Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cap. 57 En el Ministerio, otra vez…



En cuanto Remus y Bill fueron capaces de pensar y hablar de nuevo, cosa que pareció suceder al mismo tiempo, exclamaron.

-         ¿¿Qué??

-         ¡Oh vamos!  --  dijo Sirius  --  no tienes problemas de audición que yo sepa  -- dijo mirando a Bill y luego a Remus  --  y tú, tienes el oído más sensible que cualquiera de nosotros, así que déjense de tonterías.

-         Jason  --  dijo Bill sin prestar atención a Sirius  --  estás hablando de entrar al “Ministerio” eso es… ¡diablos!... eso es casi imposible

-         Exacto, tú lo has dicho, “casi”

-         Suponiendo  --  dijo Remus  --  y solo suponiendo, que estuviésemos de acuerdo con esta locura, ¿cómo se supone que vamos a entrar justamente al sitio a donde han estado luchando por llevarnos y pretender no ser hechos prisioneros de inmediato?

-         Eso sin contar con el pequeño detalle, de que el acceso está restringido  --  agregó Bill

-         No sean necios, no vamos a presentarnos en la entrada principal y pedir que nos dejen pasar  --  dijo el chico  --  Y tú y yo sabemos que hay “otra” forma de hacerlo  --  agregó mirando a Bill

-         Bien, ya sabemos cómo vamos a entrar  --  dijo Sirius sin interesarse lo más mínimo por dónde sería eso  --  Ahora se nos presenta un detalle niño, no tenemos idea de dónde diablos guardan los archivos ni qué hacen exactamente antes de ir por alguien ¿o alguien la tiene?

-         Nosotros no, pero conozco a dos que sí

-         No estarás pensando en…  --  comenzó Remus

-         Niño, ya sé por dónde vas pero no creo posible que ninguna de las dos se muestre muy dispuesta a colaborar. La “niña” es lo bastante obstinada como para negarse de plano, y Dánaee pues… no creo que tu puntaje con ella esté muy alto teniendo en cuenta que no las has dejado meterse a tu cama.

-         ¡Sirius!  --  exclamó Remus

-         Bueno, eso no lo sabremos si no lo intentamos  --  dijo Jason con pragmatismo  --  de modo que vamos por ellas

-         Yo no  --  dijo Sirius

-         Escúchame imbécil  --  dijo Jason agarrándolo por la chaqueta  --  si quieres “jugar” tendrás que hacerlo o estás fuera.

Remus y Bill los miraban aun sin poder creer que realmente se estuviesen tomando aquello en serio aunque evidentemente así era. Jason caminó hacia el escritorio,  pulsó un timbre que estaba en la pared cercana y a los pocos minutos apareció Miles.

-         ¿Milord?
-         Miles, necesito que ubiques a las señoritas Lowell y Aldridge, y les digas que vengan al estudio
-         Sí milord
-         Miles  --  lo detuvo antes de que saliera  --  con la mayor discreción
-         Por supuesto milord
Después que Miles abandonó el estudio, Remus se volvió hacia Bill.
-         No sé si quiero ver esto.
-         Tampoco yo, pero no creo que tengamos alternativa.
Unos minutos después entraban Dánaee y Grace.
-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Grace
-         Siéntense por favor, necesitamos hablar con ustedes  --  dijo Jason
-         ¿“Tú”… quieres hablar?  --  preguntó Dánaee con acidez e ignorando su invitación a sentarse
-         Necesito tu ayuda.
-         ¿Mi ayuda?
-         Sí, y no adelantaremos mucho si vas a repetir todo lo que digo  --  y sin dejarla decir nada más, agregó  --  Quiero saber exactamente cómo se planea la captura de alguien, por parte de los hombres de Turel.
-         ¿Para qué?
Jason se acercó a ella y Dánaee de forma instintiva dio un paso atrás.
-         Porque es importante para mí, y me haría muy feliz que me lo dijeras.
-         ¿Y qué te hace pensar que yo voy a hacer algo que contribuya a tu felicidad?
-         En principio por pura amabilidad, y segundo, porque puedo hacerte la vida miserable si no lo haces
Remus cerró los ojos y meneó la cabeza, aquel chico estaba rematadamente loco. Bill estaba pensando aproximadamente lo mismo, si su primo pretendía obtener algo de Dánaee en aquellos términos, ya podían irse despidiendo del asunto, y por otro lado se preguntaba ¿cómo era posible que un sujeto pudiese ser encantador en un momento, y al minuto siguiente un verdadero desgraciado?
Dánaee por su parte, estaba pensando muchas cosas qué decirle a aquel imbécil, pero Jason se había ido acercando a ella con una mirada tan incendiaria, que Dánaee se sintió desnuda, y su cabeza se vació de todo pensamiento consciente. Jason lo sabía y fue algo que aprovechó diligentemente, y una vez que la tuvo acorralada contra la pared, con el mayor de los descaros llevó una mano al cuello de la chica y acercó la  boca a su oído.
-         Ahora, vas a decirme lo que quiero saber  --  le susurró de forma que solo ella escuchase  --  porque es exactamente lo que quieres hacer.
Dos segundos después, ella estaba diciéndole todo lo necesario y más aún.
-         ¿Eso es todo?  --  preguntó él cuando ella calló, y Dánaee asintió
Jason se apartó un poco, la miró y sonrió. Dánaee probablemente habría caído de no ser porque él la tenía presionada con su cuerpo contra la pared
-         Gracias  --  se apartó por completo y volviéndose miró a los demás  --  Hecho.
Remus y Bill estaban boquiabiertos, pero aunque hubiesen querido decir algo y no querían, no habrían podido, porque Dánaee parecía haber recuperado la cordura y caminaba de prisa hacia la puerta, pero antes de salir miró a Jason con ira.
-         Hazme un favor Jason 
-         Si puedo…
-         ¡Muérete!  --  y salió dando un portazo
-         Creo que eso no se va a poder de momento  --  y rió
Después, los tres miraron a Grace.
-         Piensan entrar al Ministerio  --   no era una pregunta sino una afirmación tajante y nadie se molestó en negarlo
-         Y necesitamos que nos digas ¿dónde están los archivos?  --  dijo Sirius
-         No te me acerques “señor Black” o tu cuestionable atractivo será historia  --  dijo apuntándolo con su varita
Jason se había sentado en un sillón y rió por lo bajo.
-         No soy estúpido niña, y no hay ningún motivo por el que quiera acercarme a ti. Todo lo que quiero es que pienses por un minuto en esa pobre gente que con toda seguridad va a ser masacrada si no hacemos lo que debemos hacer. No me cabe ninguna duda de que a pesar de lo muy desagradable que eres, debes tener algo de humanidad, y si estás de este lado es porque crees al igual que nosotros, que esos miserables no tienen ningún derecho a exterminar a las personas solo porque son diferentes.
Grace lo miró durante unos segundos y luego guardó su varita.
-         Bien, los voy a ayudar pero con una condición
-         ¿Cuál?  --  preguntó Sirius con cautela
-         Yo voy con ustedes
-         De ningún modo, no vamos…
-         Si no, no hay trato señor Black  --  y comenzó a caminar hacia la puerta
-         ¿Por qué?
-         Por todo lo que dijiste antes y porque van a necesitar alguien que sepa cómo moverse dentro del Ministerio, ya que si van a hacer esto la única posibilidad es hacerlo de día, porque de noche es simplemente imposible, hay alarmas por todas partes y estarían muertos antes de llegar al primer nivel.
Sirius miró a Jason y él asintió.
-         Por mí no hay problema  --  dijo el chico
-         De acuerdo niña, estás dentro  --  dijo él de mala gana
-         Perfecto  --  dijo ella sonriéndole dulcemente  --  ¿Cuándo lo haremos?
-         Ayer era tarde  --  dijo Jason
Sin embargo, fue necesario esperar al día siguiente. Se levantaron muy temprano, de manera de tener que dar la menor cantidad posible de explicaciones. Habían quedado en encontrarse con Bill en el mismo punto donde lo habían hecho la vez anterior.
Entraron al callejón que tenía el mismo aspecto de antes, pero al llegar a la puerta…
-         ¡Demonios!  --   la puerta había desaparecido y había una sólida pared
-         ¿Qué?  --  preguntaron los demás
-         Tendremos que entrar por la puerta principal  --   dijo Jason mirando a Bill
-         Se suponía que aquí había una puerta  --   informó Bill mientras caminaban
-         ¿Y han considerado que la “del otro lado” también haya sido sellada?
-         Esperemos que no  --  dijo Jason  --  tal vez el nuevo Ministro, teniendo en cuenta cómo llegó a su puesto, no supiese de esto.
Llegaron a la entrada principal, y aunque pensaron que tendrían que forzarla, no fue necesario, aquel era uno de esos locales que permanecía abierto veinticuatro horas, de modo que se dirigieron a la puerta.
Un guardia los detuvo, pero después que Jason “habló” con él, los dejó pasar.
-         ¿Por qué nos detuvo?  --  preguntó Grace  --  Ninguno de nosotros tiene aspecto de ser menor de edad.
-         Con la posible excepción de ti misma  --  dijo Sirius
-         Eso sería lo de menos, siempre podía alegar que vengo en compañía de “mi padre”  --  dijo ella mirándolo
Remus pensó que si a Sirius no lo mataban los mortífagos, con toda seguridad aquella chica lo haría en cualquier momento.  Una vez que entraron tuvieron que habituar su mirada a la penumbra reinante, y los oídos al escándalo del todo inapropiado para la hora, pero al parecer para las personas que estaban allí siempre era de noche. Sortearon las mesas y a la gente. Jason, Grace y Bill, iban al frente. Sin embargo, cuando se dieron cuenta que varios individuos la miraban mucho, la hicieron colocarse entre ellos y los otros dos que cerraban la marcha.
-         Soy perfectamente capaz de despachar a cualquiera de esos infelices  --  dijo ella molesta
-         Sin duda, pero no queremos llamar demasiado la atención  --  dijo Bill
Ya su indumentaria atraía suficiente atención como para enfrascarse en un pleito con aquellos tipos. Como no tenían previsto pasearse entre muggles, no habían considerado vestirse de otra manera, y con excepción de Jason que nunca vestía de otro modo que no fuesen jeans desgastados y chaqueta, todos los demás iban con túnicas. Cuando iban a mitad de local, Jason vio que se aproximaba un hombre, no tuvo dificultad alguna en reconocer sus intenciones, por lo que se deshizo de él sin ninguna consideración.
-         ¡Jason!  --  exclamó Remus  --  el pobre sujeto…
-         El “pobre sujeto” es un distribuidor de drogas, pero no te preocupes aunque pienso que el mundo estaría mejor sin él, solo lo aturdí.
-         Por allá  --  dijo Bill
Se dirigieron a lo que parecía la entrada a un pasillo posterior. Una vez allí, no tuvieron dificultad en ubicarse y la puerta seguía en su lugar. La abrieron, entraron e inmediatamente desapareció el ruido. Los chicos recordaron las escaleras, se lo hicieron saber a los demás, encendieron sus varitas y comenzaron el largo descenso. Al llegar abajo, suprimieron la luz y Jason se pegó a la puerta.
-         Bueno, parece que no hay nadie
Abrió con cuidado y comprobó que efectivamente no había nadie.
-         El señor ministro no está en su despacho  --  dijo Bill
-         Es muy temprano aún  --  dijo Grace
-         Bien, a partir de ahora tu nos indicas por dónde ir
La chica se colocó a un lado de Jason y cuando él abrió la puerta se asomó con precaución, comprobando que allí tampoco había nadie aún. Salieron y se dirigieron a toda prisa hacia las escaleras, ya que usar los ascensores era un riesgo excesivo.
-         Preferiría estar en otro lugar  --  dijo Sirius cuando llegaron al Departamento de Misterios
-         ¿No tenías tantas ganas de venir?  --  preguntó Grace
-         No “aquí” precisamente
-         Mientras te mantengas alejado de la Sala de la Muerte, estaremos bien  -- dijo Jason
-         ¿Por qué?  --  volvió a preguntar Grace
-         Porque este sujeto tiene la desagradable manía de caer hacia los lados “equivocados”
-         Muy gracioso niño
-         Shhh  --  dijo Bill  --  alguien se aproxima
Grace los empujó por una puerta y se quedaron allí hasta que dejaron de oír los pasos. Salieron y continuaron el avance hasta llegar a las escaleras que conducían a las salas del Tribunal.
-         ¡No podían tener los malditos archivos más escondidos!  --  exclamó Sirius
Finalmente entraron por una puerta y se encontraron en un lugar parecido a una biblioteca, pero en lugar de estanterías, los pasillos estaban compuestos por largas hileras de archivadores.
-         Por aquí  --  les indicó Grace
Caminaron hasta detenerse ante un pasillo en cuyo inicio habían una gran “T” Grace aun avanzó un poco más, hasta detenerse frente a uno de aquellos objetos metálicos, abrió una gaveta y luego de pasar varias carpetas extrajo una.
-         Aquí está  --  dijo entregándosela a Jason
Él la abrió y ubicó con rapidez lo que estaba buscando.
-         Herefordshire. Madre y dos hermanas.
-         Bien, salgamos de aquí  --  dijo Bill
Pero antes de hacerlo, Jason destruyó la carpeta.
-         ¡Jason!  --  exclamó Grace  --  ¿Qué crees que haces? No puedes destruir propiedad gubernamental
-         Pues ya lo hice  --  dijo con tranquilidad
-         Lo notarán necio
-         Sin duda  --  reconoció sonriendo  --  y tendrán mucho trabajo para recuperar la información
Salieron a toda prisa y en el camino de vuelta no se encontraron a nadie, pero al llegar a la salida del Departamento de Misterios, Grace se detuvo.
-         Ahora viene la parte más difícil  --  les dijo  --  Ya que no contábamos con poción Multijugos ni tiempo para prepararla, tenemos que recurrir a la transformación, pero saben que esto no dura más de veinte o treinta minutos.
-         Eso ya lo sabemos niña  --  dijo Sirius con fastidio  --  ¿Por qué pierdes el tiempo repitiéndonos lo que ya sabemos?
-         Porque ustedes son unos idiotas que tienen por costumbre desestimar las cosas importantes, y conociéndolos les parecerá divertido…
-         Ya, ya  --  dijo Bill deteniendo el pleito que podía extenderse todo el día  -- ¿Jason estás seguro que quieres hacer esto?
-         Ya sé que es muy improbable  --  reconoció el chico  --  pero si tenemos una oportunidad de averiguar dónde tienen a los Lovegood, me doy por satisfecho.
-         De acuerdo  --  dijo Bill  --  vamos a ello entonces.
Apuntó a Jason con su varita, un rayo azulado salió de ella y al minuto siguiente su primo había adquirido otro aspecto.  Jason hizo lo mismo, al igual que Sirius y Remus, y por último Sirius apuntó a Grace.
-         ¡No!  --  dijo la chica  --  Tú no. Eres capaz de convertirme en rana. Hazlo tú Remus.
-         No habría mucha diferencia  --  dijo Sirius con malignidad, mientras Remus se encargaba
Grace miró la hora, y luego a ellos.
-         Ya el Atrio debe estar abarrotado de gente, pero recuerden, en veinte minutos tenemos que haber salido de aquí.
-         ¡Ya niña!  --  dijo Sirius con exasperación  --  Pareces una gallina tras sus polluelos  --  y ella lo miró con algo cercano al odio
-         Pues sin duda tú serías el error, es decir, el que debió terminar en una cacerola para ser engullido por alguien con más cerebro.
Bill tomó el brazo de Grace y la empujó hacia la salida o sería ella misma quien terminase con el animago.
-         Separémonos  --  dijo Jason una vez en el Atrio
Sirius marchó con Bill y Jason con Grace, mientras que Remus entró solo a otro ascensor. Esta distribución obedecía a que ellos tres conocían bien la disposición del Departamento de Aurores, mientras que Bill y Jason no. Justamente en el ascensor donde se habían introducido Jason y Grace, entraron a último minuto Turel y Kovacevic. Grace aferró el brazo de Jason que estaba tan tenso como una cuerda de violín.
-         ¿Está todo preparado?  --  preguntó Turel
-         No señor, ayer con el asunto Longbottom, perdimos mucho tiempo
-         ¡Esos inútiles!
-         Era mucho pedir que pudiesen con…
-         ¡Cállate! Ya estoy harto de sus excusas. Y debería darles vergüenza que esos cuatro mal nacidos, sigan escapándoseles.
-         No son cuatro solamente  --  protestó el hombre
-         ¡Pero ustedes son un maldito ejército! Y soy yo quien tiene que dar cuenta de sus reiterados fracasos.
Una sonrisa de suprema satisfacción se formó en los labios de Jason. Al menos aquel miserable lo estaba pasando muy mal. Los demás ocupantes del elevador iban silenciosos, lo que significaba sin duda alguna que temían a aquel individuo. Jason pensó que sería muy fácil cortarle el cuello al desgraciado, pero su sentido común le indicó que de hacerlo, tendría pocas posibilidades de salir vivo de allí.
Salieron del ascensor y aunque Jason iba a seguir a Turel, Grace lo empujó en dirección contraria.
-         ¿Qué haces, quieres que nos descubran?
En el otro elevador, Sirius y Bill se encontraron con Pius Thirknesse, pero a diferencia de Turel, éste iba solo y no conversó con nadie. En tanto que Remus se encontró en el mismo ascensor con Kingsley y otro par de Aurores.
-         ¿Qué sucedió con el chico Weasley?  --  preguntó uno de ellos
-         ¿Con cuál de ellos?  --  preguntó Kingsley
-         Con el que trabajaba aquí.
Por un momento Remus sintió una punzada de culpabilidad, ninguno de ellos había preguntado por Percy.
-         Lo mismo que con todos los demás  --  le contestó Kingsley  --  Desaparecido y sin rastro.
Remus respiró aliviado, eso significaba que había recibido el aviso de Bill y había tomado precauciones, cosa que le alegró, porque a pesar de que el tercero de los Weasley no se había mostrado a favor de su causa, al menos seguía siendo leal a su familia, y esperaba que dónde quiera que se encontrase, estuviese bien. Lupin bajó en el piso donde se encontraba la oficina del Ministro, su parte del trabajo consistía en mantenerse alerta para cuando los demás llegasen allí y poder salir sin contratiempos.
Sirius y Bill, al igual que Jason y Grace, se quedaron en el piso donde funcionaba el Departamento de Aurores, debían prestar atención si querían averiguar acerca del paradero de los Lovegood, y teniendo en cuenta la gran cantidad de agentes del CCP que se encontraban allí, les fue sencillo mezclarse entre ellos y esperaban que alguno mencionase el asunto.
Turel reunió a sus hombres para las órdenes del día, y estaba en ello cuando entró otro individuo
-         Señor ya tenemos a las Thomas.
-         Bien  --  Evan se volvió hacia el grupo  --  continuaremos luego  --  y salió en compañía de Kovacevic, el mensajero y dos agentes más
-         ¡Maldición!  --  exclamó Jason y arrastró a Grace por un brazo
Trataron de localizar a Sirius y a Bill, y cuando dieron con ellos Jason empezó a hablar pero sin detener el paso.
-         Cambio de planes  --  dijo  --  tenemos que sacarlas de aquí.
Si alguno se detuvo a pensar que aquello era una decidida locura o que estaba fuera del alcance de sus capacidades, no lo dijo, se limitaron a seguir a prudente distancia a Turel. Bill tenía una idea bastante aproximada de dónde las tenían, suponiendo que siguiesen utilizando las salas del Tribunal, y justamente hacia allá se encaminaban.
Para su buena fortuna, aquel seguía siendo un lugar bastante solitario, de modo que tuvieron que distanciar la persecución, pero eso  no representaba un problema una vez que tuvieron la relativa seguridad de la ubicación de las Thomas. A distancia, vieron a los cinco hombres entrar a una de las salas y enseguida se encaminaron hacia allá. Con cuidado abrieron la puerta y escucharon.
-         ¿Por qué estamos aquí?  --  estaba preguntando una de las mujeres
-         No tengo por qué contestar a sus preguntas, pero ya que lo quieren saber, irán a prisión  --  dijo Turel
-         ¿Por qué?  --  preguntó una aterrorizada voz
-         Por interferir en una investigación oficial
-         Pero… ¿qué dice?  --  preguntó de nuevo la primera voz
Jason se volvió a los demás y susurró con apremio.
-         Si las llevan a Azkaban tendremos pocas posibilidades, así que es ahora.
-         Jason  --  dijo Grace mirando la hora  --  tenemos menos de cinco minutos para salir de aquí sin ser reconocidos.
-         ¡Al demonio con eso!  --  exclamó él  --  ¡Vamos!
En ese momento Turel estaba informándoles de su destino final a las pobres mujeres.
-         Serán conducidas a Azkaban, y asumiendo que no sepan lo que es eso, es nuestra prisión
-         ¡Eso es algo que no sucederá!  --  dijo Jason
Los hombres se volvieron y se encontraron apuntados por cuatro varitas, empuñadas por tres individuos y una mujer a los que no conocían, y que avanzaban hacia ellos.
-         ¿Y quién demonios eres tú?  --  preguntó Turel sacando su varita también al igual que los otros
-         ¡Tú peor pesadilla, infeliz!  --  y acto seguido  --  ¡ERIPIERE! ¡PROPELLERE! 
La varita de Turel no solo le fue arrebatada de la mano, sino que le dejó una quemadura en ella, y fue empujado con fuerza hacia la pared más alejada. Los demás tampoco perdieron el tiempo, y sabiendo que Jason atacaría a Turel, se ocuparon de los demás.
Jason caminó hacia las mujeres, y apuntó a las cadenas que las mantenían sujetas a las sillas.
-         ¡EXIDERE!  --  y una vez libres  --  Vamos, de prisa
-         ¿Quién es usted?
-         Eso carece de importancia por ahora
Pero una de las chicas ahogó un grito mientras lo miraban, y Jason tuvo pocas dudas de la razón, pero no tenían tiempo para explicaciones.
-         ¡PREWET!  --  exclamó Turel y Jason levantó la cabeza y exhibió una sonrisa
-         Te dije que era tu peor pesadilla  --  y se acercó a él
-         ¡Jason!  --  escuchó a Bill  --  tenemos que irnos ¡Ahora!
Pero el chico lo ignoró y siguió caminando hacia Evan
-         Podría matarte aquí y ahora  --  le dijo cuando estuvo a solo unos pasos y apuntando a su pecho 
-         ¡Jason no!  --  gritó Grace
-          Pero lo que me diferencia de ti  --  continuó Jason  --   es que no soy un asesino, y no mataré a un hombre desarmado. Pero que te quede claro que solo estoy difiriendo tu muerte  ¡DEVICTUM!  --  unas gruesas cadenas se enroscaron alrededor de Evan y antes de dar la espalda  --  ¡IGNISIS FLAGELLO!  --  una chispazo ardiente golpeó el rostro de Turel donde sin duda quedaría una fea marca  --  un pequeño recordatorio, para que pienses en lo que te espera todos y cada uno de los días que te quedan de vida, ni todo tu ejército de ineptos va a salvarte. Vas a morir Evan, no lo olvides.
Salieron de allí y caminaron a toda prisa hacia las escaleras. Subieron hasta el piso de la oficina del ministro y cuando salieron al pasillo, escucharon el inconfundible sonido de lucha.
-         ¡Remus!  --  exclamaron y empezaron a correr a todo lo que daban
En efecto, al igual que ellos Remus había recobrado su apariencia y era mucho esperar que nadie lo hubiese reconocido. De modo que se las estaba viendo negras, pero con su llegada el asunto cambió rápidamente. Sirius había desarmado a Thirknesse y ahora le tenía la varita en el cuello.
-         ¡Vámonos!  --  dijo Bill
Pero mientras empezaban a entrar a la oficina del ministro, vieron que llegaban más agentes, de modo que Jason y Bill comenzaron a lanzar maldiciones mientras Remus y Grace introducían a las aterrorizadas mujeres en la oficina.
-         ¡Entren!  --  dijo Sirius sin soltar al ministro
-         Sirius, no puedes…
-         No lo haré, solo entren de una maldita vez  --  les dijo
Ellos entraron mientras él se volvía hacia los agentes
-         ¡Si dan un paso más, le corto al cuello a su querido Ministro!  --  los amenazó
Los hombres se quedaron congelados y Sirius comenzó a retroceder, y una vez que estuvo dentro.
-         ¡CONSIGNO OSTIUM!  --  lanzó Bill hacia la puerta
-         Son unos estúpidos  --  dijo Thirknesse  --  no podrán salir de aquí
-         Yo en tu lugar no apostaría eso  --  dijo Sirius  --  ¡AMISERE SENSUS!  --  y el individuo cayó hacia atrás
Pero cuando se volvió, Grace los miraba a todos aterrorizada. La razón para ello era…
-         Parece que tendremos que hacerlo de la forma difícil  --  estaba diciendo Jason
-         ¡La puerta no está!  --  exclamaba Grace a su vez

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