En
cuanto Remus y Bill fueron capaces de pensar y hablar de nuevo, cosa que
pareció suceder al mismo tiempo, exclamaron.
-
¿¿Qué??
-
¡Oh vamos! --
dijo Sirius -- no tienes problemas de audición que yo
sepa -- dijo mirando a Bill y luego a
Remus --
y tú, tienes el oído más sensible que cualquiera de nosotros, así que
déjense de tonterías.
-
Jason
-- dijo Bill sin prestar atención
a Sirius -- estás hablando de entrar al “Ministerio” eso
es… ¡diablos!... eso es casi imposible
-
Exacto, tú lo has dicho, “casi”
-
Suponiendo --
dijo Remus -- y solo suponiendo, que estuviésemos de
acuerdo con esta locura, ¿cómo se supone que vamos a entrar justamente al sitio
a donde han estado luchando por llevarnos y pretender no ser hechos prisioneros
de inmediato?
-
Eso sin contar con el pequeño detalle, de
que el acceso está restringido -- agregó Bill
-
No sean necios, no vamos a presentarnos
en la entrada principal y pedir que nos dejen pasar --
dijo el chico -- Y tú y yo sabemos que hay “otra” forma de
hacerlo -- agregó mirando a Bill
-
Bien, ya sabemos cómo vamos a entrar --
dijo Sirius sin interesarse lo más mínimo por dónde sería eso --
Ahora se nos presenta un detalle niño, no tenemos idea de dónde diablos
guardan los archivos ni qué hacen exactamente antes de ir por alguien ¿o
alguien la tiene?
-
Nosotros no, pero conozco a dos que sí
-
No estarás pensando en… --
comenzó Remus
-
Niño, ya sé por dónde vas pero no creo
posible que ninguna de las dos se muestre muy dispuesta a colaborar. La “niña”
es lo bastante obstinada como para negarse de plano, y Dánaee pues… no creo que
tu puntaje con ella esté muy alto teniendo en cuenta que no las has dejado
meterse a tu cama.
-
¡Sirius!
-- exclamó Remus
-
Bueno, eso no lo sabremos si no lo
intentamos -- dijo Jason con pragmatismo -- de
modo que vamos por ellas
-
Yo no
-- dijo Sirius
-
Escúchame imbécil --
dijo Jason agarrándolo por la chaqueta
-- si quieres “jugar” tendrás que
hacerlo o estás fuera.
Remus
y Bill los miraban aun sin poder creer que realmente se estuviesen tomando
aquello en serio aunque evidentemente así era. Jason caminó hacia el
escritorio, pulsó un timbre que estaba
en la pared cercana y a los pocos minutos apareció Miles.
-
¿Milord?
-
Miles, necesito que ubiques a las
señoritas Lowell y Aldridge, y les digas que vengan al estudio
-
Sí milord
-
Miles
-- lo detuvo antes de que
saliera -- con la mayor discreción
-
Por supuesto milord
Después
que Miles abandonó el estudio, Remus se volvió hacia Bill.
-
No sé si quiero ver esto.
-
Tampoco yo, pero no creo que tengamos
alternativa.
Unos
minutos después entraban Dánaee y Grace.
-
¿Qué sucede? --
preguntó Grace
-
Siéntense por favor, necesitamos hablar
con ustedes -- dijo Jason
-
¿“Tú”… quieres hablar? --
preguntó Dánaee con acidez e ignorando su invitación a sentarse
-
Necesito tu ayuda.
-
¿Mi ayuda?
-
Sí, y no adelantaremos mucho si vas a
repetir todo lo que digo -- y sin dejarla decir nada más, agregó --
Quiero saber exactamente cómo se planea la captura de alguien, por parte
de los hombres de Turel.
-
¿Para qué?
Jason
se acercó a ella y Dánaee de forma instintiva dio un paso atrás.
-
Porque es importante para mí, y me haría
muy feliz que me lo dijeras.
-
¿Y qué te hace pensar que yo voy a hacer
algo que contribuya a tu felicidad?
-
En principio por pura amabilidad, y
segundo, porque puedo hacerte la vida miserable si no lo haces
Remus
cerró los ojos y meneó la cabeza, aquel chico estaba rematadamente loco. Bill
estaba pensando aproximadamente lo mismo, si su primo pretendía obtener algo de
Dánaee en aquellos términos, ya podían irse despidiendo del asunto, y por otro
lado se preguntaba ¿cómo era posible que un sujeto pudiese ser encantador en un
momento, y al minuto siguiente un verdadero desgraciado?
Dánaee
por su parte, estaba pensando muchas cosas qué decirle a aquel imbécil, pero
Jason se había ido acercando a ella con una mirada tan incendiaria, que Dánaee
se sintió desnuda, y su cabeza se vació de todo pensamiento consciente. Jason
lo sabía y fue algo que aprovechó diligentemente, y una vez que la tuvo
acorralada contra la pared, con el mayor de los descaros llevó una mano al
cuello de la chica y acercó la boca a su
oído.
-
Ahora, vas a decirme lo que quiero
saber --
le susurró de forma que solo ella escuchase -- porque
es exactamente lo que quieres hacer.
Dos
segundos después, ella estaba diciéndole todo lo necesario y más aún.
-
¿Eso es todo? --
preguntó él cuando ella calló, y Dánaee asintió
Jason
se apartó un poco, la miró y sonrió. Dánaee probablemente habría caído de no
ser porque él la tenía presionada con su cuerpo contra la pared
-
Gracias
-- se apartó por completo y
volviéndose miró a los demás -- Hecho.
Remus
y Bill estaban boquiabiertos, pero aunque hubiesen querido decir algo y no
querían, no habrían podido, porque Dánaee parecía haber recuperado la cordura y
caminaba de prisa hacia la puerta, pero antes de salir miró a Jason con ira.
-
Hazme un favor Jason
-
Si puedo…
-
¡Muérete!
-- y salió dando un portazo
-
Creo que eso no se va a poder de
momento -- y rió
Después,
los tres miraron a Grace.
-
Piensan entrar al Ministerio -- no
era una pregunta sino una afirmación tajante y nadie se molestó en negarlo
-
Y necesitamos que nos digas ¿dónde están
los archivos? -- dijo Sirius
-
No te me acerques “señor Black” o tu
cuestionable atractivo será historia
-- dijo apuntándolo con su varita
Jason
se había sentado en un sillón y rió por lo bajo.
-
No soy estúpido niña, y no hay ningún
motivo por el que quiera acercarme a ti. Todo lo que quiero es que pienses por
un minuto en esa pobre gente que con toda seguridad va a ser masacrada si no
hacemos lo que debemos hacer. No me cabe ninguna duda de que a pesar de lo muy
desagradable que eres, debes tener algo de humanidad, y si estás de este lado
es porque crees al igual que nosotros, que esos miserables no tienen ningún
derecho a exterminar a las personas solo porque son diferentes.
Grace
lo miró durante unos segundos y luego guardó su varita.
-
Bien, los voy a ayudar pero con una
condición
-
¿Cuál?
-- preguntó Sirius con cautela
-
Yo voy con ustedes
-
De ningún modo, no vamos…
-
Si no, no hay trato señor Black -- y
comenzó a caminar hacia la puerta
-
¿Por qué?
-
Por todo lo que dijiste antes y porque
van a necesitar alguien que sepa cómo moverse dentro del Ministerio, ya que si
van a hacer esto la única posibilidad es hacerlo de día, porque de noche es
simplemente imposible, hay alarmas por todas partes y estarían muertos antes de
llegar al primer nivel.
Sirius
miró a Jason y él asintió.
-
Por mí no hay problema --
dijo el chico
-
De acuerdo niña, estás dentro --
dijo él de mala gana
-
Perfecto
-- dijo ella sonriéndole
dulcemente -- ¿Cuándo lo haremos?
-
Ayer era tarde --
dijo Jason
Sin
embargo, fue necesario esperar al día siguiente. Se levantaron muy temprano, de
manera de tener que dar la menor cantidad posible de explicaciones. Habían
quedado en encontrarse con Bill en el mismo punto donde lo habían hecho la vez
anterior.
Entraron
al callejón que tenía el mismo aspecto de antes, pero al llegar a la puerta…
-
¡Demonios! -- la
puerta había desaparecido y había una sólida pared
-
¿Qué?
-- preguntaron los demás
-
Tendremos que entrar por la puerta
principal -- dijo Jason mirando a Bill
-
Se suponía que aquí había una puerta --
informó Bill mientras caminaban
-
¿Y han considerado que la “del otro lado”
también haya sido sellada?
-
Esperemos que no --
dijo Jason -- tal vez el nuevo Ministro, teniendo en cuenta
cómo llegó a su puesto, no supiese de esto.
Llegaron
a la entrada principal, y aunque pensaron que tendrían que forzarla, no fue
necesario, aquel era uno de esos locales que permanecía abierto veinticuatro
horas, de modo que se dirigieron a la puerta.
Un
guardia los detuvo, pero después que Jason “habló” con él, los dejó pasar.
-
¿Por qué nos detuvo? --
preguntó Grace -- Ninguno de nosotros tiene aspecto de ser
menor de edad.
-
Con la posible excepción de ti misma --
dijo Sirius
-
Eso sería lo de menos, siempre podía
alegar que vengo en compañía de “mi padre”
-- dijo ella mirándolo
Remus
pensó que si a Sirius no lo mataban los mortífagos, con toda seguridad aquella
chica lo haría en cualquier momento. Una
vez que entraron tuvieron que habituar su mirada a la penumbra reinante, y los
oídos al escándalo del todo inapropiado para la hora, pero al parecer para las
personas que estaban allí siempre era de noche. Sortearon las mesas y a la
gente. Jason, Grace y Bill, iban al frente. Sin embargo, cuando se dieron
cuenta que varios individuos la miraban mucho, la hicieron colocarse entre
ellos y los otros dos que cerraban la marcha.
-
Soy perfectamente capaz de despachar a
cualquiera de esos infelices -- dijo ella molesta
-
Sin duda, pero no queremos llamar
demasiado la atención -- dijo Bill
Ya su
indumentaria atraía suficiente atención como para enfrascarse en un pleito con
aquellos tipos. Como no tenían previsto pasearse entre muggles, no habían
considerado vestirse de otra manera, y con excepción de Jason que nunca vestía
de otro modo que no fuesen jeans desgastados y chaqueta, todos los demás iban
con túnicas. Cuando iban a mitad de local, Jason vio que se aproximaba un
hombre, no tuvo dificultad alguna en reconocer sus intenciones, por lo que se
deshizo de él sin ninguna consideración.
-
¡Jason!
-- exclamó Remus -- el
pobre sujeto…
-
El “pobre sujeto” es un distribuidor de
drogas, pero no te preocupes aunque pienso que el mundo estaría mejor sin él,
solo lo aturdí.
-
Por allá
-- dijo Bill
Se
dirigieron a lo que parecía la entrada a un pasillo posterior. Una vez allí, no
tuvieron dificultad en ubicarse y la puerta seguía en su lugar. La abrieron,
entraron e inmediatamente desapareció el ruido. Los chicos recordaron las
escaleras, se lo hicieron saber a los demás, encendieron sus varitas y
comenzaron el largo descenso. Al llegar abajo, suprimieron la luz y Jason se
pegó a la puerta.
-
Bueno, parece que no hay nadie
Abrió
con cuidado y comprobó que efectivamente no había nadie.
-
El señor ministro no está en su
despacho -- dijo Bill
-
Es muy temprano aún --
dijo Grace
-
Bien, a partir de ahora tu nos indicas
por dónde ir
La
chica se colocó a un lado de Jason y cuando él abrió la puerta se asomó con
precaución, comprobando que allí tampoco había nadie aún. Salieron y se
dirigieron a toda prisa hacia las escaleras, ya que usar los ascensores era un
riesgo excesivo.
-
Preferiría estar en otro lugar --
dijo Sirius cuando llegaron al Departamento de Misterios
-
¿No tenías tantas ganas de venir? --
preguntó Grace
-
No “aquí” precisamente
-
Mientras te mantengas alejado de la Sala
de la Muerte, estaremos bien -- dijo
Jason
-
¿Por qué?
-- volvió a preguntar Grace
-
Porque este sujeto tiene la desagradable
manía de caer hacia los lados “equivocados”
-
Muy gracioso niño
-
Shhh
-- dijo Bill --
alguien se aproxima
Grace
los empujó por una puerta y se quedaron allí hasta que dejaron de oír los
pasos. Salieron y continuaron el avance hasta llegar a las escaleras que
conducían a las salas del Tribunal.
-
¡No podían tener los malditos archivos
más escondidos! -- exclamó Sirius
Finalmente
entraron por una puerta y se encontraron en un lugar parecido a una biblioteca,
pero en lugar de estanterías, los pasillos estaban compuestos por largas
hileras de archivadores.
-
Por aquí
-- les indicó Grace
Caminaron
hasta detenerse ante un pasillo en cuyo inicio habían una gran “T” Grace aun
avanzó un poco más, hasta detenerse frente a uno de aquellos objetos metálicos,
abrió una gaveta y luego de pasar varias carpetas extrajo una.
-
Aquí está
-- dijo entregándosela a Jason
Él la
abrió y ubicó con rapidez lo que estaba buscando.
-
Herefordshire. Madre y dos hermanas.
-
Bien, salgamos de aquí --
dijo Bill
Pero
antes de hacerlo, Jason destruyó la carpeta.
-
¡Jason!
-- exclamó Grace --
¿Qué crees que haces? No puedes destruir propiedad gubernamental
-
Pues ya lo hice --
dijo con tranquilidad
-
Lo notarán necio
-
Sin duda
-- reconoció sonriendo -- y
tendrán mucho trabajo para recuperar la información
Salieron
a toda prisa y en el camino de vuelta no se encontraron a nadie, pero al llegar
a la salida del Departamento de Misterios, Grace se detuvo.
-
Ahora viene la parte más difícil -- les
dijo --
Ya que no contábamos con poción Multijugos ni tiempo para prepararla,
tenemos que recurrir a la transformación, pero saben que esto no dura más de
veinte o treinta minutos.
-
Eso ya lo sabemos niña --
dijo Sirius con fastidio -- ¿Por qué pierdes el tiempo repitiéndonos lo
que ya sabemos?
-
Porque ustedes son unos idiotas que
tienen por costumbre desestimar las cosas importantes, y conociéndolos les
parecerá divertido…
-
Ya, ya
-- dijo Bill deteniendo el pleito
que podía extenderse todo el día --
¿Jason estás seguro que quieres hacer esto?
-
Ya sé que es muy improbable --
reconoció el chico -- pero si tenemos una oportunidad de averiguar dónde
tienen a los Lovegood, me doy por satisfecho.
-
De acuerdo --
dijo Bill -- vamos a ello entonces.
Apuntó
a Jason con su varita, un rayo azulado salió de ella y al minuto siguiente su
primo había adquirido otro aspecto.
Jason hizo lo mismo, al igual que Sirius y Remus, y por último Sirius
apuntó a Grace.
-
¡No!
-- dijo la chica -- Tú
no. Eres capaz de convertirme en rana. Hazlo tú Remus.
-
No habría mucha diferencia --
dijo Sirius con malignidad, mientras Remus se encargaba
Grace
miró la hora, y luego a ellos.
-
Ya el Atrio debe estar abarrotado de
gente, pero recuerden, en veinte minutos tenemos que haber salido de aquí.
-
¡Ya niña!
-- dijo Sirius con
exasperación -- Pareces una gallina tras sus polluelos -- y
ella lo miró con algo cercano al odio
-
Pues sin duda tú serías el error, es
decir, el que debió terminar en una cacerola para ser engullido por alguien con
más cerebro.
Bill
tomó el brazo de Grace y la empujó hacia la salida o sería ella misma quien
terminase con el animago.
-
Separémonos --
dijo Jason una vez en el Atrio
Sirius
marchó con Bill y Jason con Grace, mientras que Remus entró solo a otro
ascensor. Esta distribución obedecía a que ellos tres conocían bien la
disposición del Departamento de Aurores, mientras que Bill y Jason no.
Justamente en el ascensor donde se habían introducido Jason y Grace, entraron a
último minuto Turel y Kovacevic. Grace aferró el brazo de Jason que estaba tan
tenso como una cuerda de violín.
-
¿Está todo preparado? --
preguntó Turel
-
No señor, ayer con el asunto Longbottom,
perdimos mucho tiempo
-
¡Esos inútiles!
-
Era mucho pedir que pudiesen con…
-
¡Cállate! Ya estoy harto de sus excusas.
Y debería darles vergüenza que esos cuatro mal nacidos, sigan escapándoseles.
-
No son cuatro solamente --
protestó el hombre
-
¡Pero ustedes son un maldito ejército! Y
soy yo quien tiene que dar cuenta de sus reiterados fracasos.
Una sonrisa
de suprema satisfacción se formó en los labios de Jason. Al menos aquel
miserable lo estaba pasando muy mal. Los demás ocupantes del elevador iban
silenciosos, lo que significaba sin duda alguna que temían a aquel individuo.
Jason pensó que sería muy fácil cortarle el cuello al desgraciado, pero su
sentido común le indicó que de hacerlo, tendría pocas posibilidades de salir
vivo de allí.
Salieron
del ascensor y aunque Jason iba a seguir a Turel, Grace lo empujó en dirección
contraria.
-
¿Qué haces, quieres que nos descubran?
En el
otro elevador, Sirius y Bill se encontraron con Pius Thirknesse, pero a
diferencia de Turel, éste iba solo y no conversó con nadie. En tanto que Remus
se encontró en el mismo ascensor con Kingsley y otro par de Aurores.
-
¿Qué sucedió con el chico Weasley? --
preguntó uno de ellos
-
¿Con cuál de ellos? --
preguntó Kingsley
-
Con el que trabajaba aquí.
Por un
momento Remus sintió una punzada de culpabilidad, ninguno de ellos había
preguntado por Percy.
-
Lo mismo que con todos los demás -- le
contestó Kingsley -- Desaparecido y sin rastro.
Remus
respiró aliviado, eso significaba que había recibido el aviso de Bill y había
tomado precauciones, cosa que le alegró, porque a pesar de que el tercero de
los Weasley no se había mostrado a favor de su causa, al menos seguía siendo
leal a su familia, y esperaba que dónde quiera que se encontrase, estuviese
bien. Lupin bajó en el piso donde se encontraba la oficina del Ministro, su
parte del trabajo consistía en mantenerse alerta para cuando los demás llegasen
allí y poder salir sin contratiempos.
Sirius
y Bill, al igual que Jason y Grace, se quedaron en el piso donde funcionaba el
Departamento de Aurores, debían prestar atención si querían averiguar acerca
del paradero de los Lovegood, y teniendo en cuenta la gran cantidad de agentes
del CCP que se encontraban allí, les fue sencillo mezclarse entre ellos y
esperaban que alguno mencionase el asunto.
Turel
reunió a sus hombres para las órdenes del día, y estaba en ello cuando entró
otro individuo
-
Señor ya tenemos a las Thomas.
-
Bien
-- Evan se volvió hacia el
grupo --
continuaremos luego -- y salió en compañía de Kovacevic, el
mensajero y dos agentes más
-
¡Maldición! --
exclamó Jason y arrastró a Grace por un brazo
Trataron
de localizar a Sirius y a Bill, y cuando dieron con ellos Jason empezó a hablar
pero sin detener el paso.
-
Cambio de planes --
dijo -- tenemos que sacarlas de aquí.
Si
alguno se detuvo a pensar que aquello era una decidida locura o que estaba
fuera del alcance de sus capacidades, no lo dijo, se limitaron a seguir a
prudente distancia a Turel. Bill tenía una idea bastante aproximada de dónde
las tenían, suponiendo que siguiesen utilizando las salas del Tribunal, y
justamente hacia allá se encaminaban.
Para
su buena fortuna, aquel seguía siendo un lugar bastante solitario, de modo que
tuvieron que distanciar la persecución, pero eso no representaba un problema una vez que
tuvieron la relativa seguridad de la ubicación de las Thomas. A distancia,
vieron a los cinco hombres entrar a una de las salas y enseguida se encaminaron
hacia allá. Con cuidado abrieron la puerta y escucharon.
-
¿Por qué estamos aquí? --
estaba preguntando una de las mujeres
-
No tengo por qué contestar a sus
preguntas, pero ya que lo quieren saber, irán a prisión --
dijo Turel
-
¿Por qué?
-- preguntó una aterrorizada voz
-
Por interferir en una investigación
oficial
-
Pero… ¿qué dice? --
preguntó de nuevo la primera voz
Jason
se volvió a los demás y susurró con apremio.
-
Si las llevan a Azkaban tendremos pocas
posibilidades, así que es ahora.
-
Jason
-- dijo Grace mirando la
hora --
tenemos menos de cinco minutos para salir de aquí sin ser reconocidos.
-
¡Al demonio con eso! --
exclamó él -- ¡Vamos!
En ese
momento Turel estaba informándoles de su destino final a las pobres mujeres.
-
Serán conducidas a Azkaban, y asumiendo
que no sepan lo que es eso, es nuestra prisión
-
¡Eso es algo que no sucederá! --
dijo Jason
Los
hombres se volvieron y se encontraron apuntados por cuatro varitas, empuñadas
por tres individuos y una mujer a los que no conocían, y que avanzaban hacia
ellos.
-
¿Y quién demonios eres tú? --
preguntó Turel sacando su varita también al igual que los otros
-
¡Tú peor pesadilla, infeliz! -- y
acto seguido -- ¡ERIPIERE!
¡PROPELLERE!
La varita
de Turel no solo le fue arrebatada de la mano, sino que le dejó una quemadura
en ella, y fue empujado con fuerza hacia la pared más alejada. Los demás
tampoco perdieron el tiempo, y sabiendo que Jason atacaría a Turel, se ocuparon
de los demás.
Jason
caminó hacia las mujeres, y apuntó a las cadenas que las mantenían sujetas a
las sillas.
-
¡EXIDERE! -- y
una vez libres -- Vamos, de prisa
-
¿Quién es usted?
-
Eso carece de importancia por ahora
Pero
una de las chicas ahogó un grito mientras lo miraban, y Jason tuvo pocas dudas
de la razón, pero no tenían tiempo para explicaciones.
-
¡PREWET!
-- exclamó Turel y Jason levantó
la cabeza y exhibió una sonrisa
-
Te dije que era tu peor pesadilla -- y
se acercó a él
-
¡Jason!
-- escuchó a Bill --
tenemos que irnos ¡Ahora!
Pero
el chico lo ignoró y siguió caminando hacia Evan
-
Podría matarte aquí y ahora -- le
dijo cuando estuvo a solo unos pasos y apuntando a su pecho
-
¡Jason no! --
gritó Grace
-
Pero lo que me diferencia de ti --
continuó Jason -- es que no soy un asesino, y no mataré a un
hombre desarmado. Pero que te quede claro que solo estoy difiriendo tu
muerte ¡DEVICTUM! -- unas gruesas cadenas se enroscaron alrededor
de Evan y antes de dar la espalda
-- ¡IGNISIS FLAGELLO! -- una chispazo ardiente golpeó el rostro de
Turel donde sin duda quedaría una fea marca
-- un pequeño recordatorio, para
que pienses en lo que te espera todos y cada uno de los días que te quedan de
vida, ni todo tu ejército de ineptos va a salvarte. Vas a morir Evan, no lo
olvides.
Salieron
de allí y caminaron a toda prisa hacia las escaleras. Subieron hasta el piso de
la oficina del ministro y cuando salieron al pasillo, escucharon el
inconfundible sonido de lucha.
-
¡Remus!
-- exclamaron y empezaron a
correr a todo lo que daban
En
efecto, al igual que ellos Remus había recobrado su apariencia y era mucho
esperar que nadie lo hubiese reconocido. De modo que se las estaba viendo
negras, pero con su llegada el asunto cambió rápidamente. Sirius había
desarmado a Thirknesse y ahora le tenía la varita en el cuello.
-
¡Vámonos!
-- dijo Bill
Pero
mientras empezaban a entrar a la oficina del ministro, vieron que llegaban más
agentes, de modo que Jason y Bill comenzaron a lanzar maldiciones mientras
Remus y Grace introducían a las aterrorizadas mujeres en la oficina.
-
¡Entren!
-- dijo Sirius sin soltar al
ministro
-
Sirius, no puedes…
-
No lo haré, solo entren de una maldita
vez --
les dijo
Ellos
entraron mientras él se volvía hacia los agentes
-
¡Si dan un paso más, le corto al cuello a
su querido Ministro! -- los amenazó
Los
hombres se quedaron congelados y Sirius comenzó a retroceder, y una vez que
estuvo dentro.
-
¡CONSIGNO
OSTIUM! -- lanzó Bill hacia la puerta
-
Son unos estúpidos --
dijo Thirknesse -- no podrán salir de aquí
-
Yo en tu lugar no apostaría eso --
dijo Sirius -- ¡AMISERE
SENSUS! -- y el individuo cayó hacia atrás
Pero
cuando se volvió, Grace los miraba a todos aterrorizada. La razón para ello
era…
-
Parece que tendremos que hacerlo de la
forma difícil -- estaba diciendo Jason
-
¡La puerta no está! --
exclamaba Grace a su vez
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