Al filo de la navaja

Al filo de la navaja
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, son nuestras decisiones y nuestras acciones las que lo hacen. Así como tampoco somos responsables por lo que nuestros antepasados hayan hecho o pretendido hacer de nosotros, pero sí lo somos de lo que decidamos hacer con ello. El pasado es un hecho, el presente lo construimos segundo a segundo, y el futuro es un lugar incierto que siempre nos mantendrá… Al Filo de la Navaja

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cap. 64 En Hogwarts…



Ginny y los demás esperaban ansiosos el regreso de Harry, pero mientras esperaban Ron apartó a Hermione.
-         ¿Qué sucede?
-         Tenemos un problema
-         ¿De veras?  --  preguntó ella en forma sarcástica
-         ¡Hermione!  --  dijo él con exasperación  --  tenemos un “ya sabes qué” y tal vez Harry encuentre el otro, pero por si lo has olvidado, ahora no tenemos con qué destruirlo, de modo que se me ocurre que vayamos a  --  y acercándose a su oído susurró  --  la Cámara de los Secretos
-         ¿Qué?  --  preguntó ella con extrañeza  --  Y sobre todo ¿Para qué?
-         Porque ahí está el cadáver del basilisco ¿Lo has olvidado?
Ella lo miró durante unos segundos sin saber si aquello era una broma, o si finalmente su amigo se había vuelto loco.
-         Ron, en primer lugar suponiendo que lo hiciéramos, ni tú ni yo hablamos parsel ¿cómo se supone que entraremos? Y segundo, es posible que ese asqueroso bicho no esté allí
-         Creo que puedo imitar a Harry  --  le dijo él  --  y no creo que el asqueroso bicho haya podido ir a ninguna parte, está muerto.
-         ¡Ron!
-          En todo caso, nada perdemos con intentarlo ¿no?
Ella lo pensó un momento, y teniendo en cuenta que no tenían un arma para destruir el Horrocrux, él tenía razón y nada perdían con intentarlo.
-         ¿Y sabes exactamente dónde está?
-         Créeme es difícil de olvidar, está en aquel baño por dónde solía pasearse Myrtle.
Tan sigilosamente como les fue posible, abandonaron la sala y marcharon hacia los servicios. Antes de salir, Ron vio una escoba recostada de la pared y la tomó.
-         ¿Para qué traes eso?  --  preguntó Hermione
-         La necesitaremos  --  dijo sin mayores explicaciones
Hermione lo miró con aprensión pero prefirió no preguntar, en cualquier caso aún estaba por verse que pudiesen acceder.
Para su buena fortuna, no se encontraron con nadie, puesto que ni tenían el mapa, ni disponían de una Capa que los cubriera.
Una vez llegados allí, Ron se paró delante del lavabo y comenzó a imitar los sonidos que tantas veces le había escuchado a Harry, y para sorpresa de ambos, el asunto dio resultado.
-         Bien  --  dijo él  --  Vamos  --  y se deslizó por el agujero
Hermione dio un suspiro resignado y lo siguió. Ahogó un grito cuando vio dónde había caído, porque el piso estaba lleno de lo que suponía eran huesos de pequeños y no tan pequeños animales.   Después de mucho caminar, llegaron al lugar dónde se encontraba el basilisco y nuevamente Hermione ahogó una exclamación al ver el tamaño de aquella bestia. Por un momento pensó que Harry era realmente muy valiente y siempre lo había sido, al recordar que solo tenía doce años cuando se enfrentó a aquel asqueroso bicho.
Ron se acercó a la cabeza del animal, y haciendo fuerza le arrancó dos de los descomunalmente largos colmillos. Se acercó a Hermione y le ofreció uno.
-         ¡No!  --  dijo ella horrorizada
-         Vamos Hermione  --  le dijo  --  Harry destruyó el Diario, yo destruí el medallón, es tu turno.
La chica vaciló un momento, pero finalmente se decidió. Sacó la copa del pequeño bolso, y la colocó en el piso.
-         Hermione, no sé cómo va a comportarse esta cosa, el medallón casi mata a Harry y a mí pues… no me fue nada bien tampoco, pero no tengas miedo, yo estoy aquí ¿bueno?
Aquello no le parecía nada alentador, pero le agradeció que se lo dijera. Tomó el colmillo y se lo levantó. La copa comenzó a vibrar de manera enloquecida, pero Hermione no vaciló y clavó el colmillo en el centro. Inmediatamente escucharon una especie de alarido lejano, y un chorro de una substancia negruzca brotó de la copa, para luego quedar retorcida y deslustrada.
Sin perder el tiempo, la tomaron y salieron a todo correr de allí. Cuando llegaron al lugar dónde habían caído, Hermione entendió la necesidad de la escoba. Se subieron a ella, y ascendieron velozmente. Cuando llegaron arriba, Hermione le dio un repentino abrazo a Ron.
-         Bien pensado Ron
Pero antes de que él pudiese contestar, escucharon un gran escándalo, como si muchas personas estuviesen corriendo. De modo que corrieron hacia la salida y efectivamente, vieron a los estudiantes desplazándose velozmente por los pasillos.

Harry había tenido un desagradable encuentro con los Carrow, lo que hizo que Alecto convocara a Voldemort. Luego de deshacerse de los hermanos, Harry informó de la manera más sucinta a la Profesora McGonagall, e inmediatamente ésta se puso en movimiento para que ellos tuviesen tiempo de buscar lo que fuese que tuvieran que buscar. En el camino se habían encontrado con Snape, y aunque Harry experimentó el conocido odio feroz, la Profesora McGonagall fue la que se hizo cargo de la situación y luego le metió prisa para que avisara a los alumnos que estaban en la sala de los menesteres que se reunieran en el Comedor.

Un poco después de que Hermione y Ron habían abandonado la sala de los menesteres, volvió a abrirse la puerta del túnel y comenzaron a aparecer los miembros de la Orden.
-         ¿Cómo se enteraron?  --  preguntó George
-         Aberforth  --  dijo Kingsley
-         ¿Dónde están Harry y los demás?  --  preguntó Sirius
-         Harry fue con Luna a la Torre de Ravenclaw  --  informó el gemelo  --  Y Ron y Hermione no tengo idea
Molly les armó un escándalo a los chicos por haber llevado a Ginny, pero la pelirroja respondió con su rebeldía característica. La puerta volvió a abrirse y entraron otros antiguos compañeros, Oliver, Alicia, Katie y Angelina, de modo que cuando Harry y Luna ingresaron de nuevo a la Sala, aquello estaba mucho más lleno de gente.
-         ¿Qué sucedió?  --  preguntaron varias voces
-         Voldemort viene camino, tendremos que enfrentarlo  --  dijo el chico  --  los Profesores están protegiendo la escuela y McGonagall dijo que nos reuniéramos en el Comedor
Se armó un gran barullo mientras todos intentaban salir, y Harry se acercó a los gemelos.
-         ¿Dónde están Ron y Hermione?
-         No lo sé  --   dijo George
-         Yo los escuché decir algo de un baño  --  agregó Ginny  --  pero después no los he visto más.
En ese momento se abrió la puerta de nuevo, y apareció alguien a quien ciertamente no esperaban.
-         ¡Percy!  --  exclamó la señora Weasley
Después que el chico se disculpó con su familia, se dirigió a Bill.
-         Gracias por los avisos  --  le dijo
-         Aunque te hayas comportado como un idiota, nunca dejaste de ser mi hermano  --  le dijo él y lo abrazó
Finalmente salieron todos hacia el comedor, pero Molly Weasley se negó en redondo a permitir que Ginny lo hiciera, y si no la enviaron de vuelta Inverness, fue con la condición de que se quedase en la sala de los menesteres y no saliese de allí.
Una vez reunidos, la Profesora McGonagall comenzó a dar las instrucciones para la evacuación, pero quedó interrumpida por una voz muy diferente, alta, fría y parecía provenir de las mismas paredes. Nadie tuvo dificultad en identificarla, Voldemort les estaba hablando.
Les dijo que sus esfuerzos serían inútiles, y que no quería derramar sangre mágica, que le entregaran a Harry y todos serían recompensados, y les dio hasta media noche para hacerlo.
Una vez que la voz se extinguió, Pansy Parkinson gritó que Harry estaba allí, pero más tardó ella en decirlo, que todos los Gryffindor en sacar sus varitas, seguidos de los Ravenclaw, los Hufflepuff  y formarse delante de Harry y apuntarla a ella. McGonagall ordenó a todos los Slytherin seguir a Filch, para que abandonaran el castillo en primer lugar. Luego de eso, Kingsley se paró frente a todos y les dio las instrucciones del plan que habían trazado entre profesores y miembros de la Orden.
La defensa de los accesos y pasadizos, quedó a cargo de los gemelos y de Sirius, que era quienes mejor los conocían. Los profesores Sprout, Flitwick y McGonagall, estarían a cargo de las Torres más altas del Castillo, mientras que Remus, Jason y Grace cubrirían los terrenos por el lado Norte. Arthur, Dánaee  y Kingsley, liderarían al grupo que defendería el lado Este, y Bill, Joseph y Tonks, los terrenos del lado Oeste. Harry pensó con pesar que ellos estarían en la primera línea de fuego y un enorme peso le oprimió el pecho. Los alumnos mayores de edad que habían decidido quedarse, fueron repartidos entre los grupos que liderarían la defensa y fueron a colocarse en sus posiciones mientras Harry  buscaba desesperadamente a Ron y a Hermione entre la multitud.
Abandonó el comedor sin saber muy bien qué hacer o dónde buscar, pero repentinamente se le ocurrió una idea y comenzó a buscar a Sir Nicholas. Cuando lo encontró le preguntó por el fantasma de Ravenclaw y luego de eso se dedicó a buscar a la Dama Gris hasta encontrarla. Le costó algún esfuerzo que le dijese lo que necesitaba, pero una vez obtenida la información emprendió la carrera.
Se encontró con Hermione y Ron, le relataron lo que habían hecho y luego se dirigieron a la sala de los Menesteres pero ya la batalla había comenzado.

Las protecciones que habían sido colocadas alrededor del castillo, resistieron más de lo que esperaban, pero una vez rotas, los mortífagos comenzaron a atacar. No obstante, los que enviaron a la vanguardia, no eran enemigos a la altura de la fuerza que los recibió, pero aquello solo tenía como objetivo cansarlos para cuando se presentaran los más peligrosos, y así se los hizo saber Joseph.
-         ¡Estos payasos no tienen mayor talento, solo quieren desgastarnos!  --  les dijo  --  La mayoría son snatchers
Y era evidente que tenía razón, porque los primeros no lograron atravesar las líneas de defensa que comandaban los Aurores.

En el interior del Castillo, los que intentaban ingresar a través de los pasadizos la tuvieron igualmente difícil. Sin embargo, Bill le había enviado un mensaje a Sirius, advirtiéndole lo que había dicho Joseph, y él en cuanto le fue posible informó a los gemelos.
-         ¡Eso es solo una avanzadilla, lo peor está por venir!
-         ¡Genial!  --  exclamaron ellos, y siguieron en lo suyo

Después que los primeros atacantes habían sido aniquilados por los defensores del castillo, comenzó a llegar la fuerza más peligrosa. En ese momento Remus se enfrentaba a Dolohov y a dos mortífagos más. Grace había sido herida y no había podido evitarlo, así como tampoco sabía en qué estado se encontraba, solo la había visto caer. Jason había desaparecido de su vista, pero confiaba en que se mantuviese en pie.
Joseph y Tonks aparecieron de pronto en su línea de visión enfrascados en un sangriento enfrentamiento, pero parecían estar bien. Remus se deshizo de dos de los mortífagos, pero mientras seguía enfrascado en su lucha contra Dolohov, vio que varios mortífagos atacaban a un grupo de estudiantes, esto hizo que descuidara su defensa durante unos segundos que Dolohov aprovechó diligentemente lanzándole la maldición.
-         ¡NO!
Aquel grito resonó en sus oídos, y sería un grito que seguiría oyendo el resto de sus días, porque acto seguido, Tonks estaba en sus brazos y sus ojos estaban fijos. Joseph se encargó de Dolohov y de no haber sido por él, por Bill y por Jason que habían llegado en ese momento, probablemente él también habría muerto, porque el mundo pareció haber dejado de girar en el momento en el que Tonks había recibido la maldición que había estado dirigida a él.

Harry y los demás habían entrado a la sala y se habían encontrado a Ginny en compañía de la abuela de Neville.
-         Me dijeron que me quedara en Inverness pero no podía  --  estaba diciéndole la señora a Ginny, y cuando vio a los chicos enseguida preguntó por su nieto  --  ¿Han visto  Neville?
-         Está arriba luchando  --  dijo Harry
-         Naturalmente, y debo ir a ayudarlo  --  dijo la señora y salió sorprendentemente rápido
Harry le pidió a Ginny que saliera un momento después de asegurarse que no quedaba nadie en el pasadizo, y una vez que lo hizo, salieron ellos también para que la sala pudiese transformarse en lo que necesitaban. Harry había recordado haber visto la dichosa diadema, el asunto ahora era encontrarla en aquel laberinto. No obstante logró hacerlo, pero también se encontró con Malfoy y sus secuaces. El asunto terminó bastante mal, especialmente para Crabbe que en su deseo de dañarlos, había convocado un Fuego Maldito, pero como dijo Ron, si bien aprendió como convocarlo, era una pena que no se hubiese concentrado en cómo apagarlo. Malfoy y Goyle fueron salvados por los chicos y la diadema quedó destruida por el Fuego Maldito.
Harry miró hacia los lados buscando a Ginny y sintió terror al no verla allí, pero no tuvieron mucho tiempo para entretenerse, porque los gemelos y Percy aparecieron enzarzados en una lucha muy cerca de ellos. Abatieron a Thirknesse y Sirius apareció un momento después.
-         ¿Están bien?  --  preguntó 
Pero Harry al verlo todo machado de sangre y con varios cortes en distintas partes, pensó que eso de debían preguntarlo ellos.
-         Nosotros sí, pero al parecer tú no
-         Descuida, la mayor parte no es mía  --  le contestó Sirius señalando las manchas
Los gemelos bromeaban con Percy por haberse estado burlando del Ministro y en ese momento todo pareció explotar a su alrededor, le breve lapso de paz que acababan de experimentar fue violentamente cambiado por el horror. Harry luchaba por salir de debajo de los escombros al igual que Hermione. Aquella parte del castillo había sido atacada con una maldición tan potente que había volado casi por completo. Harry ayudó a Hermione a ponerse de pie y fue cuando vieron el más terrible de los espectáculos, Fred yacía en el piso con los ojos fijos. Harry sintió como si una enorme loza estuviese comprimiendo su pecho, y el asunto se puso aún peor cuando giró la vista y vio el cuerpo de Sirius tendido a pocos metros. Corrió hacia él y se tiró en el piso a su lado sacudiéndolo.
-         ¡Sirius! ¡Sirius abre los ojos! 
Pero no tuvo tiempo de entretenerse más, porque en ese momento una inusitada cantidad de rayos comenzaron a llegarles de diferentes direcciones.
-         Tenemos que salir de aquí  --  decía Hermione
Harry sabía que era cierto, pero no podían dejar los cuerpos de Sirius y de Fred allí, de modo que como pudo los arrastró hacia los nichos donde antes habían estado las estatuas. Hizo un inhumano esfuerzo por sacar aquella terrible imagen de su cabeza y darle acceso a los pensamientos de Voldemort. Aunque quería destrozar a los que habían hecho aquello, era de vital importancia encontrar a Voldemort para poder acabar con Nagini. De manera que se concentró en eso y lo vio.
-         Sé dónde está  --  dijo finalmente  --  Vamos.
Por el camino tuvieron que vérselas con varios mortífagos que reconocieron de inmediato a Harry, por lo que Hermione lo urgió a ponerse la capa, pero él la echó por encima de los tres y aunque no los cubría bien, Harry dudaba que en medio de aquel caos alguien lo notase. Llegaron al vestíbulo y vieron que estaba casi destrozado y justo en aquel momento un rayo había dado en el reloj de Slytherin y se estaban desparramando las gemas verdes. Corrieron hacia la puerta, entre resbalones e intentando ayudar a los que estaban luchando, pero corrían el riesgo de herir a sus propios amigos.
Harry sintió el horror de nuevo al ver caer a Lavender y a Greyback atacándola, y por otro lado vio correr a Hagrid gritando que no les hicieran daño a las monstruosas arañas y perdiéndose entre ellas. Todo se agolpó en su cabeza justo cuando comenzaban a sentir un frío anti natural. Se volvieron y vieron avanzar hacia ellos a un centenar de Dementores. Los tres intentaron pensar algo feliz, aunque en aquellas condiciones era casi imposible, pero de pronto vieron a una libre, un cerdo y un zorro plateado saltar por encima de ellos. Luna, Seamus y Ernie habían acudido en su ayuda, pero no era suficiente.
-         Vamos Harry  --  decía Luna en tono alentador  --  piensa en algo feliz.
Harry lo intentó con todas su fuerzas, los Dementores estaban más cerca, pero finalmente el ciervo emergió justo en el momento en el que un halcón y un jaguar plateados, cargaban junto con el ciervo en contra de los Dementores que ahora sí se dispersaron en serio. Jason y Bill acababan de aparecer tras ellos. Jason se agachó y ayudó a Hermione a levantarse del piso.
-         ¿Estás bien?  --  le preguntó y con un rápido movimiento de varita cerró la herida que ella se había hecho al momento de la explosión y que aún sangraba mucho
No era que ellos estuviesen precisamente ilesos, pero se alegraron de verlos enteros. Sin embargo, los períodos de receso eran extraordinariamente breves, porque enseguida oyeron un grito y cuando se volvieron casi se caen en cuanto la tierra se estremeció a su alrededor por efectos de unas gigantescas pisadas. Hermione y Luna vieron aterrorizadas hacia arriba, pero antes de que la palabra que se correspondía con la imagen pudiese formarse, escucharon a Jason y a Bill.
-         ¡Corran!
Harry tiró de Hermione, y corrió junto con Ron hacia el Sauce Boxeador. Atravesar el pasadizo de entrada no fue sencillo, ya no eran los chicos de trece años y les pareció extremadamente pequeño. Pero una vez que llegaron a la Casa de los Gritos, escucharon todo lo que Voldemort decía y fueron testigos del brutal asesinato de Snape, pensaron que habrían preferido enfrentarse a los gigantes. En cuanto Voldemort se marchó, ellos se acercaron al cuerpo de Snape y aún estaba vivo, pero apenas alcanzó a darle sus recuerdos, mirarlo un breve momento a los ojos y luego los suyos quedaron fijos.
Todavía no se recuperaban de la impresión cuando la voz de Voldemort volvió a invadir cada rincón. Los instaba a rendirse y a él a entregarse, dijo que esperaría durante una hora en el Bosque. Los chicos insistieron en que no lo escuchara, pero cuando marchaban de nuevo hacia el castillo, la voz de Voldemort seguía resonando en su cabeza. De haberse entregado antes, nada de esto habría sucedido pensaba Harry. Sus amigos no habrían muerto, Fred estaría vivo. Pensó en Sirius, y el dolor volvió con mayor fuerza, había tenido que dejarlo para venir aquí, y no sabía siquiera si había sobrevivido. Al igual que la imagen de Snape volvió a su mente, y la forma y la razón por la que había sido asesinado.
Cuando salieron del pasadizo, la imagen de desolación que los recibió, no contribuyó a mejorar el ánimo de Harry. Caminaron preguntándose dónde estaban todos y recibieron la respuesta al llegar al comedor.
Los sobrevivientes permanecían en grupos muy juntos, mientras que los heridos estaban siendo atendidos por Madame Pomfrey y por Jason.
Ron y Hermione se encaminaron hacia los Weasley. Hermione abrazó a Ginny, mientras que Ron iba hacia donde estaban Bill, Fleur y Percy.  Todos  rodeaban el cuerpo de Fred, y un poco más hacia la derecha, Harry vio el cuerpo de Tonks y a Ted arrodillado a su lado llorando en silencio. El peso en su corazón se hacía cada vez mayor. Buscó frenéticamente entre los cuerpos tendidos en el piso, pero no vio ni a Remus ni a Sirius. De modo que se dirigió hacia Jason.
-         ¡Jason!  --  dijo sujetándolo por un brazo  --  Sirius… Remus…
-         Tranquilo Harry, están allá  --  y señaló en la dirección en la que se encontraban

Harry soltó el aire al comprobar que estaban vivos, pero no se acercó a ellos. No se sentía con el valor necesario como para hablar con nadie. Se sentía terriblemente mal y culpable, todo aquello era su culpa. De modo que abandonó el comedor y corrió sin detenerse hasta llegar a la entrada del despacho del director, quería ver lo que Snape tenía tanto interés en entregarle, pero después de haberlo visto, y aunque algo en su interior siempre lo había sabido, sintió como si todo su cuerpo comenzando por su dolorido corazón, se congelaba con una extraña mezcla de sentimientos, que no se molestó en tratar de identificar. Había llegado al final del camino y tenía que hacerlo solo.   

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