Ginny y los demás esperaban ansiosos el
regreso de Harry, pero mientras esperaban Ron apartó a Hermione.
-
¿Qué
sucede?
-
Tenemos
un problema
-
¿De
veras? -- preguntó ella en forma sarcástica
-
¡Hermione! --
dijo él con exasperación -- tenemos un “ya sabes qué” y tal vez Harry
encuentre el otro, pero por si lo has olvidado, ahora no tenemos con qué
destruirlo, de modo que se me ocurre que vayamos a -- y
acercándose a su oído susurró -- la
Cámara de los Secretos
-
¿Qué? --
preguntó ella con extrañeza
-- Y sobre todo ¿Para qué?
-
Porque
ahí está el cadáver del basilisco ¿Lo has olvidado?
Ella lo miró durante unos segundos sin
saber si aquello era una broma, o si finalmente su amigo se había vuelto loco.
-
Ron,
en primer lugar suponiendo que lo hiciéramos, ni tú ni yo hablamos parsel ¿cómo
se supone que entraremos? Y segundo, es posible que ese asqueroso bicho no esté
allí
-
Creo
que puedo imitar a Harry -- le dijo él
-- y no creo que el asqueroso
bicho haya podido ir a ninguna parte, está muerto.
-
¡Ron!
-
En todo caso, nada perdemos con intentarlo
¿no?
Ella lo pensó un momento, y teniendo en
cuenta que no tenían un arma para destruir el Horrocrux, él tenía razón y nada
perdían con intentarlo.
-
¿Y
sabes exactamente dónde está?
-
Créeme
es difícil de olvidar, está en aquel baño por dónde solía pasearse Myrtle.
Tan sigilosamente como les fue posible,
abandonaron la sala y marcharon hacia los servicios. Antes de salir, Ron vio
una escoba recostada de la pared y la tomó.
-
¿Para
qué traes eso? -- preguntó Hermione
-
La
necesitaremos -- dijo sin mayores explicaciones
Hermione lo miró con aprensión pero
prefirió no preguntar, en cualquier caso aún estaba por verse que pudiesen
acceder.
Para su buena fortuna, no se encontraron
con nadie, puesto que ni tenían el mapa, ni disponían de una Capa que los
cubriera.
Una vez llegados allí, Ron se paró
delante del lavabo y comenzó a imitar los sonidos que tantas veces le había
escuchado a Harry, y para sorpresa de ambos, el asunto dio resultado.
-
Bien --
dijo él -- Vamos
-- y se deslizó por el agujero
Hermione dio un suspiro resignado y lo
siguió. Ahogó un grito cuando vio dónde había caído, porque el piso estaba
lleno de lo que suponía eran huesos de pequeños y no tan pequeños animales. Después de mucho caminar, llegaron al lugar
dónde se encontraba el basilisco y nuevamente Hermione ahogó una exclamación al
ver el tamaño de aquella bestia. Por un momento pensó que Harry era realmente
muy valiente y siempre lo había sido, al recordar que solo tenía doce años
cuando se enfrentó a aquel asqueroso bicho.
Ron se acercó a la cabeza del animal, y
haciendo fuerza le arrancó dos de los descomunalmente largos colmillos. Se
acercó a Hermione y le ofreció uno.
-
¡No! --
dijo ella horrorizada
-
Vamos
Hermione -- le dijo
-- Harry destruyó el Diario, yo
destruí el medallón, es tu turno.
La chica vaciló un momento, pero
finalmente se decidió. Sacó la copa del pequeño bolso, y la colocó en el piso.
-
Hermione,
no sé cómo va a comportarse esta cosa, el medallón casi mata a Harry y a mí
pues… no me fue nada bien tampoco, pero no tengas miedo, yo estoy aquí ¿bueno?
Aquello no le parecía nada alentador,
pero le agradeció que se lo dijera. Tomó el colmillo y se lo levantó. La copa
comenzó a vibrar de manera enloquecida, pero Hermione no vaciló y clavó el
colmillo en el centro. Inmediatamente escucharon una especie de alarido lejano,
y un chorro de una substancia negruzca brotó de la copa, para luego quedar
retorcida y deslustrada.
Sin perder el tiempo, la tomaron y
salieron a todo correr de allí. Cuando llegaron al lugar dónde habían caído,
Hermione entendió la necesidad de la escoba. Se subieron a ella, y ascendieron
velozmente. Cuando llegaron arriba, Hermione le dio un repentino abrazo a Ron.
-
Bien
pensado Ron
Pero antes de que él pudiese contestar,
escucharon un gran escándalo, como si muchas personas estuviesen corriendo. De
modo que corrieron hacia la salida y efectivamente, vieron a los estudiantes
desplazándose velozmente por los pasillos.
Harry había tenido un desagradable
encuentro con los Carrow, lo que hizo que Alecto convocara a Voldemort. Luego
de deshacerse de los hermanos, Harry informó de la manera más sucinta a la Profesora McGonagall , e inmediatamente
ésta se puso en movimiento para que ellos tuviesen tiempo de buscar lo que
fuese que tuvieran que buscar. En el camino se habían encontrado con Snape, y
aunque Harry experimentó el conocido odio feroz, la Profesora McGonagall fue la
que se hizo cargo de la situación y luego le metió prisa para que avisara a los
alumnos que estaban en la sala de los menesteres que se reunieran en el
Comedor.
Un poco después de que Hermione y Ron
habían abandonado la sala de los menesteres, volvió a abrirse la puerta del
túnel y comenzaron a aparecer los miembros de la Orden.
-
¿Cómo
se enteraron? -- preguntó George
-
Aberforth --
dijo Kingsley
-
¿Dónde
están Harry y los demás? -- preguntó Sirius
-
Harry
fue con Luna a la Torre
de Ravenclaw -- informó el gemelo -- Y
Ron y Hermione no tengo idea
Molly les armó un escándalo a los chicos
por haber llevado a Ginny, pero la pelirroja respondió con su rebeldía
característica. La puerta volvió a abrirse y entraron otros antiguos
compañeros, Oliver, Alicia, Katie y Angelina, de modo que cuando Harry y Luna
ingresaron de nuevo a la Sala ,
aquello estaba mucho más lleno de gente.
-
¿Qué
sucedió? -- preguntaron varias voces
-
Voldemort
viene camino, tendremos que enfrentarlo
-- dijo el chico -- los
Profesores están protegiendo la escuela y McGonagall dijo que nos reuniéramos
en el Comedor
Se armó un gran barullo mientras todos
intentaban salir, y Harry se acercó a los gemelos.
-
¿Dónde
están Ron y Hermione?
-
No
lo sé -- dijo George
-
Yo
los escuché decir algo de un baño
-- agregó Ginny --
pero después no los he visto más.
En ese momento se abrió la puerta de
nuevo, y apareció alguien a quien ciertamente no esperaban.
-
¡Percy! --
exclamó la señora Weasley
Después que el chico se disculpó con su
familia, se dirigió a Bill.
-
Gracias
por los avisos -- le dijo
-
Aunque
te hayas comportado como un idiota, nunca dejaste de ser mi hermano -- le
dijo él y lo abrazó
Finalmente salieron todos hacia el
comedor, pero Molly Weasley se negó en redondo a permitir que Ginny lo hiciera,
y si no la enviaron de vuelta Inverness,
fue con la condición de que se quedase en la sala de los menesteres y no
saliese de allí.
Una vez reunidos, la Profesora McGonagall comenzó
a dar las instrucciones para la evacuación, pero quedó interrumpida por una voz
muy diferente, alta, fría y parecía provenir de las mismas paredes. Nadie tuvo
dificultad en identificarla, Voldemort les estaba hablando.
Les dijo que sus esfuerzos serían
inútiles, y que no quería derramar sangre mágica, que le entregaran a Harry y
todos serían recompensados, y les dio hasta media noche para hacerlo.
Una vez que la voz se extinguió, Pansy
Parkinson gritó que Harry estaba allí, pero más tardó ella en decirlo, que
todos los Gryffindor en sacar sus varitas, seguidos de los Ravenclaw, los
Hufflepuff y formarse delante de Harry y
apuntarla a ella. McGonagall ordenó a todos los Slytherin seguir a Filch, para
que abandonaran el castillo en primer lugar. Luego de eso, Kingsley se paró
frente a todos y les dio las instrucciones del plan que habían trazado entre
profesores y miembros de la
Orden.
La defensa de los accesos y pasadizos,
quedó a cargo de los gemelos y de Sirius, que era quienes mejor los conocían.
Los profesores Sprout, Flitwick y McGonagall, estarían a cargo de las Torres
más altas del Castillo, mientras que Remus, Jason y Grace cubrirían los
terrenos por el lado Norte. Arthur, Dánaee
y Kingsley, liderarían al grupo que defendería el lado Este, y Bill,
Joseph y Tonks, los terrenos del lado Oeste. Harry pensó con pesar que ellos
estarían en la primera línea de fuego y un enorme peso le oprimió el pecho. Los
alumnos mayores de edad que habían decidido quedarse, fueron repartidos entre
los grupos que liderarían la defensa y fueron a colocarse en sus posiciones
mientras Harry buscaba desesperadamente
a Ron y a Hermione entre la multitud.
Abandonó el comedor sin saber muy bien
qué hacer o dónde buscar, pero repentinamente se le ocurrió una idea y comenzó
a buscar a Sir Nicholas. Cuando lo encontró le preguntó por el fantasma de
Ravenclaw y luego de eso se dedicó a buscar a la Dama Gris hasta encontrarla.
Le costó algún esfuerzo que le dijese lo que necesitaba, pero una vez obtenida
la información emprendió la carrera.
Se encontró con Hermione y Ron, le
relataron lo que habían hecho y luego se dirigieron a la sala de los Menesteres
pero ya la batalla había comenzado.
Las protecciones que habían sido
colocadas alrededor del castillo, resistieron más de lo que esperaban, pero una
vez rotas, los mortífagos comenzaron a atacar. No obstante, los que enviaron a
la vanguardia, no eran enemigos a la altura de la fuerza que los recibió, pero
aquello solo tenía como objetivo cansarlos para cuando se presentaran los más
peligrosos, y así se los hizo saber Joseph.
-
¡Estos
payasos no tienen mayor talento, solo quieren desgastarnos! -- les
dijo --
La mayoría son snatchers
Y era evidente que tenía razón, porque
los primeros no lograron atravesar las líneas de defensa que comandaban los
Aurores.
En el interior del Castillo, los que
intentaban ingresar a través de los pasadizos la tuvieron igualmente difícil.
Sin embargo, Bill le había enviado un mensaje a Sirius, advirtiéndole lo que
había dicho Joseph, y él en cuanto le fue posible informó a los gemelos.
-
¡Eso
es solo una avanzadilla, lo peor está por venir!
-
¡Genial! --
exclamaron ellos, y siguieron en lo suyo
Después que los primeros atacantes
habían sido aniquilados por los defensores del castillo, comenzó a llegar la
fuerza más peligrosa. En ese momento Remus se enfrentaba a Dolohov y a dos
mortífagos más. Grace había sido herida y no había podido evitarlo, así como
tampoco sabía en qué estado se encontraba, solo la había visto caer. Jason
había desaparecido de su vista, pero confiaba en que se mantuviese en pie.
Joseph y Tonks aparecieron de pronto en
su línea de visión enfrascados en un sangriento enfrentamiento, pero parecían
estar bien. Remus se deshizo de dos de los mortífagos, pero mientras seguía
enfrascado en su lucha contra Dolohov, vio que varios mortífagos atacaban a un
grupo de estudiantes, esto hizo que descuidara su defensa durante unos segundos
que Dolohov aprovechó diligentemente lanzándole la maldición.
-
¡NO!
Aquel grito resonó en sus oídos, y sería
un grito que seguiría oyendo el resto de sus días, porque acto seguido, Tonks
estaba en sus brazos y sus ojos estaban fijos. Joseph se encargó de Dolohov y
de no haber sido por él, por Bill y por Jason que habían llegado en ese
momento, probablemente él también habría muerto, porque el mundo pareció haber
dejado de girar en el momento en el que Tonks había recibido la maldición que
había estado dirigida a él.
Harry y los demás habían entrado a la
sala y se habían encontrado a Ginny en compañía de la abuela de Neville.
-
Me
dijeron que me quedara en Inverness
pero no podía -- estaba diciéndole la señora a Ginny, y cuando
vio a los chicos enseguida preguntó por su nieto --
¿Han visto Neville?
-
Está
arriba luchando -- dijo Harry
-
Naturalmente,
y debo ir a ayudarlo -- dijo la señora y salió sorprendentemente
rápido
Harry le pidió a Ginny que saliera un
momento después de asegurarse que no quedaba nadie en el pasadizo, y una vez
que lo hizo, salieron ellos también para que la sala pudiese transformarse en
lo que necesitaban. Harry había recordado haber visto la dichosa diadema, el
asunto ahora era encontrarla en aquel laberinto. No obstante logró hacerlo,
pero también se encontró con Malfoy y sus secuaces. El asunto terminó bastante
mal, especialmente para Crabbe que en su deseo de dañarlos, había convocado un
Fuego Maldito, pero como dijo Ron, si bien aprendió como convocarlo, era una
pena que no se hubiese concentrado en cómo apagarlo. Malfoy y Goyle fueron
salvados por los chicos y la diadema quedó destruida por el Fuego Maldito.
Harry miró hacia los lados buscando a
Ginny y sintió terror al no verla allí, pero no tuvieron mucho tiempo para
entretenerse, porque los gemelos y Percy aparecieron enzarzados en una lucha
muy cerca de ellos. Abatieron a Thirknesse y Sirius apareció un momento
después.
-
¿Están
bien? --
preguntó
Pero Harry al verlo todo machado de
sangre y con varios cortes en distintas partes, pensó que eso de debían
preguntarlo ellos.
-
Nosotros
sí, pero al parecer tú no
-
Descuida,
la mayor parte no es mía -- le contestó Sirius señalando las manchas
Los gemelos bromeaban con Percy por
haberse estado burlando del Ministro y en ese momento todo pareció explotar a
su alrededor, le breve lapso de paz que acababan de experimentar fue
violentamente cambiado por el horror. Harry luchaba por salir de debajo de los
escombros al igual que Hermione. Aquella parte del castillo había sido atacada
con una maldición tan potente que había volado casi por completo. Harry ayudó a
Hermione a ponerse de pie y fue cuando vieron el más terrible de los
espectáculos, Fred yacía en el piso con los ojos fijos. Harry sintió como si
una enorme loza estuviese comprimiendo su pecho, y el asunto se puso aún peor
cuando giró la vista y vio el cuerpo de Sirius tendido a pocos metros. Corrió
hacia él y se tiró en el piso a su lado sacudiéndolo.
-
¡Sirius!
¡Sirius abre los ojos!
Pero no tuvo tiempo de entretenerse más,
porque en ese momento una inusitada cantidad de rayos comenzaron a llegarles de
diferentes direcciones.
-
Tenemos
que salir de aquí -- decía Hermione
Harry sabía que era cierto, pero no
podían dejar los cuerpos de Sirius y de Fred allí, de modo que como pudo los
arrastró hacia los nichos donde antes habían estado las estatuas. Hizo un
inhumano esfuerzo por sacar aquella terrible imagen de su cabeza y darle acceso
a los pensamientos de Voldemort. Aunque quería destrozar a los que habían hecho
aquello, era de vital importancia encontrar a Voldemort para poder acabar con
Nagini. De manera que se concentró en eso y lo vio.
-
Sé
dónde está -- dijo finalmente --
Vamos.
Por el camino tuvieron que vérselas con
varios mortífagos que reconocieron de inmediato a Harry, por lo que Hermione lo
urgió a ponerse la capa, pero él la echó por encima de los tres y aunque no los
cubría bien, Harry dudaba que en medio de aquel caos alguien lo notase.
Llegaron al vestíbulo y vieron que estaba casi destrozado y justo en aquel
momento un rayo había dado en el reloj de Slytherin y se estaban desparramando
las gemas verdes. Corrieron hacia la puerta, entre resbalones e intentando
ayudar a los que estaban luchando, pero corrían el riesgo de herir a sus
propios amigos.
Harry sintió el horror de nuevo al ver
caer a Lavender y a Greyback atacándola, y por otro lado vio correr a Hagrid
gritando que no les hicieran daño a las monstruosas arañas y perdiéndose entre
ellas. Todo se agolpó en su cabeza justo cuando comenzaban a sentir un frío
anti natural. Se volvieron y vieron avanzar hacia ellos a un centenar de
Dementores. Los tres intentaron pensar algo feliz, aunque en aquellas
condiciones era casi imposible, pero de pronto vieron a una libre, un cerdo y
un zorro plateado saltar por encima de ellos. Luna, Seamus y Ernie habían
acudido en su ayuda, pero no era suficiente.
-
Vamos
Harry --
decía Luna en tono alentador
-- piensa en algo feliz.
Harry lo intentó con todas su fuerzas,
los Dementores estaban más cerca, pero finalmente el ciervo emergió justo en el
momento en el que un halcón y un jaguar plateados, cargaban junto con el ciervo
en contra de los Dementores que ahora sí se dispersaron en serio. Jason y Bill
acababan de aparecer tras ellos. Jason se agachó y ayudó a Hermione a
levantarse del piso.
-
¿Estás
bien? --
le preguntó y con un rápido movimiento de varita cerró la herida que
ella se había hecho al momento de la explosión y que aún sangraba mucho
No era que ellos estuviesen precisamente
ilesos, pero se alegraron de verlos enteros. Sin embargo, los períodos de
receso eran extraordinariamente breves, porque enseguida oyeron un grito y
cuando se volvieron casi se caen en cuanto la tierra se estremeció a su
alrededor por efectos de unas gigantescas pisadas. Hermione y Luna vieron
aterrorizadas hacia arriba, pero antes de que la palabra que se correspondía
con la imagen pudiese formarse, escucharon a Jason y a Bill.
-
¡Corran!
Harry tiró de Hermione, y corrió junto
con Ron hacia el Sauce Boxeador. Atravesar el pasadizo de entrada no fue
sencillo, ya no eran los chicos de trece años y les pareció extremadamente
pequeño. Pero una vez que llegaron a la Casa de los Gritos, escucharon todo lo
que Voldemort decía y fueron testigos del brutal asesinato de Snape, pensaron
que habrían preferido enfrentarse a los gigantes. En cuanto Voldemort se
marchó, ellos se acercaron al cuerpo de Snape y aún estaba vivo, pero apenas
alcanzó a darle sus recuerdos, mirarlo un breve momento a los ojos y luego los
suyos quedaron fijos.
Todavía no se recuperaban de la
impresión cuando la voz de Voldemort volvió a invadir cada rincón. Los instaba
a rendirse y a él a entregarse, dijo que esperaría durante una hora en el Bosque.
Los chicos insistieron en que no lo escuchara, pero cuando marchaban de nuevo
hacia el castillo, la voz de Voldemort seguía resonando en su cabeza. De
haberse entregado antes, nada de esto habría sucedido pensaba Harry. Sus amigos
no habrían muerto, Fred estaría vivo. Pensó en Sirius, y el dolor volvió con
mayor fuerza, había tenido que dejarlo para venir aquí, y no sabía siquiera si
había sobrevivido. Al igual que la imagen de Snape volvió a su mente, y la
forma y la razón por la que había sido asesinado.
Cuando salieron del pasadizo, la imagen
de desolación que los recibió, no contribuyó a mejorar el ánimo de Harry.
Caminaron preguntándose dónde estaban todos y recibieron la respuesta al llegar
al comedor.
Los sobrevivientes permanecían en grupos
muy juntos, mientras que los heridos estaban siendo atendidos por Madame
Pomfrey y por Jason.
Ron y Hermione se encaminaron hacia los
Weasley. Hermione abrazó a Ginny, mientras que Ron iba hacia donde estaban
Bill, Fleur y Percy. Todos rodeaban el cuerpo de Fred, y un poco más
hacia la derecha, Harry vio el cuerpo de Tonks y a Ted arrodillado a su lado
llorando en silencio. El peso en su corazón se hacía cada vez mayor. Buscó
frenéticamente entre los cuerpos tendidos en el piso, pero no vio ni a Remus ni
a Sirius. De modo que se dirigió hacia Jason.
-
¡Jason! --
dijo sujetándolo por un brazo
-- Sirius… Remus…
-
Tranquilo
Harry, están allá -- y señaló en la dirección en la que se
encontraban
Harry soltó el aire al comprobar que
estaban vivos, pero no se acercó a ellos. No se sentía con el valor necesario
como para hablar con nadie. Se sentía terriblemente mal y culpable, todo
aquello era su culpa. De modo que abandonó el comedor y corrió sin detenerse
hasta llegar a la entrada del despacho del director, quería ver lo que Snape
tenía tanto interés en entregarle, pero después de haberlo visto, y aunque algo
en su interior siempre lo había sabido, sintió como si todo su cuerpo
comenzando por su dolorido corazón, se congelaba con una extraña mezcla de
sentimientos, que no se molestó en tratar de identificar. Había llegado al
final del camino y tenía que hacerlo solo.
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