
¿Cómo
puedes estar seguro de eso? -- le preguntó
-- Y en todo caso, si tanta
curiosidad tienes ¿por qué no se lo preguntas?
-
Sigue
inconsciente, y según el niño sus perspectivas de vida son escasas.
Finalmente Remus optó por dejarlo así.
Sirius era del tipo necio, y no estaría en paz hasta que no averiguase lo que
quería saber. Lo que no tenía claro era su interés, de modo que llegó a la
conclusión que algo debió ver en aquel hombre que disparó las señales de alarma
en su cerebro. Porque si bien la crianza de Sirius lo había hecho un tanto
indiferente, Remus estaba perfectamente consciente que su instinto era de los
mejores.
Cuando entró a su habitación se dirigió
a la cuna, pero notó que su hija no
estaba en ella. De manera que supuso que estaría en la habitación de Jason como
en otras oportunidades y fue a buscarla, pero se encontró con que Jason se
había quedado dormido con la niña en brazos y un cuento se había deslizado
hacia un lado de la cama. Miró la escena durante unos segundos, y luego
retrocedió cerrando la puerta con sigilo. Remus había decidido dejar a la niña
allí porque consideraba Jason se había ganado a pulso ese derecho.
Jason despertó con la molesta sensación
de algo húmedo en su rostro, y una vocecita penetró las brumas del sueño.
-
Jey, Lya te -- y él abrió de golpe los ojos para encontrarse
con los de la niña muy cerca de los suyos
-
Hola
nena
-
Lya te -- repitió ella y él sonrió
Aquello significaba que la niña tenía
hambre. Se incorporó en la cama, y se volvió hacia ella.
-
Espérame
aquí, no te muevas ¿bueno?
Pero aquello era esperar mucho de
aquella inquieta criatura, porque apenas él entró al baño, la niña tomó la
varita que estaba en la veladora y comenzó a agitarla. Jason salió muy de prisa
en cuanto escuchó el ruido de cristales rotos.
-
Nena,
te he dicho que no hagas eso -- le dijo caminando hacia la cama con cuidado
de no pisar los restos de lo que hubiese sido aquello.
-
Mío -- dijo Lyra cuando él intentaba quitarle la
varita
-
No,
no es tuya -- le dijo
-- y tu papá dijo que me mataría
si rompías algo más con ella -- forcejeó brevemente con ella, hasta recuperar
su varita
-
Jey malo
-
¡Ja!
Vaya que es usted injusta señorita
Lyra le sacó la lengua y él rió. En ese
momento se abrió la puerta y Sirius asomó la cabeza.
-
Niño,
creo que esa es una compañera de cama algo joven aun para ti
-
Deja
de decir estupideces y cuídala un momento
Jason volvió al baño y cuando salió de
nuevo, ya sabía con lo que iba a encontrarse porque mientras se bañaba había
estado escuchando a Lyra reír escandalosamente.
-
Se
acabó la diversión lobita -- dijo Sirius en cuanto lo vio -- ya
sabes, Jason es malo -- le dijo haciéndola aterrizar en la cama
-
¡Ah!
De modo que eres tú quien le ha estado enseñando eso, debí imaginarlo -- y
Sirius rió cuando la niña repitió el asunto
-- Infeliz --
dijo él mirándolo mal -- ¿hay alguna razón para que estés aquí?
-
No,
solo sentí curiosidad cuando te escuche reír, como comprenderás, los hechos
extraordinarios como ese, despiertan mi curiosidad.
-
Y
por supuesto, eres lo bastante desvergonzado como para irrumpir en mi
habitación sin tener en cuenta con quién pueda estar compartiendo mi cama -- le
dijo mientras se vestía
-
¡Oh,
vamos niño! Teniendo en cuenta que anoche no bebiste, y lo limitado de las
opciones, era muy improbable que la única posibilidad te hiciera despertar
riendo
Sin embargo, cualquier cosa que pensara
decirle quedó interrumpida con la llegada del patronus de Kingsley anunciando
su visita. Jason alzó a Lyra y se dirigió a la habitación de Remus pero él no
estaba allí, de manera que se dio la mayor de las prisas en bañar y vestir a la
niña para luego bajar. Se la entregó a Remus y subió de nuevo sin prestar
atención a la pregunta de Remus acerca de si no iba a desayunar.
Entró a la habitación donde habían
instalado al enfermo, y se sorprendió al encontrar a Grace allí.
-
Buenos
días --
la saludó -- ¿Cómo te sientes? -- preguntó al notar que su aspecto no era el
mejor
-
Ha
estado muy inquieto -- dijo ella ignorando su pregunta --
¿Por qué no se le cierran las heridas?
-
Tengo
pocas dudas de que esas heridas fueron causadas por una serpiente especialmente
venenosa -- le dijo mientras examinaba al hombre --
Hace un par de años más o menos, tío Arthur fue atacado de forma similar
-
¿Va
a recuperarse?
Jason levantó la vista y estuvo seguro
de dos cosas. Primero, que Grace conocía a aquel sujeto. Y segundo, que era
alguien sumamente importante para ella. Sin embargo, Jason poseía mucho más
desarrollado el sentido de la oportunidad que Sirius y no hizo preguntas
innecesarias, porque Kingsley venía en camino y despejaría cualquier duda que
pudiesen tener. No obstante, aún debía responderle y como no veía motivos para
mentirle, fue quizá brutalmente honesto.
-
Lo
dudo mucho Grace. Le estoy suministrando todo lo que considero puede ayudarle,
pero pienso que aparte de haber sido atacado en forma salvaje, tal vez el
tiempo transcurrido entre el ataque y el momento de comenzar a ser tratado, fue
mucho. De manera que no puedo…
-
Por
favor --
lo interrumpió ella con una mirada suplicante --
eres el mejor sanador que he conocido, te he visto hacer cosas
increíbles, si alguien puede hacerlo eres tú.
Varias ideas invadieron la mente de
Jason, y ninguna tenía que ver con sus capacidades profesionales, de modo
que sin ningún escrúpulo invadió la de
ella. Pero a pesar de que él no era del tipo melindroso, la abandonó muy de
prisa después de un breve vistazo.
-
Lo
siento Grace. Como dije, haré lo que esté a mi alcance, pero no puedo
garantizar los resultados -- y en cuanto terminó allí, se excusó y
abandonó la habitación.
Mientras bajaba las escaleras, unas
ideas que consideró del todo desquiciadas acudieron a sus pensamientos, y a
pesar de que en cierta forma le hizo gracia, pensó que aquello podría traerles
muchos más problemas de los que ya tenían.
Kingsley ya estaba allí cuando él hizo
su entrada al salón y lo primero que hizo fue preguntar por el herido. Jason le
dijo poco más o menos lo mismo que acaba de decirle a Grace, y Kingsley
adquirió expresión de consternación.
-
Ahora --
dijo Sirius mirando al mago
-- ¿Nos dirás quién es este
sujeto?
-
Joseph
Morgan es un Auror -- les dijo para sorpresa de ellos y miró a
Tonks y a Dánaee -- Ustedes lo saben --
les dijo -- ¿Por qué no se los dijeron?
-
Yo
pensé que lo sabían -- dijo Tonks
-
Nadie
preguntó -- se defendió a su vez Dánaee
Y era estrictamente cierto, ni Jason ni
Sirius les habían preguntado a ellas. En el caso de Jason, en primera instancia
no estaba tan interesado como Sirius en la identidad del individuo, y apenas
regresaron y luego de atenderlos tanto a Grace como a él, se había dedicado a
ultimar los detalles para el asunto de Hermione y Lyra. Y Sirius había pasado
la tarde en la habitación de Grace, y luego había salido con Jason, y no se le
había pasado por la cabeza preguntarle a nadie más. No obstante, se recuperaron
rápidamente de la sorpresa.
-
¿Y
cómo fue que terminó hecho picadillo?
-- preguntó Sirius
-
Joseph
ha estado trabajando encubierto -- comenzó a informarles Kingsley --
gracias a él se han logrado frustrar algunas de las “agradables” fiestas
de los mortífagos, pero hace un par de noches, me llegó el mensaje de otro de
nuestros infiltrados con la información de que habían intentado matarlo.
-
Espera,
espera -- lo interrumpió Sirius --
¿Cuántos hombres tienes infiltrados?
-
Solo
dos
-
Kingsley,
supongo que has considerado la posibilidad de que esto pudo fácilmente ser una
trampa ¿no? Porque si es como dice el niño, y al mismo tiempo como aseguras tú,
dudo mucho que esa asquerosa serpiente lo hubiese dejado vivo.
-
En
un principio no -- le dijo él
-- porque cuando me avisaron del
asunto, no se me informó la naturaleza del ataque. Solo me dijeron que estaba
en San Mungo muy mal herido.
-
Justamente
eso habría sido lo primero que me habría hecho sospechar si hubiese estado en
tu lugar -- dijo Sirius
-- Porque si intentaron matarlo,
asumo que sería porque lo descubrieron, y dudo mucho que se hubiesen molestado
en llevarlo a San Mungo
-
Lo
pensé pero después que ya los había enviado a ustedes allá. Lo siento, sé que
los puse en gran peligro, pero en ese momento solo pensé en la vida del chico.
-
Olvida
eso, el asunto es si averiguaste algo más.
-
Kingsley
--
intervino Jason -- ¿Exactamente cómo realizan su trabajo? Dime
que no tienen una “marca” en su brazo.
-
Pues
la verdad sí, sí la tienen -- reconoció él
-
¡Demonios
Kingsley! ¿Cómo sabes que estos sujetos no te están engañando?
-
¡Estás
equivocado señor Black! Joseph Morgan jamás nos traicionaría.
Todos se giraron y vieron a Grace en la
puerta. Sirius mudó de expresión, pero ignoró a la chica y miró a Kingsley.
-
¿Ya
has olvidado cómo terminó todo cuando Dumbledore intentó algo parecido?
-
Ya
te he dicho que eso no…
-
¡Eso
es algo que ni tú, ni nadie puede asegurar, niña!
-
Sí,
sí puedo. Pensar que Joseph podría convertirse en mortífago…
-
Ya
lo es --
dijo Sirius en forma ácida, pero ella lo ignoró
-
…
sería tanto como decir que Jason pudiese hacerlo, porque Joseph también es una
víctima de esos desgraciados -- y dicho esto, abandonó la estancia
-
Sirius
sé que te asiste el derecho a pensar de ese modo, pero aunque como te dije lo
pensé, luego lo descarté, porque de ser así a estas alturas ya me habrían
matado a mí.
-
Sí,
si el objetivo fueses tú -- dijo Jason sensatamente
Bill había permanecido callado todo el
rato clasificando ordenadamente la información, pero en ese momento decidió
intervenir.
-
Es
posible que todos tengan en parte la razón
-- dijo --
Quizá este individuo no sea un traidor como sostiene Grace,
independientemente de las razones. Pero también es posible que como dice Sirius
se haya tratado de una trampa, y el que puede habernos traicionado sea el otro,
y el que no hayan ido en tu contra daría fuerza a lo que dice Jason, ya que
sabrían que por intermedio tuyo pueden llegar a cualquiera de nosotros.
-
Kingsley --
dijo Remus -- creo que ha llegado el momento de que
abandones el Ministerio, si algo o todo esto tiene algún sustento real, tu vida
corre peligro. Ya nos encargaremos nosotros de averiguar si este Joseph Morgan
es o no lo que dice ser, suponiendo que sobreviva.
-
Eso
es algo que no me cuadra -- dijo Kingsley
-- ¿Quién se sometería a eso
sabiendo que podría morir atacado por ese asqueroso animal?
-
Es
posible que no tuviese alternativa
-- dijo Jason y lo miraron con
extrañeza
-
Jason
vuelve a tener razón -- dijo Bill
-- Suponiendo que el tipo no nos
traicionó, sino que fue descubierto, tal vez contaban con que moriría de
cualquier manera y ese ataque serviría a un doble propósito, castigarlo y
cazarnos. O, está la más conocida, y es que esos individuos simplemente no
respetan la vida ni de los suyos, y de seguro ninguno se pone a discutir con
“su jefe” cuando decide algo.
-
En
cualquiera de los casos -- volvió
a hablar Remus -- pienso que no debes volver Kingsley, porque
al ver el fracaso de su plan, podrían cambiar de parecer y decidir deshacerse
de ti.
-
¿Y
si estamos equivocados? -- preguntó él
-- Estaríamos abandonando a su
suerte al otro.
-
Kingsley,
llevo veintisiete años conociendo a Sirius, y rara vez su instinto se ha
equivocado. Ciertamente es un riesgo dejar al otro a su suerte, pero
discúlpanos si preferimos correrlo, a perderte a ti --
concluyó Lupin
Finalmente Kingsley aceptó la justicia
de los temores de ellos y les prometió no volver, pero que por lo menos debía
ponerse en contacto con algunas personas antes de desaparecer por completo,
pero Bill estuvo en desacuerdo y dijo que si debía ir a algún sitio no lo haría
solo.
-
Nosotras
vamos con Grace -- dijo Dánaee mientras ellos discutían --
debe estar deshecha
Remus, Bill y Sirius la miraron con
extrañeza, no así Kingsley y Jason.
-
¿Por
qué? --
preguntó Remus
-
Joseph
y ella iban a casarse -- dijo Tonks
Mientras las chicas abandonaban el
salón, Remus tenía cara de sorpresa, Bill de conmiseración y Sirius parecía
haber sido alcanzado por un rayo de extrema violencia.
Harry estaba sentado cerca de la tumba
de Dobby y veía hacia el horizonte, cuando sintió que Ron se sentaba a su lado.
-
¿Algún
problema? -- preguntó el pelirrojo
-
No,
solo pensaba
Y efectivamente había estado repasando
lo que le dijera Bill unas cuantas noches atrás con relación a los negocios
entre magos y duendes, pero simplemente no podía hacerse nada ahora. Habían
decidido poner en ejecución sus planes al día siguiente y ya no había marcha
atrás. Por otro lado, también había estado pensando en Hermione. La había visto
tan feliz por el encuentro con Lyra, que le dolía el corazón el hecho de que no
pudiese quedarse con su hija. Pero esto
solo ponía mayor determinación en lo que debía hacer, aquella pesadilla tenía
que terminar.
Otra de las razones de su prisa, era
liberar a Bill y a Fleur de su presencia, después de la marcha de Ollivander,
sabían que el joven matrimonio permanecía allí solo porque ellos no se habían
marchado, porque una vez que ellos abandonaran Shell Cottage, Bill y Fleur se
trasladarían a la propiedad de Jason junto con Luna y Dean, que estaba deseoso
de ver a su familia.
En su última visita, Sirius le había
informado de la situación de Kingsley, él y la profesora McGonagall eran los
últimos miembros de la Orden que aún permanecían en activo a la luz pública,
pero con su salida del Ministerio, ya solo quedaba la profesora, y ella podía
informarles en realidad muy poco, ya que no salía de Hogwarts.
Harry pensó que el tiempo se agotaba,
todos sus amigos estaban siendo perseguidos por su causa, todos los miembros de
la Orden estaban escondidos y el mundo mágico estaba sumido en el terror. Con
un último suspiro dejó su contemplación del atardecer y se volvió hacia su
amigo.
-
¿Listo
para continuar? -- le preguntó
-
Sí,
listo compañero
-
Ron…
-
Ahórrate
el discurso -- lo interrumpió él -- te
conozco lo suficiente como para saber que estás ahogándote bajo el peso de una
culpa que no te pertenece. Si mi familia se ha visto obligada a esconderse, y
nuestros amigos a huir, no es por tu causa, esos desgraciados nos habrían
perseguido igual aunque no estuvieses tú, y te recuerdo que de no haber sido
por ti, tal vez todo esto habría empezado mucho antes. Y en cuanto a Hermione y
a mí, coincido contigo en que es muy triste que no pueda estar con su hija,
pero ya que no puede hacerlo, te aseguro que no querría estar en ningún otro
lugar sino haciendo esto, porque es algo que decidimos hace mucho tiempo amigo.
De manera que deja de pensar tonterías, y preparémonos para continuar y
terminar con esto.
Harry sintió una grata calidez en su
pecho que alivió en algo el dolor que sentía y sonrió.
-
Gracias
Ron
-
Es
hora de continuar con la “diversión”
Ambos rieron, y aunque Harry pensó que
estaban muy lejos aquellos días en los que sus mayores preocupaciones eran los
exámenes y los castigos de Snape, y aunque Voldemort les había robado muchas
cosas entre ellas parte de su infancia y la alegría de su juventud, aún podía
sonreír aunque fuese un momento.
Hermione estaba despidiéndose de Remus
en el momento que ellos entraron a la casa.
-
¿Ya
te marchas? -- preguntó Ron
-
Sí,
los veré mañana -- les dijo
Ellos sonrieron, se despidieron de él y
subieron las escaleras. Harry había tenido que resistir el impulso de darle un
abrazo de despedida, aquello habría despertado las sospechas de él, y habían
acordado no decirle a nadie que se marchaban al día siguiente, de modo que
debían actuar con naturalidad.
Sin embargo, Hermione tuvo más
dificultades con ello. Había pasado casi toda la tarde abrazada a él y ahora
que había llegado la hora de su marcha, sentía que el corazón se le hacía
pedazos, no solo por tener que dejarlo de nuevo, sino porque ya no tendría las
diarias noticias de su hija. En el tiempo que habían pasado allí, y aunque solo
había podido verla una vez y por un breve lapso de tiempo, el resto de los
días, habían estado sembrados de los relatos detallados de casi cada uno de los
días de vida de Lyra, incluidas anécdotas y travesuras, ahora tendría que
despedirse de eso también.
-
Bueno
linda --
estaba diciendo él -- debo marcharme, vendré mañana después del
almuerzo
-
Dale
muchos besos a Lyra -- le dijo ella haciendo su mejor esfuerzo por
contener las lágrimas
Él sonrió y le dio un dulce y largo
beso, que de haberse prolongado más, habría tenido serias dificultades para
marcharse.
-
Te
amo --
le dijo ella
-
Te
amo --
contestó él, y con un último y fugaz beso se alejó y abandonó la casa
Una vez a solas, Hermione se dejó caer
sobre el sillón y lloró todas las lágrimas que había estado conteniendo esa
tarde, preguntándose de forma inevitable, si volvería a ver algún día a su
marido y a su hija.
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